El cielo no puede ser mas azul que ahora, ni la sangre mas espesa y roja, asi como un cadaver no puede oler a rosas.
Mori cuando apenas comenzaba a vivir mi vida, aunque no puedo decir que tenia una gran vida, pero al final del dia me pertenecia, era mia.
Las circunstancias del mundo en aquel entonces, no eran las mas favorables para nadie, las naciones estaban en constante disputas y un solo error basto para desatar la gerra.
Supongo que de alguna maner deberíamos de estar agradecidos por seguir vivos, pero el ser humano siempre se lamenta por lo que no tiene, maldice por lo que le quitaron y pocas veces agradece por lo que le ha sido dado.
El mundo parece mas grande ahora que en ese entonces, ¿Y como no? si quedan muy pocos sobrevivientes.....
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Veo como todos marchan, Marcos va a la cabeza, dos de sus hombres va entre los grupos y al final Maria y dos hombres más. Cuando ya no queda nadie, echo un último vistazo a lo que hasta este día fue mi hogar.
-¿Crees que está bien?- Adam mira la dirección por la cual llegamos antes.
-Espero que sí- respondo y hago un ademán con la cabeza.
Por hora debemos separarnos, pues es lo mejor para todos. Estoy seguro de que esa chica no bromeó con lo que dijo antes, su cuchillo en verdad está limpiando la herida además Roy a permanecido dormido desde el instante en que ella lo clavo en su pierna.
Esa chica es fuerte, jamás había visto nada igual antes. Algo me dice que nos volveremos a encontrar nuevamente y esperó que en mejores circunstancias. Algún día le devolveré el favor que nos esta haciendo.
¡Lo juro!
Doluma
En el caminó me encontré con más infectados, parecen pocos cuando solo te topas algunos cuantos debes en cuando. Pero justo ahora estoy a tres metros del pie de la montaña y esos humanos se aglomeran al pie de esta.
Parecen perdidos, los topos estan muy quietos y los otros solo estan ahí parados. Miran en todas direcciones como si buscaran una señal, algo que les diga cual es el paso a continuación.
Estoy arriba de un árbol, ya que los mutados no suelen usar este tipo de trucos y los humanos no suelen buscar por encima de sus cabezas, mirar a tantos infectados aquí me resulta exitante. Miró en la dirección que vine antes, espero que allan logrado marcharse.
El soldado de antes, dijo que eran como cien personas, mover tantos en tampoco tiempo no debe ser nada fácil, sobre todo si no son organizados.
Llevó un rato observando los humanos, parecen inquietos lo cual me provoca algo de diversión, se que pueden sentirme, pero no estan seguros de lo que es y eso los pone molestos. Supongo que para asesinos como ellos, que se sienten fuertes y poderosos, no les agrada en lo mas mínimo que alguien los haga sentir incómodos.
-Ya que somos unas chicas super buenas, no hagamos esperar más a los anfitriones SARAM- murmuró y corro por la rama para luego impulsar me.
Mientras voy cayendo chifló para llamar su atención, los espadachines y murciélagos rugen con fuerza y rabia al verme. La mole más cercana a mí mueve su mano para intentar atraparme en el aire.
Pero uso su propia mano antes de cerrarse, para impulsar mi cuerpo más adelante y tener un mejor aterrizaje. Una vez que pongo los pies en la tierra, los topos más cercanos corren desesperados hacia mi.
Sonrió con satisfacción y comienzo a clavar a SARAM con rapidez en tantos como puedo, al tiempo que los lanzo lejos de una patada. Los que ya asesiné caen con la fuerza de su propio peso.
Esto hace que aquellos que no pueden esquivarlos a la primera, caigan al suelo para luego levantarse con torpeza.
Los topos no son mucho problema, pero los demás resultan más difíciles de matar, ya que ellos si son capaces de verme. La mole de antes lanza su puño contra mí y logro esquivarlo gracias a que es bastante lento.
Los espadachines se lanzan como moscas a la miel, todos al mismo tiempo al igual que los murciélagos. Esquivar a estos no es sencillo si solo tengo a SARAM conmigo, así que necesito algo de ayuda.
Trato de abrirme paso, pero todos lanzan sus ataques sin darme tregua, una espada pasa muy cerca de mi rostro, pero logro esquivarla a duras penas. Cada vez se acercan más volviendo más difícil asesinar a estos desgraciados.
La mole se abre paso hasta mí aplastando a varios de sus amigos, lo cual me da un ligero respiró, saltó para poder esquivar su golpe justo a tiempo que tres espadachines planeaban atravesar me como brocheta.
Trepó con habilidad por su brazo y voy saltando cada que puedo de un lado a otro, tomando como ventaja su descomunal cuerpo, llego hasta la altura de su rostro muy por encima de los árboles, ya que este gigantesco amigo mide doce metros.
Desde esta altura, le era difícil encontrarme por eso solo lanzaba golpes al azar, aplastando a sus amigos sin importarle mucho que sus cerebros se aplastaran en el proceso.
Me mira con fastidio y lo veo levantar su brazo en un intento por aplastar su mano contra su cara y porque no, a mí de por medio. Le sonrió divertida por mis pensamientos, pues me imaginó siendo un mosquito que quiere clavarle el diente.
Él es el humano a quien yo fastidio revoloteando de un lado a otro hasta que se canse de esperar a que yo me paré, su mano cada vez está más cerca y yo comienzo a perder altura, caigo sobre su cara y él gruñe molesto.
Intenta tirarme girando la cara de un lado a otro, clavo a SARAM en su ojo derecho, la mole gruñe y me mira con su unico ojo con tal rabia apresurando su mano la cual estampa con fuerza donde yo estoy.
Antes de que su mano me alcancé me lanzó a un lado evitando su gran mano, la fuerza del impacto logra que SARAM entre por completó hasta atravesar su masa cerebral.
Mientras voy cayendo impulso mi cuerpo hacia delante, y caigo sobre el cuerpo de la mole. Este enorme animal comienza a caer lentamente al principio, pero corro hacia el frente de su cuerpo para agilizar la caída.
Varios infectados van siendo aplastados por mi gigantesco amigo, mientras saco a SARAM me distraigo por un segundo y siento un golpe seco que me manda volar por los aires.
Cuando estoy a punto de caer alcanzó a reaccionar y giro sobre mi propio cuerpo, doy una vuelta en el aire quedando con los pies hacia el suelo, ya que antes viajaba de cabeza.
Aterrizo clavando a SARAM en la tierra y la punta de mis zapatos, levanto la mirada y alcanzo a rodar sobre mi espalda para esquivar a la segunda mole que no había visto.
Mi amigo de antes, cayó con todo su enorme peso y aplastó a muchos lo que hizo que disminuyeran mis enemigos y me dieran espacio los que estaban más cerca, ya que al querer evitar a mi pesado amigo corrieron para alejarse.
Estoy en cuatro patas, agazapada y lista para atacar cuál gata molesta. La nueva mole golpeó con fuerza a un lado mío con su puño cerrado, al ver que no logró su objetivo abre su mano y la deja caer a un lado.
Me impulso hacia arriba evitando nuevamente ser aplastada por ella. Mientras voy cayendo ella levanta su mano intentando atraparme, lo cual hace que me ría. Lanzó a SARAM y esta se clava justo en medio del cráneo de un topo.
Doblo mi cuerpo en el aire, caigo hacia adelante evitando la mano de mi nueva amiga. Caigo sobre mis manos extendidas y comienzo un par de piruetas para alejarme de ella.
Finalmente, alcanzó el cuerpo sin vida del topo y tomo a SARAM.
-Si no fuera porque nos quiere matar, seguro habríamos sido muy buenas amigas ¿No lo crees SARAM?- siento un ligero cosquilleo en la mano.
-¿Tú crees?-otro leve cosquilleo en mi mano.
-Ja, ja, ja, ja-me rio como loca ante la situación.
-Lo que pasa es que eres una celosa-digo al tiempo que pateó a un oscuro que se acercaba veloz hasta nosotras.
Un murciélago ruge en mi dirección y me lanzo contra él para hacerlo callar.-Nunca te enseñaron a respetar una conversación de chicas- digo clavando a SARAM desde la parte de arriba del cráneo.
El infectado cae sin vida y me alejo para evitar el golpe de mi nueva amiga, sus ataques son lentos, pero muy decididos y a diferencia de otras moles, su forma de atacar es más exacta.
Conoce las limitaciones de su enorme cuerpo, por esta razón no se queda perpleja al darse cuenta de que no me elimina tan rápido, el cerebro de las moles femeninas suele adaptarse con más facilidad a los retos y dificultades.
Por esta razón sé que no puedo matarla como a mi viejo amigo de antes. Al que por cierto ya empiezo a extrañar, él era más fácil y si se dejó matar sin tantos problemas.
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