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En Tus Brazos, Llega La Calma...

01: Condenado al dolor.

Dolor.
Hambre.
Miseria.
Sufrimiento...
Si me hubieran pedido describir mi vida en cuatro palabras, serían esas.
Fui vendido a un burdel en los suburbios cuando tenía 12 años.
Mis padres tenían deudas que pagar... y un adolescente con mis características le resultaba una oferta muy atractiva al establecimiento.
Además, que, la deuda de mis padres bajaría un 10%
No era mucho, pero entre eso y quedarse con el estorbo que era su hijo, claro que escogieron la segunda opción.
Recuerdo la primera vez que pise ese frío lugar, el aroma a alcohol y a diversas fragancias que no podía distinguir me quemaban la nariz.
Me pusieron a trabajar de inmediato cuando llegué. Tenía tanto miedo... jamás había hecho algo como eso y mi cuerpo no resistió.
El cliente levantó una queja y ese día pensé que moriría por la paliza que me dieron.
En ese momento supe...
Que mi vida se convertiría en un completo infierno.
7 AÑOS DESPUÉS...
Mi cuerpo temblaba mientras me sostenía de las sábanas desarregladas de la cama. El hombre encima de mí embestía con dureza, sin importarle cuanto me lastimaba.
Mis ojos ya estaban cansados de llorar, había aprendido a quedarme callado y tragarme el asco y la repulsión que sentía.
Mis padres seguían vivos, al igual que su deuda... que yo me encargaba de pagar.
Ellos pedían dinero... y yo debía recuperarlo con mi cuerpo.
El hombre encima de mí era un cliente frecuente, especialmente agresivo y sádico que siempre pagaba grandes cantidades de dinero por tenerme a mí. Solamente a mí.
De ese dinero yo no veía un centavo, todo se iba a pagar la deuda que mis padres tenían... cada vez en aumento.
Cuando ese hombre por fin terminó, mi cuerpo se desvaneció en el piso. Era tan desconsiderado que ni siquiera se molestaba en hacerlo en la cama.
Me miró desde arriba mientras subía sus pantalones y se abrochaba el cinturón.
Masashi
Masashi
Eso estuvo fantástico...
Tomó una botella de vino en la mesa de la habitación, se sirvió una copa y el resto del contenido lo vació sobre mí.
Michio
Michio
¡Está frío!
Masashi
Masashi
¡Cierra la boca!
Me dio una patada con la punta de su zapato, me cubrí el rostro.
Masashi
Masashi
Levantaré una queja por lo que acabas de hacer.
Michio
Michio
¿¡Qué!? ¡No, espera!
Volvió a golpearme, está vez en el rostro. Mi cuerpo temblando del dolor.
Masashi
Masashi
Hoy eres muy insolente.
Me tomó del mentón para después dejarme caer nuevamente al suelo.
Masashi
Masashi
Eso no me gusta.
Me dio la espalda, abrió la puerta de la habitación y entregó un fajo de billetes a la persona fuera del cuarto. La cual dejó entrar a otro hombre apenas el Señor Masashi salió de la habitación.
Todo empezaba de nuevo, el dolor, la humillación, el sometimiento. Una y otra vez mientras yo trataba de aguantar...
Pero.
¿Hasta cuando más?
《▪︎▪︎▪︎》
Yasu
Yasu
¿Un prostíbulo? ¿En serio?
Jun
Jun
Vamos... no seas tan aburrido.
Jun
Jun
Te divertirás, créeme.
Yasu
Yasu
Huele a barato, sácame de aquí.
Jun rodeó mis hombros con sus brazos y me obligó a entrar al lugar. El fuerte olor a afrodisíaco y perfume barato matando mi sentido del olfato.
Nos sentamos en unos sillones acolchonados, cerca de escenario donde bailaban jóvenes desnudos.
Jun parecía divertido, todo mientras tomaba un sorbo de whiskey.
En cambio, a mí...
No podía darme más asco.
《▪︎▪︎▪︎》
Mi cabeza estaba apoyada en la cama, mi respiración entrecortada mientras la puerta de la habitación se abría nuevamente.
Para mi sorpresa, no era otro cliente. Sí no alguien a quien... parecía que realmente le importaba.
Yori
Yori
¡Michio!
Yori
Yori
Oh Dios mío... ¿Estás bien? ¿Puedes levantarte?
Michio
Michio
No... me duele demasiado la cadera .
Yori
Yori
¿Cuántos fueron?
Michio
Michio
Cinco... o tal vez seis. No lo sé.
Yori era una de las pocas y casi inexistentes personas que se preocupaban por mí.
Era unos años mayor que yo y llevaba más tiempo ahí. Él trataba de cuidar de mí, ganándose castigos y reprimendas que muchas veces terminaban con él en el hospital.
Yori
Yori
¿¡Qué diablos te sucede Frank!? ¡No puedes exigirlo a trabajar así!
Él le gritaba al dueño del lugar, quien esperaba paciente fuera de la habitación a que otro cliente llegara para cobrar por "mis servicios."
Frank
Frank
¿Quién te crees que eres para decirme lo que debo hacer?
Frank
Frank
Los clientes lo buscan por montones. Si su cuerpo no puede soportarlo no es mi maldito problema.
Yori
Yori
¡Estás demente!
Yori
Yori
¡Déjalo descansar al menos un poco!
Yori
Yori
¡Lleva 3 días sin comer bien, por favor!
Yori
Yori
¡Ten algo de humanidad!
Frank
Frank
¿Ahora quieres chantajearme?
Frank
Frank
Bien, pero el dinero que se pierda en su descanso.
Frank
Frank
Tú lo pagarás al doble de tu salario.
Yori
Yori
•••
Yori
Yori
Bien.
Michio
Michio
Yori...
Yori
Yori
Calma... No tengo problema en hacerlo.
Michio
Michio
¡Pero!...
Yori
Yori
Shh, nada de peros.
Yori
Yori
Ahora, ven conmigo. Necesitas una botella de agua.
Yori me ayudó a levantarme del suelo, mis piernas se tambaleaban.
Me llevó al cuarto de servicio, empezó a vendar las heridas de mi cuerpo con delicadeza mientras me daba agua y un poco de pan para comer.
Yori
Yori
Estás ardiendo en fiebre...
Yori
Yori
Vete a casa, te cubriré todo el turno que queda de hoy.
Michio
Michio
¡Yori no!
Michio
Michio
¡Sí lo haces no saldrás de aquí hasta la mañana!
Michio
Michio
¡Vas a acabar muy mal! ¡Por favor piensa en ti!
Yori
Yori
En el que pienso, es en ti.
Yori
Yori
No me importa salir de aquí hasta mañana si puedo evitarte esto a ti.
Michio
Michio
No lo aceptaré.
Michio
Michio
Siempre estás sacrificándote por mí...
Michio
Michio
¡Esta vez no lo permitiré!
Me levanté de la silla en la que estaba, el dolor punzante en mi cadera.
Yori
Yori
¡Michio!
Caminé hasta Frank, sus ojos negros fijos en los míos mientras daba una calada a su cigarrillo.
Michio
Michio
Dame otro cliente, ya puedo regresar a trabajar.
Michio
Michio
No descuentes el tiempo a Yori de su sueldo.
Michio
Michio
Lo pagaré, saldré de aquí al amanecer.
Frank
Frank
¡JA! Dios... de verdad ustedes dos son patéticos.
Frank
Frank
Pero, si eso quieres está bien.
Frank
Frank
No te lo negaré.
Yori negó con la cabeza, intentó correr hacia mí mientras lanzaba maldiciones al aire.
Frank lo miró y chasqueo los dedos, un hombre lo jaló de la cintura mientras lo sujetaba contra su pecho.
Frank
Frank
Cierra la boca, Yori.
Frank
Frank
Tú también tienes trabajo que hacer.
|CONTINUARÁ|

02: ¿Destino a casualidad?

Michio
Michio
Deja de decir estupideces y hazlo rápido, o subo el precio.
¿Cómo fue que llegamos a esto?
Yasu
Yasu
¿Acaso, tan poco te importa tú propio cuerpo?
Yasu
Yasu
Hace un rato estabas a punto de desmayarte.
Michio
Michio
¿Por qué prestas tanta atención a eso?
Michio
Michio
Después de todo...
Michio
Michio
No estamos aquí para una charla.
1 HORA ANTES.
Habían llevado a Yori a un cuarto, lejos de mí.
Frank me llevó a la sección de bar y me dijo que hoy debería atender a dos clientes.
Dijo que eran hombres importantes y que más me valía hacer un buen trabajo o ya se las pagaría.
Estaban sentados en uno de los sofás cerca del escenario. Se veían elegantes, con trajes formales y el cabello perfectamente peinado.
Tenían buen rostro, buen cuerpo.
Se veían casi completamente iguales a excepción de algunos rasgos diferentes en sus rostros y gestos.
El primero estaba vestido con una camisa de botones qué se veía bastante costosa, o al menos más que mi salario. La camisa estaba medio abierta dejando ver solo un poco de su pecho, su cara pálida y cincelada como si fuera una escultura de porcelana.
Mantenía una expresión divertida mientras tomaba whiskey de un vaso de vidrio, parecía completamente cómodo viendo a todos los chicos a su alrededor.
En cambio, el otro hombre...
Mantenía una expresión estoica mientras fumaba. Su rostro en perfecta simetría con la marca de su mandíbula acentuando lo atractivo que era.
Tenía el cabello igualmente peinado hacia atrás, con un par de mechones rebeldes qué insistían en irse adelante. Un reloj adornaba su mano izquierda, con la que sostenía el cigarro.
Vestía un traje color beige perfectamente almidonado, la corbata ajustada a si cuello y la camisa camisa blanca sin una sola arruga pegada a su pecho.
Tenía una pierna cruzada sobre su rodilla y zapatos de charol color marrón claro.
Se veía joven pero se vestía como viejo.
O tal vez pensaba así por mí propia vestimenta.
Una ombliguera, shorts de tiro bajo bastante cortos, medias de red en mis piernas y botas de tacón alto que lastimaban los pies.
Frank me jaló del brazo, dirigiéndose a la mesa donde estaban aquellos dos hombres.
Frank
Frank
Señores Takahashi.
Frank
Frank
Es un placer tenerlos aquí, ¿puedo ofrecerles algo más de bebe?
Frank
Frank
¿O gustarían probar algo más?
Frank me señaló y jaló mi cintura para atraerme hacia él.
Odiaba su toque, sus manos tan ásperas como una pared rugosa.
Frank
Frank
Este chico es una de nuestras mejores mercancías.
Miré a ambos hombres he hice una pequeña reverencia en señal de respeto, no sabía si la merecían, pero había aprendido que era mejor no cuestionar y solo hacerlo.
Uno de ellos se levantó, caminó hacía mi y me tomó del mentón.
Jun
Jun
¿Cuál es tu nombre, dulzura?
Michio
Michio
Michio...
Él sonrió, acarició mis labios con su pulgar y miró al otro hombre.
Jun
Jun
¿Qué opinas, hermano?
Jun
Jun
¿Lo compartimos?
《▪︎▪︎▪︎》
Yori
Yori
¡AAH!
Yori
Yori
¡N- NGH!
Yori
Yori
¡Espera... espera!
Yori
Yori
¡Me estás lastimando!
Golpe.
—
Cállate, p****.
El hombre tomó su cinturón del suelo y me cubrió la boca con él para que dejara de gritar.
¿Cuándo caí tan bajo como para tener que hacer esto con tal de ganar un poco de dinero?
Tengo 3 trabajos además de éste.
Una madre en el hospital.
Un padre desaparecido.
Unos abuelos indiferentes a la situación.
Una hermana en casa.
Y una niñera con una tarifa por cobrar.
A pesar de todo... sé que hay personas que la tienen peor que yo.
Como Michio, él no merece todo lo que ha pasado en su vida.
Hago el intento de protegerlo lo mejor que puedo, sin embargo, parece que mis intentos siempre terminan siendo en vano.
Y yo acabo siempre en la misma situación.
Yori
Yori
¡Mphmm!
Mi cuerpo cayó rendido en la cama mientras un fajo de billetes me golpeaba la cara.
Yori
Yori
Es menos de lo acordado.
—
No te mereces ese dinero.
Yori
Yori
¿¡De qué m***** estás hablando!?
Yori
Yori
¡Lo hicimos más tiempo de lo normal!
Yori
Yori
¡No puedes hacer esto!
Me golpeó de nuevo, partió mi labio.
—
Deberías agradecer lo que te estoy dando...
—
Después de todo hoy no dejaste de hacerte el difícil.
Yori
Yori
¡Eso no es...
Golpe
Me caí de la cama, mi mejilla magullada mientras ese hombre me jalaba del cabello.
—
¡Cierra la p*** boca!
—
¿Sabes qué? ¡No te mereces un centavo de mi dinero!
—
No te pagaré.
Yori
Yori
¡No puedes hacer eso!
Traté de levantarme mientras él recogía los billetes y los guardaba nuevamente en su saco.
No puede mantenerme erguido más de tres segundos.
Yori
Yori
¡Oye, espera!
Se giró para verme y me escupió en la cara antes de darme una patada en el estómago.
Se dio la vuelta dejándome tirado en el suelo, caminó hasta la puerta de la habitación y la abrió.
—
¡Educa bien a tu p**** Frank!
Frank lo vio salir y me miró con molestia.
Frank
Frank
¿Ahora que diablos hiciste?
Yori
Yori
¡Yo no hice nada!
Frank
Frank
Tienes cuotas atrasadas este mes.
Yori
Yori
¿¡Te parece que no lo sé!?
Yori
Yori
¡Estoy trabajando el doble de lo que me corresponde!
Frank
Frank
No es suficiente.
Frank caminó hasta mi, el sonido de sus zapatos resonando en el suelo de madera oxidado de la habitación.
Yori
Yori
Te lo pagaré, en serio...
Yori
Yori
Solo necesito...
Frank
Frank
¿Tiempo?
Frank
Frank
Creo que ya te he dado bastante.
Se arrodilló frente a mí, expulsó el humo de su cigarro directamente en mi cara haciéndome toser.
Frank
Frank
¿Crees que esto es un juego?
Frank
Frank
¿Crees que puedes venir a hacer lo que quieras?
Yori
Yori
¡Yo jamás...
Frank
Frank
Cierra la boca. El sonido de tu voz me tiene harto...
Frank
Frank
¿Sabes? ¡Tal vez debería echarte de aquí de una buena vez!
Yori
Yori
¡No!
Lo miré desde abajo con ojos suplicantes, aferrando mis manos al dobladillo de su pantalón.
¿Irme de aquí?
No me alcanzaba para un quinto con los otros 3 trabajos que tenía. Todo se iba a las facturas del hospital.
Mi hermana también debía comer...
Además, si yo me iba... ¿Qué sucedería con Michio?
Se quedaría completamente solo en este maldito lugar...
No... no podía irme.
No podía dejarlo solo aquí.
Yori
Yori
Frank... por favor...
Yori
Yori
Te lo pagaré todo esta noche... lo prometo.
Frank
Frank
¿Esta noche? ¡JA!
Frank
Frank
¿Estás bromeando?
Frank
Frank
¿Cómo puedes pensar siquiera en...
Paró de hablar abruptamente, una sonría torcida formándose en su cara.
Frank
Frank
De hecho...
Frank
Frank
Creo que sí hay un modo en el que puedes pagármelo.
《▪︎▪︎▪︎》
Me encontraba sentado en medio de los dos hombres, uno de ellos con sus manos dentro de mi camiseta mientras el otro fumaba cigarro tras cigarro.
Jun
Jun
Wow... realmente eres lindo.
Jun
Jun
Tu cuerpo es bastante suave al tacto.
Michio
Michio
Gracias...
Él bajaba sus manos hasta mi cadera y mis piernas, apretando la piel de allí con rudeza.
Se acercó a mi oído mientras me pegaba a su pecho.
Jun
Jun
Tus reacciones también son muy lindas...
Jun
Jun
Puedo ver que lo estás disfrutando...
Michio
Michio
Ah...
No podía evitar sonrojarme mientras él empezaba a meter su mano entre mis piernas.
Jun
Jun
Oye, Yasu. ¿No quieres probarlo?
Jun
Jun
Es de los que te gustan.
El hombre se giró, escaneando mi cuerpo y rostro con la mirada antes de girar la cabeza lejos.
Yasu
Yasu
No me gustan las p***** baratas.
Mis ojos se abrieron de par en par.
¿Qué era lo que ese idiota había dicho?
¿De verdad está pensando que hago esto por gusto?
Ya verá... nunca dejaría que las cosas se queden así.
Jamás.
Jun
Jun
Hey, ¿A dónde crees que vas?
Me separé del hombre que sostenía y me incliné sobre el sofá, gateando hasta llegar al regazo de aquel hombre que me había insultado en la cara.
Michio
Michio
Podré ser una p****...
Dije mientras mis manos se aferraba a sus hombros y bajaba mi cadera para sentarme sobre él.
Michio
Michio
Pero jamás, una barata.
Tomé su rostro con las manos y uní mis labios con los suyos en un beso hambriento.
Sin dejarle ni siquiera un momento para responder.

03: El rostro de la rareza.

Yasu
Yasu
Quítate de encima mío.
Yasu
Yasu
Ahora.
Michio
Michio
Vamos... no seas aburrido.
Mis caderas dibujaban círculos sobre su entrepierna mientras me sostenía de sus hombros.
El tipo me miró sin alguna expresión, sus ojos carentes de sentimiento mientras apretaba mi cadera y me bajaba de su regazo a la fuerza.
Jun
Jun
Déjalo dulzura, es un amargado.
Jun
Jun
Anda ven aquí, ven conmigo.
Lo miré de reojo, sus piernas ligeramente separadas y sus brazos abiertos invitándome a entrar.
Se veía un cliente con mucho dinero pero...
Ese hombre en verdad me había hecho enojar.
Michio
Michio
No.
Michio
Michio
Lo quiero a él.
Mis ojos volvieron a encontrarse con los de él, sus pupilas color marrón. Carentes de vida, parecía una expresión esculpida.
Con la razón abandonando mi mente y mi cuerpo reaccionando a sus malditas palabras. Me abalancé con fuerza sobre él, capturando sus gruesos labios en un beso.
Yasu
Yasu
¿¡Qué demonios!?
Mis labios pegados a los suyos.
Sujetó mi cuello para que me apartara de él.
Esto jamás me había pasado.
¿Por qué era tan diferente?
Yasu
Yasu
¡Te dije que te apartaras de mí!
Michio
Michio
¿Esto es en serio?
Su expresión estoica había cambiado, ahora si se veía molesto.
Jun
Jun
En verdad eres un tarado.
Jun
Jun
Tienes a esta belleza lanzándose sobre ti...
Jun
Jun
¿Y de verdad no vas a hacer nada?
Yasu
Yasu
Si tanto lo quieres tú, te lo regalo.
Jun
Jun
No, tu amargura me mató las ganas.
Jun
Jun
Iré a ver que encuentro en la barra.
Jun se levantó de la mesa, dando a su hermano y al chico sobre sus piernas una última mirada con una sonrisa traviesa.
Jun
Jun
Anda, convencelo.
Jun
Jun
Te deseo suerte.
Me guiño el ojo y se dio media vuelta, yendo hacia la barra de bebidas.
Michio
Michio
¿Ya me puedes soltar el cuello?
Michio
Michio
Me vas a lastimar.
Yasu
Yasu
•••
Él me soltó lentamente, la marca de su mano adornando mi cuello.
Yasu
Yasu
Lo siento.
Michio
Michio
¿Por qué te disculpas?
Sus ojos bajaron hasta mi cuello.
Michio
Michio
Ah... ¿esto?
Michio
Michio
Pensé que lo habías hecho a propósito.
Michio
Michio
Pero... supongo que no importa de todos modos.
Me miró fríamente y sacó otro cigarro de la cajetilla para empezar a fumarlo.
Yasu
Yasu
Ya te puedes ir.
Michio
Michio
¿Y dejar a medio terminar mi trabajo?
Yasu
Yasu
Aquí no hay nada que hacer.
Una media y amarga sonrisa invadió mi rostro, realmente este tipo me hacía enojar.
No sabía como, pero le arrancaría esa expresión de indiferencia del rostro a como diera lugar.
MINUTOS DESPUÉS...
Había conseguido convencerlo después de charlar un rato.
Ahora nos dirigíamos a un cuarto privado.
Sinceramente, no lo veía muy convencido. Pero prometió darme un buen fajo de billetes si me callaba de una vez e hiciera lo que tenía que hacer.
Así que acepté.
¿Cómo podría rechazar una oferta como esa?
Caminando por las habitaciones buscando una que estuviera abierta. Los sonidos de las demás se escuchaban perfectamente tras las puertas.
A él parecía no gustarle por las muecas de asco que hacía.
Realmente no terminaba de entender...
¿Sí le daba tanto asco que hacía aquí?
Estaba a punto de preguntarle, hasta que mis oídos captaron algo que hubiera preferido nunca escuchar.
Gritos de una voz familiar...
Provenientes de una habitación hasta el fondo del pasillo.
Yori
Yori
¡YA BASTA!
Yori
Yori
¡A- AH! ¡ME ESTOY DESAGARRANDO!... ¡EN VERDAD!
Mi cara palideció. La voz suplicante y rota de Yori tras la puerta de aquella habitación.
Michio
Michio
Yori...
Yasu
Yasu
¿Te pasa algo?
Su voz me trajo devuelta a la realidad.
No podía hacer nada por él.
Mi cuerpo empezó a temblar y mis manos se apretaron a cada lado de mis piernas, me mordí el labio con fuerza para poder responder.
Michio
Michio
No, no pasa nada.
|EN LA HABITACIÓN|
No llevaba la cuenta de cuantas veces lo habíamos hecho ya.
Frank estaba sentado en una silla cercana, viendo todo el "espectáculo" cómodamente desde ese lugar.
Yori
Yori
P- por favor... solo necesito... necesito agua...
Mi cuerpo estaba inmovilizado contra la cama, las esposas baratas maltratando la piel de mis muñecas.
Frank
Frank
¿Agua, dices?
Frank se levantó de su silla, se acercó hasta mi y levantó mi mentón.
Vaciando la copa de whiskey que tenía sobre mi cara.
Frank
Frank
Cierra la boca y aguanta.
Respiré entrecortado mientras sentía las embestidas salvajes de tres hombres nuevamente dentro de mí.
Frank me veía, sus ojos con ese toque de malicia.
Yori
Yori
Eres un desgraciado...
Él sonrió, la cámara en su mano apuntando directamente hacia mí. Grabando cada maldito segundo de la humillación qué me estaba haciendo pasar.
Frank
Frank
¿En serio?
Frank
Frank
Y yo que creía que querías pagar tus deudas...
No le respondí, el dolor era tan intenso que me obligaba a morder con fuerza cualquier cosa que me encontrara.
Frank
Frank
De verdad eres patético... una rata más en la alcantarilla.
Frank
Frank
Das vergüenza.
Las lágrimas caían desde mis ojos, la sangre corría de entre mis piernas y él lo disfrutaba.
Frank
Frank
¿Con tan ya poco estás sangrando?
Frank
Frank
Pero si solo son tres...
Frank
Frank
¿Así como esperas soportar a los demás?
Yori
Yori
¿Q- qué?
La puerta se abrió repentinamente, las figuras de al menos unos cinco hombres detrás de ésta.
Yori
Yori
Frank... espera
Frank
Frank
¿Qué quieres que esperé?
Yori
Yori
¡Esto no es...! ¡AH!
Frank
Frank
Un buen día de estos haré que te cosan la boca.
Yori
Yori
¡ESTO NO ERA PARTE DEL TRATO!
Frank soltó una risa que me estremeció hasta el alma.
Yori
Yori
No lo hagas...
Yori
Yori
En serio… Te lo ruego.
Frank
Frank
Mm, realmente no quiero parar.
Frank ladeó la cabeza, invitando a los otros hombres a pasar mientras volvía a fumar.
Me rodearon, me tiraron al suelo y uno de ellos pisó mi cabeza con su pie.
Frank volvió a acercarse, arrodillándose frente a mí.
Una cinta gris gruesa descansaba en su mano.
Sentí la textura poco después cubriendo mi boca.
Frank
Frank
Ahora...
Frank
Frank
Vas a sangrar.
《▪︎▪︎▪︎》
Encontramos una habitación un poco después.
En cuanto la abrimos el olor fuerte a perfume me golpeó en la cara como un bate de béisbol.
Me tambaleé al entrar e intenté sostenerme de la pared.
Para mi sorpresa...
Las manos de aquel hombre me sostuvieron de caer.
Michio
Michio
¿Qué haces?
Yasu
Yasu
Pensé que te ibas a caer.
Me sentí raro. Nadie jamás se había molestado en atraparme cuando estaba al borde de desmayarme.
Supongo que... fue algo muy humano de su parte.
Michio
Michio
Gracias.
Michio
Michio
Estoy bien ahora.
Me aparté rápidamente de él y cerré la puerta de la habitación con fuerza.
De inmediato lo acorralé contra una pared, empezó a besarlo con fiereza y sus manos viajaron a mi cadera.
Poco a poco me fui quitando la ropa, la ombliguera fue lo primero en caer al suelo.
Me sorprendía que hasta ese momento no me hubiera tocado, así que decidí poner sus manos sobre mí pecho.
Cuando nos sepáramos del beso, sentí como sus labios empezaron a besar mi cuello.
Se sentía...diferente.
Usualmente los clientes solían morderme con mucha fuerza, pero él no lo hacía.
Me besaba con delicadeza, como si realmente me quisiera.
Michio
Michio
Ah...
Sus grandes manos recorrieron mi cuerpo. Eran muy ásperas, pero no como las de Frank.
Eran cálidas... recorriendo mi cuerpo con cuidado.
Hasta que se detuvo abruptamente.
Yasu
Yasu
¿Por qué tienes tantos golpes en el pecho?
CONTINUARÁ...

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