Hola, chicas. Aquí estamos nuevamente, con una nueva obra, esperando sea de su agrado. Esta vez muy diferente a las que he escrito. Espero les guste. Y si no solo, retírense sin dejar comentarios de mal gusto, o una mala calificación.
Soy Ana Maria Romero. Y esta es mi vida. Tengo un poco más 40 años, cuando me case tenía unos 25 años... De eso ya a pasado casi 15 años. Cuando uno se casa lo hace pensando que será, para toda la vida. Pues se casa uno con el amor de su vida.
O eso, era lo que yo creía en ese momento. Que Martín era el amor de mi vida, y que ambos envejeceriamos, y moriríamos juntos.
Pues nunca medio motivos, para que yo pensara mal de él, siempre se ha dedicado a su trabajo, pero de unos años para acá, el ha olvidos sus responsabilidades. Dedicada al hogar y también a mi trabajo, soy propietaria de una pequeña tienda de artesanías
Donde tengo que combinar el trabajo y el hogar, pero como dicen. Si uno sabe acomodar su tiempo, para todo alcanza. Y así ha sido mi vida desde siempre
Después de un par de años, casados, nació mi primer hijo, que por cierto se llama igual que mi esposo. Martín
Estábamos tan felices que yo renuncié, a mí negoció, por un tiempo, en mí lugar dejé a una de mis empleadas de mayor confianza, pero claro sin dejar de estar al pendiente de mi negocio, tenía que darme tiempo, para atender a mi hijo, la casa el negocio es algo complicado, pero no imposible
Yo soy de esas mujeres que vivo el día a día, todo el tiempo estoy trabajando no puedo parar, quizás ese fue uno de mis errores. Cuándo nació mi segundo bebé
Una niña " Kassandra " Las cosas se me complicaron un poco. Pues mi parto fue de alto riesgo, donde por segunda vez tuve que dejar mi negocio, en manos de mis empleados.
Ahí tardé más de un año, en incorporarme a mi negocio. Pues Kassandra, había nacido delicada de salud, mi esposo se distanció de mí, por más de dos años estuvimos discutiendo ambos llegamos a pensar en divorciarnos. Pero después de sentarnos y platicarlo decidimos darnos una segunda oportunidad, y salvar nuestro matrimonio. "Un gran error".
Las cosas volvieron a la normalidad, yo volví hacerme cargo de mí negocio, llevando una vida un poco mas complicada
Pues el hogar, los hijos y el negocio siempre resulta ser algo difícil, como lo dije anteriormente
Pero no imposible, ese era mí caso yo tenía que encargarme de todo. Pues mi marido él solamente se ocupaba de su trabajo, prácticamente no nos veíamos en todo el día. Hasta la noche, oh a veces solamente nos decíamos a dios por la mañana. O yo llegaba más temprano, o él llegaba más tarde.
Pero siempre tenía que darme tiempo, para todo, el tiempo fue pasando y la rutina fue aumentando. Pues ya los niños asistían al preescolar, es ahí donde uno pierde más tiempo, pues hay que llevarlos, traerlos y yo no soy de esas personas que no quería depender de una niñera, yo siempre quise estar. Ahí, para ellos en cada momento. Pero había algo que sacrificar lo que estaba sacrificando. Y ese era prácticamente, mi matrimonio
Pues mi esposo, y yo ya casi no nos veíamos, pero no había pleitos no había nada que a mí me hiciera pensar que él tuviera otra mujer por fuera, había quienes me decían tu marido te está engañando, pero yo soy de esas mujeres que dice.
Sí yo no veo, no creo, lo que me vengan a contar. Muchas veces ese es uno de los graves errores que cometemos, él no creer en lo que nos dicen
El tiempo siguió su transcurso, pasaron varios años hasta que un día sin querer, lo pillé en un restaurante con una mujer ambos se veían felices, muy acaramelados, por decir así, muy juntos, él sonreía felizmente, esa sonrisa en su rostro nunca la había visto, pero qué tampoco, nunca la voy a olvidar.
Y cómo ella coqueteaba con él, a simple vista se veía que ella era una mujer, mucho más joven que él prácticamente una chiquilla.
Que quizás tenía entre unos 20 o 21 años tal vez era hasta una universitaria. No lo sé
Solo los quedé viendo, por algunos segundos, inmediatamente después me di la vuelta, y salí con mi amiga Silvia, que me acompañaba en esos momentos, ella ha sido mi amiga de toda la vida desde que éramos unas adolescentes estudiamos juntas la escuela
Ese día, mi amiga y yo no fuimos de paseo. O más bien ella fue la que me obligó, a que nos fuéramos de paseo toda la tarde, cuando regresé a casa como a eso de las 10 de la noche
Entre al baño me dio una ducha me puse mi pijama y me acosté, ya eran más de medianoche cuando él llegó, hice como que estaba dormida, estaba con los ojos entre cerrados cuando lo vi que medio se acercó a la cama
Me quedó viendo. Solo hizo una mueca se dio la vuelta y se metió al baño, en esos momentos, yo decidí salirme de la habitación e irme a la habitación de mi hija, Kassandra a dormir con ella, no quería estar al lado de él, porque sabía que podía terminar peleando y no quería que mis hijos se dieran cuenta de lo que estaba pasando, entre nosotros, quería que siguieran pensando que sus padres seguían tan enamorados. Como en un principio. Cosa que uno jamás debemos ocultarles a nuestros hijos una situación así. Ellos no se verían tan afectados en caso de un divorcio.
Por la mañana mi hija Kassandra, fue la primera en despertarse que al verme enseguida me dijo. -- Pero mamá qué haces aquí. --
En ese momento, no supe qué responderle a mi hija, pero después de unos segundos de silencio le respondí. -- Vine a hacerte compañía, tu padre no había llegado y me quedé dormida, aquí contigo. --
Ella solamente me quedó viendo y. Después se dio la vuelta, para meterse al baño, yo salí de la habitación y me dirigí inmediatamente a la cocina, para preparar el desayuno pues si no me apuraba, ellos llegarían tarde a la escuela.
Después de casi media hora bajó Martín, mi esposo, y poco.Después también mi hijo Martín y Kassandra, ambos se sentaron en la mesa mis hijos me saludaron con un beso, y Martín. Solo se sentó en la mesa, a esperar que yo le sirviera el desayuno, poco después mis hijos terminaron de desayunar y se marcharon, se quedó Martín, solo se me ocurrió en. Ese momento preguntarle. -- Tienes algo que contarme, Martín. --
Solo me quedó viendo serio y me dijo. -- Nada. Porque. --
-- Solo era una pregunta, pensé que tenías algo que contarme --
Soy Martín López, tengo casi 50 años. No voy a hablar sobre mi trabajo, pues creo que no viene al caso, pues no es de mucha importancia
Pues no soy un empresario ni nada por el estilo, solo soy un simple empleado de gobierno.
Estoy en esa etapa de la vida, que todas las mujeres me gustan, principalmente las jovencitas, de 20 años o un poco más, jóvenes.
Estoy casado con Ana Maria Romero, llevamos unos 15 años matrimonio, cuando me case con ella, ella tendría unos 25 años, estaba loco por ella, pues era una mujer, muy hermosa
Nos casamos en esos momentos yo estaba muy enamorado de ella, llevabamos una vida, digamos que bien, nada fuera de lo normal cuando ella decidió trabajar y poner por su cuenta propio negoció.
Las cosas comenzaron a cambiar, pues no hay ningún hombre que le guste que su mujer sea independiente, la mujer se hizo, para cuidar del hogar y de los hijos. Ella estaba más ocupada en su negocio, estaba todo el día, fuera de casa dedicada a su trabajo.
No es que me moleste, pero soy de esos hombres que piensa que la mujer cuando se casa debe solamente ocuparse del hogar, nada de andar inventado en tener un negocio, por esos luego ya se sienten superiores por ser independientes. Y nosotros los hombres quedamos en ridículo pues ellas nos quieren hacer quedar mal, y que nosotros los hombres estemos bajo sus órdenes y no es así.
Y el tiempo ha pasado y las cosas ya no son igual. Ella ha cambiado mucho, ha subido un poco de peso ya no se arregla, cómo solía hacerlo antes, no niego que sigue siendo guapa, pero ya no tiene ese encanto que ella tenía antes que me gustaba... tal vez por qué se ha descuidado demasiado dedicándose solo a estar metida en su negocio.
No esperaba que hoy me preguntara que si tengo algo que contarle. No entendí. A qué se refería, pues siempre he tenido aventuras y he sido muy cauteloso las he sabido esconder muy bien mis aventuras, para que ella no se entere, pues tampoco estoy dispuesto a divorciarme y que otro venga a ocupar mi lugar, aunque conocí a una chica hermosa, joven y estoy pensado en irme a vivir con ella.
La miro serio fijamente a los ojos y después le digo que si me puedes explicar de qué demonios está hablando, se lo digo en tono molesto, para que ella no siga preguntando
-- Eres tan cínico que no eres capaz de admitir que tienes otra mujer por fuera. --
Me quedó por unos segundos sin palabras no sé qué responderle, pero de inmediato reacciono diciéndole. -- Estás loca y ahora andas inventándome calumnias de seguro tu amiga, la chismosa esa, es la que ha hablado mal de mí. --
Solo de escuchar en la manera que se expresa de mi amiga y que no acepta sus errores me molesta mucho que golpeó la mesa con mis dos manos
Cómo puede ser posible que busques culpables cuando yo misma te vi, estabas en el restaurante... con una chica que podría ser tu hija o me lo vas a negar
Después de decir de esas palabras me doy la vuelta voy hacia el lavabo de manos y me lavo las manos después me giro diciéndole.
No sé cuántas veces me has engañado, y yo aquí como una tonta... es por eso que llegas tarde y siempre dices que estás en reuniones, cuando es mentira
¡¿Ya cállate?! Deja de decir tantas estupideces, sí es cierto que estaba en un restaurante. Pero ella es, una persona importante de la oficina, la invité a comer, para dialogar algunos asuntos de trabajo.
Solo lo quedo viendo y no puedo creer lo tan cínico que ha resultado, ahora empiezo a creer que todas aquellas personas me han dicho es verdad. -- Sí, ahora así se le llama a las infidelidades, pero está bien, luego no te quejes.
Me molesto con lo que Ana María me acaba de decir, pues no entiendo a qué se refiere así que la detengo antes que ella salga de la casa. -- Qué demonios es lo que quieres decir con eso. --
-- Vete al diablo --
Solo escucho que Martín, qué casi me grita, pero no le hago caso. Salgo de la casa molesta camino durante varias cuadras, para llegar hasta donde está mi negocio una vez que estoy ahí las chicas que trabajan conmigo ya me están esperando, abrimos el negocio cada quien se ocupa de su trabajo pues como les mencioné antes, mi negocio es de artesanías, pero aquí todo lo elaboramos a mano como blusas pantalones cinturones todo es bordado a mano.
Tengo en total, seis empleadas y cada una de ellas tiene diferentes tareas que hacer. Mientras ellas se ocupan de su trabajo, yo me ocupo de hacer la limpieza y acomodar un poco los maniquíes, cambiándoles los atuendos cuando termino voy hacia una pequeña mesa, donde yo también me siento hacer algunos dibujos en las blusas, para después ser bordados, estoy tan concentrada en los dibujos que estoy haciendo sobre la tela que no me doy cuenta del tiempo, sino hasta que llega mi amiga Silvia con mis hijos. Es entonces que le digo a las chicas que pueden tomar su hora de descanso.
En cuanto mi amiga entra con mis hijos ella me dice. -- Amiga no trabajes tanto. --
A lo que yo le respondo. -- Es la única manera que tengo de olvidar todo lo que ocurre a mi alrededor. --
Después les indico a mis hijos que vayan a un pequeño cuarto que está en la parte de atrás del local, para que vayan a descansar y hacer sus tareas, cuando me quedo sola con mi amiga Silvia enseguida le digo.
--Qué crees amiga. Le pregunté y todo me lo negó, ahora resulta que la colegiala con la que lo vimos es una persona importante. Qué estúpido.
-- Ay amiga. Y qué quieres que te dijera, todos los hombres son iguales, unos mentirosos cornudos. Y nosotras tenemos que estarles aguantando todas sus infidelidades ah, pero que no vayamos a ser nosotras la que le ponemos los cuernos, porque entonces sí los muy condenados ponen el grito en el cielo.
En eso tienes toda la razón. Pero ni modo de contárselo a mis padres, porque ya sabes que ellos están de parte de él, y no van a permitir que yo me divorcié.
-- Ay amiga, qué te puedo decir. No te queda más que seguir aguantando, al mentiroso, cornudo infiel de tu marido.
Sí, mis padres jamás permitirán que me divorcié de él. --
Ana María. Se queda en silencio pensando en que sus padres, jamás permitirán un divorcio. Pues ellos son personas muy conservadoras muy pegadas a sus creencias, que el matrimonio es, para toda la vida. Y jamás permitirán que ella se divorcie de Martín.
Cuando las chicas regresan de su almuerzo, Silvia invita a Ana María a almorzar. -- Vamos amiga no te pensarás quedar toda la tarde aquí y sin probar bocado así aprovechas. Y le traes algo a los niños, para que ellos también coman.
Ana María, no le queda más que aceptar la invitación de su amiga, toma su bolso y salen de la tienda, caminan algunas cuadras hasta que llegan a un restaurante, Silvia lo primero que hace es pedir dos cervezas una, para su amiga y otra, para ella. Algo que Ana María se niega pues no es mucho de beber bebidas que contengan alcohol.
Mientras esperan que le sirvan su comida platican, Silvia trata de animar a su amiga. Diciéndole. -- Tú no deberías amiga de hacer caso a los que tu padre te dicen. Si no estás bien con Martín, deberían mejor de divorciarse. Ve yo desde que me divorcié de Manuel estoy mejor que nunca, y estoy más tranquila no tengo calentamientos de cabeza. --
Ana María. Le responde a su amiga con una media sonrisa, jugando con el vaso de la cerveza entre sus manos. -- No te creas amiga lo he pensado muchas veces, pero tengo miedo de que las cosas no vayan bien, están mis hijos, que van a decir padres, sería tener problemas con ellos, y es lo que menos quiero.
Bueno entonces conquista tu marido nuevamente, mujer hazte un cambio, o no sé, ve a un salón de belleza ponte hermosa, para él.
Reconquistar amiga. Sí la última vez que lo intenté, ni siquiera se fijó en mí, ya no soy la misma amiga. Tengo más de 40 años pronto cumpliré 41 ya no soy una jovencita. Eso lo admito, la casa, los hijos y el negocio siempre han sido algo complicado y ahora esto, no sé qué voy a hacer.
Mientras Ana María y su amiga, almuerzan, por su lado Martín se encuentra en un elegante restaurante, está esperando a Lorena a la chica con la que sale que llegue, en cuánto está llega y lo ve hace, una mueca se acomoda un poco los cabellos su vestido y camina con paso firme hasta donde se encuentra él.
Víctor, mi amor. Espero no haberte hecho esperar tanto, pero se me complicaron las cosas, con una de mis clases.
No te preocupes, querida. Acabo de llegar, siéntate y pide lo que quieras.
Lorena finge sonreír que esta feliz, pero por su mente solo cruza. "Lo que tengo que hacer por dinero" Le responde. -- gracias, amor tú eres tan amable conmigo, es por eso que te amo tanto.
Lo sé, cariño no tienes que decírmelo. sé que me amas tanto como, yo te amo a ti.
Martín, se siente halagado por las palabras de Lorena. Mientras almuerzan, Martín solo ve a Lorena disfrutar, de su comida. Un poco después al terminar de almorzar salen del restaurante y se dirigen a un apartamento que Martín renta, para Lorena, en cuanto llegan y cierran la puerta Martín desesperadamente comienza a besar a Lorena, esta no muy convencida, sabe que tiene que cumplir, pues si no este no seguirá dándole dinero ni tampoco pagará su departamento y algunos lujos que Martín le da.
Lorena una chica de tan solo 20 años, qué le gusta la buena vida y aparentar que es una estudiante de universidad, lo cual es mentira, solo se dedica a conseguir hombres que tengan dinero, para que puedan pagarle todos sus gustos.
Cómo: buenos restaurantes, comida, ropa, joyas. Martín no es el único, pues a este ha logrado sacarle, algunas joyas ropa, la renta del departamento, a otro de sus amantes que tiene le sacó un carro a otros cuentas bancarias y viajes.
Martín enseguida la guía hasta la habitación donde termina de quitarle la ropa, besa todo el cuerpo de Lorena a lo que este no se da cuenta de las muecas y los gestos de asco que esta hace, él piensa que cada uno de sus besos y de sus caricias, ella las disfruta más no sabe que todo es fingido por parte de ella.
Cuándo terminan, Lorena enseguida le dice. -- Te amo tanto Martín, gracias por hacerme tan feliz.--
Este solo sonríe satisfactoriamente, por las palabras dichas por Lorena. Qué llenan su ego y su hombría satisfactoriamente sin saber qué está muy lejos de ser cierto las palabras de Lorena.
Después se despide de ella, para irse nuevamente a su trabajo, cuándo llega a su oficina su secretaria lo está esperando le entrega varios pendientes que tiene diciéndole. -- El jefe envió esto, para usted que tiene que terminarlo para hoy mismo. --
Martín solamente queda viendo a la secretaria le hace un movimiento con su mano indicándole que salga de la oficina, de inmediato se pone a hacer todo lo que la chica le dijo.
Son más de las 10 de la noche y Ana María apenas está cerrando su negocio, camina por la calle en compañía de sus dos hijos, pues aunque tiene auto no le gusta usarlo prefiere caminar pues su negocio no queda muy lejos de donde ellos viven
Mientras caminan ella y sus hijos van platicando, riendo de alguna travesura que se le ocurre a cada uno de sus hijos, pues aún son algo pequeños Kassandra de 11 y Martín de 13 años, para Ana María ellos son su mundo
Cuándo llegan a la casa Kassandra le dice a su madre. -- mamá el fin de semana me gustaría que fuéramos a visitar a los abuelos.
Ana María queda viendo a Kassandra y después voltea a ver a su hijo Martín, este le dice que no es mala idea. Qué ya lleva mucho tiempo sin ir a visitarlos, Ana María no le queda más que aceptar diciéndole a los chicos qué irán a visitar a los abuelos.
...Ana María...
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