**Saga Vannecelli**
Uzziel Vannecelli, futuro líder de la organización italiana, es un hombre carente de empatía, caracterizado por rasgos psicopáticos. Su único vínculo emocional verdadero radica en su familia. Desde su infancia, ha sentido una conexión especial con Ángela Müller, hija del sublíder alemán. La inocencia y pureza de Ángela lo obsesionan, llevándolo a desear despojarla de su esencia pura. Por otro lado, Ángela anhela consagrarse a Dios y, en dos meses, tiene planes de convertirse en monja. La pregunta que prevalece es si Ángela logrará cumplir su vocación religiosa o si Uzziel interpondrá su camino. ¿Quién prevalecerá en esta contienda: el bien o el mal?
NovelToon tiene autorización de Daniella cantillo para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 1 reunión especial
Uzziel Vannecelli
...****************...
-Estoy reclinado en la mesa con una cuerda en la mano, cuyos extremos tienen pequeñas puntas que desgarran la piel al contacto. Este juguete es el favorito de mi madre. A medida que observo, Miguel, quien se suponía que era mi mano derecha, comienza a despertar lentamente. Al percibir mi presencia, se incorpora de golpe y, con tono angustiado, me pregunta-Jefe Uzziel, ¿qué ocurre? ¿Por qué estoy amarrado?
-Yo le respondo-me faltaste al respeto y recibirás las consecuencias.
-Él abre los ojos como platos y me grita-¿de qué hablas? ¿Por qué piensas en castigarme? Si es un juego, es de muy mal gusto.
- Con un dedo llevo a mis labios en un gesto de silencio y le digo- no grites, sabes que no me gustan los escándalos. No estoy bromeando. Pensaste que no me daría cuenta de que tú y Andrea tenían una relación. Lo observo temblar mientras comienza a escapar un balbuceo involuntario. Arquedo una ceja y dejo caer la cuerda al suelo, donde lo veo temblar aún más. Me complace que mis víctimas sientan miedo. Muevo la cuerda con fuerza y la lanzo hacia su pecho, jalándolo hacia mí. Escucho su grito mientras comienza a sangrar. Él dice- Yo, yo no quería traicionarte. Lo siento, solo que ambos nos enamoramos. No pudimos resistir este sentimiento. De verdad, lo siento. Por favor, perdona la vida de Andrea y la mía.
-Vuelvo a lanzar la cuerda, pero esta vez impacta en su rostro. Su grito resuena por toda la bodega mientras observo cómo su cara está bañada en sangre. Le respondo- Miguel, Andrea me pertenecía. Nunca debiste fijarte en ella. Si realmente se amaban, deberías haberme lo dicho; tal vez la habría dejado. Sin embargo, preferiste callar y traicionarme. Sabes que no perdono una traición. Has sido testigo de cómo hago que paguen aquellos que me faltan al respeto. Ahora lo experimentarás en carne propia y entenderás por qué me llaman Beelzebub.
-Él me dice-Eres un maldito psicópata, un cascarón vacío que no sabe lo que es el amor. Nunca podrías entenderlo. Andrea y yo sentimos que, si no te dijimos nada, fue porque ella te tenía miedo y yo no quería arriesgarla.
-Sonrío de lado; él tiene razón, soy un psicópata. No tengo empatía por nadie, carezco de sentimientos y soy un cascarón vacío. Solo sé que mis padres me enseñaron sobre lealtad y la importancia de proteger a la familia. Por ellos, puedo experimentar cierta empatía y un apego especial hacia ellos. Le respondo. -No comprendo ese tipo de sentimientos, pero la traición no se perdona. Sonríe, Miguel, pronto estarás con Andrea en el infierno, donde su amor reinará.
-Tomo mi cuerda y la lanzo a diferentes partes de su cuerpo mientras escucho la melodía de sus gritos. Al escuchar la puerta abrirse y alguien ingresar, me detengo. Al voltear, veo a Bruno,
quien pregunta-¿Ese no es Miguel? ¿Qué le has hecho a ese pobre diablo?
-Respondo-Se atrevió a involucrarse con Andrea. Dime, Bruno, ¿tienes noticias de ella?
-Él dice- Sí, ya está en casa de la abuela.
-Arqueando mi rostro, respondo-Qué buena noticia, por fin la veré.
-Él suspira, se acerca a mí y comenta-Es momento de ir a la mansión de la abuela. Todos están llegando para celebrar su cumpleaños. No podemos llegar tarde, así que termina rápido con este traidor.
-Extraigo mi arma de mi espalda, desactivo el seguro mientras observo que está cubierto de sangre y moribundo, y le digo- Lamento que no haya recibido la atención adecuada, pero lamento informar que debo irme, alguien especial ha llegado. Por favor, saluda a Andrea de mi parte.
-Con un movimiento rápido, le disparo en el pie para que despierte del letargo. Mientras él grita, desenvaino mi daga y le propino un corte profundo en el pecho, tan letal que en pocos minutos dejará de vivir. Limpio la hoja con su camisa y me alejo, buscando mi chaqueta mientras salgo de la bodega junto a Bruno. Él se dirige hacia su auto y le digo- Nos veremos en la mansión, me tomaré una ducha.
-Me subo a mi auto y, minutos más tarde, llego a mi departamento, donde me doy una ducha. Cincuenta minutos después, ya estoy en la mansión de mi abuela Isabel. Al entrar, veo a toda la familia, así como a los líderes de las organizaciones rusa y alemana. En estos años, Salvatore ha asumido el liderazgo de la organización alemana. Todos comienzan a notar mi presencia, por lo que los saludo con alegría, hasta que llego a donde está mi abuela, quien, al verme, ilumina su rostro y me dice-Uzziel, ¿por qué te has demorado tanto?
-Le respondí con una amplia sonrisa-Abuela, ¡feliz cumpleaños! Perdóname por haber llegado tarde; me surgieron algunos asuntos, pero ya estoy aquí.
-La abracé mientras ella me correspondía con alegría y me dijo-Es cierto, cariño, me hace muy feliz que estés aquí.
-Le entregué una pequeña caja. Al abrirla, vio un reloj de diamantes. Sonriendo, me dijo- Gracias, mi querido nieto, siempre tan detallista.
-Mi abuela hace una señal y, al verla
comenzar a acercarse hacia nosotros, la observo desde abajo hacia arriba. Su rostro, tan bello y angelical, irradia dulzura y pureza. Su nombre lo dice todo Ángela. Ella me sonríe y dice-Hola, Uzziel, ¡cuántos años sin verte! ¿Cómo estás?
-Le respondo-Estoy bien, ahora mejor, pero no sabía que estábamos en una fiesta de disfraces.
-Ella sonríe y mi abuela interrumpe- Qué bromista eres, Uzziel. No estamos en una fiesta de disfraces; ella es novicia y en dos meses se convertirá en monja.
-¿Se convertirá en monja? le pregunto, dirigiendo mi mirada hacia ella-¿Es cierto?
-Ella me sonríe con una inocencia y alegría desbordantes y responde-Así es, Uzziel, muy pronto seré monja. ¡Es grandioso, ¿no crees?
-Por supuesto que no, ¿ella convertirse en monja? Eso jamás ocurrirá. Ella debe de estar en mi dominio y no permitiré que se aleje de mí, no de nuevo. Su pureza y su inocencia deben ser mías; es mi intención corromper su mente y su alma. Su pureza me pertenece, y no estaré en paz hasta lograrlo. Sonrío y le digo-Claro que sí, Ángela.