Durante varias madrugadas, visitaba mi trabajo antes que el sol. Le pedía demasiada actividad a mi cuerpo, había comenzado a realizar meditación en la mañana. Al abrazo del viento fresco con las hojas caídas, el ruido de la leve música, meditaba en mi silencio y lleno de ruido. Abría mis canales para que el ki fluyera con naturalidad, pero lo hacía lentamente para que se amoldara a mi cuerpo. Lo que alguna vez costó cerrar y apagar, debía de volver a encender y quemar.
Mis ojos estaban cerrados y mis pies, enredados. Las túnicas que cubrían mi desnudes, se encontraban levitando en mi espacio. Era un entorno en donde, aun sin mi visión, podía ver miles de colores en mi alrededor, mi cuerpo estaba cubierto de líneas que lo que parecían ser conductos.
-Señorita,- la voz del hombre que me había molestado, estorbo mis pensamientos-
-Oh, sos el caballero que no se presentó- dije mientras sacudía mis ropas- ¿A qué debo tu visita?-
Tomé un trapo y limpié mi sudor que caía de mi frente y mejillas.
Este se arrodilló ante mí y suplicó.
-Señorita, durante lo largo de mi vida. Todas las personas me han menospreciado y maltratado, mi comportamiento a usted fue en forma de defensa, tal vez mi nombre no sea algo importante, pero como sé que usted es benevolente. Me arrepiento de mi comportamiento egoísta.- su rostro estaba decaído-
Suspiré, estaba cansada y necesitaba encontrar salidas a los varios problemas que se enfrentarían.
-¿Quién te maltrató?- pregunté- Como te dije aquella vez, vos sos de mi familia, y todos lo que trabajan en esta casa. Están debajo de mis alas. Nadie te menospreciará de ahora en más, quien se atreva, tendrá que pagar con su vida.- tomé su rostro en mis manos- ¿Cómo te llamás?-
Él sonrió de una manera maravillosa.
-Soy Like More- sostuvo mi mano y sus labios rozaron mi piel- Es un gran placer recibir una tarea de usted-
-Muchas gracias por tu lealtad, señor Like, levantate por favor-
Mirarlo a él era como ver a un perrito a tu alrededor moviendo la cola.
-Necesito que busques al erudito más grande. Lo necesito dentro de tres días, haz todos los medios para traerlo.- seguramente me saldría muy caro tenerlo a mi lado a este profesor-
Dicho eso, se marchó a buscar el hombre desconocido. Aunque quería no encontrarme con Ezelik, > necesitaba hacerlo, ya que su profesor era alguien muy bueno en dichas materias. Y si era necesario, tendría que tomar dos opciones, hacerlo un subordinado, o aplastarlo el mi día de rebelión. Me gustaba más la primera, pero si las cosas evolucionaban mal, usaría la segunda opción.
-Señorita, ¿quiere bañarse para ir y dar un paseo esta noche? Dicen que toda la gente se junta para ofrecer comida y bebidas nativas para ofrecer a los visitantes. Debería de ir.- sostuvo una taza de té caliente-
El sabor era tan amargo, que se podía apreciar lasa distintas hierbas utilizadas.
-Está delicioso este té. Muchas gracias Miel- sostuve mientras nos dirigíamos a lo que sería mi baño privado-
-Señorita, ¿no quiere comer un dulce para pasar lo amargo?- agarró la taza para dejarla en la cocina-
-No, lo dulce arruina el verdadero sabor de este té. Por favor, ayudame a buscar un vestido sencillo y que pueda ser lo más discreto posible.- me senté sobre la tina mientras las demás mujeres me ayudaba a darme el baño-
Pensándolo bien, tal vez este método sería bueno utilizarlo para meditar hasta que mi cuerpo sea de una joven. Le pediría un presupuesto al constructor de la vivienda, para poder realizar una cabina que surgiera una casada de agua tibia. En donde los conductos que trasportaban el agua estarían revestidos de aluminio y unos pequeños hornos le darían unos golpes de calor; al recibir estos golpes, el agua caería caliente. En consecuencia, se tendría que utilizar otro sistema, para que no se desperdiciara agua y la misma que cayera volviera al comienzo para luego realizar el mismo recorrido.
-Miel, ¿me podés conseguir al mejor constructor? Lo necesito para mañana- estaba entusiasmada por la idea que había surgido-
El baño me relajó bastante, tal vez me quedara durmiendo para no ir al festival, pero al ver a Miel y el esfuerzo que ella hacía, debía de hacer una pequeña excepción. Ella había elegido una vestimenta tal y como lo habíamos acordado, nada que llamara la atención de los demás. Me acompañaría ella y un soldado enviado por el general.
El lugar estaba lleno de alegrías y era muy pintoresco, estaba lleno de vida y colores. Parecía una melodía, las risas de los lugareños y las cálidas palabras de los visitantes. La comida era realmente deliciosa, aproveché de saborear todo lo que me ofrecían, Miel y el soldado también debía de disfrutar tanto como yo. Los invité a comer todo lo que ellos quisieran, en este momento deseaba probar el vino dulce, pero aún no estaba en mi edad adulta.
Un murmullo comenzó, que luego se convirtió en gritos. Donde había paz y gozo, podía ser oculto por el desastre en poco tiempo.
-Gus, ¿quién es este tipo?- pregunté mientras observaba la situación-
Este hombre fornido y de aspecto grande maltrataba verbal y físicamente a una familia media del ducado. Este ser era realmente asqueroso.
-Este hombre es alguien con que nadie quiere meterse. Se dedica a la compra venta de hombres, mujeres y niños. Además de otros actos no nobles- dijo mientras intentaba ser lo más precavido posible con sus palabras- El general intentó varias veces detenerlo, pero cada vez que intentamos pillarlo, sus antecedentes y actos están limpios-
-¿Quién se atreve a realizar estas atrocidades en mi ducado? Ve corriendo, llama al general y decile que venga con 10 soldados- me levanté de la mesa y me dirigí al hombre-
A decir verdad, mi casa no quedaba muy lejos, solo unas cuadras y en menos de cinco minutos el general estaría a mi lado. El andrajoso de corazón me observó como una mercancía.
-¿Quién sos vos que interrumpe mi charla amena? A este niño le falta modales, tal vez si vas conmigo te haga una persona importante- sonrió mostrando una gran dentadura-
Miré a la familia, tenía dos niños, uno de mi edad y el otro era de pecho.
-Llevátelos, yo me haré cargo- ella no reprochó y se fue en silencio-
El hombre intentó detenerlos, pero se lo impedí.
-Tu conversación es conmigo- me interpuse en su camino- Me dijiste que me harías alguien importante, ¿cómo quién sería importante?- vi como la gente se centraba en la conversación-
-Te ha interesado la propuesta, serás tan grande como un príncipe- al decir esas palabras, la gente se quedó sorprendida-
Era lo mismo que decir que no estaba de acuerdo con las políticas establecidas por el rey.
-¿Realmente tenés el poder de hacer eso? ¿Creo que lo que intentás es una rebelión?- lo incriminé- Además intentaste secuestrar a esa gente- él tomó con fuerza mi brazo- Y también querés secuestrar a una de las princesas del reino-
Al decir eso, llegaron los hombres del duque. Este, al estar asustado, me tomó sobre sus brazos y me llevó hasta un lugar donde estaba repleto de gente dudosa.
-Señor, ¿quién es este joven?, se ve de buen aspecto. Llamamos al conde Bkugh, a él le encanta probar a estos niños- me horroricé al escuchar lo que mencionaba-
-¡Silencio, no digas ningún nombre!- agarró al hombre por la camisa- Los demás fuera- golpeó una mesa haciendo caer las cervezas, lo que para mí fue un desperdicio.
-Señor, no entiendo qué sucede- es aspecto del desconocido fue cubierto por temor-
-Es una noble importante- señaló mientras golpeó mi mejilla con mucha fuerza-
Ocasionó que me atontara por un breve segundo.
-Ey- grité- ¿querés morir?- reí mientras agarraba una botella-
Sus ojos se volvieron divertidos y quiso volver a atacarme. Mi cuerpo aún recordaba las artes marciales aprendidas en mi vida. Sus puños los esquivé, y con la botella rota corté una de sus manos haciendo que la sangre me salpicara. Era una niña que se agotaba con rapidez al no entrenar constantemente. El otro hombre que lo acompañaba, me atravesó en la pierna un cuchillo. Grité, se sentía caliente y pegajosa la sangre. Encajé la botella en su pierna, y con mis pocas energías de kí, invoqué el viento y a rastras los llevé a los pies del general. Todos se levantaron de sus mesas e hicieron una rueda, el general corrió hasta mí, y los demás soldados se llevaron a los culpables.
-Señorita, discúlpeme mi falta de habilidad- su cabeza tocó el suelo- por mí, usted fue lastimada. Por favor, permítame llevarla a casa para recibir los primeros auxilios-
Estaba muy enojada, pero no era culpa de ellos, sino de los dirigentes políticos que se encontraban en ese lugar.
-Vamos- al tocar sus brazos caí rendida-
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Comments
Ivon Caraballo
que bueno que se puso defender siendo aún una niña...pero al menos ya descubrió algunas ratas
2024-08-08
4
Jenifer 🤓💫
al parecer tiene bastante xa hacer, xa limpiar.. me encanta 👏👏👏
2024-06-15
3
sofilove
mucha basura por limpiar,espero pueda fortalecer su cuerpo y ki
2024-05-20
2