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COMO OBTENER EL DIVORCIO! (Omegaverse)

Capítulo 1

"Procura mantenerte callado como siempre, no es necesario establecer una relación cercana, en silencio y obediente, así es como debe ser"

El hombre aconsejaba con una sonrisa mientras arreglaba la corbata de la persona a quien se dirigía.

Esta era la primera vez que se mostraba amable, ya que se llevaría a cabo un acontecimiento importante que favorecería a su familia, o más bien, salvaría a su familia y a él mismo.

"Mira el lado bueno, finalmente serás de utilidad y ayuda para la familia, es algo bueno, somos una familia después de todo y debemos apoyarnos en momentos de necesidad, además..."

Miró el hombre al joven de pies a cabeza, este era de su misma estatura, con facciones duras, de contextura más grande comparado a otros de su mismo género.

"¿Qué mejor oportunidad tendrías de conseguir a un alfa de esa categoría?, es algo bueno para ti que sea de esa manera, porque sería difícil para alguien que se ve como tú encontrar un buen alfa, ¿lo sabes verdad?, un alfa prefiere a un omega menos grande que tú", esbozó el hombre una sonrisa.

"Pero un omega es un omega, así que aprovecha eso, funcionará, utiliza tu ciclo de calor para tu beneficio, si logras tener un heredero para ese hombre, todos saldremos ganando, especialmente tú, ja ja ja ja", rio el hombre.

Lleno de risas, el hombre continuó acomodando el traje del joven meticulosamente.

Era bueno que el joven fuera obediente y callado a pesar de su estatura y físico, un omega con complejo debido a su apariencia y burlas constantes por parte de su propia familia.

Saida Gale, el hijo omega de la familia Gale, quien sería entregado hoy como esposo a un sofisticado y exclusivo alfa.

El hombre que reía con regocijo era su tío mayor por parte de su padre, Martín Gale, un hombre alfa cerca de los cincuenta años de edad, quien había encontrado la solución al problema familiar al entregar a su sobrino como esposo.

Ambos se encontraban en un gran salón, esperando la orden para pasar al salón principal en donde se reunían los padres de Saida con el alfa quien sería su esposo.

"Es una gran casa", el tío Martín dio un recorrido por el salón, tocando los marcos de las grandes ventanas que se veían más caras que su propia casa, ni hablar de la mueblería, estos valdrían más que todas las casas de todos sus parientes vivos.

"Vivirás una buena vida", sonrió el tío Martín, solo que detrás de esa sonrisa se escondía su verdadera cara.

Un alfa de casi cincuenta años de edad, quien en sus años de vida no había conseguido grandes riquezas ni gran estatus como se esperaba de un alfa dominante, en su lugar, se vio envuelto en grandes deudas y la ruina de la empresa familiar que dirigía junto con el padre de Saida, otro alfa que se negaba a aceptar la realidad de su bancarrota, un alfa orgulloso quien ahora agachaba su cabeza frente al futuro esposo de Saida.

El tío Martín tenía un hijo omega también, solo que no aceptaría humillarse frente a ese alfa, por lo que sugirió a Saida para llevar a cabo el matrimonio.

El tío Martín era muy previsorio, ya que años antes al prever la caída de la empresa familiar, dejó a su hermano menor el puesto de presidente, así que le correspondía a su hermano menor entregar a su hijo como esposo y también tratar con ese alfa.

"Bien por ti, querido sobrino, no olvides el favor que tu tío te está haciendo y sé generoso en el futuro ¿de acuerdo?"

Ante las palabras de su tío, el joven Saida solo se dedicó a asentir con la cabeza gacha y la espalda encorvada con timidez.

La puerta se abrió en ese momento, entrando un hombre mayor y elegante para llamar a las dos personas.

"Diríjanse al salón principal, es momento de presentarse"

"De acuerdo", fue el tío Martín el que se dispuso a salir primero, "sígueme", ordenó a Saida para que lo siguiera.

"Espere, por favor"

El hombre mayor quien acababa de entrar detuvo los pasos del tío Martín con elegancia y dijo:

"De ahora en adelante, el joven Gale será el Señor de esta casa, no puede dirigirse a él de esa manera ni darle órdenes"

"... Oh, claro, claro", dándole paso a su sobrino con una sonrisa, el tío Martín salió después de él.

"No olvide cerrar la puerta, por favor", ordenó el hombre mayor.

"Claro", sin perder su sonrisa, el tío Martín cerró la puerta y fue detrás de las dos personas.

El pasillo hacia el salón principal era amplio, lleno de reliquias muy bien conservadas y acomodadas sobre muebles de igual valor.

Saida fue dirigido hacia el salón principal, en donde la vista era más glamorosa aún, todo tenía un estilo colonial según el gusto de su propietario.

"Estaré a cargo de su cuidado, comidas, vestimenta, todo lo que requiera", habló el hombre mayor quien caminaba unos pasos detrás de Saida, "no se limite a pedir lo que necesite, me presento, soy Sebastián"

En respuesta, Saida solo asintió como siempre.

Al llegar finalmente al salón principal, se vio a tres personas en el lugar.

Dos de ellos eran los padres de Saida, un hombre alfa y un hombre omega, ninguno de los dos habló, parecían esperar las órdenes del tercer hombre que estaba en el lugar.

Con la mirada gacha, Saida fue llevado al centro del salón por Sebastián, en donde fue puesto frente al alfa.

Como si fuera un objeto que era puesto para observación para ser comprado o no, el alfa evaluó a Saida con detenimiento.

La sensación que transmitía ese alfa, era como estar en medio de la oscuridad, con miles de agujas que parecían atravesar su cuerpo y ojos que lo miraban con bestialidad.

"Servirá", la voz del alfa despertó al joven omega de la tétrica ilusión.

Al obtener la aprobación del alfa, los padres y tío del joven omega suspiraron aliviados.

Como tenía la cabeza agachada, Saida solo podía ver los zapatos del alfa, este se levantó del sofá al siguiente instante y caminó hacia él.

Lo siguiente que se escuchó, fue la suave risa del alfa.

"Que omega tan particular y antiestético, no habrá problemas ni accidentes, eso es bueno"

"¿Eres tan obediente como dicen tus padres?", preguntó el alfa poniendo nerviosos a los padres y tío de Saida.

"Si es así, entonces se obediente y no intentes nada estúpido, ya que la idea de tu afectuosa y devota familia de que tú lleves a mi heredero es algo que nunca va a ocurrir, debes saber la razón con solo verte al espejo"

Con esas palabras, las esperanzas de los padres y tío de Saida se vinieron abajo.

Sabía que no debía hacerlo y solo debía asentir como siempre, pero el joven omega levantó la vista para ver al alfa, pues tenía curiosidad.

Con lo primero que se encontró, fueron con esos par de ojos dorados que lo miraban fijamente, llamativo e intimidante al mismo tiempo.

La trama de la historia no debía arruinarse por ahora, así que el joven se quedó callado por el miedo que le generaba el alfa, pero más por una razón...

Este maldito alfa era demasiado guapo, molestamente guapo.

Vadim Meyer, un Alfa dominante extremo, ahora ese hombre era su esposo.

Fabián, quien ahora llevaba el nombre y vida del joven omega Saida Gale, tenía como esposo al alfa extremo Vadim Meyer, el apodado demonio blanco, de quien debía divorciarse antes de que muriera a manos de este mismo.

Fabián estaba decidido a no tener el mismo final que el personaje de quien poseía su cuerpo y vida ahora, y para su suerte, Fabián sabía todo lo que acontecía en el libro al cual había transmigrado.

Capítulo 2

El acta de matrimonio fue firmada por ambas partes, estableciendo así la unión entre Vadim Meyer y Saida Gale.

Además del acta de matrimonio, otro documento fue firmado por el padre y tío del omega, en donde se anularon los intereses de la gran deuda que tenían con Vadim, ya que los intereses que se generaban cada mes eran más que el monto de la deuda original.

La deuda original debía seguir pagándose cada mes.

Todas las personas que alguna vez tuvieron una deuda con Vadim terminaban por desaparecer junto con sus familias, quedándose Vadim con todas las propiedades y empresas que alguna vez les pertenecieron a estas, la familia Gale era la primera familia que podía declararse como sobreviviente, fueron realmente afortunados.

Pese a las personas saber que los negocios con Vadim eran riesgosos, estos aún lo hacían, ya que la mayoría que tomaban estos riesgos eran alfas que creían poder ganar contra Vadim solo por su arrogancia.

Y dos de esos alfas arrogantes fueron el padre y tío de Saida.

"No necesitan cumplir con ninguna obligación familiar, ni en privado ni en público, el apellido del Señor Meyer solo le corresponde a su esposo", habló el abogado privado de Vadim quien acudió a la casa para poner en orden el papeleo.

"Sí, sí, no hay problema, no causaremos ninguna molestia", sonrió el padre omega de Saida, Hans.

Contrario a su hijo, el Señor Hans era un hombre omega que se encontraba bajo los estándares que se esperaba de su género, delicado, de tez clara, atractivas proporciones, alguien agradable a la vista.

"Pero, me gustaría hablar una última vez con mi hijo en privado"

...****************...

Esta propiedad era de varias hectáreas, demasiadas.

Perderse sería fácil en este lugar, solo bastaría con adentrarse en lo profundo del campo verde rodeado de árboles para perderte.

"Nuestra casa no ocuparía ni unos metros cuadrados de este jardín"

El papá omega de Saida lo llevó a hablar afuera mientras contemplaba el gran y hermoso jardín repleto de diversas plantas y bellas rosas fragantes.

El contraste de ambas personas era bastante notable, un omega delicado y pequeño, contra un omega de más tamaño y más musculatura, cualquiera persona que los vea no pensarían que son padre e hijo, ya que no tenían parecido alguno.

"Vivirás una buena vida", suspiró dándose la vuelta para ver a su hijo.

"Pero no te olvides de tus padres, somos una familia después de todo", sonrió acercándose a su hijo para luego colocar su mano sobre su hombro con delicadeza.

"No importa lo que suceda o la distancia, los lazos de sangre no se pueden romper fácilmente ¿entiendes?", dijo acomodando la camisa de su hijo por encima de su cuello.

"Mi pequeño hijo creció tanto, fue difícil para papá criarte ¿lo sabes verdad?", sonrió esperando la respuesta de su hijo.

Y como siempre, Saida simplemente asintió.

"Pero hice un buen trabajo con lo que pude, y mírate ahora, eres el esposo de un Alfa importante, así que no olvides estar agradecido con tus padres y con tu familia"

Fabián sabía lo que sucedería a continuación, y como esperó, al siguiente instante, un sobre fue puesto en el bolsillo interior de su traje.

"Sabes que es difícil para tus padres, la empresa ha estado pasando por dificultades y llevará bastante tiempo recuperarse, así que debes seguir apoyando a tu familia"

"Tu esposo fue muy generoso al ayudarnos, y estamos muy agradecidos con él, pero, hasta que podamos recuperarnos, debes prometerle a papá que nos ayudarás"

Sacudiendo el traje por encima del hombro de su hijo, el Señor Hans mantenía su sonrisa mientras hablaba con él, era una sonrisa bonita, sin embargo, esa sonrisa de su papá, era a lo que más temía Saida.

"Esta es una cuenta puesta a tu nombre, estoy seguro de que tendrás varias facilidades en esta casa, deberás ser generoso y ayudar a tu familia, no habrá ningún problema, ya que solo estarás ahorrando para ti mismo, y es lo que te corresponde como el esposo del Señor Meyer"

Asintiendo en acuerdo como siempre, Saida obedeció las órdenes de su papá haciendo que este estuviera de buen humor, y en recompensa, este le dio un abrazo, sabía que su hijo añoraba afecto y un abrazo era suficiente para satisfacerlo.

"Haz un buen trabajo y papá estará orgulloso de ti", palmeó la espalda de su hijo, "y no te preocupes por tener un heredero para tu esposo ahora, tendrás el tiempo suficiente para hacer que eso funcione, papá espera tanto poder abrazar a su nieto"

Un cálido abrazo de un papá a su hijo en medio del hermoso jardín, el corazón de Saida se sintió feliz.

...****************...

"¡Orgulloso una mi*rda!, ¡¿un heredero?!, ¡pues tenlo tú!"

Desprendiéndose de su traje y arrojando a un lado el sobre, Fabián se metió a la ducha para deshacerse del escalofrío que le recorría el cuerpo después de hablar con su papá omega.

No podía arruinar la trama de la historia, pero al menos podía desahogarse estando solo.

Luego de hablar con su papá omega, este dejó la casa junto con su padre y tío; y al regresar dentro de la casa, Vadim también había desaparecido.

Saida era un hijo bastante filial, tanto así que depositó una gran cantidad de dinero a esa cuenta dada por su papá al cabo de dos días, solo que ahora este no era Saida, sino Fabián.

Si lo que Fabián quería era no estropear la historia, sabía que debía hacer ese depósito, y lo haría, pero, la cantidad sería diferente, eso no afectaría tanto la historia, porque lo que Fabián deseaba, era tomar justicia por el pobre e ingenuo Saida de quien ahora poseía su cuerpo.

Fabián no se consideraba un justiciero, ni era tan valiente, ya que cuando se dio cuenta de que despertó dentro del libro, cayó desmayado por varias horas antes de que lo trajeran a esta casa para firmar el acta de matrimonio.

Todo lo que Fabián quería era salir vivo de todo esto, si no podía regresar a su mundo original, entonces al menos debería tener una buena vida aquí.

No le importaba el dinero, mucho menos esa familia, y por más que fuera atractivo, tenía que alejarse de Vadim para continuar vivo.

Vadim Meyer era un hombre cruel, un Alfa dominante extremo que podía hacer cualquier cosa sin tener ningún tipo de represalia porque le estaba permitido por su género tan especial.

"Tienes que hacerlo bien Fabián, tienes que hacerlo bien Fabián"

Repitiendo esas palabras, Fabián salió de la ducha para luego vestirse y bajar a la sala principal en donde Sebastián lo esperaba.

"Señor, esto le pertenece ahora, úselo como desee, está en todo su derecho"

Sobre la mesa se colocaron: cinco llaves de distintos autos, una caja con un anillo de diamante dentro, un costoso reloj como regalo, y seis tarjetas de crédito.

Capítulo 3

"Parece un museo"

La casa, o más bien mansión de estilo colonial, no era del gusto de Fabián, todo se veía tan perfecto y costoso que no parecía un hogar.

Fabián recorrió toda la mansión para conocer las ubicaciones importantes, tardó bastante tiempo en recorrer el lugar completo.

No existían cámaras de seguridad dentro de la mansión, ya que este era el lugar en el que Vadim vivía y al alfa le incomodaba tener cámaras sobre él en su espacio privado, solo se colocaron cámaras de seguridad fuera de la propiedad.

Dentro de la propiedad, a unos minutos de conducción en auto, por el camino izquierdo, se encontraba el campo de equitación de Vadim, el alfa tenía como afición adquirir caballos con fines de deporte.

En el camino contrario, en una gran construcción, se encontraba el hospital privado de Vadim.

Al ser un Alfa dominante extremo, no cualquier doctor podía atender a Vadim, ni podía ir a cualquier hospital, esto por los fuertes genes del alfa que eran deseados por varias personas, por lo que Vadim contaba con un hospital y médicos privados que siempre estaban bajo vigilancia.

Y uno de los lugares favoritos de Fabián, eran los gimnasios privados que estaban ubicados unos metros detrás de la mansión, cuando Fabián le preguntó a Sebastián si podía usar uno de los gimnasios, este simplemente respondió:

"No tiene que preocuparse en usar todo lo que está en la propiedad, es lo que le corresponde, solo debe tener cuidado en no acercarse a los lugares que su esposo usa frecuentemente"

Esos lugares eran: la habitación de Vadim, su estudio, el hospital, el campo de tiro, la cancha de deportes, el gimnasio más grande, y los autos que el alfa usaba personalmente.

En cuanto al campo de equitación, Fabián podía acercarse siempre y cuando no tocara los caballos favoritos del alfa, lo que significaba que no podía tocar ninguno, así que no tenía sentido ir a ese lugar.

Además de todos los lugares prohibidos, a Fabián solo le interesaba el gimnasio, y un poco de ejercicio extra no dañaría la trama de la historia.

Después de una rutina de ejercicios de una hora y de tomar una ducha en las duchas del gimnasio, Fabián pasó al salón que conectaba al gimnasio en donde el sol entraba por las grandes ventanas del piso al techo.

Con la toalla sobre su cabello, Fabián tomó asiento en el cómodo sofá frente a las ventanas mientras sostenía su teléfono celular.

El depósito de dinero debía hacerse este día, y con las facilidades que se le otorgaron, Fabián podía depositar una gran cantidad.

La cantidad de dinero que Fabián ingresó para el depósito a esa cuenta, fue la tercera parte del monto original que estaba en la historia.

Contento por su hazaña, Fabián estaba de buen humor hasta que vio ingresar a la mansión el auto del alfa.

Rápidamente, Fabián se escondió detrás del sofá y se asomó para ver como Vadim salía del auto para luego entrar a la casa.

No había visto al alfa después del matrimonio, esto porque Vadim estaba ocupado tratando con sus padres, quienes obviamente estuvieron en desacuerdo cuando supieron de su matrimonio por palabras de su propio hijo.

La razón de su matrimonio con un simple omega, fue porque Vadim no estaba dispuesto a llevar a cabo el matrimonio impuesto por sus padres, sí, el alfa no tenía una buena relación con sus padres quienes eran ambos Alfas dominantes extremos al igual que él, al igual que Saida no tenía una buena relación con sus progenitores, un clásico en este tipo de historias.

Con sumo cuidado para no ser visto, Fabián salió del gimnasio y se disponía a entrar por una de las puertas traseras de la mansión, sin embargo, a lo lejos pudo oír el graznido de un pato.

Guiado por el sonido, Fabián fue hacia el lugar, y ahí encontró al animal herido, parecía tener un ala lastimada que le impedía despegar en el aire, este pequeño animalito era un pato volador.

...****************...

Daisy, Fabián le dio ese nombre al animalito, el pato resultó ser una hembra.

Tan pronto como llegó a su habitación sin ser visto, Fabián se encargó de curar a Daisy, no era una herida de gravedad, pero tardaría unos días en recuperarse.

Toc - toc, llamaron a la puerta.

"Adelante"

El único que venía a la habitación de Fabián, era Sebastián, así que Fabián sabía que se trataba de él.

"Señor, será más apropiado que use esto para su pequeño amigo"

Sebastián entró a la habitación sosteniendo un corral especial para aves.

"... ¿Cómo?"

"Su pequeño amigo dejó un buen rastro en todo el camino desde afuera hasta su habitación"

Al oír la explicación de Sebastián, Fabián volteó a mirar a Daisy.

"¡Cuac, Cuac!"

La idea era pasar desapercibido hasta encontrar la oportunidad de divorciarse, con Daisy a su lado, Fabián había llamado la atención en este día que Vadim regresó a casa.

Una simple ida al gimnasio fuera de la trama original de la historia, había cambiado un poco la situación.

...****************...

La lujosa mansión con un piso impecable, tenía ahora varias manchas dejadas por la pata que hacían un camino hacia el piso superior por las escaleras traseras.

Varios de los empleados se apresuraron a limpiar el rastro antes de que Vadim pudiera notar algo, solo que el alfa contaba con un gran sentido olfativo y no tardó en notar el aroma.

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