Empecé a escribir minis hace corto tiempo.
Como siempre que escribo, lo hago sin técnicas, ni pensando en las repercusiones temporales de los escritos, debe ser por eso que me gusta escribir, me permite ejercer mi derecho a la rebeldia.
Y siempre escribo con las venas abiertas, sangrando sentimientos.
Así escribi estos minis, en tres noches, pensando en una sola cosa: la increible y maravillosa experiencia de amar a una persona y las consecuencias de este acto innatural de dejar de pensar en uno para enfocarse en otro. También están los desamores, los amores confusos, lo que no son amores, pero pretenden serio, en fin de toda
También los escribi pensando en mis amigos, en lugares comunes, en historias compartidas, pero principalmente para ofrecerles estas líneas, escuetas, pero llenas de cariño por todos ellos.
Por supuesto mi esposa Patricia es la mayor de mis inspiraciones en el amor.
El 33 es por la cercanía a esa edad que a los hombres se nas plantea como un reto: un árbol (14 para ser exactos allá en Dean Funes-Córdoba), un hijo (Mathias Eduardo rey de mis conquistas diarias a la vida), un libro (este).
Gracias, inmensas gracias para ti, que sabes que esto me gusta, que esto es lo mio, que aunque me falte bastante, nunca seré del tipo que no lo intenta, ya sabes, me gusta contar historias, te conté alguna en algún momento y por eso tienes frente a ti este regalo, espero lo aprecies, espero lo compartas. Gracias nuevamente