Hoy miré tu foto, bno en realidad siempre lo hago.
Sonreí algunos segundos y recordé algunos de nuestros momentos, fue muy vagamente...
No le veo mucho sentido al escribir así, no lo leerás, no sabías, pero si pudiera te diría todo esto directamente.
Te extraño todos los días.
Y mirá que cuando te fuiste, te lloré demasiado, aún lo sigo haciendo, pienso en tí todos los días y anhelo volver a entrar por la puerta y que tú vengas hacia mí y me mires cómo solias hacerlo, deseo que te recuestes a mis pies y te duermas como antes, quiero que vuelvas a seguirme a todos lados, quiero que traigas tu plato cuando tengas hambre (aunque ya te haya servido dos veces seguidas), quiero que vuelvas a dormir en mi cama, quiero que tomes mis peluches cómo tu montón de almohadas, quiero que seas quien me haga compañía cuando tengo casa sola, quiero ir al baño y que me acompañes, quiero tener nuestros paseos a mitad de la madrugada, quiero que hagas tus berrinches cuando no querías caminar más, quiero que robes los zapatos de papá, quiero contarte todo y que me mires con cara de "que pedo contigo", quiero abrazarte de nuevo y sentir tu pequeña nariz húmeda contra mi mejilla, quiero cargarte cómo si fueras un bebé, quiero escuchar música contigo y obligarte a bailar conmigo, quiero jugar a trae la pelota, quiero tenerte de vuelta.
Cómo dice una canción "No hay dolor que duela más que el dolor del alma" y la verdad que si pudiera pedir un deseo volvería a ese jueves por la tarde, te abrazaría y te diría que te amo hasta morir, poder verte a los ojos una vez más ...
Han pasado 101 días y sigue doliendo cómo si fuera ayer, a veces lo olvido, olvidó que no estás más conmigo y me "agüito" pero sé que no puedo dejarme caer así, tú fuiste un regalo, el mejor regalo que podría haber deseado, fuiste increíble de todas las maneras, me enseñaste a amar a los animales, me enseñaste lo que era el amor incondicional, me enseñaste demasiado y estuviste conmigo en mis peores días, en los mejores y en los más traumados, en noches de desveló, cuando llegaba tarde del trabajo, cuando cenaba y solo estábamos tú y yo en la cocina, cuando era invierno y ambos teníamos tanto frío pero nunca team calor, cuando era navidad y la abuela no quería que estuvieras adentro pero aún así nos metieron a escondidas, cuando era tu cumpleaños y te daba una pelota nueva, la rompiste y seguiste jugando con una alegría increíble.
Te extraño, te extrañé y extrañaré, mis hermanos también lo hacen y mis papás igual.