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Secretos De Una Poción

Renacer

El mar la devoraba con una calma cruel. no hubo gritos ni suplicas, solo el sonido monotono de las olas rompiendo contra sí mismas, como si el oceano repitiera un secreto que nadie más debía oír. Su cuerpo flotaba entre espuma y sal, con los cabellos extendidos como algas negras, atrapando destellos de luz que parecian querer retenerla. El frío la abrazó hasta borrarle los límites del cuerpo. Sintió como el aire se negaba a entrar en sus pulmones, como el agua se filtraba por su garganta con una lentitud torturante, llenandole el pecho, el alma, todo. El cielo giró sobre sí mismo, gris y ajeno, y justo antes del último impulso de su corazón.. el mar no la estaba matando… la estaba reclamando.

El silencio después fue absoluto. ni el rumor de las olas, ni el peso de su cuerpo cayendo al fondo. solo una oscuridad densa, líquida, que no dolía ni pesaba. Alli donde debería haber terminado, algo empezó.

Una sensación tibia recorrió su piel. No era agua, sino aire. El suelo bajo su cuerpo no era arena, sino hierba humeda. El olor salado se desvanecio, reemplazado por el perfume de flores desconocidas, y el rumor del mar se transformó en el canto lejano de criaturas que no pertenecían a ningún mundo que ella recordara. Cuando abrió los ojos, decenas de imágenes la golpearon con la fuerza de una tormenta. Voces, risas, fragmentos de recuerdos ajenos que se enredaban con los suyos, hasta que su mente comenzó a reconocerlos como propios.

Ya no era la mujer que había muerto en el mar.. Ahora era Ursula Rackman, la tercera hermana de la familia Rackman. Tenia dos hermanos mayores.. Ulises, de dieciocho, disciplinado y callado como una espada que no se muestra, y Uriel, de veinte, fuerte, orgulloso, con la mirada de quien nació para cargar el peso de un apellido.

Ursula.. o quien fuera que habitaba ahora su cuerpo.. estaba por cumplir catorce años. Lo supo porque la memoria de esa niña se desplegó como un libro abierto ante ella.. los días de estudio en la biblioteca familiar, las clases interminables sobre historia mágica y pociones, las comidas silenciosas en el gran comedor donde sus hermanos hablaban de batallas y ella apenas podía tocar su plato.

Cuando por fin despertó su don, a los catorce años, su magia se manifestó como una chispa tenue que apenas iluminaba una habitación y un susurro de energía que, al contacto, podía inducir sueño o calma. Nada más.

No podía cegar enemigos, ni invocar rayos, ni crear escudos.

Su luz no servía para luchar.

Y por eso, no la entrenaron.

“Las mujeres Rackman deben ser sabias, no guerreras”, le había dicho su madre, con una sonrisa tan dulce como una sentencia.

Así que mientras sus hermanos entrenaban en los patios de mármol con espadas bendecidas y hechizos de luz dorada, ella pasaba sus días entre libros y pociones..

Sin embargo, esa noche.. la primera desde su renacimiento.. mientras Ursula se miraba las manos en la penumbra de su habitación, notó algo que no pertenecía a los recuerdos de la niña.

La luz que surgía de sus dedos no era debil ni temblorosa. era profunda, liquida, como la del mar.

[soy como una luciérnaga mágica jajaja]

Cuando Ursula comprendió todo.. quien era, donde estaba y lo que había ocurrido.. un extraño silencio se apoderó de su mente. Por primera vez, no sintió miedo ni confusión.

Había muerto una vez, y volver a vivir le parecia un regalo demasiado valioso como para desperdiciarlo repitiendo los errores de la antigua dueña de ese cuerpo.

Pasó horas sentada junto a la ventana, observando el amanecer teñir el cielo de dorado y violeta. La luz bañaba las torres de la mansion Rackman y hacía brillar los emblemas familiares grabados en los muros.. un sol rodeado de espadas cruzadas.

Un símbolo de fuerza, pero también de prisión.. Recordó entonces todo lo que la joven Úrsula había aprendido.. Pociones. Era lo único que le apasionaba, aunque jamás se había atrevido a poner en practica lo que estudiaba. su madre decia que los brebajes eran un arte para alquimistas menores, un pasatiempo inofensivo para niñas curiosas. Y ella lo había creído… hasta ahora.

[Basta de miedo Esta vez haré las cosas a mi manera.]

Cuando el sol despuntó en el horizonte, el eco metalico de las espadas resonaba en el patio de entrenamiento. Ulises y Uriel practicaban bajo la mirada severa del maestro de armas, repitiendo los movimientos con precisión y fuerza.

Mientras tanto, Ursula se escabullo hacia el invernadero del ala este, donde el aire siempre olía a menta, resina y tierra húmeda.

Allí, sobre una vieja mesa de roble, comenzó su experimento.

Organizó frascos, raices, petalos y viales con la seguridad de quien por fin sabe quien es. Sus manos se movían con cuidado, midiendo, mezclando, triturando.

Cada chispa de su magia iluminaba brevemente el liquido que burbujeaba en los frascos, proyectando reflejos de color marino en las paredes.

Al principio, solo obtuvo humo y un olor insoportable a hierbas quemadas. Tosió y rió a la vez.

[Supongo que empezar de nuevo también huele a desastre]

Pero no se rindió. Repitio los pasos, cambió las proporciones, mezcló con paciencia.

Y entonces ocurrió algo que ningún libro de pociones había descrito jamás: al dejar caer una gota de su propia luz sobre la mezcla, el líquido se volvió translúcido y emitió un brillo constante, suave y cálido.

Cuando lo acercó al rostro, el vapor que desprendía tenía el aroma del mar.

El mismo mar que la había reclamado.. Sintió una corriente de energía recorrerla desde los dedos hasta el corazón.

Entonces lo supo. Su magia no solo servía para iluminar o dormir.

Podía despertar.. su magia hacia reaccionar a las pociones

Desde la puerta del invernadero, una voz grave la interrumpió..

Ulises: ¿Qué estás haciendo, hermana?

Úrsula se volvió lentamente.

Ulises la observaba con una ceja alzada, espada en mano y el ceño fruncido.

Ella sonrió, con una calma que nunca antes había tenido.

[Solo practicando mi luz]

Y el frasco en su mano brilló con fuerza, como si el propio océano respirara dentro de él.

Veneno

Los dias comenzaron a pasar y los hermanos de Ursula notaron pequeños cambios en ella, pero no les dieron mucha importancia, pensaron que era normal, que su hermana menor estaba creciendo y comenzando a dejar atras la timidez de la infancia..

Ursula ahora hablaba mas, sonreia con facilidad y se le veia siempre ocupada, ya no pasaba tanto tiempo en la biblioteca sino en el invernadero o en el pequeño laboratorio que habia improvisado junto a la ventana de su habitación.. las criadas decian que desde ahi salia un aroma dulce, mezcla de flores y mar, y que en las noches se veia una luz suave que subia por las paredes como si el cielo hubiera bajado un poco para verla.. Uriel la observo un par de veces con curiosidad, pero no dijo nada, Ulises en cambio solia pasar frente a su puerta y murmuraba algo como "no la molestes, por fin esta feliz"

Ursula era intrepida ahora, divertida y un poco traviesa, hacia bromas a los sirvientes usando pociones que hacian que el cabello cambiara de color por unos minutos o que la voz sonara mas grave, todos terminaban riendo, incluso ella que apenas hacia unos meses no se atrevia ni a mirar a los ojos a nadie.. cada dia descubria algo nuevo, un olor distinto, una mezcla que reaccionaba diferente, un brillo que parecia tener vida propia, anotaba todo en un cuaderno viejo donde antes escribia poemas, y que ahora estaba lleno de formulas y dibujos torpes de frascos y hierbas.. una tarde mientras Ulises y Uriel practicaban en el patio, Ursula preparo una pocion azulada que segun sus calculos debia servir para fortalecer la energia interior, pero cuando la luz de su magia toco el liquido este comenzo a burbujear con fuerza y un resplandor intenso ilumino todo el invernadero.. asustada dio un paso atras pero en lugar de explotar, la pocion se elevo en el aire y se transformo en una esfera luminosa que flotaba frente a ella, la luz se movia y luego se desvanecio suavemente..

Pasaron varias semanas y Ursula ya no se conformaba con hacer pociones de colores o brebajes que dieran sueño, queria entender mas, ir mas alla, descubrir que podia hacer realmente con su magia.. una tarde mientras revisaba los viejos libros del ala norte encontro un tomo grueso cubierto de polvo que hablaba sobre venenos antiguos y sus antitodos, el texto estaba lleno de advertencias y marcas en rojo, pero eso solo desperto mas su curiosidad.. asi comenzo a experimentar con cuidado, primero observando, mezclando pequeñas dosis de toxinas naturales de flores y raices, luego estudiando como reaccionaban al contacto con su luz, y fue entonces cuando se dio cuenta de algo extraño.. cada vez que una gota de veneno tocaba la luz que emanaba de sus manos, el brillo cambiaba de color, pasaba del blanco dorado a un tono celeste profundo, y el veneno parecia volverse menos toxico, como si su magia absorbiera parte del mal.. esa noche no pudo dormir, se quedo pensando en lo que eso significaba, y recordo algo que habia leido sobre las vacunas, que a veces se usaba el mismo virus para crear la cura, y penso que quiza su magia funcionaba igual, que la luz y la oscuridad no eran enemigos sino partes del mismo equilibrio

[si la luz puede dormir, tambien puede sanar.. y si el veneno destruye, yo puedo usarlo para crear algo que salve]

Desde entonces comenzo a trabajar en secreto, sus frascos tenian colores mas intensos, sus mezclas eran mas complejas, y el olor en su habitacion cambio, ya no era solo dulce sino mas fuerte, con un toque amargo.. algunas criadas decian que la joven Rackman estaba haciendo cosas peligrosas, pero ella no les presto atencion, sabia que estaba en el camino correcto.. una mañana mientras el sol entraba por la ventana, Ursula observo una de sus pociones burbujear lentamente, el liquido pasaba del azul al blanco y luego se estabilizaba en un tono claro como el reflejo del mar, ella sonrio satisfecha..

[si esto funciona.. tal vez pueda curar algo mas que venenos...]

Cada dia Ursula avanzaba mas en su investigacion, pasaba la mayor parte del tiempo encerrada entre frascos, notas y humo perfumado, siempre con las manos manchadas de polvo brillante.. sus hermanos comenzaron a decir que se estaba volviendo una erudita, pero en realidad Ursula se estaba convirtiendo en algo mas..

con el permiso de su hermanos mando a remodelar una habitacion entera en la parte vieja de la mansion, un lugar que antes servia como bodega y que ahora transformo en su laboratorio, pidio nuevas mesas, estanterias altas, frascos de cristal y una pequeña ventana al norte para dejar entrar la luz del amanecer

cuando todo estuvo listo se quedo ahi hasta muy tarde, ordenando cada frasco por color, cada hierba por olor, y en el centro coloco una mesa grande donde trabajaria sus mezclas, sobre ella puso su cuaderno y el colgante que nunca se quitaba

la habitacion pronto adquirio vida propia, el aire olia a hierbas dulces y a metal tibio, las paredes parecian brillar con el reflejo de su magia, y en las noches se escuchaban pequeños estallidos seguidos de risas apagadas

una vez Ulises paso cerca y vio la puerta entreabierta, penso en entrar pero se detuvo al ver el resplandor que salia del interior, una luz suave pero extraña, diferente a la que conocia, y prefirio no molestar..

Ursula en cambio se sentia libre, ahi no era la hermana menor ni la niña temerosa, ahi era simplemente ella, una mente curiosa con un poder que recien comenzaba a comprender, anotaba cada descubrimiento, cada error, cada nueva idea que se le ocurria mientras mezclaba la luz con las sombras de los venenos

Una noche despues de muchas horas de trabajo finalmente logro estabilizar una formula, un liquido dorado que al tocarlo no dañaba sino que limpiaba, y sus ojos brillaron con emocion

[funciona.. la luz puede purificar el veneno]

Cerró el frasco con cuidado, lo guardo en una caja de madera y sonrio satisfecha, sin imaginar que ese pequeño descubrimiento pronto cambiaria no solo su destino sino el de toda la familia Rackman..

Cuatro años

Cuatro años despues ursula habia cambiado por dentro y por fuera.

ya no quedaba nada de la niña timida que observaba desde lejos los entrenamientos de sus hermanos.

era una joven de belleza serena pero con una presencia que llenaba el lugar donde entraba. su cabello largo y castaño caia en suaves ondas hasta la cintura y siempre llevaba algunos mechones sueltos sobre los hombros manchados a veces de polvo o brillo de sus experimentos. sus ojos color miel parecian guardar luz propia, brillaban con curiosidad y un toque de picardia cuando hablaba.

su piel era clara, con un leve tono dorado por las horas que pasaba bajo el sol buscando hierbas para sus pociones, y en sus manos se notaban marcas finas de quemaduras antiguas y manchas de tinta.

vestia de forma practica, pero elegante a su manera. solia usar camisas blancas de mangas amplias, ajustadas con corsés oscuros que le daban un aire de seguridad y firmeza, y una falda larga de tonos verdes o burdeos que le permitia moverse con libertad. en la cintura llevaba un cinturon ancho donde colgaban pequeños frascos y una daga de cristal, recuerdo de sus primeros experimentos.

su sonrisa era amplia, contagiosa, y su voz tenia ese tono que combinaba dulzura con decision. todos en la mansion sabian que cuando Ursula sonreia de esa forma algo estaba a punto de suceder, ya fuera un descubrimiento o una pequeña travesura.

Lo unico que a Ursula no le gustaba de su nueva vida.. era el mar, ese mar que la rodeaba por todos lados, que golpeaba las rocas bajo los muros de la mansion y que parecia murmurar su nombre cada noche cuando el viento soplaba fuerte.. pero que le recordaban su muerte en su primera vida.. era ironico, pensaba ella, que alguien que odiaba el mar viviera en una isla, y no en cualquier isla, sino en el imperio de oro, uno de los imperios mas importante de todo el mundo.. donde los barcos llegaban y partian cada dia como si el oceano fuera una carretera interminable.. a veces, mientras observaba desde su ventana el reflejo del sol sobre el agua, soltaba una risa suave y amarga a la vez

[mira donde vine a parar.. viviendo al lado de mar.. mi propio verdugo]

Pero no era miedo lo que sentia, era algo mas profundo, una incomodidad que no sabia explicar, como si el mar la conociera demasiado, como si bajo sus olas guardara algo que ella habia olvidado.. una primera vida que ahora era como un sueño pasado.. por eso rara vez se acercaba a la costa, preferia quedarse en su laboratorio, donde todo estaba bajo control, donde el agua se quedaba dentro de los frascos y no intentaba arrastrarla a ningun lugar.. sus hermanos solian burlarse un poco de su rechazo al mar, decian que era una ironia del destino, que la familia Rackman debia mucho de su fortuna al comercio maritimo, pero Ursula solo sonreia y cambiaba de tema..

El tiempo pasaba y Ursula seguia sorprendiendo a todos con sus ideas, ya no se conformaba con curar venenos, ahora queria prevenirlos, crear algo que alertara antes de que el peligro tocara la piel.. asi comenzo a trabajar en un brazalete magico, una joya sencilla pero poderosa, que cambiara de color cuando estuviera cerca de sustancias toxicas o encantamientos oscuros. paso semanas calculando proporciones, fundiendo metales y mezclando pequeñas dosis de su propia magia con minerales que brillaban bajo la luz.. el resultado fue un brazalete delgado, de tono plateado con un nucleo de cristal azul que latia suavemente, casi como un corazon. cuando el aire estaba limpio el color permanecia claro, pero ante la minima presencia de veneno el cristal se tornaba rojo.

[no es solo una herramienta.. es un aviso, una voz silenciosa que puede salvar vidas]

En esos años su personalidad se habia vuelto mas fuerte, ya no era la niña que miraba desde la sombra a sus hermanos, ahora los enfrentaba sin miedo, discutia con ellos sobre estrategias, magia y politica, y a veces incluso los desafiaba en tono de broma. Uriel decia que su lengua era mas afilada que su daga, y Ulises la llamaba “la pequeña tormenta de luz” porque aunque discutia con todos, su alegria contagiaba, y al final siempre terminaban riendo juntos.. aun asi, cuando se enojaba nadie queria estar cerca, su mirada se endurecia y su voz se volvia firme, autoritaria, casi como la de su padre. pero el enojo se le pasaba rapido, y volvia a ser la misma joven risueña que podia pasar horas hablando de sus experimentos y de como soñaba con llevar sus inventos a los otros pueblos para ayudar a los demas.. una tarde, mientras ajustaba el brazalete en su muñeca, Ulises la observo desde la puerta y le dijo con una media sonrisa..

Ulises: parece que te estas convirtiendo en toda una Rackman, aunque distinta a cualquiera que haya existido antes

Ursula lo miro y respondio, tambien sonriendo..

Ursula: no distinta, hermano... mejor

Ursula además habia convencido a sus hermanos de que le enseñaran a defenderse.

no queria depender siempre de la magia ni de nadie más, decia que una verdadera Rackman debía saber proteger lo que amaba con sus propias manos.

Uriel se negó al principio.. decía que no era lugar para una dama.. pero terminó cediendo cuando ella lo desafió delante de todos. Ulises, entre risas, le advirtió que no le enseñaria a blandir una espada, pero que al menos aprenderia a defenderse con los puños.

las primeras practicas fueron un desastre. terminaba llena de moretones y echsndole la culpa al suelo por “atacarla sin aviso”. pero no se rindió. cada caída la hacia más fuerte, cada golpe le enseñaba algo. pronto empezó a moverse con rapidez, esquivando y respondiendo con firmeza.

Ulises: vas mejorando

ella se reia, limpiándose el sudor de la frente, y respondia con orgullo..

Ursula: y tú ya no pareces tan invencible como antes, hermano

esa mezcla de fuerza y alegria la volvio distinta. los criados decian que Ursula era “una tormenta con sonrisa”, capaz de hablar de pociones en la mañana y entrenar a golpes en la tarde.

y aunque a veces se quejaba del mar que rodeaba la isla, en secreto admitía que ese lugar la habia cambiado... la habia hecho fuerte.

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