Es el canto del agua de una libertad, que se encuentra empañada de una mugredad, en sus venas.
La tomaré, me desmallare, y no se quién o quiénes me levantarán, de pronto unas hermosas damas o unos grandes hombres robustos; pero creo que son unas damas de esa de la vida libre que venden sus cuerpos.
Ahora mismo, me están llevando cargando, mareado, viendo sonanbulandia , estrañeses, de un amor maltrecho por una dama que me dejó una nota y que me destruyó.
No me lleven digo yo, pero no escuchan, será que ya estoy muerto y por eso me siento lleno de libertad.
Me levanto y ya estoy de regreso y me acuerdo solo de una de esas damita y mi cuerpo nace otra libertad, que es amarla y buscarla, porque ella es mi río de libertad.