La mirada de Hapelfull Chan era de odio, sabía que me seguiría aunque me alejara, decidí esperarlo en el techo de una casa cercana.
Aún así no estaba listo para oír lo que diría, aún estaba muy perturbado por el encuentro con el niño, no esperaba volver a ver a alguien como Nai Chan. Tampoco esperaba que Hapelfull Chan despertara la habilidad de ver los hilos.
Aunque jamás le hable al respecto, quizás siempre pudo verlos.
_¿Que demonios señor Shugo? ¿Qué fue lo que hizo?_ finalmente llegó y estaba furioso.
No podía mirarlo directamente a los ojos. Hapelfull Chan fue mi primer amigo desde que perdí la vida. Esperaba volverlo a encontrar algún día pero no de esa forma.
Hapelfull Chan fue un niño que conocí en Noruega, su padre era un desgraciado golpeador. Y lo ayudé a ahuyentarlo para salvar a su madre. Después de que el padre se fué, le ofrecí viajar conmigo pero decidió quedarse con su madre. Aún así le enseñé todo lo que pude para que sobreviviera por su cuenta. Era doloroso verlo tan enojado después de tanto tiempo.
_Después de que pases un tiempo con él así entenderás que lo hice por su bien._ si lo hubiera hecho por Nai Chan, si hubiera sido tan fuerte entonces...
_No eres quien para decidir eso, debes deshacerlo_ ¿Cómo explicarle a un niño que acaba de perder un amigo que era lo correcto?
_Aunque quisiera deshacerlo ya no puedo, corte los hilos.
_ ¿Qué hilos?¿De que me estás hablando?_ Mis oídos lo escucharon pero no lo comprendieron ¿Si no conocía los hilos? Entonces ¿Cómo es posible que el niño pudiera verlo?
_ ¿No ves los hilos? ¿Cómo es que el niño puede verte? _ el rostro de Hapelfull Chan lo decía todo, no tenía idea de lo que le hablaba. ¿Acaso el niño veía a todos los fantasmas?
Incluso si hubiese sido el caso quitarle la habilidad significaría que esa podría haber sido su única oportunidad de llevar una vida normal.
_No se porque puede verme pero me ve, o más bien me veía hasta ahora, y es tu culpa. _ Hapelfull Chan estaba muy enojado para oír razones así que lo dejé ser.
_Yo te consideraba mi amigo_ después de decir eso se fue, ahora estábamos a mano. El perdió un querido amigo y yo también.
Continué mi eterno camino pensando en aquellas palabras de Hapelfull Chan.
Mientras andaba dando vueltas meditando, la risa de un espectro captó mi atención.
Era una señora aterradora con ojos muy rojos y vestido negro, detrás de ella había un joven, flaco y mal vestido, parecían estar discutiendo. No me hubiera entrometido de no haber escuchado a la señora decir “vete a morir a otro lado aquí moriré yo”
_Con todo respeto, ambos están muertos_ les dije mientras me reía burlándome de ellos
_¿Y? Crees que por ser un fantasma eres inmortal. Estás equivocado._ me sorprendieron las afirmaciones de la señora, así que pedí disculpas y más información. Resulta que los espíritus pueden morir de dos formas. La primera es quedándose sin energía, simplemente desaparecen. La segunda es sobrepasando el límite de energía cuando alcanzas el máximo de tu poder y lo rebasas eres arrastrado al infierno.
Solo existía una excepción a esta regla. Los que tenían un alma infinita. Las personas que tenían almas infinitas suelen tener habilidades especiales desde su nacimiento, como ver el destino o a fantasma, muy rara vez ambas. En la antigüedad estás personas aprovechaban la energía de su alma para practicar hechizos y conjuros, se convertían en brujas, magos, chamanes, médiums u oráculos depende el lugar del mundo. Al morir sin asuntos desaparecen como cualquier humano, pero si se convierten en fantasmas no pueden desaparecer, su alma seguirá produciendo energía por si misma aunque no asuste a nadie. Y sobrepasará los límites aunque no haga nada.
Solo tiene una forma de morir un espíritu así. Matar a un humano vivo con el mismo don, es un boleto de ida al infierno.
La información era muy útil, pero me dejaba aún más desconcertado, yo le había quitado los poderes a un niño de esos, y había causado la muerte de una niña de esas también.
Y yo mismo podía ver los destinos pero fue una habilidad que obtuve cuando moría, los de almas infinitas los ven toda su vida.
Cansado de vagar y meditar volví sobre mis pasos. Decidí volver después de unos meses a ver cómo seguía Hapelfull Chan y el niño, si el tiempo me hubiera dado la razón Hapelfull Chan me habría perdonado para entonces.
Hapelfull Chan estaba fuera de una institución escolar cuando lo encontré, supuse que el niño estaría adentro y entré.
Lo busque por los salones pero no lo encontré, en el baño de hombres un chico se vestía con ropa que sacaba de la basura, no creí que fuese el mismo niño que había visto meses atrás, fue innegable cuando saco un cuaderno con la cara de Hapelfull Chan dibujada.
No podía preguntarle qué le había ocurrido, no tenía forma de escucharme. Su expresión no era la de un niño al que habían molestado, estaba completamente indiferente, he visto muertos con más vida en los ojos que ese niño.
Volví al portón dónde estaba Hapelfull Chan.
_ ¿Cómo está el niño?_ Pregunté, sabía que seguía molesto, pero realmente quería saber.
_Su nombre es Angel Frost, me molesta la manera despectiva en la que te refieres a él como “Niño”_ Angel Frost y Engel Hapelfull, estaban destinados a conocerse seguramente sus nombres significaba cosas parecidas.
_ Lo siento no sabía su nombre, ¿Cómo está Frost Chan?_
_ No tengo porque decírtelo, averígüelo usted mismo señor Shugo_ decidí hacerle caso y comencé a seguirlos en silencio.
Hapelfull Chan actuaba como si no estuviera ahí por lo que no era muy complicado observar sin distraerme.
Aunque fuera en silencio permanecíamos los tres juntos casi todo el tiempo.
Frost Chan era un niño muy sombrío y triste, apenas sonreía cuando alguien le hablaba pero incluso así no era una sonrisa honesta. Él y Hapelfull Chan hablaban un poco gracias a unas latas de colores por la noche, y pegaba dibujos de Hapelfull Chan en la pared.
No parecía un niño fuera de lo normal, quizás un poco depresivo pero hay niños así en el mundo, no me extrañaba. Lo único sorprendente de él era su energía, después de pasar tiempo con él pude sentirla, no era para nada como la de Nai Chan, era muchísimo más fuerte, abrumadora de a ratos. Estando cerca de él no necesitaba más de nada para existir, incluso si no podía verme.
Hapelfull Chan lo seguía casi a todos lados, solo evitaba la escuela, por un tiempo lo imite pero sentí curiosidad.
Había varios espíritus dispersos en la escuela, como de todas formas estaba aburrido me pasé el día hablando con todos ellos, todos ellos conocían Frost Chan y decían cosas muy diferentes unos de otros pero todos ellos estaban de acuerdo en dos cosas.
La primera: que Frost Chan solía ser el niño más alegre que hayan conocido, pero que de un día para otro su alegría se esfumó sin dejar rastro y ya no volvió verlos ni a escucharlos como antes.
La segunda: que si tuvieran algo de poder ayudarían al niño.
No entendí lo segundo en ese entonces, pero si de poder se trataba sabía que podía ser útil. Busque al niño para ver qué hacía pero no lo encontraba. Un espíritu me dijo que estaba en el baño del segundo piso porque aquel baño estaba fuera de servicio y nadie iba allí.
Recordé que fue en ese baño donde lo vi vestirse con ropa de la basura.
Cuando llegué a la puerta del baño un espíritu me detuvo.
_¿Eres amigo de Angel?
_No exactamente ¿Por?
_ Si lo eres no deberías entrar, no hay nada que puedas hacer y no es algo que quieras ver._ asentí y entre de todas formas.
Frost Chan era un niño de primero de primaria con mucho talento para el dibujo y pocos amigos, tenía la edad de Hapelfull Chan cuando murió, unos 6 años definitivamente no merecía pasar por eso.
Su ropa la sostenía un niño del doble de su edad, mientras otro niño igual de grande apretaba su cuerpito desnudo contra la pared, otros 5 niños más pequeños le tiraban piedras, palos, insectos, llenaban bolsas con cosas para tirarle, lastimaban su piel, la pared ya tenía sangre seca además de la que salpicaban las heridas nuevas, torturaban frente a mis ojos a un niño por ser diferente, quería hacerles pagar. Estaba listo para atacar a los niños cuando comprendí algo que me paralizó.
_¿Creíste que escaparías por siempre? Solo tuviste buena suerte un tiempo Angel Raro_ Frost Chan miraba el suelo con los ojos llorosos pero sin permitir que ninguna lágrima cayera.
Esos matones no podían agarrarlo porque Frost Chan los evitaban gracias a los hilos. Era mi culpa que ya no pudiera evadirlos.
_¡Lo siento!_ caí de rodillas al suelo y le grité con todas mis fuerzas, pero él no podía oírme. Cuando sonó el timbre lo dejaron solo, desnudo y tirado en el suelo.
Temblando se levantó, quitó su ropa de la basura y se vistió, tomó su libro y sonrió con alivió revisando que estuviera entero.
Salió lentamente del baño y se sentó en el salón de clases como si nada hubiera pasado.
_ Angel dime ¿Puedes hablar con mi abuela otra vez?_ una niña sonriente se le acercó
_Lo siento ya no tengo ningún súper poder_ Frost Chan sonreía con gentileza, viéndolo bien su sonrisa es muy bonita, pero siempre dura muy poco. La niña se fue ofendida diciéndole que ya no era interesante.
Este niño que veía fantasmas desde su nacimiento moldeo su identidad a raíz de esa habilidad y la llamó súper poder, las personas a su alrededor se dividían entre los que querían atacarlo por ser diferente y los que lo admiraban por serlo.
Le quité todo.
Dibujó toda su hora de clase hasta la hora de salida, de ahí fuimos a un parque donde pasó sentado hora y media más mientras su madre coqueteaba con el tipo que limpiaba el parque.
Después ya anocheciendo de nuevo a la casa.
_¿Engi estás aquí?_ Hapelfull Chan tiro una de las latas de colores para responderle, fui yo quien le enseñó a mover cosas pero creí que lo usaría para asustar vivos no para hablar con uno.
_El último día que nos vimos te viste con un amigo y te alejé injustamente, lo prejuzgue. Pero quiero que sepas que cuando nos volvamos a ver puedes traer a tu amigo de visita, quiero conocerlo y conocer su historia, algo muy malo debió pasarle, quiero ser su amigo también y ayudarlo a superarlo. _ hablaba de mi, no me temía ni me guardaba rencor, ¿Sabía siquiera que todo era mi culpa?
Mi mente no daba crédito a lo que oía. No podía, no quería que lo hiciera, no me trates bien, no quieras conocerme ni ser mi amigo, soy peligroso, lastimo personas, no lo hagas.
Frost Chan pegó otro dibujo en la pared, un dibujo mío. Frost Chan me dibujo a mi.
_Niño… Frost Chan jamás volverás a verlo, _ no me escuchaba pero no importaba.
_ No lo escucha, gracias a usted._ me dijo Hapelfull Chan, estaba perdiendo los estribos
Salí de la habitación, Hapelfull Chan salió detrás de mi.
_No es necesario que me sigas Hapelfull Chan._ mi mente estaba fuera de si, la culpa me carcomía junto con la impotencia de no poder hacer nada por él.
_Quice hacerlo_ no quería que lo hicieras, no me perdones, no lo merecía, no lo merezco.
_Tienes razón en odiarme, arruiné su vida. Igual que como arruiné la de Nai Chan.
_¿Y que haras para solucionarlo?_ ¿Qué podía yo hacer? Me quebré en llanto mientras Hapelfull Chan me miraba. Debería sentir vergüenza.
_No puedo hacer nada. Solo quedarme aquí sintiéndome fatal_
_Puedes esperar a que nos vuelva a ver, el prometió que lo conseguiría_ eso me calmó al fin, eso era algo que podía hacer, puedo permanecer a su lado hasta que se muera, como hizo esa estúpida promesa no podrá descansar en paz y entonces podré contarle lo que le hice, y podré pedirle perdón, y entonces quizá podríamos ser amigos los tres . Era un plan perfecto. Era algo que yo podía hacer, ¿Solo esperar a que se muera que tan complicado puede ser?
_Eso es lo que haré._
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