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Ya Te Olvidé

Renacer

El rugido del motor era lo único que la mantenía conectada a la realidad.. el viento frío golpeaba su rostro y hacía ondear el cabello que escapaba del casco.. ella amaba esa sensación de libertad, como si la vida, con todas sus obligaciones y cicatrices, quedara atrás cada vez que tomaba la moto.. No vio el camión hasta que fue demasiado tarde.. Un destello de luces. El chirrido de los frenos.. Después, nada.. solo Silencio.

Cuando abrió los ojos, no había dolor.. No había asfalto ni sangre, tampoco la sirena de una ambulancia.. frente a ella se extendía una oscuridad tan profunda que parecía sólida.. interrumpida solo por un resplandor lejano.. caminó hacia él, sin sentir el peso de su cuerpo, y descubrió que se trataba de una gran pantalla flotando en medio de la nada, como si hubiese entrado a un cine abandonado.. Entonces, comenzaron las imágenes.

Primero, un prado cubierto de flores silvestres agitadas por el viento.. luego, una mansión de piedra blanca con torres góticas y ventanales estrechos.. carretas de madera, vestidos amplios, espadas al cinto de soldados.. todo parecía sacado de un siglo lejano.. La pantalla cambió de nuevo, acercándose a una mujer.. Cabello rojo como fuego, largo y brillante. Piel clara, labios firmes, una belleza que no era frágil, sino feroz, magnética. Sus ojos verdes parecían atravesar a cualquiera que la mirase..

[Ruby]

La mujer de la moto se estremeció.. El nombre resonó en su pecho con una fuerza inexplicable, como si lo hubiese conocido toda su vida..La escena continuó.. Ruby cabalgaba por un bosque húmedo, con un vestido carmesí que ondeaba tras ella como una bandera. A su alrededor, el aire parecía chispear con una magia invisible, palpable, que encogía la respiración. Todo en ese mundo tenía un brillo distinto, como si el cielo estuviera más cerca de la tierra.la protagonista intentó hablar, preguntar dónde estaba, pero ningún sonido salió de su garganta.. Solo podía mirar, atrapada en esa proyección imposible.Entonces.. Ruby detuvo el caballo, giró lentamente y miró hacia la pantalla. Directo hacia ella..Y sonrió..El corazón de la mujer se aceleró..No era un recuerdo. No era una simple película. Aquello estaba vivo..Y de alguna forma… era el comienzo de su nueva vida..

Las imágenes en la pantalla cambiaron de nuevo. Esta vez, la voz que narraba era más clara, como si un eco del pasado se deslizara en su mente..

Ruby Ellsworth, hija del conde Nahin Ellsworth.. Hermosa, de cabellos rojos como el crepúsculo y ojos que brillaban con una dulzura innata. Su nombre era un reflejo de su fuego interno..Se mostraron escenas de su vida: paseos por los pasillos la mansión, risas con sus hermanas, el orgullo en la mirada del conde al verla crecer..Y luego, apareció él. El duque Orlando Miller. Alto, de porte imponente, cabello oscuro y ojos verdes que parecían esconder tormentas.. en las imágenes, Ruby lo miraba con devoción, con la ilusión de una joven que descubre el amor por primera vez. Su sonrisa era pura, confiada. La pantalla tembló como si tuviera una interferencia..De pronto, la ilusión se rompió.. El duque conversaba en secreto con otros nobles, su mirada fría, su voz dura.. No buscaba amor.. No buscaba compañía.. Lo único que quería era venganza.. Venganza contra el conde Nahin Ellsworth, a quien culpaba de la ruina de su familia..Y Ruby… Ruby era la pieza perfecta de su cruel estrategia.. La mujer frente a la pantalla sintió un escalofrío recorrerle la piel. Quiso apartar la vista, pero no pudo..la última escena se desplegó ante ella..

Ruby, arrodillada en su habitación.. sosteniendo una carta arrugada entre sus manos temblorosas. lágrimas corrían por su rostro. Comprendía la verdad.. todo lo que había vivido, ella amaba a Orlando.. aunque él nunca le dijo nada, ni la toco, fue respetuoso y le dio su lugar publico como duquesa pero para él era solo un juego, una venganza disfrazada de matrimonio..el dolor la consumía.el grito silencioso de Ruby atravesó la pantalla.. la verdad sobre su padre, el destino de sus hermanas menores, la decepción por Orlando.. y entonces, en un acto desesperado, la hermosa pelirroja se quitó la vida..

la mujer que aún veia todo por la pantalla se asusto..llevándose las manos a la boca.no podía creer lo que estaba viendo. No era solo un cuento trágico… era un destino ya escrito.las luces de la pantalla comenzaron a desvanecerse, envolviéndola en un resplandor rojizo. Una sensación extraña la recorrió, como si algo la empujara a atravesar el telón de esa historia rota.Y, en ese instante, lo entendió..Ella no estaba allí para mirar.. Estaba allí para vivir.

Despertar

Ruby abrió los ojos de golpe.. con el corazón desbocado y la respiración entrecortada.. la habitación estaba sumida en penumbras, iluminada apenas por la luz de la luna que se filtraba entre las pesadas cortinas de terciopelo.. la seda de las sábanas le resultaba extraña, demasiado suave contra su piel.. por un instante, no supo dónde estaba. recordaba luces, un choque, oscuridad… y luego aquella pantalla que le había mostrado una vida que no era suya. Pero ahora… ahora respiraba en un cuerpo distinto. Sus manos delgadas, la palidez de su piel, el peso de un cabello rojizo que caía sobre sus hombros.se incorporó lentamente, tratando de no hacer ruido. A su lado, un hombre dormía. Orlando Miller.. Su esposo.

La visión de la pantalla regresó a su mente como un golpe.. su sonrisa encantadora, la mirada verde que en el pasado había hecho latir tan fuerte el corazón de Ruby, y después.. la verdad cruel.. ella lo observó dormir. Su porte imponente no desaparecía ni en el reposo. Su rostro era atractivo, duro, y la respiración lenta de un hombre que parecía no cargar peso alguno en la conciencia..Un escalofrío recorrió la espalda de Ruby.. llevaban apenas unos días de casados. Aún no habían compartido intimidad, algo que a cualquier otra joven recién desposada le habría parecido extraño.. pero ahora ella lo entendía.. no había amor, no había deseo sincero. Para él, aquello era solo un contrato.. y una venganza silenciosa.. Ruby se llevó una mano al pecho, intentando calmar la opresión que la dominaba.. sentía que no solo había despertado de una pesadilla, sino dentro de otra aún más grande..

[¿Y ahora qué hago?]

El aire en la habitación se volvió denso.. como si la casa misma guardara secretos, como si los muros supieran del odio que su esposo ocultaba tras cada gesto amable. Ruby se recostó nuevamente, girada hacia el otro lado de la cama, con los ojos abiertos en la oscuridad.. No podía dormir.. No podía confiar..Y en el fondo de su alma, una certeza crecía con fuerza..

Esta vez, la historia no acabaría con su muerte..

Ruby no pudo seguir tendida en la cama. El peso de los pensamientos la ahogaba.

Con pasos suaves, se levantó y tomó una bata ligera antes de dirigirse a la cámara de baño anexa a la habitación. El mármol frío bajo sus pies descalzos la hizo estremecerse.

El agua cayó cristalina en la tina de cobre, llenándola con vapor y aroma a pétalos de rosa. Ruby se deshizo lentamente de la tela que la cubría, dejando al descubierto la piel blanca que brillaba bajo la luz de las velas. Se sumergió en el agua caliente y cerró los ojos, como si aquel calor pudiera borrar la sensación de angustia que la dominaba desde su despertar.

No se dio cuenta de que Orlando había abierto los ojos al sentir el movimiento.

Él se levantó en silencio, su andar era tan firme que ni el suelo crujió bajo su peso..

Se quedó apoyado en el marco de la puerta, observándola.

El vapor envolvía la figura delicada de Ruby, su cabello rojo caía como fuego derretido por encima de los hombros desnudos. Sus facciones estaban serenas, pero en sus ojos claros aún latía un rastro de miedo y desvelo..

Orlando entrecerró la mirada. Era hermosa, demasiado hermosa. La esposa perfecta, la mujer que cualquier noble envidiaría tener a su lado. Por un instante, su pecho se contrajo con un deseo silencioso, casi involuntario.

Pero enseguida lo apagó con la misma frialdad de siempre.

[Eres la hija de un asesino No eres más que la herramienta que necesito para destruirlo.]

Sus labios se torcieron en una sonrisa amarga. Se quedó minutos contemplándola, disfrutando de esa contradicción que lo corroía: el hombre que la odiaba por lo que representaba, y el hombre que, contra su voluntad, se sentía atraído por la mujer en el agua.

Ruby abrió los ojos de pronto, como si presintiera algo.

Pero Orlando ya se había apartado de la puerta, en silencio, regresando a la cama como si nunca se hubiera movido.

Ella nunca supo que había estado siendo observada.

Ruby se despertó temprano, con el corazón acelerado por los recuerdos de la noche anterior.. el agua caliente, el silencio opresivo de la mansión .. Orlando. Dormía de costado, el cabello oscuro despeinado y el ceño ligeramente fruncido,.. ella respiró hondo.. una idea loca cruzó su mente..cambiar el guion.. la verdadera Ruby jamás se había atrevido a tocarlo con libertad. Lo amaba en silencio, lo idolatraba, pero sus labios nunca se habían atrevido a buscar los de él. Había muerto sin siquiera probar el calor de ese contacto..Ella no.ella no repetiría la misma sumisión.

Con suavidad, se inclinó hacia él y lo beso suave en la boca. Orlando abrió los ojos de inmediato.. la miró sorprendido, como si no reconociera a la mujer frente a él. Ruby retrocedió un poco, intentando ocultar su nerviosismo..

Orlando seguía mirándola, con una mezcla extraña de sorpresa y recelo.

Orlando:¿Qué estás tramando, Ruby?

Ruby: nada… solo saludarte como corresponde a un esposo.

Esa noche

Más tarde, mientras desayunaban en el gran comedor, Ruby lo observaba en silencio.. Orlando estaba impecable como siempre, erguido, elegante, sus gestos medidos como si cada movimiento fuese calculado para imponer respeto..Las imágenes de la Ruby original regresaban como advertencias.. mostrándole cuánto había amado en silencio a ese mismo hombre..Ella, en cambio, no era una sombra temerosa. Venía de otro mundo, de otra vida, con un carácter fuerte que no le permitía resignarse..Tal vez Orlando la veía como una simple herramienta de venganza…

Pero ¿y si lograba conquistarlo? ¿Y si hacía que se enamorara de verdad? el solo imaginarlo le erizó la piel. Era peligroso, casi insensato, pero también era una salida.

Ruby: ¿Dormiste bien?

Orlando: bien.

Ruby: Me alegra.

El duque apartó la mirada.., pero en su interior algo se movió. estaba acostumbrado a una Ruby temerosa..

[Intentaré ganarme su corazón, aunque fuese ladrillo por ladrillo. Haré que olvide esa venganza absurda, espero que deje de verme como una herramienta.. Yo lo haré mío.. por mi y por la Ruby anterior.. lo intentaré]

En los días siguientes.. Ruby se actuo con cautela.. como una jugadora en un tablero de ajedrez. . Cada gesto.., cada palabra que decía frente a Orlando, tenía detrás un propósito..No lo hacía por capricho.. las imágenes de la vida de la Ruby original volvían a su mente una y otra vez,.. revelándole detalles que parecían insignificantes, pero que ahora se volvían armas silenciosas..

Recordaba, por ejemplo,.. que él nunca soportaba el aroma demasiado dulce en los vinos.. por eso, cuando ordenó que le sirvieran en la cena, Ruby intervino con voz tranquila:

Ruby:El duque prefiere el vino de ciruelas, no el de cerezas..

Orlando levantó una ceja, sorprendido. Nadie más lo sabía.

En otra ocasión, en la biblioteca, ella tomó un libro de tratados militares y comentó con suavidad..

Ruby:Este es tu favorito, ¿verdad? El conde de Marellen tiene un estilo muy directo..

Él la miró fijamente, preguntándose cómo podía saberlo.

Ruby sonrió con inocencia.

Ruby: Te observo más de lo que crees, esposo

Esa semana fue sembrando gestos. Una taza de té caliente esperándolo al volver de una reunión.. Una palabra precisa en medio de una conversación con la servidumbre que evitaba su disgusto.. Una sonrisa tranquila cuando él mostraba dureza..

Cada detalle desconcertaba más a Orlando. estaba acostumbrado a verla tímida, e incapaz de levantar los ojos sin ruborizarse. Pero ahora.. parecía conocerlo mejor que nadie, y lo hacía sin miedo.

Una noche, mientras cenaban, él rompió el silencio..

Orlando: ¿Qué pretendes Ruby?

Ruby: Nada… Solo ser una buena esposa.

Orlando apretó la copa entre sus dedos.. Pero tampoco podía dejar de mirarla.

[Si él no puede amarme por voluntad, lo hará sin darse cuenta.]

La noche había caído por completo.. La casa estaba en silencio,.. Ruby permanecía despierta, acostada al lado de orlando.. y lo abrazó por la espalda..Orlando se tensó de inmediato.. sorprendido por la audacia de su esposa. Sus ojos verdes se abrieron con incredulidad..

Orlando:Ruby ¿qué…?

Pero ella no dijo nada.. Lo abrazó de nuevo, más cerca, apoyando la cabeza en su espalda y acomodándose con cuidado, como si el mundo entero desapareciera y solo quedaran ellos dos..

Orlando permaneció rígido por un instant. No sabía cómo reaccionar.. Su mente le decía que la empujara, que la alejara, que recordara la razón de su matrimonio.. venganza.

Poco a poco, Ruby se acomodó en sus brazos, su respiración suavizándose mientras el cansancio y la seguridad la vencían. Orlando permaneció inmóvil, sin saber si apartarla o dejar que se durmiera pegada a él. . Por primera vez, se dio cuenta de que esa mujer, que él había planeado usar, podía convertirse en algo que él no estaba dispuesto a controlar..

Horas después Ruby abrió los ojos lentamente, todavía adormilada, y se encontró casi encima de Orlando. Su corazón dio un salto, pero en lugar de apartarse, decidió actuar.. Sin pensarlo, lo besó. Orlando abrió los ojos de golpe,.. sorprendido por la audacia de su esposa. Durante un instante, su mente trató de procesarlo, recordándole todos los motivos para odiarla,.. Pero la razón pronto se vio superada por algo más primitivo, sus manos se alzaron hacia la cabeza de Ruby, sosteniéndola con firmeza.. Y entonces correspondió al beso, con fuerza casi desmedida, como si intentara reclamar todo lo que nunca había tenido derecho a tocar. Sus labios se movían con urgencia, mezclando deseo y frustración, y Ruby sintió cómo todo el control que él solía tener sobre su rostro frío se desvanecía en un instante.. se aferró a él, mientras el calor de sus cuerpos se mezclaba, y por primera vez desde su matrimonio, Orlando se permitió olvidar la venganza, aunque solo por un momento.. Su corazón latía con fuerza, confundido y en alerta, mientras la pasión los envolvía.

Cuando finalmente se separaron, apenas pudieron respirar, sus frentes todavía rozándose, ojos fijos en los de otro..

Orlando la miró, todavía atrapado entre el deseo y la incredulidad.

Orlando: Tú… cambiaste todo

Cuando ella escuchó que él murmuraba esas palabras “Tú cambiaste todo”, un escalofrío recorrió a Ruby.. Sonrió para sí misma, sintiendo cómo el poder de sus acciones la llenaba de una confianza desconocida... Sin pensarlo, se movió sobre él,.. con delicadeza pero decisión. Se

inclinó, sus labios apenas rozando los de él, y dejó que sus manos marcaran la pauta.. Orlando se tensó al principio,.. pero pronto se entregó a la corriente de emociones que ella dirigía.. Ruby jugaba con él, moviéndose con seguridad, guiándolo, probando los límites de su sorpresa y su atracción.. Cada gesto suyo era un desafío sutil..una caricia, un suspiro, una mirada intensa que decía más que mil palabras.. Orlando, acostumbrado a controlar todo, por primera vez se encontró siguiendo, dejándose llevar por la iniciativa de ella.. se rieron entre susurros, compartiendo complicidad y deseo, un juego delicado donde Ruby dictaba el ritmo y él solo podía responder..Nunca había sentido tanta fuerza ni tanto placer en tener el control.. era su oportunidad de cambiar la historia que la Ruby original jamás pudo vivir.. La noche avanzó, llena de caricias robadas y movimientos sugerentes. Ruby disfrutaba cada momento, explorando su confianza y el efecto que tenía en Orlando, mientras él se rendía ante la nueva fuerza que irradiaba.. La pasión no era solo física.. era un choque de voluntades, un juego de poder y seducción donde, por primera vez, Ruby marcaba las reglas.. Al final, ambos quedaron agotados pero sonrientes, respirando entrecortadamente, con la certeza de que algo había cambiado para siempre. Ruby, recostada sobre él, dejó escapar un suspiro satisfecho..

[Esta vez, yo decido.]

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