A Esposa Muerta, Esposa Puesta(Editando)

Tere se sentía avergonzada de haber dicho eso a su jefe, era como su hijo pero igual lo respetaba demasiado como para decirle eso.

Dyron

Mi semblante cambió por completo al escuchar esto, apreté mi mandíbula, y di un golpe en el escritorio, como es posible que una mujer supuestamente muy educada y profesional, una de las mejores empresarias se exprese de esta manera ya la ¡gota rebasó el vaso! y salgo del estudio corriendo subo las escaleras tan rápido que creo que en tres pasos llegue arriba dirigido a la habitación de zamantha, la pobre nana trataba de correr tras de mi, pero obviamente no pudo alcanzarme, ella quería evitar que hubiera una pelea entre dos titanes, sabía que zamantha era de armas tomar y sabía que yo estaba más que molesto y no iba a ser la persona más agradable del mundo con ella.

— Hijo, ¡por favor! no—gritaba la nana para evitar que yo entrara a la habitación, pero un estruendo llegó a sus oídos y supo que era demasiado tarde, abri la habitación dejándola abierta de par en par.

— Eres una mujer tan grosera y desagradable, que ya no pienso seguir haciendo tu trabajo, fanfarrona y holgazana, te levantas de esa cama ¡ya! y me das la cara, anda dime en mi cara todas las groserías que quieras, pero quiero que te levantes de ahí— me quedo esperando pero no responde ni se mueve de la cama, esto hace que me hierva la sangre, me dan ganas de sacarme la Correa y darle bien duro por las nalgas para que aprenda a respetar.

— ok, tú te lo buscaste zamantha Greco—Me acerco a la cama y saco la sábana que la cubría de un solo tirón y luego procedo a sujetarla del brazo, para sacarla de la cama, se me hizo fácil porque es tan delgada y ligera como una pluma.

— ¿Que te pasa animal?, bruto, ¡suéltame!— comenzó a gritar zamantha y retorciéndose para salirse de mi agarre.

— Pues no te voy a soltar zamantha hasta que me escuches y me ofrezcas tus disculpas— le dije acercándome al interruptor para encender la luz.

Una vez hecho esto, zamantha cubre sus ojos por que le molesta la claridad y yo la agarre muy fuerte haciendo que ella me mire a la cara.

El tiempo pareció detenerse cuando nuestras miradas se cruzaron, la sentí tan débil, delgada que crei que la estaba lastimando, aflojo un poco mi agarre pero ella no hace nada para soltarse creo que está mareada o la luz le molesta, nunca la había visto, pero estos ojos son los más grandes y hermosos que he visto en mi vida, lástima que sean de una mujer tan grosera, detallé cada parte de su rostro porque una cosa es ver una fotografía pero otra es verla cara a cara y tan cerca, ah pero no voy a dejar que esos ojos me dobleguen.

—¿Quién te crees tú para ser tan grosera y hablarme así?.

— ¡Que me sueltes estúpido, a caso crees que por que tienes mi empresa y hasta mi vida en tus manos me voy a dejar someter, o dejar que me trates mal, estas equivocado, ¡sueltame!!

— Y tú crees que por ser mujer y ser la reconocida zamantha Greco, tienes derecho a ser grosera conmigo, pues estás equivocada y no te suelto, ¿qué vas a hacer?, yo quiero que me digas en mi cara todo lo que quieras decirme, niña grosera.

— Quiero que me sueltes y me dejes en paz, respeta mi duelo.

— ¡ja! Duelo, llevas tres meses metida aquí, sin hacer nada puro exigir como si fueras una reina, pero solo eres una niña, una niña caprichosa, a reina no llegaras nunca.

Solte parte de mi rabia y ni siquiera tenía intención de soltarla de mi agarre.

— Que me sueltes imbécil y no me digas niña, tú a mí no me vas a tratar como se te dé la gana, una cosa es que estemos casados y otra a que yo permita que me trates así animal, ¡suéltame ya!.

zamantha se retorcía para intentar salirse de mi agarre, pero no podía y esto hacía que se molestara aún más.

— Te molesta que te diga niña o caprichosa o niña caprichosa, la verdad es que no entiendo como es que dicen que eres la mujer más exitosa y más profesional nada más mírate, y más aún como te expresas tan grosera y ordinaria.

Prácticamente escupí con decepción las palabras que dije.

— y tú eres un mal hombre, asesino razón debe tener los medios cuando se expresan así de ti, eres vanidoso y odioso, no te importan los demás, ni los sufrimientos de las demás personas, no te importa que yo haya perdido todo en solo unos días, no te importa mi dolor, eres egoísta sin sentimientos y suéltame.

La respiración de zamantha estaba cada vez más agitada sus ojos parecían tener candela, su furia salía por los poros.

— ¿! Yo!?, yo soy el egoísta, yo soy al que no le importan los demás, pero quien es la que está encerrada en esta habitación, quien es la que cree que solamente ella es la que está sufriendo, quien es la que se desconectó de todos los que la quieren y ni siquiera deja que la visiten, ah dime, a quien le importa solo su dolor, ¿dímelo zamantha Greco?, porque estás aquí frente a mí diciéndome todas estas cosas, pero no vez tu comportamiento y que en estos tres meses he sido muy paciente contigo.

Mis ojos estaban clavados en los de zamantha parecía que le saldrían rayos y centellas de ellos.