Todos se dirigieron al comedor y estando allí, Ricardo le pide a Fernanda algo en particular.
—Ya puedes servir la cena— le pide Ricardo como siempre, y Fernanda decide comenzar con su plan de venganza.
No es una sirvienta para estar complaciendo a un bastardo como ese.
—¿Me hablas a mí?— pregunta ella con inocencia, y el hombre de manera arrogante le responde.
—Claro, ese siempre ha sido tu trabajo, siempre me atiendes en el comedor como lo hace un buen sirviente — dice él y Alicia sonríe con burla
Para su mala suerte, Fernanda la ve y en vez de incomodarse sonríe con malicia también.
Por lo que inventando excusa, decide negarse a servir a semejante tonto.
—Hoy no me siento en condiciones como para servir la cena, hoy mi amiga Alicia puede hacerlo por mí, le cedo ese puesto, después de todo, somos amigas ¿no?— dice ella con toda la intención de hacer sentir incómoda a dicha mujer, y lo logró, porque ella responde.
—Somos amigas, pero no soy sirvienta de esta mansión— responde ella con arrogancia.
Fernanda le responde igual.
—Claro, y yo la heredera de mi familia lo soy— dice ella y los dos amantes se tensan.
Rápidamente Ricardo salió a defender a Alicia.
—Querida, Alicia no quiso decir que eres una sirvienta, has malinterpretado sus palabras, no se que te pasa, pero hoy no estás como siempre — dice él con nerviosismo, no le conviene que Fernanda deje de ser la idiota de todos los días.
Tarde, la verdadera Fernanda murió y en su lugar está una mujer dispuesta a todo.
—Sabes que, a partir de hoy no te serviré en el comedor, y menos haré los quehaceres de los sirvientes, en su lugar lo harán los empleados de la mansión, no vaya a ser que los de afuera piensen cosas que no son de nosotros, como por ejemplo, que tú me obligas a servirte como una sirvienta — dice ella y luego se levanta de la mesa con su plato.
Su esposo y Alicia estaban pálidos como un fantasma.
Rápidamente ellos se levantan del comedor y tratan de alcanzar a Fernanda, pero ella fue más rápida y se fue a su habitación a cenar.
Los dos amantes se quedaron en la planta baja sin saber qué había pasado.
—No sé que está pasando, pero no podemos dejar que las cosas sigan así como están, Fernanda tiene que seguir siendo la misma idiota de siempre, tú controla tu lengua— dice dicho hombre y Alicia se va a la defensiva.
—No es mi culpa que ella esté sensible, y no voy a controlar nada— expresa ella y de un movimiento rápido, Ricardo la toma por el cuello y la aprieta un poco.
—Alicia, aún no eres nadie, tú no eres más que una amante hija de personas sin estatus, si por tu culpa perdemos el control de Fernanda, prepárate para morir— le dice aquel hombre con una voz maliciosa y la mujer llora en silencio.
Ricardo siempre ha sido así, cuando se enoja con Fernanda, ella termina pagando los platos rotos.
Si bien su familia no tiene ni donde caerse muerta, pero eso no le da derecho a Ricardo, de tratarla mal.
Por lo que agraviada, decide protestar.
—Al parecer solo soy una amante para ti, será mejor que terminemos hoy— dice ella y el hombre deja ir su cuello para burlarse de ella.
—Sin mí no eres nadie, además lo nuestro se termina cuando yo lo diga, y más te vale hacer lo que yo digo, o te irá muy mal— le advierte él para luego darle un beso rudo a Alicia.
Los dos duraron rato besándose y luego de eso se separan y se van al comedor.
En su habitación.
Fernanda come su cena con mucho ánimo, y mientras come, su mente estaba generando ideas, y llegando a la conclusión, de que lo mejor sería obtener evidencias de que ese par son un par de traidores.
No cree tolerar a ese infeliz por mucho más tiempo.
En la época en la que está actualmente, se usan las cámaras de vigilancia y por qué no usar esa herramienta a su favor, y así dejar en evidencia a esos imbéciles.
De solo pensar que hará que esos dos entren en la vergüenza, Fernanda sonríe con malicia.
Su cena la estaba disfrutando al máximo, y su mente estaba creativa.
Mientras Fernanda estaba creativa, en un bar de la misma ciudad, estaba un hombre guapo disfrutando de la vida.
Aquel hombre quien tenía una copa de vino en su mano derecha, tenía un semblante indiferente.
A su lado, una mujer trataba de animarlo, pero él la aparta con un movimiento de manos y aquella mujer se va de allí en silencio, pues no tiene el valor para perturbar la paz de aquel hombre.
Un hombre vestido de negro, se acerca a él con algunos documentos, aquel hombre era el asistente personal de dicho sujeto.
—Jefe, este es el contrato que firmó con el señor Adolfo Pérez, verifique si todo está a su altura — dice aquel asistente con respecto, y el hombre con un movimiento de manos le hace señas para que deje los documentos en la mesa más cercana a él.
El asistente hace lo que se le indica y luego se retira, dejando a su jefe tranquilo.
Aquel hombre sigue sumergido en sus pensamientos, y su mente está divagando en algo importante, y eso es, que se acerca la renovación del contrato con la empresa Ayala.
Lo que lo tiene tan callado no es el contrato, sino que no quiere encontrarse con su amor imposible. Aunque eso es poco probable, después de todo, desde hace años esos asuntos los lleva el señor Ayala.
Él lleva años enamorado en secreto de Fernanda Ayala, y cuando pensó declarar sus sentimientos, ella apareció casada con el inútil de su primo.
No entiende cómo una mujer tan hermosa y refinada, puede hacerle caso a semejante hombre tan patético y corriente.
Uno que no tiene nombre, y lo poco que tiene es gracias a Fernanda, por qué para la familia no es más que un mimado.
Si él siendo un hombre tan fabuloso no ha luchado por obtener la atención de aquella mujer tan espectacular, es solo por respeto a Fernanda, ya que aunque él no sea hijo biológico de su padre, para el resto del mundo sí lo es, lo que en teoría viene siendo primo de ella también.
—¡Qué ridiculez!— murmuró por fin aquel hombre, y luego le dio un trago largo a su copa y después puso un semblante sombrío.
No le agrada como se escucha la palabra primo.
Por años ha trabajado duro para hacerse respetar en los negocios, pero nada en este mundo se compara, con la dicha de tener a su lado a una dama tan hermosa como lo es aquella mujer tan talentosa e inteligente.
Si le dieran a elegir entre todos sus bienes y ella, sin duda la elegiría a ella.
Los bienes pueden obtenerse con facilidad, ya que una mente tan brillante como la suya capaz de generar pensamientos millonarios, puede lograr lo que sea.
A menudo se le ve con alguna compañía femenina, pero eso no es más que para evitar que la gente especule cosas sin sentido.
Puesto que, con treinta años, solo ha estado con una mujer y eso fue en medio de una borrachera, pero estando consciente nunca más ha podido estar con nadie, ya que su mente y corazón están inundados con la imagen de su amor imposible.
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Comments
mariela
Draco no te preocupes dentro de poco ella será libre de hacer lo que le dé la gana con su vida y allí es tu oportunidad de declarar tu amor a Fernanda Ayala.
Porque el mequetrefe de Ricardo y la putizorra de Alicia lo sacarán del juego y se quedará con una mano adelante y otra atrás sin nada.
2025-06-30
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Alma Delia Morales
Eso le facilita las cosas a Sofia
2025-07-01
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