V.

Mayormente se utiliza la expresión ”El mundo es un pañuelo” para indicar nuestra sorpresa al encontrarnos con alguien de improviso en un lugar inesperado e incluso tomarnos con una misma persona en distintos lugares y,de ese modo, señalamos que el planeta tierra es mucho más pequeño de lo que realmente creíamos.

—¿Cómo es que conociste a mi hermana?— Indagó la morena, ambos caminaban tranquilamente por las calles aledañas a la preparatoria.

—¡El mundo es un pañuelo chica!— Emilio se lanzó una almendra a la boca.—¿Quieres?— mostró el empaque con las semillas.

Alma negó con la cabeza, el chico realmente era un personaje.

—¿A qué te refieres?— presionó

—Escucha bien Almita— se detuvo escrutandola con la mirada, su aura personal había cambiado radicalmente al punto que el gris de sus ojos se tornó oscuro —Tu hermana no es la única que sufrió a manos de la estúpida mafia europea, a diario miles de mujeres son traficadas para distintos objetivos —

La chica se sintió intimidada, se encogió de hombros en forma de protección.

—En fin— el chico movió la cabeza como un perrito cuando se sacude el agua. Su cabellera ondeaba por la acción. —Esperemos que eso acabe pronto... las mujeres deben vivir sin miedo—

Los cambios de humor de Milo provocaban tortícolis en la morena.

—¡ponte esto!— Le lanzó un casco, el cual Alma alcanzó a tomar entre sus manos.

—¿I.. i.. iremos en moto?— agregó con nerviosismo, jamás se había trepado a una.

—¡Qué inteligente eres!— ironía se apreciaba en la voz ronca. —¡Nooo!— Instó con gracia —¿¡Te da miedo!?—

Alma dirigió su vista a otro lugar —¡No todos carecemos de emociones!— masculló con los dientes apretados .

—Aaah.. aah... golpe bajo peque— una risa sincera se escuchó —¡Prometo manejar despacio!—

Alma asintio con la cabeza, aseguro su mochila y, tras ponerse el casco se subió a la Ducati Akrapovic amarilla.

Tal como lo prometió, Emilio no manejo con precaución pero Alma lejos de sentirse miedosa se sintió totalmente libre. El viento hacia ondear su cabellera lacia y oscura, todo aquel pesar en su corazón fue disipado por la adrenalina que provocaba una velocidad de 145km/h. Se sentía libre y principalmente feliz.

Milo pudo notar lo que provocaba la velocidad en la pequeña, por ello manejaba a alta velocidad pero con mucha precaución.

Tras media hora sobre la bestia amarilla ambos llegaron a una casa de súper lujo, está mayormente construida con paredes de piedra oscura y mucha, pero mucha cristalería.

La fuente principal estaba rodeada por una inmensa piscina con agua totalmente cristalina, ni siquiera una pequeña hoja estaba dentro, todo totalmente perfecto.

—La casa es muy hermosa— agregó la morena sorprendida.

Ambos descendieron de la bestia y se quitaron los cascos.

—¡Es muy bonita! mi padre se encargó de la construcción — orgullo se escuchaba en la voz. —Por acá —

Él la guió a una habitación, la única que contaba con cuatro paredes, en realidad parecía una bóveda de alta seguridad.

—Aquí hay cámaras por todos lados, los jefes quieren asegurarse que nadie sea obligado a firmar el contrato.

Léelo con detenimiento, regreso en 10 minutos— El pelirrojo se metió ambas manos en los bolsillos del pantalón y tarareando una canción salió de aquel lugar.

Un sobre color beige estaba perfectamente colocado sobre la única mesa, la morena lo tomo entre las manos con nerviosismo.

Comenzó a girar el hilo rojo sobre el eje del botón de seguridad, tras abrirlo saco la única hoja de dentro.

...•••••...

...”Acuerdo de confidencialidad "...

*Al firmar dicho acuerdo el sujeto se compromete a respetar las normas de la asociación, cualquier regla infligida pagará con lo más valioso que tiene.

...Su vida...

..._____________________________...

...Nombre y firma*....

...•••••...

Alma leyó el contenido de la única hoja, no era el mejor acuerdo redactado, ni mucho menos estaba avalado por alguna notaría.

No entendía absolutamente nada, por ende espero que apareciera la única persona a la que conocía.

Los diez minutos transcurrieron entre pensamientos enredados.

—¿Ya terminaste?—

Alma se espantó con la voz de Milo, ni siquiera escucho en qué momento la puerta se abrió.

—Todo es muy confuso... ¿Cómo firmar así como así?—

—Solo es un acuerdo, no puedes abrir la boca con cualquiera— Milo tomó asiento justo a un lado de la morena.

—Pero esto ni siquiera tiene valor fiscal—Posó sus ojos en los grises.

—El valor fiscal es lo de menos, esto está avalado por el poder superior, por la palabra de una persona— se encogió de hombros —Para los dueños de la asociación es más importante lo que tú demuestres... ¡No puedo hablar con claridad hasta que firmes!— su voz salió irritada.

Alma tomo el bolígrafo y garabateó sobre el papel. No sabía en qué lío se metía pero, segura estaba que Daniela valía el riesgo.

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