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Nos detenemos en una heladería, él aparca la moto y me bajo de esta.

Caminamos hacía en interior del local y nos sentamos en una de las mesas disponibles.

Una chica muy linda se nos acerca y nos ofrece el menú.

Casi me caigo de culo cuando veo los precios. POR LA VIRGEN DE LA PAPAYA de cuando acá un pinche helado cuesta tanto, los demandaré por aumento de precio.

Lo miró por encima de la carta, se ve hermoso concentrado, y sexy, observo como pasa su lengua por el labio.

Ojalá y esa lengua me tocara.

Caigo en cuenta de la suciedad de mis pensamientos y me doy 4 bofetadas mentales.

-Tienes fiebre- pregunta preocupado.

Niego.

-tienes la cara roja-expone.

Claro idiota, como quieres que no la tenga roja si acabo de imaginar tu lengua recorriendo mi cuelpecito y devorando mis labios.

Obviamente, no le digo eso.

-Es que los precios son un poco caros, ¿no crees?- bufo.

-Yo los veo normal.

Pinche gente con plata, esto le duele a mi bolsillo y no soy yo.

Extiende su mano y me toca la mejilla, instintivamente la apartó. Me mira desconcertado.

-Lo siento, es que no me gusta mucho el contacto físico- susurró.

Su rostro detona sorpresa, no se lo toma a mal, sino que me sonríe.

-Descuida, yo me encargaré de romper esa barrera, ya verás que dejarás que te toque mucho más allá-suelta esa gran insinuación y cubro mi rostro con vergüenza.

La palabra “pena” o “vergüenza” nunca había estado en mi diccionario ni en mi vida, pero con este chico cerca, añadiré esas palabras.

Escucho como se ríe, le propinó un manotazo no muy fuerte.

Ordeno mi helado de chocolate con fresa y trozos de Brownie, él pide uno de Pasticho con menta.

Arrugó mi cara en desaprobación, que mala combinación.

-¿Cuéntame de ti?, ¿a qué te dedicas?, ¿estudias?- pregunta.

-Por lo general siempre eres así de metiche o como.

Sonríe mostrándome un hoyuelo.

Santo padre bendito creo que moje mis pantis.

-Cuando algo o alguien me intriga sí, y tú despiertas ese interés en mí, ¿de qué te resguarda tanto Alyna?- su pregunta me toma desprevenida y desvió la mirada.

- no hay mucho que decir de mí, soy aburrida, actualmente soy escritora, y no, no soy de esas que escriben finales felices, solo escribo finales.- expongo y sus ojos se muestran curiosos.-Anteriormente estaba estudiando administración, odio los números, así que me tomé una pausa, pero pronto comenzaré con la carrera de derecho, fuera de eso toco el violín y me la paso leyendo o viendo anime. ¿Qué hay de ti?- pregunto.

-no eres aburrida en lo absoluto Alyna, ¿Quién te hizo pensar semejante idiotez?- pregunta, más no respondo.

Suelta un suspiro y pasa su mano por el cabello desordenándolo.

-Era gimnasta de trampolín, le dediqué toda mi vida a eso, lo dejé por algunos problemas, ahora soy profesor de baile y bailarín, no es por nada, mis dotes en baile son lo mejor- guiña un ojo y me sonríe de manera pícara.

-Vaya, ya sé quién me dará clases, pero te advierto que tengo dos pies izquierdos. Será todo un reto.-expongo.

-Me gustan los retos, así como me gustan los acertijos y las incógnitas, y tú mi querida Alyna, té has convertido en uno para mí.

Mi corazón comienza a latir frenéticamente, no sé por qué me siento muy ansiosa de repente.

Traen nuestra orden y nos limitamos a comer.

Después de eso seguimos paseando por la ciudad y conversando tranquilamente, me gustaba esta sensación de paz que me traía él, era diferente a todo lo que una vez llegué a sentir.

La noche estaba cayendo y me llevo de regreso a casa. Desde afuera podía escuchar los gritos de mis hermanas, estaban peleándose por un pie de manzana.

Me bajo de moto y él hace lo mismo, me acompaña como todo un caballero hasta la puerta.

-Me divertí mucho Alyna, ves, no eres aburrida, eres interesante.- dice poniendo un mechón rebelde detrás de mi oreja.

Las manos me comenzaron a sudar, Dios porque parezco una VIRGEN DE 15, apuesto a que me veo como una idiota en este momento.

-Yo también me divertí mucho, gracias por el paseo.

-No fue solo un paseo, Era nuestra primera cita, bueno la primera de muchas.

Miro sus labios y … AAAH POR UN DEMONIO, Porque TIENE QUE SER TAN SEXY.

-A-Ah bueno, está bien.- balbuceo como idiota.  Trágame tierra.

Acorta nuestra distancia y retrocedo un paso, así vamos hasta que mi cuerpo choca con la puerta.

Sus brazos se extiende hacia los lados acorralándome.

-¿Puedo darte un beso?- pregunta con cautela.

No muy segura por su cercanía asiento.

Cuando pienso que va a besarme, siento sus labios en mi frente. La decepción hermano.

O sea no es quería que me besara, bueno si, pero aja.

Lo oigo reír.

-Creíste que te besaría- dice con burla.

-Ja, ya quisieras tu probar mis lindos labios.

-Tienes razón, si quiero, pero no lo haré, al menos no por ahora.

Toma una distancia prudente y siento como el aire vuelve a mis pulmones.

Me quedo en mi sitio sintiendo los pies como gelatinas, esta sensación no me gusta.

Este chico despierta cosas en mí que pensé que solo ocurría en los libros que leía, y tengo un presentimiento que esto no terminara bien, no por ser negativa, sino porque me trajo un amargo recuerdo.

-Por cierto, ¿cómo sabías dónde vivía?.- le pregunto recordando que no le dije.

-Lo averigüé, Dulce sueños Alyna, vendré a visitarte pronto.- Agita su mano en mi dirección.

-Si es posible no vuelvas- las palabras salen por si solas. Me giro e introduzco la llave en la cerradura, cuando voy a entrar me percato que no se ha ido.

Me giro para comprobar lo que ya sé.

Algo cruza por su mirada, no logro descifrar que es.

-Eso no será posible pequeña, No me alejaré de ti, y sé que lo menos que quieres es eso.

Lo sentí como una promesa. Pero no quise darle vueltas al asunto, al final las promesas siempre se rompen de una u otra manera.

Entro a mi casa y lo escucho marcharse. Subo la escalera y entro a mi habitación.

Me tumbo boca arriba y únicamente puedo pensar en ese ser de humano.

Sonrió como una idiota, escucho unos golpecitos en la puerta, sé dé quien se trata, así que solamente formulo un “Adelante “.

Veo como Isadora entra en la habitación y se tumba a mi lado.

-Cuéntame que tal te fue- pregunta emocionada.

-Bien, me divertí mucho.

-Y si te divertiste tanto, ¿Por qué trae cara de haber leído un libro donde tu personaje muere?.

-no lo sé, me pone nerviosa, pero a la vez eso me gusta, pero no me quiero sentir así porque me fastidia, pero no quiero dejar de sentirlo.-escupo las palabras rápidamente, creo que ni yo me he entendido.

Mi hermana me observa como si me salieran 3 cabezas. Suelto un resoplido y tallo mis manos por la cara.

-tienes miedo a encariñarse y que salga un Tayler 2.0, ¿es eso?.

-Tal vez, no lo sé isa. -Respondo frustrada.

-No lo pienses mucho, solo deja que las cosas fluyan y ya, además apenas y se conocen, ayer ni siquiera sabias de su existencia, así que relájate y solo tómalo con calma.

Acaricia mi cabello y se pone de pie, ya en el marco de la puerta la oigo decir.

-No siempre puedes vivir con el miedo de salir lastimada Aly, únicamente porque alguien ya lo hizo no significa que te cerraras a todo lo bueno, eso no es vivida, te estás consumiendo lentamente, pero eres la única que no lo ve.

Sin más sale de mi habitación dejándome sola. Siento un nudo en la garganta, pero me prometí que no volvería a llorar, y menos por él, no lo merecía.

Pero como dije las promesas se rompen, así como se rompe un alma. Porque el corazón es solamente un órgano que bombea sangre.

En cambio, el alma es la que siente, y sí, tenía el alma rota, muchos dicen que “les rompieron el corazón” supongo que tiene menos peso que decir “Me rompieron el alma".

Mis lágrimas se acumulan en mis ojos para luego deslizarse por mis mejillas, sollozo porque aún duele la herida y los recuerdos.

No recuerdo por cuanto tiempo estuve llorando, únicamente que el sueño me venció y cerré los ojos.

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