Son las 09:45 a.m y la recepcionista está esperando al joven multimillonario Wesly Swan, para acompañarlo a la sala de juntas, y así poder dar inicio la conferencia.
Wesly Swan
Llegamos al edificio de J&R company una joven recepcionista me estaba esperando, nos adentramos en el ascenso y rápidamente llegamos al piso 38, las puertas de este se abren, salimos y nos dirigimos hacia la sala de juntas donde se llevará a cabo la reunión.
Wesly
Pasando la hora todos los casos a resolver ya han sido tratados a la brevedad. La junta terminó y todo aquello quedo arreglado, cuando estaba a punto de salir para marcharme, el señor Redd me dijo que tenía que hablar de algo conmigo en su oficina.
— Si claro señor Redd, voy a hacer una llamada y enseguida voy.— Le contesté.
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...LLAMADA TELEFONICA CON JENNY (mi asistente)....
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📱—Hola señor Swan.—Jenny.
📱—Hola buenos días Jenny, necesito que cambies la hora de la reunión con Jack Mills. — Dije apresuradamente.
📱—Si señor Swan para que hora desea que la reagende.
📱—Para las 14 : 00 pm estará bien.
📱–Como usted ordene señor.
📱—Gracias Jenny, hasta luego.
📱—Hasta luego señor Swan.
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...Fin de la llamada...
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Termine la llamada y me dispongo a ir para el elevador para poder reunirme con el señor Redd en su oficina cuando de pronto algo choca conmigo.
CARRY
Voy mirando mi cuaderno muy distraída, me dirijo a el elevador para ir a la oficina de mi padre para poder conocer a esa persona tan importante que me tiene que presentar.
Cuando de pronto chocó con algo haciendo que mi cuaderno y mi lápiz se caigan de entre mis manos haciendo que todas mis hojas caigan desparramadas por todo el pasillo, me agacho a toda prisa para recogerlos, mientras me disculpo una y otra vez con lo que sea que choque.
— Lo siento, lo siento mucho no vi por donde iba.
El también me ayudó a recoger mis hojas, me levanto me arreglo la ropa y al levantar mi rostro, lo veo a el.
—Hola me llamo Wesly Swan. — Extendiendo sus manos con mis hojas hacía mi.
—Hola me llamo Carry Redd, lo siento mucho no vi por donde iba. — Extiendo mi mano para saludarlo.
¿Ibas a subir al elevador Carry?.— Dice él con una sonrisa de lado.
Me quedo perdida en sus ojos color miel. Dios que sonrisa más hermosa que tiene.
—¿Señorita Redd va a subir?.— Wesly me mira con mucha atención.
Sus palabras me sacan de mis pensamientos.
— Ah... si sí. — Le contesto deprisa y subo al elevador.
Su perfume tan varonil inunda todo el elevador haciendo que algo en mí se despierte, aunque no sé por qué, pero todo él me atrae.
— ¿A qué piso te diriges?.— Wesly señala el tablero numérico.
— Al piso 56 por favor. — Le contesto mirando hacia abajo.
— Oh que bien yo igual, voy a reunirme con el señor Redd. ¿Y tú?. — Me pregunto.
— Mi padre quiere presentarme a alguien importante, o eso es lo que me dijo. — Me encojo de hombros.
— ¿Perdón, pero como dijiste que te llamabas?.— Me mira un poco sorprendido.
— Mi nombre es Carry Redd. ¿Por qué pasa algo?.— Le pregunto un poco extrañada de su reacción.
— Oh no, no claro que no, solo me sorprendió el que tú fueras su hija.— Respondió Wesly moviendo sus manos de un lado a otro.
— Bueno sí, es que mi papá no me deja salir mucho únicamente al colegio y a casa de mis amigas una vez por semana, casi nadie sabe que yo soy su hija.— Le contesté con una sonrisa.
El elevador se detuvo y él me permitió él pasó, llegamos hasta el escritorio de Isabel ella nos regala una sonrisa y nos anuncia para que podamos acceder a la oficina.
...Entramos a la oficina...
— Hola papá.— Me acerco y le doy un gran abrazo.
— Hola cariño como estuvo tu día?.— Me pregunta acariciando mi mejilla.
— Muy bien en lo que va del día muchas gracias por preguntar. ¿Pero para qué querías que viniera a verte, a quien querías presentarme?.— yo sonrío un poco.
Mi padre gira y mira hacia la dirección en donde se encuentra con Wesly parado mirándonos y vuelve a mirarme. — Cariño siéntate por favor. — Me hace una seña hacia el sillón que tiene en medio de su oficina.
Yo asentí con la cabeza y me asiento en el enorme sillón negro.
— Hola señor Redd aquí estoy como usted me pidió. — Dijo este extendiendo su mano para saludar a mi padre.
— Hola Señor Swan siéntese por favor.
Wesly se sentó a mi lado, yo me puse nerviosa él me miraba de una manera muy extraña como si quisiera comerme con la mirada, pero no era una mirada de odio sino de lujuria. Eso me hizo correr un escalofrío por mi espina dorsal.
— Para qué quería que viniera hasta su oficina señor. — Pregunto Wesly.
Papá me miró y luego dijo.
— Ella es Carry mi única hija hace ya una semana que cumplió la mayoría de edad y está lista para poder tomar el lugar que le corresponde a su lado señor Swan. — Con una leve sonrisa en su rostro.
— Perdon, pero no entiendo a que te refieres papá, me dijiste que me tenías que presentar a alguien muy importante. — Dije con mi ceño fruncido interrumpiendo su conversación.
— Mira Carry cuando naciste, tu madre y yo te prometimos a la familia Swan, en ese momento Wesly tenía 5 años de edad, la familia Swan estuvo esperando por ti hasta ahora para poder hacer oficial su compromiso, pero la espera por fin llego a su fin, ya que eres mayor de edad. — Me dijo mirándome a los ojos, los cuales estaban llenos de lágrimas.
— Pero que les pasa...!, yo no me quiero casar tengo sueños, quiero disfrutar de mi vida, quiero ver el mundo, y no me lo puedes seguir negando. — Salte del sillón y comencé a gritarle como una loca llevando mis manos a mis ojos para poder limpiar mis lágrimas.
— Carry entiende yo no podía dejarte salir por el bien de tu compromiso, no podía correr el riesgo de que te enamoraras de alguien al cual nunca podrías corresponderle. — Mi padre se acercó envolviendo me en un abrazo.
— Yo no me quiero casar, yo quiero mi libertad, entiende papá. — Le dije rompiendo el abrazo.
— Cálmate cariño hablemos esto tranquilos. — mi padre gira su rostro y le dice a Wesly.
— Disculpe el alboroto señor Swan, es que la hemos tomado por sorpresa cualquier muchacha de su edad estaría de la misma manera.
Carry
Esto tiene que ser una maldita broma, mi padre le está pidiendo disculpas a él y no a mí. Dios!!... mi cabeza va a explotar esto no me puede estar pasando no a mí.
Wesly
— Cálmate Carry vamos charlaremos esto tranquilos. — Dije con mis nervios a flor de piel sentía un nudo en la boca del estómago.
En realidad conozco a Carry desde que tenía 9 años, mi padre me llevó a conocer a mi prometida, en ese entonces yo tenía 14 años y no quería conocerla, pero todo cambió cuando la vi. Ella estaba jugando en medio del hermoso jardín de rosas en la casa de sus padres, se veía tan dulce con sus cabellos negro azabache, su piel tan Blanca y sus ojos de color celeste cielo y así como así me enamore de ella ya no podía sacarla de mi cabeza quede perdidamente loco por ella, tiempo después mi padre me mandó a estudiar fuera del país para poder tomar su lugar en los negocios familiares como único heredero que soy, ayer volví del extranjero y lo primero que hice fue venir a ver a mi prometida. Pero tenía que fingir que no la conocía no quería espantarla, yo necesito conquistar su corazón, hacer que ella se enamore de mí. Yo no quería forzarla a nada, pero nuestros padres ya quieren que nos casemos.
—Es que no entiendes, yo no te conozco como me voy a casar contigo eres un completo desconocido para mi . — Dijo Carry secándose las lágrimas con el dorso de su mano.
Carry
Admito que este hombre me pareció bastante guapo de inmediato, pero de ahí a casarme con él, son dos cosas muy diferentes.
— Pero pueden conocerse cariño, tienen un mes para hacerlo, pero con lo del matrimonio ya no hay marcha atrás. — Dijo mi padre con sus manos entrelazadas y negando con su cabeza.
Negando con la cabeza y con el poco orgullo que me queda me levante para irme, pero cuando estaba por abrir la puerta siento que me toman del brazo, cuando levantó mi vista es Wesly que me está mirando a los ojos, cuando estoy por decir algo él me hace callar hablando primero.
— ¿Vamos a hablar nosotros dos a solas te invito un café?. ¿Qué dices?.— Me invita mirándome a los ojos.
E… Está bien vamos. —Me salen las palabras entre cortadas, iba a decir que no. Pero no sé por qué no pude rechazarlo.
Este sonrió y me abrió la puerta, saludo a mi padre y nos fuimos.
Salimos de la empresa de mi padre, nos subimos en su auto, pero en todo el camino no hablamos, había un silencio muy incómodo. Yo me perdí mirando por la ventanilla estaba tan sumida en mis pensamientos, no podía creer lo que me estaba sucediendo de la noche a la mañana mi vida dio un giro de noventa grados, su voz me trajo devuelta a la realidad.
—Ya llegamos.— Dijo Wesly abriéndome la puerta y extendiendo su mano para ayudarme a salir del auto.
—Gracias.— Tome su mano y salí del auto.
Creí que íbamos a ir a una cafetería, pero no me trajo a un privado en uno de los restaurantes más lujosos de la ciudad.
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