Estaba arrastrando los pies. Exhausta llegué a la puerta de mi cuarto y me arrodillé en el respaldar de mi cama. Agarrandome el pecho, pensando mil cosas en la cabeza; así de rendida estaba.
Sentía que con cada respiro mi vida se espesaba más.
Mis ojos me pesaban de agotamiento. Así que me aferré a la sábanas y con la poca fuerza que tenía me abalance a la cama.
Suspiré y cerré los ojos.
Imagine que caía en un agujero. En realidad me sentía así. Todo era negro, letalmente negro. Mi cuerpo flotaba sin medida.
Era aliviador pero aterrado. No sabía si mi caída libre iba a doler o no. Pero por ahora seguía cayendo más a fondo... hasta que...
- ¡Amber! ¡Hija! ¿Estás bien?
- Sí, pasen
Mi padre pasó y me observó, me tomo el pulso y me revisó. Estaba algo intranquilo.
- Estaba por dormir ¿Qué pasó? — abrí mis ojos y lo mire desde mi posición, recostada.
- Leonardo me contó que — lo pare
- ¿Le crees a Leonardo entonces? — estaba decepcionada de mi padre, me levante un poco
- Él me dijo que estabas aturdida
- Sí, lo estaba, pero no es lo que tú crees. Ahora me encuentro estable — mentí — me voy a dormir, me siento cansada.
- Mañana hablaremos
- Sí, también deseo hacerlo.
Lo vi irse y me sentí prisionera en mi gran casa. Entre estas paredes bien construidas y sólidas.
De pronto entró Patrick y me miró con arrepentimiento.
Sabía que lo descubrí.
- Patrick
- No todo es así...
- No importa — baje la mirada
- Amber, es complicado — suspiro y se toco la cabeza — contigo siempre es complicado
- ¿Por qué? ¿Por qué me evitabas?
- Porque estoy agotado de todo esto, quiero una vez que todo sea normal.
Lo vi y sentí empatia por mi hermano. Agarré valor, me levante y lo abrace.
Mis lágrimas estaban calientes y él también me abrazo con fervor. Nos necesitábamos el uno al otro y entendía su dolor. Su frustración y su cansancio.
- Esta bien — suspiré — te amo
- También yo — lloró silenciosamente — no sabes lo mal que estuve al no poder acercarme a ti, pero lo necesitaba, necesitaba poder independizarme de ti.
No puedo vivir pendiente de ti.
- Te entiendo — solloce — pero en serio me dolió tanto como a ustedes o peor. En serio, no quiero que piensen que soy culpable porque no lo soy.
Pero aprendí que mi mejor compañera era mi soledad.
- ¿Qué? — se alejo de mi un momento
- Solo yo misma puedo sanar mis heridas y era hora de que tengas tu propia vida sin depender de mí. Ni yo de ustedes. Solo que... Yo empecé primero y ustedes seguían aferrados a mí.
No te culpo de nada hermano. No te culpo porque sufriste y jamás me va a gustar de que sufras y menos por mí.
- Eres lo más importante en mi vida —me tocó la mejilla — nacimos juntos; toda una vida a tu lado y hasta ahora. Tengo pavor de que alguien te pueda lastimar o que vayas a estar en peligro.
- Ya sé que moriré
Su rostro cambió y se torno de tristeza a la de terror pero trate de calmarlo. Aunque no haya reaccionado.
- Tarde o temprano moriré Patrick, lo siento en los huesos. — agarre de su mano fuertemente — Deberás ser fuerte y sobre todo, deberás dejar que haga lo que quiera con mi vida. Yo haré lo que sea para buscar mi felicidad. De ahora en adelante no herire a nadie más.
- No Amber — se pasmo por completo — hermana yo — se le corto la voz mientras se arrodillaba — te prometo que cambiaré eso.
Lloraba tanto que dolía en carne viva.
Trate de ser fuerte, porque aunque me destruía verlo así, tenía que darle ánimo. Él tiene toda una vida y no permitiría que se dejara vencer por la angustia.
Me arrodillé y lo besé por todo el rostro. Lo sujeté de este y lo vi a los ojos.
- Siempre serás mi más grande amor. El amor que me mantiene viva después de todo. Porque nunca, escuchalo bien, nunca permitiría que trunques tu vida. Mucho menos por mí.
Quiero que vivas lo que yo no viviré, ¿Me entiendes?.
Lo que no podré hacer y tanto anhelo.
Ser feliz con un amor de verdad, con tu alma gemela. ¿Me lo prometes? — secaba sus lágrimas y lo consolaba. Acariciaba su rostro delicado y suave mientras le sonreía tiernamente — serás feliz a pesar de todo.
- Tú vas a vivir y nuestros hijos serán tan unidos como tú y yo.
Yo te veré con tu vestido de novia cuando te cases y seré tu pareja de baile de graduación al terminar la carrera.
- Patrick — dije con lástima
- ¡Aún no vas a morir! ¡No lo permitiré!
- La enfermedad me va consumiendo poco a poco, lo siento, ya mi cuerpo esta cansado.
- ¡¿Te vas a rendir tan fácil?!, y si lo haces ¿Crees que yo lo haré?
Pues estás equivocada. Tú vivirás, lo harás, tendrás hijos, un esposo y una familia, estarás en mi boda y verás a mi primogénito, te alegrarás — se le quebró más la voz mientras yo solloce, me tape la boca porque quería ahogar mis sollozos — tus hijos y los míos serán como hermanos. Seremos una bonita familia y me vas a ayudar siempre que lo necesite.
Recuerda bien, hermana.
Yo te salvare pase lo que pase. ¿Ok? — me abrazo y me beso en la frente. Nuestras lágrimas fluian y nuestros corazones estaban exaltados. Esto era mucho para mí pero su perseverancia y su esperanza me dieron una luz. Sonreí.
- Siempre estaré junto a ti. Nunca me dejes hermano.
Me quedé abrazándolo, amaba su perfume que me envolvía por lo rico que olía.
Patrick y yo somos tan diferentes pero es mi complemento. Éramos iguales físicamente pero... En carácter, distintos.
Yo era paz y tranquilidad. Él es la fuerza y perseverancia.
Mi hermano me daba ganas de luchar y seguir con mi camino. No resignarme. No lo haría. Tenía una nueva meta.
Vivir por las personas que amo.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 100 Episodes
Comments