Destinos Entrelazados

Destinos Entrelazados

Traición

No podía pensar en nada más que en el tono de desesperación e impotencia de mi mejor amiga mientras me dirigía con prisa a la casa club.

—Habitación 365— leí en voz alta el número de la puerta y verificando que fuera el mismo que Elena me había enviado por mensaje.

Al darme cuenta de que era el mismo, entre sin pensarlo, irrumpí para salvarla.

Cuando abri la puerta con la mano, la oscuridad me dio la bienvenida. De pronto, una fuerte mano me tomó de la muñeca y me arrastró hacia la habitación oscura, seguido de un fuerte golpe sordo tras azotar la puerta para cerrarla.

—Espera ¿Qué?... ¿Quién eres?— grité, mirando a todo mi alrededor.

—Tranquilízate, te trataré bien— una voz sonó muy cerca de mi oído, una voz profunda y ronca.

Una de un hombre.

En un movimiento rápido caí sobre una cama, y antes de que pudiera reaccionar, un cuerpo fuerte, muy pesado y esbelto se posó sobre mí.

Posó sus labios sobre los míos.

Su sabor era de hierbabuena.

Pero eso no era lo importante. Dejé salir un grito ahogado.

Muchas sensaciones de impotencia hicieron que derramara lágrimas mientras trataba de forcejear contra el hombre sobre mí.

Su ferocidad era tan grande que al final no pude hacer nada.

Unas horas después, logré escabullirme de su agarre, de su cama y de su habitación.

Mi aspecto era desaliñado, puesto que acababa de pasar por una pesadilla que no se lo deseo a nadie.

Aun así por mi mente solo estaba la preocupación de mi amiga Elena.

Tomé mi teléfono y marqué su número, Justo a mi lado sonó la melodía de un teléfono, giro mi cabeza y detrás de mí vienen un grupo de personas.

Bajo la apenas visible luz pude reconocer a las dos mujeres que venían entre esos hombres.

Una es Elena, la que se suponía que estaba gritando por ayuda en el teléfono hace rato. Y la otra se suponía que era mi hermana Nalia.

Ambas estaban tomadas del brazo como si fueran las mejores amigas, cuando las vi mi expresión no fue más que asombro y furia.

—¡Elena!—grité fuerte mientras apretaba los puños. —¿Por qué me mentiste de esa forma? De verdad creí que te estaba pasando algo—

—No es mi culpa que siempre seas tan ilusa, Nelly— ambas ríen a carcajadas. —¿Te gustó el momento que acabas de tener con tu gigoló?—

En ese momento entendí que ambas no me habían tendido una trampa. Mi castidad y pureza que había protegido por los últimos veinte años se había ido por culpa de ellas dos.

—¿De verdad pensaste que éramos amigas? ¡Eh vivido detrás de tu sombra desde que nos conocimos! ¡No sabes cuánto te odio y te he odiado siempre!—

—Ustedes...— estaba tan furiosa que mi cuerpo se balanceaba.

El peso de la traición y la crueldad de mi amiga combinado con mi hermana fue mi destrucción.

Con sus brazos entrelazados ambas se fueron dejándome ahí sola.

[•••]

Al día siguiente.

—¿¡Te prostituiste por dinero solo porque no te dejé ir a estudiar al extranjero!? ¿Cómo es posible algo así?—

—Papá, tienes que escucharme—

—¿Qué quieres que escuché? ¿Quieres que escuche cómo te la entregaste a ese hombre sin ningún resentimiento? ¿Qué te faltó Conmigo?—

—¡Por tú bien espero que no nos hayas contagiado de alguna enfermedad!— grito la mujer de mi padre.

La mirada de mi padre era algo tan doloroso, me miraba con vergüenza.

—¡Te vas ahora mismo de la casa! No soportaré que estés bajo mi techo, has perdido tu honor lo que no te hace digna de estar aquí!—

Sin decir nada, me levanté del asiento y subí las escaleras para empacar mis cosas. Al lado de estas escaleras estaba Nalia riendo de mi situación.

—Me aseguraré que nunca vuelvas a tener un lugar en esta casa— dice cuando paso a su lado.

Me detengo y con furia le doy una fuerte bofetada.

—¡Ah!— su chillido fue tan irritante como ella. —¡Mamá! ¡Papá! Nelly me acaba de golpear— escamo mientras bajaba las escaleras de prisa para llegar a ellos.

—¡Cómo te atreves a golpear a mi hija!— gritó Lorena.

Mi padre notó la marca roja en la mejilla de Nalia, y su decepción fue más evidente.

—¡Sal de aquí, Nelly—

Tras empacar mis pertenencias, tomé mi pasaporte junto con documentos y el dinero que tenía ahorrado durante todo este tiempo y bajé las escaleras.

Mi corazón se endureció cuando vi a mi padre sosteniendo a Erika En sus brazos como si fuera algo precioso, entonces comprendí que no tenía lugar en su corazón. Saúl solo había oído el punto de vista de Nalia en lugar de preguntarme a mí sobre el espeluznante incidente que había pasado la noche anterior.

Desde que mi madre falleció, me he sentido en esta casa como una intrusa, ya que él trajo consigo a su amante y su hija ilegítima para formar una nueva familia.

Mi pobre madre nunca supo sobre la relación extramarital de su esposo, ni siquiera cuando murió.

»No volveré a este lugar nunca más«

Dentro de la casa, Nalia me miró como llevé mi maleta hasta la puerta principal y en su rostro no se veía nada más que una sonrisa maliciosa.

Lo que por mi mente cruzó es que era más evidente que su sonrisa y sus ojos gritaban »¡Por fin me deshice de esa inútil monstruosidad!«

Ella siempre me había hecho la guerra, siempre se había encargado de hacerme sentir menos, de crearme problemas para que mi padre me reprendiera.

No entiendo todavía qué hice para que ella me tuviera tanto odio.

A pesar de todo yo sí la quise, le acepté como mi hermana menor. Siempre traté de acercarme a ella, pero no me dejó.

Y ahora ya no hay vuelta atrás, me estoy yendo de aquí lo más lejos posible y para no volver, no deseo hacerlo en especial.

Aquí viví muchos momentos traumáticos, muchas tristezas.

Me voy para no volver nunca más.

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Comments

Betty Saavedra Alvarado

Betty Saavedra Alvarado

Lo mas.c ruel que le puede d suceder a una mujer es una violación

2025-08-31

1

Alisson

Alisson

Interesante 😸

2025-08-29

2

Total

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