—No te entiendo — ¿Por qué el sarcasmo?
—¿Sientes envidia, de que le esté yendo tan bien?
—¿Envidia? — No hermana, seré todo lo que quieras pero envidioso nunca. Además no estoy siendo sarcástico, simplemente estoy opinando con toda mi sinceridad, y cuando digo que el sol brilla para todos es porque es así. Le deseo que con su nuevo videoclip pueda reconquistar al público que abandonó cuando cometió el error de casarse contigo en pleno éxito artístico.
—¡Caramba!, no pareces mi hermano sino mi enemigo, lo dices como si fuese la culpable de su decisión, no lo obligué a que abandonara su carrera. Lástima que no funcionó, pero aún así, muy sinceramente le deseo de corazón que le vaya bien. Es un excelente cantante y merece fama éxito reconocimiento y popularidad.
—¡Aaaah si! — ¿En serio le deseas todo eso?— O sea, ahora sí, y no cuando estaban juntos. ¡Eres una descarada! Le hiciste la vida de cuadritos. Por cierto, entonces ¿quién es el que habla con sarcasmo aquí?