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Matrimonio Amenazante

Capitulo 1

¿Qué es el matrimonio?

Para mi, es una unión de dos personas que se aman mutuamente y se prometen amor, respeto y cuidado entre ambos individuos.

Realmente es algo muy hermoso, pero a la vez terrible para algunas personas. A la hora de que el hombre (La gran mayoria) pide matrimonio a una mujer, lo hace por su cuenta, viene de él el deseo de estar con ella para siempre. Y en el caso de la mujer, nadie la obliga a aceptar el compromiso. Ambos tienen el derecho de aceptar y rechazar si no quieren obtener ese compromiso con aquella persona.

Muchas personas se casan, y sólo un 15% de ellos, No termina en divorcio o infidelidad.

Poco a poco el amor que tenía hacia el matrimonio y el deseo de obtenerlo con alguien a quien ame profundamente, se desvaneció.

Y se convirtió sólo en un sueño, inalcanzable. Que no puedo obtener cuando estoy despierta.

HACE CINCO MESES ATRÁS:

Mi nombre es Miranda, tengo 17 años de edad, soy la clase de persona que se considera antisocial, pero no lo es. ¿Cómo explicarme? No hablo con muchas personas y vivo en una burbuja, pero si , tengo amigos. Amigos como yo, que viven en una "burbuja" pero cada vez que estamos juntos, somos cómo cualquier grupo de amigos. Que salen a pasear, se juntan a tomar algo, a comer, etc.

Así que no sé si aún me consideraría alguien antisocial.

En medio de mi grupo de amigos conocí a Fede, un chico dulce y amable. Siempre estuvo ahí para mi y me cuido.

Tuvimos muchos enfrentamientos y personas que se interpusieron entre el vínculo que teníamos, pero eso sólo nos acercó más. Y ese sentimiento de amistad se convirtió en algo más profundo e indescriptible. Un sentimiento llamado "amor".

________________________________

—¡MIRANDA, DESPIERTA!. Llegarás tarde a la escuela, otra vez— grita su madre desde la cocina.

— Y-Ya voy — se da vuelta de la cama y sigue durmiendo.

Su madre prende la televisión y se sienta en el sofá.

—¡Miranda, apúrate! *suspira* otra vez llegará tarde.

Ring *suena el timbre de la casa*

—¡Ya voy!— Se levanta del sofá y abre la puerta —¡Fede, Buenos días! ¿Cómo estás?.

—¡H-Hola, señora. Muy bien! ¿y usted?— sonríe nervioso.

—Me alegro, muy bien. ¡Pasa, iré a ver si Miranda ya se despertó!.

Sale de la Sala y se dirige a la habitación de la joven.

—No lo puedo creer—la ve dormir, le agarra de los pies y la tira de la cama.

—¡OYE! ¡¿Qué crees que estás haciend... —Ve que es su madre y se levanta rápido del suelo —Lo siento, yo...

—¡Te dije que te despertaras, llegarás tarde de nuevo y eso es solo por qué duermes tarde al ver esas series chinas! —grita furiosa.

—No son chinas son...

—¡No me corrijas, Miranda! —Mira amenazante— Vístete y agarra tu mochila, Fede ya vino a buscarte para ir a la escuela.

—¿F-Fede? (Espero que no haya escuchado los gritos)

—¡Tienes cinco minutos, si no estás lista para entonces, cortaré el internet por una semana! —Sale de la habitación y se dirige hacia donde está Fede— Ella ya viene, no tardará mucho — sonríe amable.

*En la habitación*

—(Weee, ¿tan rápido cambio de actitud?. A mí casi me mata aquí ,en mí propia habitación, y después sale así como si nada con una sonrisa. Quisiera poder actuar así cuándo crezca) —piensa la joven mientras se viste rápido y sale de su alcoba.

—¡Hola, ¿descansaste bien?! —Pregunta el joven al verla salir.

—Si, ¿y tú? —se acercan a la puerta.

—¿Porqué mentís? ¡Estuviste despierta toda la noche! —La delata su mamá.

—Ehh... si, tiene razón —se sonroja avergonzada— (Tragame tierra, pero ¡Yaaaaa...!).

*Camino a la escuela*

—¿Otra vez? —insinua.

—No pude evitarlo, se puso muy buena la trama —lo agarra del cuello de la camisa— ¡Y sabés muy bien que no va conmigo la intriga!

—E-Esta bien, ¡puedes soltarme!

Lo suelta y él respira hondo.

—Muy bien, ¿Cuál era está vez?

— Sword Art Online — sonríe

—No lo vi

—Esta muy buena, es sobre un joven llamado Kirito que entra en un juego virtual y...

Ambos se detienen de golpe en medio de la vereda al ver un hombre bien vestido de traje, que le hace una señal de alto a los dos.

— Quédate atrás mío —Surrura el joven.

Ella lo obedece y se pone detrás de él, mirando con desconfianza al hombre desconocido.

—¿Usted es Acosta Miranda? —la mira cuidadosamente.

—(¿Cómo sabe mí nombre?) —se pone nerviosa.

— Preguntaré de nuevo, ¿Usted es Acosta Miranda?

Ambos se quedan callados y miran fijamente al hombre de traje.

— Tomaré ese silencio como un "si" —Sonrie— Dado el caso, nos volveremos a ver —da media vuelta.

— Espere —Dice el joven con una expresión seria— ¿Quién es usted? ¿Porque lo volveríamos a ver?

Aquél hombre da la vuelta nuevamente y dirige su mirada hacia los jóvenes, una vez más.

—Mis disculpas ¿dónde están mis modales?... Mí nombre es Leonard Ortíz, soy sirviente de una de las familias más poderosas del país: La Familia Varez.

Es un placer.

—Eso no responde a mí segunda pregunta "¿Porque lo volveríamos a ver?"

—Aunque quisiera, aún no puedo adelantar nada. Solo puedo decir, que si usted llega a ser la elegida... —Ve a Miranda— Abra muchos cambios en tu vida, grandes cambios —sonrie.

El hombre una vez más, da la vuelta y finalmente se va.

— ¿Q-Qué fue eso?, ¿Fue una amenaza o una sugerencia? —Se pone nerviosa

—No te preocupes, de ahora en más, trataremos de evitar a toda clase de hombres extraños como él ¿de acuerdo? —Le acaricia la mejilla y la abraza

—De acuerdo —Apoya la frente sobre el hombro de él, en medio del abrazo.

Ambos se sueltan lentamente y siguen su camino hacia la escuela.

— (tengo la rara sensación de que algo va a pasar, ¿Será paranoia?) —La joven aprieta el puño, cómo señal de nerviosismo.

*En el otro lado de la calle, dentro de un auto*

— Hola, mí señora... Hemos encontrado a la joven.

Capítulo 2

Pasaron varios días desde ese extraño encuentro con aquel hombre. Las cosas seguían normal, pero aún sigo recordando lo que dijo antes de marcharse.

¿A qué se refería?, Por la forma en la que lo dijo no parecia tan malo, pero sin embargo, aún me queda una sensación de que significa un gran cambio en mí vida y me costará adaptarme a lo que se viene.

Ya son las 11 a.m y todo, una vez más, sigue normal en mí vida... Me desperté, desayuné, fui a comprar, debatimos que íbamos a comer con mí mamá y ahora empiezo a dibujar mientras espero la comida.

Es una rutina bastante tranquila ahora que lo pienso.

Estaba empezando a pintar mí dibujo cuando comencé a escuchar a mí mamá llamarme.

—¡Miranda, alguien te busca! —su voz se escuchaba desde lejos, como si estuviera llamándome desde afuera de la casa.

Junté las hojas y mis lápices y salí de la habitación. Al salir de la casa, vi a mí mamá hablando con alguien, pero a esa persona no se la veía bien, debido a que ambos estaban detrás de un árbol.

Me acerque a ellos y cuándo estaba a solo dos pasos de la persona lo vi, era él. Leonard.

¿Qué hace él aquí?, pensé. No sabía que decir, solo mantuve la mirada al suelo.

Mí mamá noto una expresión de nerviosismo, acompañado de confusión en mí rostro, y finalmente preguntó.

— Disculpe, ¿Quién es usted? ¿Qué es lo que necesita hablar con mí hija? —Preguntó de manera seria.

— Mí nombre es Leonard Ortiz, soy sirviente de la familia Varez. Es un placer conocerla —Dijo de manera Cortez.

— ¿"Varez"?, No la conozco.

—Es una de las familias más ricas del país y la más destacadas entre todas ellas.

— ¿Y eso en que nos involucra a nosotras?

— Su hija fue elegida como candidata a casarse con el joven maestro.

— ¡¿Matrimonio?!, lo siento señor, no me importa que tan importante es esa familia, ni su riqueza, ni su poder, ¡NADA!. A mí hija no la voy a permitir casarse con un completo extraño...

— Ambas terminarían ganando después de todo, este matrimonio le podría sacar a ambas de la economía que tienen actualmente e ir un paso más adelante. Recuerden que es una familia poderosa, podrían tener grandes benefi...

—¡No, lo siento mucho!, Aunque su oferta es buena, no lo vamos a aceptar. Somos personas humildes y trabajamos para salir adelante. No ir tras matrimonios arreglados para salir de esta situación. De mí parte es un "no", la única que tiene el veredicto final será mí hija y usted tendrá que aceptar su respuesta ¿Entendido?

— Lo entendí perfectamente, entonces ¿Que dices, señorita Miranda?

— L-Lo siento mucho Leonard, yo ya tengo pareja y estoy muy feliz con la vida que tengo aquí, no pienso perder esto.

—Lo entiendo perfectamente. Entonces, iré a hablar de esto con mí señora. Lamento mucho estos inconvenientes, Que tengan una buena tarde, adiós.

Dio la vuelta y se subió a un auto elegante que lo trajo hasta aquí.

No es por menospreciarme, pero, ¿Porqué elegieron a alguien de bajo nivel con alguien de familia poderosa como la de él? Algo no está bien, supongo que lo lógico sería emparejarlo con alguien del mismo nivel ¿no?

Cada vez las horas iban pasando velozmente y los días acompañados de los mismos. Y esa intranquilidad de que volviera Leonard se desvaneció. Todo volvió a la normalidad y mí mamá tampoco quería hablar sobre el tema.

Finalmente llegó el 14 de febrero, día de San Valentín y la fecha en la que Fede y yo cumplíamos un año de pareja.

Habíamos acordado una cita en el cine para ese día y estaba tan nerviosa, pero feliz al mismo tiempo.

Vino a recogerme a la hora acordada y salimos tomados de la mano, en el camino nos detuvimos frente a una joyería y compramos collares a juego, era una medallita de un corazón con una Luna y la otra medallita igual, con la diferencia de que en vez de la luna, era un Sol.

Cuando estábamos en el cine empezamos a ver una película de terror. No como el cliché de que "Vamos a ver una película de terror en nuestra cita, así cuándo te asustas podrás abrazarme", No.

A ambos nos gustan ese género, y más que miedo, nos gusta analizar sobre los efectos especiales y la actuación de los actores.

Nada más romántico que analizar una película de terror en una cita. O al menos para mí, cada quien tiene su denominación de romanticismo y ese es el mío.

Al terminar de ver la película, salimos del lugar y empezamos a caminar por el parque, es uno de los lugares más lindo del área, debido a que las luces de la ciudad se reflejan en el lago y el parque es iluminado por la luna misma. Una hermosa vista, junto a la persona que quiero. No podría pedir más.

Mientras miraba las luces reflejadas en el agua, sentí que alguien me abrazo por detrás, era Fede.

— ¿Te gusta este lugar? —Me susurra al oído.

—¿Soy tan obvia?

— Si, o al menos conmigo. Te conozco tan bien que hasta pareces que te conozco de toda la vida. Y eso es una meta que quiero seguir desde ahora, que estemos juntos siempre y poder darte amor todos los días de mí vida.

— Eres una ternura, te quiero mucho... Sabes que no soy buena expresándome atraves de palabras, pero te puedo garantizar que eres el chico que más amo.

Él la toma del hombro gentilmente y la voltea para que ambos puedan verse de frente.

—Prometo que lucharé por tu amor siempre —Sonrie.

Una leve sonrisa brotó de mí rostro al escuchar eso.

— Yo también lo prometo.

Acarició mí mejilla y me dio un tierno beso.

Una imagen que en mí memoria va a ser uno de los recuerdos más hermosos que he tenido.

Al volver a casa parecía una tortolita, con una sonrisa boba que se destacaba en todo mí rostro. Hasta que escuche a alguien llorar desconsolada. Era mí mamá.

Nunca la había visto así. ¿Qué pasó mientras no me encontraba en casa?

Capítulo 3

horas antes del suceso (Cuando Miranda y Fede salieron de la casa).

La madre al ver ir a ambos, cierra la puerta y se sienta en el sofá. Empieza a mirar el techo y cierra los ojos para descansar la vista...

Toc Toc... *golpean la puerta*

La mujer abre los ojos lentamente y se levanta del sofá. Abre la puerta y ve a Leonard, escoltado de dos hombres grandes y bien vestidos de traje, cómo si fueran agentes.

—¿Qué hacen aquí? —preguntó de manera seria.

—Lamento mucho las molestias, pero debo decirle algo importante ¿Puedo pasar?

La mujer queda pensando un rato y finalmente los deja pasar.

Ya una vez adentro, la mujer se sienta en el sofá nuevamente e invita a los hombres a sentarse en un sofá más grande que se encuentra delante de ella.

—Muchas gracias —toma asiento.

—Y bien... ¿De qué es lo que necesita hablar conmigo? —Mantiene su tono serio.

— Es... Es sobre su hija y el matrimonio...

—¡No!. Recuerdo muy bien haberle dicho que no estoy de acuerdo con el matrimonio

—Pero, señora escuche... Yo solo soy el mensajero, no soy el que toma las decisiones, solo estoy haciendo mí trabajo.

—Entonces le preguntaré una sola cosa, y espero que su respuesta sea coherente.

—Esta bien...

—¿Porqué tiene que ser mí hija? No tiene sentido, si es alguien de alto nivel, debe casarse con alguien igual. Somos personas normales, no tenemos nada de valor. ¡Respóndame!.

—El joven maestro es el único heredero de la familia, por lo tanto debe casarse para seguir con el linaje. Mí señora ha intentado muchas veces emparejarlo con alguien de su mismo estatus, pero él se negó a todas ellas —suspira— Intentamos de todo, pero, igual no hubo resultados. Al final elegimos intentar emparejarlo con alguien de estatus inferior, que tenga una buena reputación y que nos llame la atención las credenciales, para que así no se nos junten muchas recomendaciones y tardemos más. La cuestión es que su hija fue elegida como candidata, debido a que cumple todos los requisitos que mí señora desea en una nuera.

—Entiendo, entonces ¿Porque no eligen a otra candidata? Que tenga casi los mismos requisitos, quizás a la última recomendación que eliminaran antes que a mí hija...

—No podemos, ya está todo arreglado...

—¿Qué quiere decir con eso?

—La boda ya está planificada.

—¡¿Cómo puede ser eso posible?! —Se levanta del sofá, enojada— ¡¿A caso mí palabra no vale nada?!, ¡Ya les dije que no estoy de acuerdo con esta boda!

—Señora, comprenda... También es una gran oportunidad para su hija y usted. No tendrán problemas económicos después de la boda, el joven maestro es un gran hombre, muy amable. Va a cuidarla como oro. Eso se lo garantizo

— Igual, no puedo aceptarlo —se desliza una lagrima sobre su mejilla— Mí hija tiene novio y es feliz junto a él, estará devastada si se casa con alguien a quien no ama, prefiero ser la villana que se niega a esta boda. A qué ser la persona que casa a su hija con alguien extraño y que sea infeliz. Lo siento mucho.

—Entiendo, ¿Entonces se niega rotundamente?

—Si, lo hago.

—Entonces, lamento decirle que tengo que ceder a lo que mí señora me ordenó.

—¿A que de refiere? —pregunta confundida.

—Tengo la obligación de hacer todo lo posible para que Miranda acepte el compromiso, no necesito su permiso... Su hija es lo suficientemente madura y razonable, como para que la única clave para que el casamiento se lleve a cabo sea atravez de un "si" de ella.

—¿Cómo puede decir eso? ¡Lo dice como si fueran a aceptar su decisión, ella ya se negó y ustedes siguen insistiendo! ¡¿Acaso van a presionarla para que acepte ese matrimonio nefasto?!

— Órdenes, son órdenes... Es mí obligación como leal sirviente de la familia Varez... Chicos, nos vamos.

Los hombres se levantan del sofá y se dirigen a la puerta.

—¡Porfavor no lo hagan! —Corre hacia ellos y le agarra del brazo a Leonard— ¡Debe haber otra solución! ¡Tengan corazón, esto es enfermizo!

El hombre aparta su brazo y mira serio a la mujer.

—No hay nada que se pueda hacer, las peticiones de mí señora tiene mucho más peso y poder que el de usted, déjeme hacer mí trabajo.

—¡No, no...! —Lo toma del brazo una vez más— ¡No lo hagan!

Los escoltas intentan hacer que lo suelte y uno de ellos le pone un trapo blanco sobre su nariz, haciendo que se desmaye.

Al despertar se siente mareada y confundida, estaba tirada en el suelo de su habitación... Probablemente la habrán arrastrado hasta allí.

Se levanta del suelo y corre hasta la sala, los hombres ya se habían ido.

Aún atolondrada va hacia su habitación nuevamente, sienta en el suelo y apoya su cabeza sobre la cama.

—Mi hija *snif* no merece esto... —Empieza a llorar.

Mientras que estaba en desahogo de sus llantos, escucha que se abre la puerta.

Intenta secar sus lágrimas y mira para la puerta de la habitación. Su hija estaba mirándola con una expresión de tristeza y confusión.

— Mamá —se la escucha como si tuviera la voz quebrada, cómo si fuera a llorar— ¿Qué pasó?

—Mi niña —Sonrie entre lágrimas— Ven aquí.

La joven se acerca y ambas se abrazan.

—Miranda, escúchame —La aparta delicadamente, mirándose ambas de frente— Leonard vino hoy...

—¿Qué? ¿Y que di...?

Su madre la interrumpe.

—Te dije que me escuches, aún siguen insistiendo sobre el matrimonio. Y me temo que no van a dejar de hacerlo... Algo que me desconcierta es que dijeron que harían cualquier cosa para presionarte y que digas que si. Tienes que mantenerte alejada de ellos, sin importar qué, ¿Lo prometes?

—L-Lo prometo, mamá.

—Esa es mí niña —La abraza.

Mientras tanto en una habitación de un hotel.

Leonard se encuentra en un balcón hablando por teléfono.

—Hola, mí señora.

—[¿Ya encontraste a la joven?]

—Si, lo hice... No aceptó aún, pero no sé preocupe. Haré lo que sea para que acepte.

—[Esta bien, ya debo cortar]

—Que descanse, mí señora

Corta el teléfono y marca a otro número.

—Hola... Que comience la operación 2.

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