Compañía.

Hoy tuve que madrugar debido a que tenía que ir al maldito colegio.

Ayer me dijeron que si volvía a faltar me iban a expulsar y a pesar de que esa noticia me parece genial, no puedo permitir que eso pase, porque le prometí al viejo antes de que muriera, que terminaría la escuela.

Además él pago mi matrícula por adelantado, así que no me queda otra opción más que terminarla. Por suerte ya estoy en el último año y después de que me gradue no volveré a pisar este maldito lugar.

Para mí es una verdadero martirio asistir a la escuela. No soporto las clases, ni a los profesores y mucho menos las tareas. Pero lo que más me molesta de este lugar, son los alumnos idiotas que concurren aquí.

Después de cinco horas de tortura y a pesar de mi fastidio, logré soportar aquel día de estudio.

Durante la última clase miré el reloj que cuelga sobre la pizarra y entonces me dí cuenta que estaba por sonar el timbre de salida.

En ese punto ya estaba tan desesperado por irme que me puse a contar los segundos que restaban para que la campana sonara...

Y finalmente la melodía más hermosa que podía oír en ese momento, llegó a mis oídos.. El timbre de salida había sonado. Era hora de irse a casa.

Tomé todas mis cosas y las lancé dentro de la mochila sin ordenarlas, luego salí rápidamente empujando a los idiotas que tenía enfrente, pero cuando estaba a punto de cruzar la puerta de salida, oí la voz de la preceptora llamándome.

_ ¡Zack! ¡Ven a mi oficina, ahora mismo!.

_ ¡Con un demonio! ¿Ahora que hice?_ Resongué mientras arrastraba los pies.

Entré a su oficina y me dejé caer de mala gana sobre la silla que estaba frente a su escritorio.

_ Tenemos que hablar seriamente sobre tus calificaciones!_ Me apuntó con el bolígrafo.

_ ¿Que hay con ellas?.._

_ ¿Acaso no las has visto?_ Me preguntó levantando una de sus cejas.

_ Nah... No me interesan._ Me crucé de brazos evitando su mirada.

_ Entonces, ¿No te importa volver repetir el año?.

_ Que miérda..._ Me levanté de golpe.

_ ¡Cuida tu boca!

_ ¿Como que voy a repetir? No estaré otro año más en esta maldita escuela._ Levanté la voz.

_ Ya te dije que cuidaras tu vocabulario. Y si no mejoras tus calificaciones, lamentablemente vas a repetir._

_ ¿Y que hago entonces? Me salté casi todas las clases y prácticamente no entiendo nada._ Le confesé.

_ Eso deberías haberlo pensado antes. Quizás podrías buscar a alguien que te ayude. Solo faltan un par de meses para que termine el año escolar. Si pones empeño, tal vez logres revertir tu situación._

_ ¿Que carajo voy hacer?_ Me agarré la cabeza.

_ Bien, eso es todo lo que tenía que decirte. Ya puedes retirarte.

Salí enfurecido de su oficina dando un fuerte portazo, incluso estaba rogando que no se me cruzara nadie por el camino o sino iba a terminar matando a algún imbécil.

Después de la escuela fuí hasta mi casa y me di una ducha rápida, luego tomé mi chaqueta y cuando estaba dispuesto a salir nuevamente, vi llegar un auto del cuál se bajaron los matones que me habían perseguido la noche anterior.

Ellos me habían encontrado y por eso tenía que salir de allí lo antes posible.

Pero, ¿A dónde podría ir?. No tengo amigos, ni conocidos...

En ese momento miré hacía la puerta de la entrada y ví el paraguas colgado en el perchero, entonces lo tomé y salí por la puerta de atrás sin hacer ruido. Tuve que saltar la cerca y salir por el patio del vecino para que no vieran...

Después de alejarme de la casa, corrí rápidamente hacía el hospital.

Apenas llegué, subí hasta el tercer piso y fui directo hasta la habitación de aquel chico. No sabía porque carajo se me ocurrió venir aquí, pero lo cierto es que no soy muy bueno pensando bajó presión. Solo hago lo primero que me viene a la mente y ya. Además, dudo mucho que ellos vengan a buscarme aquí otra vez.

Ni bien llegué a su cuarto casi choqué con una enfermera que venía saliendo de adentro.

_ Hola. ¿Tú eres su amigo?_

_ Yo solo vine a traer algo..._ Levanté el paraguas, pero antes de que pudiera explicarle esa mujer me interrumpió.

_ ¿Podrías quedarte un momento?. Hoy no ha sido un buen día para él. Sus padres ya vienen en camino._ Me dijo sonriendo.

_ Espere... Yo no..._ Y otra vez me interrumpió

_ Solo serán unos minutos._ Insistió y luego se fue.

Dejé el paraguas sobre la cama de al lado y me acerqué lentamente sin hacer ruido, entonces me di cuenta que estaba dormido.

Cuando estuve aquí la noche anterior no me había dado cuenta de la cantidad de dibujos que tiene pegados sobre la pared...

Me quedé observando detenidamente cada uno de ellos y debo reconocer que eran realmente asombrosos...

Luego vi un cuaderno sobre la mesa de noche en el cuál había un dibujo de unos de ojos negros, los cuales se parecían mucho a los míos...

_ ¿Que carajo es esto?_ Murmure en voz baja.

De pronto aquel chico comenzó a quejarse e inmediatamente dejé el cuaderno donde estaba y me alejé un poco para que no se asustara cuando me viera allí.

_ Amm... Ah... Voy a vomitar..._ Murmuró entre dientes.

No tenía idea de que debía hacer. Solo se me ocurrió salir a buscar una enfermera urgente y por eso salí al corredor pero no había ninguna cerca que pudiera ayudarme.

Cuando volví al cuarto ví que el chico estaba de costado con su cabeza gacha.

Lo único que se me ocurrió en ese momento fue tomar un recipiente que encontré en el baño y de inmediato se lo acerqué para que pudiera devolver allí...

Él se limpio la boca con una mano y cuando levantó la vista se quedó mírandome sorprendido...

Era la segunda vez que nuestras miradas se conectaban de esa manera y fue algo perturbador, por eso tomé el recipiente y lo llevé al baño nuevamente.

Una vez que limpié todo, volví al cuarto y noté que ese chico estaba mírandome de nuevo, pero está vez yo esquivé su mirada.

_ ¿Porque estás aquí otra vez?_ Me preguntó.

_ Vine a devolverte el paraguas._

_ Llevas un buen rato aquí. Pude oírte._

_ La enfermera me pidió que me quedará hasta que llegara alguien._ Respondí sin mirarlo.

_ No hace falta que te quedes. Estoy acostumbrado a estar solo._

_ Da igual. Ya estoy aquí de todas formas._ Me senté en la cama de al lado.

Un silencio incómodo se generó entre nosotros y yo no sabía que hacer o que decir...

_ ¿Vas a la escuela?_ preguntó.

_ ¿Eh?..._

_ Que si vas..._

_ ¡Ya te oí! Y sí, aún voy a esa mier... Digo, a la escuela._ Le respondí de mala gana.

_ ¿En que año estás?

_ ¿Porque preguntas tanto?

_ Lo siento. Solo trataba de entablar una conversación._ Bajó la mirada apenado.

No sé porque de repente me sentí tan mal por haberle hablado de esa manera, lo más curioso es que yo nunca me siento apenado por tratar mal a los demás, pero con él era distinto.

No entiendo que estaba pasando conmigo pero al verlo en el estado en el que está, creo que ni la peor persona de este mundo se atrevería a hacerlo sentir mal...

_ E.. Estoy en el último año..._ Murmuré.

_ Yo también debería estar en el último año._ Sonrió de lado._ Eso quiere decir que tenemos la misma edad

_ No lo creo.

_ ¿Porque? ¿No tienes 17 al igual que yo?_

_ No... Yo..._ Me crucé de brazos y miré a un costado._ Repetí un año..._ Murmuré entre dientes.

_ ¿Como dijiste? No te oí.

_ Repetí el último año..._ Levanté la voz.

Estaba muy molesto. Es vergonzoso decirlo porque la mayoría de la gente siempre cree que soy idiota por no haberme graduado aún.

_ No es tan grave... Yo me quedé en el 6° año del primario.

Volví mi vista hacia él y noté que estaba sonriendo como si no le importara, pero aún así, detrás de esa sonrisa se denotaba una profunda tristeza...

De pronto me sentí como un imbécil por preocuparme por idioteces, cuando hay personas como él que tienen problemas mucho más graves que los míos.

Por un momento nuestras miradas se volvieron a cruzar una vez más y nos quedamos mirando por un par de segundos...

No sé como explicarlo pero sentí que ambos nos entendíamos sin tener la necesidad de hablar.

Solo reaccioné cuando la enfermera irrumpió dentro de la habitación e inmediatamente desvíe mi mirada hacia un lado...

_ Tu mamá ya llegó, cariño. Ahora esta hablando con el Doctor._

_ Está bien, Mary. Gracias._

_ De nada, mi amor.

Apenas se fue aquella enfermera, me levanté de la cama donde estaba sentado y me dirigí hacía la puerta.

_ Gracias por hacerme compañía._ Oí que me dijo antes de que saliera del cuarto.

_ Te debía una por lo de anoche._ Le contesté.

Cuando iba camino al ascensor me crucé con una mujer que me miró cuando pasé junto a ella.

_ ¡Espera!_ Me detuvo sujetándome del brazo._ ¿Tu eres amigo de mi hijo?

Al parecer se trataba de la madre de aquel chico.

_ En realidad no. Él anoche me prestó un paraguas y solo vine a devolverlo._

Me giré en dirección al ascensor y seguí mi camino.

_ Mary me dijo que te quedaste con él hasta ahora._ Me detuve dándole la espalda._ Gracias por acompañar a Liam.

No le contesté nada, solo asentí y luego me fuí...

Afuera ya estaba anocheciendo y debía regresar a casa para descansar.

Solo esperaba que aquellos matones no siguieran por ahí, ya que estaba realmente cansado y necesitaba dormir un poco...

Continuará...

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