La Humana Despreciada Y El Rey Mago

¿Y esa cara de tragedia, amiguis__. Soltó la descarada de Kira, intentando desviar mi atención del hecho de que me abandonó a mi suerte en la entrada del hotel.

__Ni se te ocurra intentar desviar mi atención al querer sacarme conversación__. Repliqué, indignada.

__Primero, me dejaste botada en la entrada del hotel. Segundo, al ver que no llegaba, ni siquiera te molestaste en volver por mí. ¡Quién sabe si hubieses vuelto me habrías salvado de las garras del lobo feroz, como tanto te gusta decir cuando uno de tus cambiaformas se enlaza con tu protagonista!__. Mi furia crece al recordar a ese hombre que, cual depredador, usa su atractivo para engatusar mujeres ingenuas y luego descartarlas sin piedad.

__Vamos, amiga, suelta la verdadera razón de tu humor negro__. Contraatacó Kira, arqueando una ceja con su típico gesto de "¿en serio?".

__Te conozco de sobra y sé que mi entrada triunfal al hotel no es la causa real__. Suspiré, dándole la razón mentalmente.

__Y tampoco creo que un galán de cuarta intentando ligar contigo sea el problema. ¡Por favor! Ya has despachado a suficientes como para tomártelo con humor, riéndote de sus tácticas baratas al ver que no caes rendida a sus pies, como otras__. Kira me dejó sin escapatoria. No tuve más remedio que soltar la bomba: el choque, el agarre de ese desconocido, la electricidad que me recorrió con su roce y sus palabras cargadas de doble sentido... y para rematar, ¡es el dueño del hotel! Los ojos de Kira brillaron con una emoción casi palpable. Sae que se avecina su torrente de palabras; seguro que ya esta escribiendo mentalmente un best-seller con mi última hora de vida.

__¡Ay, amiga, prepárate para ser la protagonista de tu propio cuento de hadas con un CEO multimillonario!__. Chilló Kira, con una alegría tan contagiosa que resonó en toda la habitación. Yo, en cambio, permanecí inmóvil sobre el colchón, sin siquiera dignarme a responderle. Conozco demasiado bien la terquedad de Kira; una vez que una idea se instala en su cabeza, es tan inamovible como una montaña.

__Kira, con tu imaginación desbordante, te montas unas películas dignas de mis novelas, ¡pero aterriza! Deja de idealizar. Esas tramas de novelas son justo eso, ficción. En la vida real, hombres como él, con ese atractivo y poder, suelen tener un historial... extenso, por decirlo suavemente. Me molesta la idea de que te ilusiones con un cuento de hadas, porque la experiencia me dice que los hombres realmente valiosos ya están comprometidos, y los que parecen perfectos a menudo esconden realidades desagradables__.

Unas lágrimas saladas resbalaron por mis mejillas, un amargo recordatorio de mi ingenuidad. Creer que el romance de los cuentos de hadas podía saltar de las páginas y florecer en mi vida real me dejó con el corazón hecho trizas y una profunda decepción. Desde entonces, levantar cualquier muro romántico se ha vuelto imposible. Y aunque mis palabras hacia Kira pudieron sonar ásperas, necesita entender que el amor no es mi norte. Mi prioridad ahora es cultivar mi voz como escritora, vivir mis propios cuentos de hadas a través de las historias que creó con mis palabras.

__Perdóname si he removido las cenizas de aquel infeliz que destrozó tu corazón y tus sueños__. Dijo Kira, su voz cargada de una furia contenida.

__Si tan solo lo tuviera frente a mí, le arrancaría la piel por atreverse a lastimar un corazón tan hermoso y por sembrar la desconfianza en tu alma, cerrándola a un amor genuino__. Se acercó, extendiendo sus brazos en un gesto de consuelo, y me entregué a su abrazo agradecida.

__No tengo nada que disculparte__. Murmuré contra su hombro.

__Siempre has sido mi faro, velando por mi bienestar con una dedicación que agradezco cada día. Llegaste a mi vida como una explosión de color, con esa visión única y alocada que tanto amo__. Confesé, separándome del abrazo. Ambas compartimos una risa cómplice al recordar algunas de las travesuras de Kira, esas en las que inevitablemente terminé involucrada.

 __Pero ahora que lo pienso bien... tú, mi gran consejera sobre no cerrarme al amor a pesar de mi fracaso, ni siquiera has tenido un novio. Al menos yo me atreví, aunque el intento fallara__. La acusé con una sonrisa juguetona, disfrutando de la momentánea expresión de pánico en su rostro. El amor es un tema tabú, un muro que Kira levanta cada vez que alguien menciona sus incontables pretendientes y su negatividad a tener una relación romántica.

__Oye, no es que le haga ascos a un buen mozo, de esos que te hacen temblar las rodillas__. Soltó mi amiga Colorada, con un deje de resignación en la voz.

__Pero, sinceramente, ninguno me ha hecho sentir ese cosquilleo allá abajo, ¿sabes? Esa sensación que te remueve hasta el último ovario. A veces hasta pienso que igual nací con el chip cambiado, un alma masculina en este cuerpo, y por eso los hombres no me encienden. Lo curioso es que tampoco ha aparecido ninguna mujer que me haga suspirar por las noches, de esas con las que te acurrucas en plan cucharita. Y no me mires así, eh, ni se te ocurra juzgarme__. Su preocupación ante mi posible reacción es palpable, pero a mí, lejos de molestarme, me sorprendió su valentía. Por primera vez, no esquiva el tema, dejando en el aire la pregunta de por qué su corazón sigue siendo un territorio inexplorado.

__Jamás te juzgaría, amiga. De hecho, llegué a creer que quizás eras asexual... pero ahora lo entiendo. Simplemente no h aparecido ese hombre capaz de despertar cada fibra de tu ser, tal como ese idiota dueño del hotel casi me hace temblar entera con solo sonreír__. Solté una bocanada de aire, comprendiendo a Kira más que nunca. Esa conexión electrizante, donde una mirada, un roce, una palabra bastan para encender la piel y desatar pensamientos prohibidos, es tan difícil de encontrar.

__¡Es cierto, amiga, y por eso mismo vamos de cacería!__. Exclamó Kira con un brinco de entusiasmo, y empujándome suavemente hacia el baño.

__Date un baño de reina, resalta la belleza que ya posees, y saldremos a la conquista de tu CEO millonario. Quizás no sea el amor de tu vida, ¡pero seguro que te dejará una experiencia... digamos... revitalizante!__. Soltó Kira sin el menor rastro de pudor. Aunque intenté balbucear una protesta, terminé inevitablemente dentro del cuarto de baño.

__Y después voy yo__. Continuó Kira desde el otro lado de la puerta, con una voz cargada de picardía.

__Quién sabe si tu magnate tiene algún amigo igual de guapo que logre, por fin, desterrar estas telarañas ancestrales de mi entrepierna. ¡A estas alturas, seguro que hasta les he puesto nombre!__. Su entusiasmo es contagioso, aunque a mí solo me quedó inhalar y exhalar profundamente, tratando de no desbaratar su elaborado plan. Además, un pinchazo de confusión me asaltó. ¿Por qué este repentino impulso de lanzarme a los brazos de un desconocido? Ella, mi consejera de cabecera, siempre ha insistido en que no me deje deslumbrar por las apariencias y que indague en las verdaderas intenciones de cualquier pretendiente. Y ahora, ¡me quiere arrojar sin paracaídas a un hombre al que ni siquiera ha visto!.

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Feliz noche 🌃🌃🌃.