Tú Robaste A Mi Marido, Yo Robaré Al Tuyo.

Después de terminar de asearse, Niken se despidió para irse a casa. No quería que Reyfan llegara a casa antes que ella. Hans también permitió que Niken se fuera, porque, después de todo, Niken era una mujer casada. Amaba mucho a Niken, pero era consciente de la posición de Niken.

"¿Está bien si me voy a casa, Om?"

"Sí, vete a casa, en el acuerdo te vas después de las tres o cuatro de la tarde. Lo importante es que Om te haya visto, haya charlado contigo, haya almorzado juntos, también haya hecho ejercicio juntos, Om está muy feliz, Om es muy feliz, cariño", dijo Hans con sinceridad.

"¿No quieres más, Om?"

"¿Por qué siempre me tientas, Nik? No seas así, aún no es el momento en que quiero más de ti. Vete a casa, no dejes que tu marido llegue antes", ordenó Hans.

Niken besó la mano de Hans, luego Hans besó la frente de Niken. Era como un matrimonio típico si era así. Hoy, Hans estaba realmente feliz porque podía estar con Niken aunque solo fuera por unas horas.

"Lucharé por ti, si Reyfan sigue jugando contigo, Nik. ¡Te lo prometo!", dijo Hans con firmeza en su corazón.

**

Mientras tanto, Reyfan acababa de salir de la habitación del hotel con Zahra. Zahra estaba un poco decepcionada, porque Reyfan no le permitió asistir a la clase de gimnasia de la tarde. Para Zahra eso era más importante que cualquier otra cosa. Sin embargo, Rey la obligó a quedarse en la habitación del hotel. Pasar tiempo haciendo el amor. Solo descansando un poco, caminó a la playa para relajarse. La playa no estaba lejos del hotel en el que se hospedaban.

"¿Por qué tienes esa cara?", persuadió Reyfan.

"¡Es tu culpa, no pude asistir a la clase de gimnasia aeróbica, Rey!", respondió Zahra con frustración.

"¿Solo una vez y te pones así? Además, ¿no es raro que estemos así? ¿Dijiste que mañana estarás ocupada durante tres días? ¿Tal vez es raro que hagamos el amor?"

"Por muy ocupada que esté, puedo hacer tiempo para hacer el amor contigo, Rey?"

"Está bien, lo siento, ¿sí? Hice eso, porque te extraño, cariño, eres adictiva", halagó Reyfan para que Zahra no estuviera más enfadada.

"¡Si no hago gimnasia, mi cuerpo se aflojará, Rey! Mi cosa tampoco podrá sujetar la tuya, ¿buscarás a otra persona?", dijo Zahra.

"¿Por qué buscaría a otra persona? ¿Siendo que rara vez uso la que tengo en casa? ¡No se siente bien, está toda floja!"

"¡Entonces dile a tu esposa que haga ejercicio, para que su cuerpo esté firme!"

"Que seas tú la que esté firme, si ella se pone más firme, ¿quieres que te dé prioridad?"

"¡Eh, no digas eso!"

"Así que ya está, no digas eso. Ya, no te enfades", dijo Reyfan acariciando la cabeza de Zahra con cariño.

"¿Nos vemos esta noche en tu taller, sí? Quiero más, Rey. Eso si Hans no llega a casa, si llega a casa, buscaré una excusa",

"Claro, cariño, ¿no estabas satisfecha antes?"

"Todavía no, quiero más y más, ¡la tuya es adictiva!"

Conquistar a Zahra cuando está enfadada es muy fácil para Reyfan. Solo tienes que complacerla, después de todo, lo que quiere es solo su barra de chocolate que derrite la salsa mayonesa salada.

"Cariño, estamos en el coche, no hagas esto, cariño?"

"Solo la sujetaré, Rey. ¡La tuya es adorable!"

Las manos de Zahra no dejaban de jugar con la de Reyfan, hasta que se escucharon los gemidos de Reyfan, incluso hasta que gimió de placer. Sin querer quedarse atrás, Reyfan también desgarró la de Zahra con su dedo.

**

Niken había llegado a su casa. Efectivamente, Reyfan aún no había llegado, y Mbak Sari, la sirvienta de su casa, tampoco había llegado. Estaba preparando verduras para cocinar antes de irse a casa.

"Mbak, ya llegué. Mbak, vete a casa, déjame cocinar a mí", dijo Niken a su sirvienta.

"Bu Niken acaba de llegar a casa, ¿no está cansada?", preguntó Mbak Sari.

"No, Mbak. Está bien, Mbak, vete a casa", ordenó Niken.

Mbak Sari finalmente se fue a casa, y Niken inmediatamente cocinó, luego, después de terminar, colocó su cocina en la mesa del comedor. Mientras esperaba que Reyfan regresara de engañar a Zahra, Niken se limpió el cuerpo. Quería verse ordenada y fragante, quería atraer a Reyfan, ya sea que le atrajera o no.

"¿Cómo puedo perder contra una tía?", pensó Niken.

Niken se maquilló el rostro con maquillaje natural, usó un vestido color nude, y la apariencia de Niken esta tarde era muy tranquila y elegante para recibir a Reyfan en casa.

Al escuchar el coche de Reyfan llegar, Niken salió inmediatamente de su habitación. Recibió a Reyfan que parecía fresco en su rostro. Niken estaba segura de que su esposo allá afuera estaba claramente feliz con Zahra.

"¿Dijiste que estabas trabajando? ¿Por qué ya estás en casa, Nik?"

De repente, Reyfan preguntó eso después de bajarse de su coche.

"Ya llegué a casa, puedo llegar a casa a las tres o cuatro. A las tres ya no había trabajo, así que me fui a casa. Para poder cocinar y preparar la comida", respondió Niken.

"¿Cocinas? ¿No estás cansada de volver del trabajo?", preguntó Reyfan.

"No, ¿no es esa la tarea?", respondió Niken.

Niken inmediatamente tomó la mano de Reyfan y la besó. Había un sentimiento de culpa en el corazón de Niken, porque todo el día había estado con un hombre que no era su esposo. Incluso fue abrazada y besada por ese hombre.

Lo mismo con Reyfan, no sabía por qué su corazón se sentía pellizcado, al ver a Niken tan sinceramente sirviéndole, siendo fiel a él, acompañándole desde los momentos difíciles hasta ahora.

Reyfan abrazó a Niken y luego besó la cabeza de Niken con cariño. "Perdóname por haberte gritado anoche, ¿sí?", susurró Reyfan.

"Hmmm ... no importa, todo eso es la realidad, Mas. Ya, ve a limpiarte y luego come", dijo Niken.

Niken estaba realmente enfadada, y realmente quería destrozar la cara y todo el cuerpo de Reyfan. Con audacia, Zahra puso una marca roja en el cuello de Reyfan, claramente era una marca roja que Zahra hizo a propósito, tal vez cuando estaban haciendo el amor antes, así que olvidó ponerla en el cuello derecho e izquierdo de Reyfan.

Reyfan no se dio cuenta de que había una marca roja en su cuello. Él lo sabía, pero olvidó cubrirlo. Hasta que Niken lo vio. Reyfan tomó una toalla de la mano de Niken. Inmediatamente se duchó, porque ya tenía hambre. Además, antes añadió un juego con Zahra en el coche, hasta que el asiento del coche de Reyfan estaba mojado por Zahra.

Reyfan miró el reflejo de su cuerpo en el espejo. Con el pecho descubierto, se sorprendió al mirar su pecho y cuello llenos de marcas rojas.

"¿Niken lo vio antes? ¡Astaga ... Zahra! ¿Por qué hay tres en el cuello? ¿Pensé que solo había uno?", maldijo Reyfan molesto.

Reyfan siempre le advertía a Zahra que no dejara marcas rojas en su cuello, porque tenía miedo de que Niken lo viera. Reyfan inmediatamente se puso su camiseta, para que lo que estaba en su pecho tampoco fuera visto por Niken.

"¡Niken!", llamó Reyfan desde la habitación.

"¡Sí, Mas! ¿Por qué, qué pasa?", preguntó Niken corriendo a su habitación.

"¿Todavía tienes ungüento para la irritación? Mi cuello pica, está rojo, como si estuviera por contraer herpes de nuevo, Nik", se quejó Reyfan.

"Oh, ¿ese ungüento? Creo que sí, ¿por qué tu cuello está rojo así? ¿Qué tipo de insecto feroz o qué lo picó?", preguntó Niken mirando el cuello de Reyfan.

"¿Sabes a dónde vamos a jugar Doni y yo y los otros chicos?"

"Sí, sí", respondió Niken relajada.

"¡Solo la marca del chupetón de Zahra es la mayoría de las excusas que tienes, Mas!", maldijo Niken en su corazón.

Niken tomó un ungüento, luego lo aplicó en el cuello de Aldi, que tenía una marca roja. Tenía ganas de estrangular el cuello de Reyfan en este momento. Pero, aún así, si una mujer tiene problemas de corazón, solo puede llorar. Sin embargo, Niken contuvo sus lágrimas, hizo todo lo posible para que sus lágrimas no cayeran frente a Reyfan.

"¿Qué hice mal, Mas? ¿Eres tan cruel conmigo?", pensó Niken.

Reyfan miró a Niken que desde antes había estado aplicando seriamente ungüento en la marca roja en el cuello de Reyfan debido a Zahra.

"¿Por qué no sospechas, Nik? Esta es claramente una marca de chupetón. Pero estás en silencio, solo crees que tengo herpes. Oh Dios ... perdóname, he pecado con mi esposa", pensó Reyfan.

"¿Ya está, vamos a comer, Mas?", invitó Niken.

Niken se fue primero a la mesa del comedor, de vez en cuando se secaba las lágrimas que ya no podía contener más.