estresada

NARRA MARION:

Nunca pensé que ser la secretaria de mi padre fuera tan complicado, prácticamente es la mano derecha de mi padre. Me gusta, me mantiene todo el día a mil y hace que mi cerebro trabaje más. Eso de tener que estar para mies de cosas a la vez es una vocación y deberían de recibir el doble de remuneración por esta tarea.

—Hija, tienes un momento —pregunta mi padre atreves del intercomunicador.

—Si, papa —respondo presionando el botón del aparato para que me escuche—. Voy.

Entro a l oficina de mi padre acomodando el pantalón que llevo, borrando alguna arruga. Me acerco a él y me siento en la silla libre frente a su escritorio.

—¿Cómo te fue en la reunión con el joven Black? —pregunta e inmediatamente aprieto las piernas.

—Excelente, quedamos en almorzar mañana para ultimar algunos detalles y ya estaría todo para el evento —respondo y el me mira como queriendo escarbar mi mente.

—Bien, bien.... ¿Y qué te parece como persona? Creo que es soltero —dice reclinándose en su silla y me lo quedo mirando, ¿enserio?

—Papa ¿Oficiando de casamentero? —pregunto y él se remueve en su silla.

—Hay hija es que ya me estoy poniendo viejo y tú por lo visto no quieres darme nietos, a esta altura moriré sin esa dicha —ruedo los ojos, otra vez con lo mismo.

—No exageres papa... —murmuro y me acerco a su silla para abrazarlo—. ¿Cenamos juntos con mama? —pregunto para desviar el tema.

—Si, de hecho, por eso te llamaba —murmura y me despego del abrazo y vuelvo a sentarme en la silla frente al escritorio de mi padre— hice una reservación en un restorán nuevo que dicen que es maravilloso y muero por probar las rabas que juran son lo mejor.

—Mama querrá matarte si comes frituras frente a ella —afirmo sabiendo como es mi madre con lo que nos llevamos a la boca.

—Si, lo sé —sin perder la sonrisa se levanta de su silla—. Ahora quiero que archives estos documentos y luego vamos a buscar a tu madre.

Tomo las carpetas que me tiende y salgo de su oficina para hacer lo que me dijo, al terminar le doy una revisada a la agenda para saber que tenemos mañana a primera hora y veo que tiene una reunión con la constructora de los hermanos de mi amiga.

Dejo todo organizado y apago la computadora justo en el momento en que mi padre se presenta ante mí y me tiende su brazo de manera caballerosa para ir a por mi madre.

En el camino vamos cantando una canción que se escucha en la radio, nos reímos porque siempre que la ponen ambos cantamos, si mi madre estuviera aquí estaría haciendo el coro. Llegamos a la casa de mis padres y como siempre mi madre elegante sale de la casa y besa mi mejilla antes de subir al coche.

—¿Cuándo conoceré a mi yerno? —ataca ni bien apoya su trasero en el asiento delantero del coche de mi padre. Ruedo los ojos. A esta altura voy a quedar tuerta con mis padres.

—Ya te dije que no tengo novio, mama —exclamo exasperada—. ¿Papa y tú se han puesto de acuerdo para fastidiarme? ¿Verdad?

—Hay como crees —responde mi madre dejándome ver como la loca—. ¿Tu folla amigo ya se cansó de ti? —pregunta sin rodeos.

—¡Mama! —indignada miro a mi progenitora— Deberían de tomarse unas vacaciones pronto y ocuparse de ustedes y dejar de meterse en mi vida privada, tendré novio cuando así lo desee y con respecto a tu pregunta, no, no sé a cansado de mi —finalizo cruzando mis brazos cansada de que me quieran emparejar a toda costa.

—Que bien hija, es bueno mantenerse activa —remarca mi madre como si todo lo que dije no fuera nada—, ayuda a mantener la figura —me quedo boquiabierta.

—¿Enserio? —refunfuño.

Por suerte llegamos al restorán, bajo del coche sintiendo mi estomago rugir. Si hablamos de los ejercicios y mantener la figura creo que voy bien. Veo una sonrisa ligera en los labios de mi padre, que le abre la puerta del coche a mi madre. Los tres junto entramos al restorán y por un momento se olvidan de mi “folla amigo” y el hecho que no tengo novio o futuro esposo.

Luego de la cena llego a mi departamento, mis padres me dejan frente a mi puerta antes de seguir su camino a su casa. Hace más de un mes que vivo acá y odiaba no he ido a buscar mi coche, mañana al medio día me pondré en eso, antes de mi cita con cierto personaje que me tiene suspirando.

Antes de entrar a mi departamento miro hacia el suyo, este todo oscuro y sin rastros de que este habitado, de seguro todavía sigue en el bar. Entro a mi departamento mirando la hora y percatándome que son más de las diez de la noche, por lo tanto, mi gigolo no llega hasta después de la medianoche.

Me dirijo derecho a mi dormitorio, necesito un baño relajante, luego de tanta insistencia maritales de parte de mis progenitores mee quedado con los nervios a flor de piel.

Lleno mi bañera y le hecho todo lo que tengo en sales y jabones haciendo que se llene de espuma. Antes de meterme a tomar mi baño super relajante busco mi reproductor de música y busco una lista de reproducción relajante. También para acompañar mi momento me sirvo una copa de vino y ya lista vuelvo al baño, me despojo de la ropa y me sumerjo en la tina burbujeante y fragante.

Me recuesto para disfrutar de la calidez del agua y el buen sabor que le proporciona el vino a mi paladar. Mis ojos se sierran inevitablemente y suspiro de gusto por lo cómoda que estoy.

Mi cuerpo poco a poco se va relajando, siento como paso de estar tensa a sentirme liviana. La música ayuda y por un momento me olvido de lo pesados que pueden llegar a ser mis padres con respecto a mi vida personal.

—¿Hay lugar para mí? —casi muero de un susto al escuchar a mi vecino hablar.

—¡Carajo! ¡Adrián, planeas matarme antes de tiempo! —exclamo posando una de mis manos en mi pecho.

—Lo siento princesa, no quería asustarte —dice llegando cerca de mí, se acuclilla y mete una mano en la tina para probar la calidez del agua— ¿Estresada? —pregunta sin apartar la mirada de mí, sus manos la siento en mis tobillos.

—Mucho, mis padres están en modo casamenteros y ya no sé cómo hacer para escapar de ellos —farfullo cansada de que mis padres insistan en que tenga pareja o más bien un marido.

—¿Quieres que te ayude con eso? —pregunta deslizando su mano desde mi tobillo hasta mi muslo y vuelve a mi tobillo. El roce es tan delicado que me saca un suspiro.

—¿Con el tema de mis padres o con las ganas que estas despertando justo en este momento? —pregunto sintiendo como el agua sube de temperatura o es mi cuerpo que se calienta.

—Las dos —aleja sus manos de mi piel e incorporándose se saca la ropa sin dejar de verme.

Se mete en la tina, masajea mis hombros, pero yo no necesito que sea cariñoso necesito ese lado salvaje que me seca la garganta y me hace olvidar de qué lado gira el mundo.

Al estar detrás de mí, es fácil voltear y besar sus labios. Lo hago y él se sorprende por mi urgencia.

—Necesito al salvaje pervertido, no al suave seductor —murmuro sobre sus labios.

—¿Cuándo nos casamos? —pregunta mientras toma mi cadera para cumplir con mis deseos.

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Anonymous

Anonymous

*Cierran

2024-05-14

0

Anonymous

Anonymous

No se ha cansado

2024-05-14

0

Graciela Peralta

Graciela Peralta

que harán ahora se casaran

2024-04-08

6

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