05

No podía con esto, ni con aquello, ni con esos ojos, simplemente no podía, así que hui como pude. Sin embargo, el destino tenía otros planes, unos muy crueles para mi gusto y el de cualquiera.

- Espera un momento\, tan solo un momento...

Su voz agitada pero grave me hizo detenerme en seco, ¿por qué rayos debía tener una voz tan así? Me giré para verlo agitado, al parecer los deportes no eran para nada su fuerte, pero por sus ojos yo le daba la medalla de oro.

- Antes de que continues tu carrera ¿te importaría darme tu nombre y tu número?

- ¿Por qué? ¿Acaso no te avergüenzas de ligar con alguien tan joven?

- Me disculpo por el atrevimiento\, pero no es lo que crees\, verás...

Me dio una larga charla sobre la señora silencios y de cómo lo convenció de ayudarme y no se qué más estuvo diciendo, porque me perdí a mitad de la conversación, estaba sumamente distraída y seguramente parecía una boba mientras todos nos observaban. Ahora que lo pienso ¿y los demás? De repente nos encontrábamos solos, no había nadie y era ya de noche, además, había una Luna llena preciosísima sobre nosotros.

- ...y es por eso por lo que tuve que viajar desde España para poder pedir tu mano en matrimonio.

- Espera ¿qué?

- Tan solo dime que sí\, tus padres ya han aceptado\, solo faltas tú y tus ganas de vivir felizmente.

- Si\, está bien\, acepto.

Estiré mi mano mientras contenía una enorme sonrisa, pero cuando observé hacia arriba, solo estaba aquel señor, mirándome con extrañeza y ternura, algo que no podía entender del todo porque no me doy cuenta de cuándo comienza y termina mis sueños.

- Me alegra que hayas aceptado\, por cierto\, mi nombre es Alexis.

Me sostiene la mano con delicadeza dándome un ligero apretón de manos. Mientras yo esperaba un anillo de diamantes, aunque sea de los de caramelo, pero no me quedaba de otra más que ocultar mi decepción ante la realidad y tarde caí en cuenta ¿qué demonios fue lo que acepté?

Al poco rato llegaron Marcus y su novio Alexis, lo curioso del asunto es que he conocido a tres hombres con el mismo nombre en poco tiempo, era tal mi sorpresa que me había olvidado por completo de haber llamado a Alexis "sueño gay".

- Julia\, vaya que corres ¿acaso antes te dedicabas a correr?

Alexis guapo se había despedido con una cálida sonrisa y una mirada coqueta y yo seguía sin saber qué había aceptado ¿acaso habré vendido mi alma a tal demonio sexy?

- No\, solo estoy acostumbrada a tener que correr por mi vida.

- Que por cierto ¿quién era ese personaje tan bien vestido?

- Si\, si no fuera por Marcus\, te lo habría robado.

Marcus lo miró con ojos de asesino, su enojo era palpable, pero hay que aceptar que él fue quien comenzó con su comentario, pero esa pelea no era de mi incumbencia, de momento solo le conté que no lo conocía y que tenía que marcharme porque estaba cansada, me disculpé con Alexis por mi comentario y me marché. Al llegar a mi casa, me senté frente a la computadora y comencé a escribir todo lo que había soñado, bueno, fragmentos de sueños y fragmentos de realidad porque no podía saber dónde comenzaba uno y dónde terminaba otro.

Por mi cabeza rondaba una canción, "What are you waiting for?" y pensaba que quizás, solo quizás, debería dejarme llevar por esos sueños y tener una especie de harem de Alexis o algo así. No sé en qué momento pasé de escribir toda una historia alocada sobre matrimonios apresurados y ancianas con ojos láser a dibujar ojos, pero lo curioso, es que no eran los ojos de Alexis viejo, si no los de Alexis desaliñado.

Me recosté mientras observaba mis dibujos, los ojos comenzaron a multiplicarse por toda mi habitación, observando, llenándome de un sentimiento que no era agradable, pero lo buscaba. Pasaron un par de horas y desperté agitada, olvidé por completo lo que estaba pensando, viendo, soñando, solo sabía que estaba empapada de sudor y con un sentimiento de culpa y vergüenza, pero a pesar de eso, me fui a dormir con una sonrisa, vaya masoquista que soy ¿o será otra cosa?

A la mañana siguiente volví a mi habitual sistema de vida, luego de prepararme tuve que ir a la universidad, las vacaciones habían terminado y tenía que volver a clases, al menos sé que ahí es un lugar seguro para mi cabeza y para mi corazón, no hay ningún Alexis que ronde por ahí, no señor.

- Bien\, chicos\, empezaremos clase\, me disculpo si no me presento como debería\, pero quisiera que entremos en tema lo antes posible\, mi nombre está en el pizarrón y pueden dirigirse a mi de la manera que gusten\, pero que sepan que\, así como me hablen\, les responderé.

Dios, destino, suerte, rana del estanque, soy yo otra vez, Julia, solo quisiera saber ¿¡Por qué demonios está el Alexis sexy como mi maestro y el Alexis desaliñado como mi compañero de clases!?

Una chica levantó la mano para pedir permiso para hablar, luego de que el maestro le cediera la palabra, anunció.

- Disculpe mi imprudencia\, pero ¿es soltero?

- Preguntas de la clase de preferencia\, por favor. Pero respondiendo su pregunta\, sí\, lo soy.

La chica se sentó en su lugar, emocionada y comenzó a susurrar con sus amigas y otros compañeros también comenzaron a susurrar. Entonces la clase siguió su curso, veíamos varios estilos de escritura y los diversos tipos de narradores.

- Entonces\, tenemos que uno de los más usados es el narrador omnisciente\, uno el cual la señorita Julia no sabe usar.

Espera ¿cómo sabe mi nombre? ¿cómo que no sé usar al narrador omnisciente? ¿qué está sucediendo?

El salón de clases comenzó a reírse a mis espaldas, descaradamente alzaron la voz para que pudiera escuchar, me sentía completamente humillada, quería llorar y huir, pero Alexis desaliñado se levantó y con voz firme le gritó al maestro.

- ¡Julia podrá no saber usar el narrador omnisciente\, pero sus escritos son hermosos y finos!

- Joven Alexis\, por favor tome lugar\, no es momento para defender a su damisela en apuros.

- Siempre será tiempo\, defenderé su honor\, aunque me tenga que enfrentar a usted\, brujo errante.

Sus palabras fueron como una puñalada hacia el maestro, de forma literal, el filo de cada letra atravesó su pecho y lo hizo sangrar, el maestro se arrodilló, agonizante ante tales hechos, pero no se dejó caer fácilmente.

- Defiende el honor de alguien que no se fija en usted\, ella prefiere tenerme en su mente y en su cuerpo.

Sus palabras explosivas hicieron daño crítico al Alexis desaliñado, haciéndolo caer de espaldas contra su asiento, aunque me gustaba ser el centro de atención, tenía que detener esta pelea antes de que alguien muriese, pero ¿cómo un simple mortal iba a poder detenerlos? Ante la frustración, solo pude hacer algo...

- ¡Basta!

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