Capítulo 5 - "La Ceremonia"
El día de la ceremonia de coronación amaneció con un cielo despejado y un optimismo palpable en el ambiente. Los habitantes de la capital se habían volcado a las calles, ansiosos por recibir a su nuevo rey.
Damián, sin embargo, no podía dejar de sentir una inquietud creciente en su interior. Aún no había recibido noticias de los emisarios enviados a las provincias rebeldes, y la incertidumbre lo atormentaba.
Vestido con sus mejores galas, se dirigió a la sala del consejo, donde lo esperaban los líderes del reino, así como los representantes de los señoríos leales a la corona.
—Príncipe Damián —lo saludó lord Víctor, con una inclinación de cabeza—. Es un día histórico para nuestro reino.
Damián asintió, pero no pudo evitar notar la mirada cautelosa que el anciano le dirigía. Sabía que Víctor desconfiaba de su juventud y de su inexperiencia, y temía que eso pudiera convertirse en un obstáculo para su coronación.
—Así es, lord Víctor —respondió Damián, con tono sereno—. Hoy doy un paso crucial hacia mi futuro como rey.
En ese momento, la puerta se abrió y Elisa entró acompañada de varios sirvientes, trayendo consigo una elaborada corona de oro y piedras preciosas.
—Es hora, Damián —dijo la reina, con una sonrisa orgullosa—. Es momento de que asumas tu legítimo lugar en el trono.
Damián observó la corona con una mezcla de temor y determinación. Sabía que, a partir de ese momento, ya no sería un simple príncipe, sino el monarca que gobernaría el destino de todo el reino.
Lentamente, se arrodilló ante su madre, quien tomó la corona entre sus manos y la colocó sobre la cabeza de su hijo. Un murmullo de aprobación recorrió la sala, mientras Damián se ponía de pie, sintiendo el peso de la corona sobre su frente.
—Pueblo de Aetheria —proclamó Elisa, con voz clara y solemne—, les presento a su nuevo rey: el rey Damián, legítimo heredero al trono.
Los líderes presentes se pusieron de pie y vitorearon al nuevo monarca, pero Damián apenas si podía escuchar sus aclamaciones. Su mente estaba concentrada en una sola pregunta: ¿qué había sido de los emisarios?
Justo en ese momento, las puertas de la sala se abrieron de par en par, y un guardia entró a toda prisa, con el semblante visiblemente alterado.
—Majestad, príncipe Damián —dijo, con urgencia—. Acaban de llegar noticias de las provincias. ¡Los emisarios han sido asesinados por los señores feudales rebeldes!
Un tenso silencio se apoderó de la sala, mientras Damián sentía cómo el mundo a su alrededor se desmoronaba. Después de todo su esfuerzo por evitar la confrontación, la situación había empeorado aún más de lo que temía.
—¿Cómo es posible? —exclamó Elisa, visiblemente consternada—. ¿Acaso esos hombres no tienen honor?
Lord Víctor dio un paso al frente, con una expresión de profunda preocupación.
—Esto es grave, majestad —dijo, con tono grave—. Si los señores feudales se niegan a reconocer la autoridad del rey Damián, temo que no habrá otra opción que recurrir a la fuerza.
Damián permaneció en silencio, sintiendo cómo el peso de la responsidad lo abrumaba. Sabía que debía tomar una decisión crucial, una que podría determinar el futuro de todo el reino.
—Debemos actuar con cautela, lord Víctor —intervino, con voz firme—. No podemos arriesgarnos a desencadenar una guerra civil en estos momentos tan delicados.
Víctor lo miró con escepticismo, pero antes de que pudiera objetar, Elisa se acercó a su hijo y colocó una mano reconfortante sobre su hombro.
—Damián tiene razón —dijo, con tono conciliador—. Debemos intentar una última negociación antes de considerar cualquier acción militar.
Los líderes presentes intercambiaron miradas inquietas, conscientes de la gravedad de la situación. Finalmente, Víctor asintió con reticencia.
—Muy bien —dijo, dirigiéndose a Damián—. Pero si esos señores feudales siguen obstinados en su rebeldía, no tendremos más opción que enviar tropas para restablecer el orden.
Damián asintió, sabiendo que no podía ganar tiempo por siempre. Tenía que encontrar una solución, y pronto, si quería evitar que el reino se sumiera en el caos.
Rápidamente, convocó a sus consejeros más cercanos para trazar un nuevo plan de acción. Debían actuar con cautela y astucia, sin dar la más mínima oportunidad a los rebeldes.
—Enviaremos a nuestros mejores diplomáticos a las provincias —ordenó Damián, con determinación—. Ofrezcan concesiones y privilegios, pero dejen en claro que no aceptaremos bajo ninguna circunstancia su desafío a mi autoridad.
Sus consejeros asintieron, y de inmediato comenzaron a preparar a los emisarios para su viaje. Damián los observó partir, rezando para que esta vez tuvieran éxito en su misión.
Mientras tanto, los preparativos para la ceremonia de coronación continuaban a toda marcha. Los artesanos trabajaban sin descanso, creando suntuosos trajes y escenarios que realzarían la magnificencia del evento.
Damián recorrió los salones del castillo, observando con atención cada detalle. Sabía que, a partir de ese momento, cada uno de sus pasos sería rigurosamente escrutado. No podía permitirse cometer ni el más mínimo error.
Justo cuando se disponía a regresar a sus aposentos, se encontró de frente con lord Víctor, cuyo semblante reflejaba una profunda preocupación.
—Majestad —dijo el anciano, con tono grave—, tenemos un asunto urgente que discutir.
Damián asintió, sintiendo cómo un nudo se formaba en su garganta. ¿Qué más podría salir mal?
—¿Qué ocurre, lord Víctor? —preguntó, preparándose para lo peor.
—Hemos recibido informes de que algunos señores feudales se están negando a asistir a la ceremonia de coronación —explicó Víctor, con evidente inquietud—. Alegan que no reconocerán su autoridad a menos que usted acceda a ciertas demandas.
Damián sintió cómo la frustración y la ira se apoderaban de él. ¿Hasta dónde llegarían esos hombres en su afán por desafiarlo?
—¿Qué clase de demandas? —preguntó, conteniendo a duras penas su enojo.
—Exigen mayores privilegios y autonomía para sus señoríos —respondió Víctor—. Además, algunos de ellos insisten en que usted debe tomar a una de sus hijas como reina consorte.
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Updated 25 Episodes
Comments
Lía Thiago
Ya salió el peine.
2024-06-13
1
Lía Thiago
¿Será qué Victor no es lo que parece?
2024-06-13
2
Milcaris
Damian debería hablar con uno de ellos, quizás las órdenes del Rey para su pueblo no fueron llevadas a cabo y ahora la rebeldía.
2024-06-05
2