Promesas

¿Porque me has traído aquí Danilo?

- quiero que seas feliz y que veas cuánto me importas.

- si te pregunto algo me juras que me dirás la verdad?

- si, lo juro.

- a cuántas mujeres has traído a este lugar.

Danilo frunció el seño.

- juraste decir la verdad.

repitió Elizabeth.

- Hubo un año que las cosas no iban muy bien en la empresa, haga lo que haga todo salía mal.

- ¿y eso que tiene que ver con mi pregunta?

- solo escúchame un momento Elizabeth.

Me sentía abatido, confundido, me sentía extraño, como si no mereciera estar en el lugar que me encontraba, como si no me correspondiera, me sentía muy frustrado. Bien, un día el Sr Recalde me dijo que me tomara unos días para pensar y me dió las llaves de este lugar y lo ame, la paz y tranquilidad que sentí en este lugar me ayudó a recapacitar, a ver las cosas de otra manera, a sentirme en paz conmigo mismo, en una semana volví a la empresa, arregle todos los problema y la empresa no paro de crecer. Luego de eso compré esta casa. Cada vez que me siento estresado vengo aquí solo, nunca traigo a nadie, tu eres la primera persona, además de mi y los empleados que viene a este lugar.

- ¿ y porque me trajiste?

- porque quería que te sintieras tan bien en este lugar como me siento yo.

- Danilo te agradezco lo que haces pero esto no está bien, soy tu empleada.

- Elizabeth, por favor no hablemos de eso hoy, solo disfrutemos de este momento.

Elizabeth asintió, ambos comenzaron a comer y a hablar de cosas triviales. El tiempo pasó y la hora de regresar llegó.

- ¿ te parece si volvemos?

- si ya es tarde.

contestó Elizabeth. Danilo se paró y la ayudo a levantarse luego la tomo de la mano y se dirigieron al auto emprendimiento el camino de regreso. Al llegar a la mansión Danilo la acompaño a su cuarto y en la puerta ambos se quedaron parados unos minutos sin decir nada, un poco nervioso. Elizabeth rompió el silencio.

- Fue una hermosa velada.

- ¿ enserio te gustó?

- si, nunca había visto un lugar tan lindo.

- entonces tendremos que salir más seguido, hay muchos lugares que puedo mostrarte.

- Danilo no tienes que hacer esto.

- si pero quiero hacerlo.

- te agradezco la hermosa noche que pasamos pero no debes pensar que algo pasara entre nosotros, porque esto nunca funcionará, lo siento Danilo no se porque no quieres verlo.

-si eso es lo que piensas lo respeto, pero no puedes culpar por intentarlo y lo seguiré haciendo.

- pero Danilo....

- Elizabeth ¿quieres saber que pienso?

- si, dime.

- pienso que tú no quieres ver la realidad, pienso que tú eres perfecta para mí y espero ser perfecto para ti y si no lo soy, haré lo que sea para serlo, para ser lo que tú te mereces. Intentaré que puedas verlo como yo lo hago.

Elizabeth no supo que decir, jamás espero escuchar esas palabras, pero Danilo no podía descifrar que pensaba ella por lo que decidió despedirse antes que ella pusiera un freno a todo esto, le dió un beso rápido en los labios y se fue.

- hasta mañana Elizabeth, descansa.

- hasta mañana Danilo.

Cada uno se fue a su habitación y esa noche tardaron en dormir.

A la mañana sigue Danilo se levantó y Elizabeth ya tenía el desayuno preparado.

- Buen día Danilo.

- Buen día Elizabeth, que rico se ve todo.

- gracias, la cocinera me ayudó a prepararlo.

- has visto a mí madre?

- Ella se levantó temprano dijo que desayunaría con unas amigas.

- bien comenzamos entonces.

Danilo tomo una silla para que Elizabeth se sentará y luego de esto, el tomo su lugar. Mientras se alimentaban Danilo pregunto

- ¿cuando podré tomar café Elizabeth?

- muy pronto, el la próxima cita con el médico le preguntaremos.

- espero que sea muy pronto.

- lo será, creo que ya estás recuperado y podrás comer lo que quieras.

- si? lo que quieras? lo prometes?

- si claro, ya no habrá necesidad de seguir haciendo dieta.

- eso es bueno, estoy muy necesito.

- ¿de que estás hablando Danilo?

- ¿tu de que crees que habló?

pregunto con una sonrisa pícara.

- dejémoslo así.

- Recuerda que hiciste una promesa.

- Danilo!! pensé que hablabas de la comida.

- no me digas que ya lo olvidaste.

Elizabeth se quedó pensativa ¿de que promesa hablaba Danilo? este juego de palabras no le gustaba y la hacían hablar de temas que no quería tocar. Elizabeth respiro profundo y dijo.

- ¿ a qué promesa te refieres?

Danilo se levantó de la mesa, ya había terminado de desayunar y dijo.

- prometiste que el día que pudiera tomar café me llevarías un gran desayuno a la cama.

Danilo comenzó a caminar hacia la salida.

- a si claro que lo haré, fue una promesa y cumpliré con ella.

contestó Elizabeth.

- y tú desayunaran conmigo?

dijo mientras se güiro a verla muy sorprendido.

- si claro es lo que prometí.

- será un gran día ya que también prometiste hacerlo estando desnuda y en mi cama.

Elizabeth se quedó unos segundos quieta tratando de recordar esa conversación.

- vamos Elizabeth, ya debemos irnos a la empresa.

Elizabeth corrió a tomar su bolso y luego tras él.

- yo no prometí eso.

dijo entrando al auto.

- claro que lo hiciste.

contestó Danilo cerrando la puerta para luego caminar hacia el lado del conductor. Al entrar al auto Elizabeth volvió a hablar.

- jamás pude prometer tal cosa y lo sabes.

- pero lo hiciste y tendrás que cumplirlo.

- no lo haré.

Danilo se güiro lentamente y acercándose a ella con una sonrisa pícara le dijo.

- claro que lo harás.

y le dió un beso en la mejilla. Esto hizo que por la cabeza de Elizabeth cruzarán imagenes de los dos en la cama de Danilo y la respiración de Elizabeth se entrecorto, ella trato de disimular mirando a la ventanilla pero él supo que ella lo deseaba, por lo que le dió unas palmaditas en su rodilla y le dijo.

- tranquila todo va a estar bien, te doy mi palabra.

Elizabeth tomo la mano de Danilo y la apretó suavemente.

Muchas cosas pasaban por la mente de Elizabeth, no quería ser una aventura, no quería perjudicar su trabajo, ¿ y si las cosas salían mal? cómo experiencia tenía lo que había sufrido en la clínica donde trabajaba, el médico que se había sobrepasado y luego le dijo a todos que ella lo acosaba, nadie creyó el ella, todos apoyaron al prestigioso Dr González. y luego de eso nadie la quiso contratar. Si no fuera por Gabriel, el único que si le creyó, no sabría que sería de ella en este momento.

Todos los miedos de apoderaban de su mente, pero el deseo crecía y ya no le permitían pensar bien. El ogro que había conocido en un principio ya no existía y eso lo hacía aún más difícil, además ella también había estado sola por mucho tiempo y pasar tanto tiempo con Danilo hacia muy difícil mantener la ética profesional. Últimamente todas las noches soñaba con él y al despertar deseaba estar a su lado y tenía el impulso de ir a su habitación, pero no lo hacía. Otras veces los sueños eran tan reales que cuando despertaba aún creía que Danilo estaba en su cama, que eran una pareja y eso la colmaba de felicidad, hasta que descubría que no era así y la tristeza llegaba a ella, entonces pensaba que quizás si podrían estar juntos y tener una relación estable, pero solo era un sueño, nada de eso era real y por su bien debía mantener los pies en la tierra

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