Descubriendo las mentiras .

Ya pasaron tres meses desde la fiesta del té y ahora se acerca el baile de otoño. Para ello, todo el reino se encuentra en un caos por las preparaciones que se están realizando.

El baile de otoño se celebra todos los años para dar la bienvenida a la estación, cuando todo el hermoso paisaje se pinta de color naranja. También celebran la abundancia de las cosechas en los campos de cultivo del reino. Este año era un caos: las tiendas de ropa estaban llenas y los sastres, costureras y bordadoras estaban muy ocupados realizando vestidos y trajes personalizados para el pueblo.

Todo esto porque se anunció que el príncipe heredero estaría presente en el baile. Al escuchar esto, la mayoría de las damas estaban ansiosas por tener la oportunidad de conversar con el príncipe e incluso tener la suerte de convertirse en su prometida.

---

Durante esos tres meses, Azura se encontraba desesperada, ya que su familia nunca le permitía salir del ducado, argumentando que estaba muy enferma y que el viaje en carruaje afectaría su salud.

Un día, quiso pedir permiso para aprender a pelear (en realidad, ya estaba aprendiendo en secreto con su entrenador privado, quien era el comandante). Hasta que una vez casi fue descubierta por su tío, por ello quería pedir permiso para practicar sin esconderse.

Durante ese tiempo, también descubrió que el té de medicina que le traía su doncella Ana cada noche estaba envenenado. No porque Ana le pusiera veneno, sino porque la doncella de su hermana ponía el veneno sin saber que era tal cosa.

Esto lo descubrió una mañana, cuando Azura salió temprano a ejercitarse. Al volver a su habitación, divisó a la sirvienta de Kami hablando con su ama.

Doncella de Kami: Mi señorita, la medicina que me dio para poner en el té de su hermana ya se terminó.

Kami: Entonces tienes permiso para salir al mercado y comprar el mismo medicamento.

Doncella de Kami: Sí, mi señorita... Usted es demasiado amable en cuidar de su hermana. Ella tiene mucha suerte de tenerla.

Kami: Bueno, las hermanas tenemos que cuidarnos. Ahora puedes retirarte.

---

Al escuchar esto, Azura corrió a su habitación, se puso una capucha y luego un parche en uno de sus ojos.

Azura: Ahora parezco una pirata.

Salió nuevamente a escondidas y siguió a la doncella que subía a un carruaje. En ese momento, vio una carreta de alimentos que salía del ducado y decidió esconderse entre los manteles que llevaban en ella; de esta manera pudo salir del ducado.

Al llegar al centro del mercado, vio dónde se detenía el carruaje, así que se bajó de la carreta y siguió a la doncella de manera sigilosa. La vio dirigirse a un callejón. Al estar a una distancia segura, se detuvo.

La doncella esperó unos cinco minutos en el lugar y de pronto apareció un hombre con una máscara, quien le dio una botella. Al recibirla, la doncella le pagó con una bolsa de dinero y se marchó. En ese momento, Azura se escondió dentro de unos barriles y esperó que se fuera la doncella. Cuando se aseguró de que ya no estaba, salió.

Azura: ¿Qué le pasa a esta doncella? ¿Cómo puede pensar que mi hermana la mandaría a comprar medicina a estos lugares oscuros? Es muy claro que esa "medicina" es una poción venenosa. ¡En vez de curarme, quiere matarme!

Al salir, vio a un hombre encapuchado que se acercaba corriendo, así que pensó que era un ladrón.

Azura: ¡Hasta en mis sueños hay ladrones! Parece que quiere robarme... ¡Ni lo sueñe!

Cuando el ladrón estuvo a unos centímetros, Azura puso su pie para hacerlo tropezar. El ladrón, al estar a punto de caer, sujetó del antebrazo a Azura para sostenerse, haciendo que Azura cayera encima de él.

Azura: ¡Qué mala suerte tengo!

Al levantar la vista, se encontró con la mirada del ladrón y descubrió que era el joven del bosque.

Azura: ¡Oh, tú eres el ch...!

El joven era el príncipe Jayden. Al ver a la joven, se sorprendió. Cuando Azura estuvo a punto de hablar, el príncipe le cubrió la boca y la jaló a un rincón de los toneles.

Azura: (Me quedo sin aire.) Golpea la mano de Jayden para que la suelte.

Jayden la soltó e hizo señas para que no hiciera ruido.

Príncipe: Ssssh...

Azura: ¡Oye! ¿Cómo puedes taparme la boca y la nariz? ¡Casi me dejas sin respirar! Además, ¿por qué nos escondemos? ¡No me digas que robaste a alguien!

Príncipe: (pensamiento) ¡Esta dama habla demasiado! Si sigue hablando, nos van a encontrar los hombres del ministro. ¿Qué hago para que se calle?

Jayden, cansado de insistir que guardara silencio, decidió cerrarle la boca... dándole un beso.

Azura se quedó en shock al sentir los labios suaves del joven. Su mente quedó en blanco y su rostro estaba más pálido que nunca, hasta que el joven se alejó, también avergonzado. En ese momento, tres hombres ingresaron al callejón, miraron alrededor y, al no ver a nadie, se marcharon.

Azura: ¿Cómo te atreves a besarme? ¡Era mi primer beso! ¡Ni en mi cuerpo real he besado a alguien y ahora en mis sueños me robas mi primer beso! ¡Tú... tú...!

Príncipe: (pensamiento) ¿Un sueño? ¿De qué habla? Además... también era mi primer beso. (sonríe) Me encantaría volver a callarla a besos... Es muy hermosa cuando se enoja.

---

Azura, al ver que no recibía respuesta, miró el rostro del joven, que estaba rojo.

Azura: (Suelta un suspiro.) Olvidé que no sabías hablar. Así que te perdonaré por esta ocasión. Pero, ¿quisiera saber por qué estabas corriendo? ¿Robaste a alguien?

Jayden negó con la cabeza.

Azura: Bueno, olvídalo, no es necesario que me digas.

Jayden, sin pensar, dirigió su mano hacia el rostro de la joven y acarició el parche. Azura apartó su mano.

Azura: No es nada. Sólo me cubrí para que no se asusten al verme.

Príncipe: (pensamiento) Parece que ha sufrido por sus ojos... pero a mí me parecen hermosos: uno como un zafiro y el otro como un océano sin fin.

Azura: Bueno, fue un gusto volver a verte. Hasta nunca.

Príncipe: ...Nunca digas nunca.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***