Hola, muchas gracias por leer mi obra y por acompañarme en esta tercera novela de los hermanos Ruttherford, espero que les guste y no olviden apoyar la obra, con su like, un comentario, su voto y puntuarla, para que el algoritmo pueda tomarla en cuenta...
Ahora si ¡Comencemos!
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Desde temprana edad Natalia Ruttherford fue criada para ser una mujer independiente y exitosa en los negocios, rodeada de un sin número de exigencias por parte de su hermano mayor Math, a quien le tenía un gran respeto, dado que se encargó de su crianza, tomando el lugar de sus padres en el momento en que estos fallecieron.
A pesar de no poder recordarlos de forma clara y de que gracias a su hermano y la determinación que mostro por mantenerlos unidos, logrando criarla dentro de una familia en la cual el mayo era la representación de la figura paterna que había perdido, no podía dejar de sentir un gran hueco en su pecho siempre que pensaba en como hubiera sido si ellos estuvieran vivos, tal vez todos fueran de alguna forma diferente de lo que eran ahora, ariscos a una sociedad que los obligaba a ser políticos e hipócritas igual que todos.
Como ya era parte de su rutina, se encontraba enclaustrada en medio de una tediosa reunión en la oficina, donde la mayoría de los presentes parecían ser simios idiotas, que no tenían ni una pizca del negocio que le estaban proponiendo. Aunque para su criterio, los hombres se habían preparado de forma incoherente, pensado quizás que ella al ser mujer sería fácil de timar.
- Señores, ¿tienen algo mejor para presentar? – dice, interrumpiendo la exposición de uno de los tres hombres.
- ¿Disculpe? – le dice el hombre sorprendido
- Vienen aquí y piden una cita con el director, yo de forma amable me he tomado el tiempo de atenderlos ya que él se encuentra ocupado en otros asuntos – le dice molesta lanzando la carpeta de proyecto de los hombres - les brindo parte de mi valioso tiempo y ustedes me insultan de esta forma – les dice seria
- Se.. Señorita Ruttherford no entiendo a qué se refiere, nosotros no pretendíamos ofenderla – le dice uno de los hombres
- Entonces si esas no eran sus intenciones, ¿por qué los gráficos y cuentas que muestran no son concordantes a los datos reales del mercado? – le dice al hombre molesta - ¿piensan acaso que no conozco el mercado que nos están presentado?, ¿Cómo pretenden hacernos una propuesta de inversión para un proyecto en tan mal estado? – les dice levantándose del asiento – esto es una total pérdida de tiempo – les dice suspirando comenzando a caminar hacia la salida.
- No, no, espere señorita Ruttherford, denos una oportunidad más para presentarle el proyecto – le dice el hombre que exponía, yendo tras ella
- Entienda esto señor, Natalia Ruttherford no brinda segundas oportunidades, mucho menos cuando su descaro fue descomunal – le dice tranquila, sin dejar de caminar.
Siguió caminando dejando a los tres hombres sin forma alguna de refutar los hechos, tomo el ascensor y salió del edificio, no quería ir en auto, su cuerpo se sentía hirviendo de la molestia que los tres idiotas le habían causado, por eso debía caminar para poder refrescar sus pensamientos.
Luego de unos minutos suena su teléfono.
- ¿Qué sucede Alana? – le dice a su asistente al contestar la llamada
- Señora, ¿Dónde está? – le dice la mujer, quien había ido por unos cafés para Natalia y los hombres, y al volver consiguió una sala de reuniones vacía.
- Salí a caminar, no podía quedarme entre cuatro paredes – le dice mientras continúa caminando.
- Pero señora, su almuerzo con Vc es en veinte minutos – le dice la mujer alterada.
- Envíame la dirección de encuentro – le dice mientras gira en una de las esquinas – llegare allí en ta…- Tropieza contra una enorme pared de pieles suaves y casi cae, aunque es atrapada por el oso enorme con el que había tropezado – Lo… Lo siento – le dice al hombre mientras este aun la sostenía.
- El piso esta resbaloso, tenga cuidado – le dice el hombre de forma seria, lo primero que pudo notar fue la forma de su mirada, sus ojos podían hacerte saber lo peligroso que sería buscar problemas con ese tipo.
- Gracias – le dice apartándose del hombre.
- ¡Mamá! – se escucha a un pequeño niño que corrió hacia ella y se colgó de su pierna – si volviste por mi mamá, tal y como lo soñé – le dice el niño sonriendo mientras abrazaba la pierna de Natalia como si fuera un oso de peluche.
- ¿Mamá? - dice Natalia sorprendida mientras busca la forma de desprender al niño de ella – Yo no soy tu madre – le dice tratando de quitarle su pierna capturada al pequeño.
Mientras el hombre con el que Natalia había tropezado, solo se limitaba a observar la escena.
- ¿Dónde estarán los padres de este niño? – dice viendo alrededor si conseguía alguna pareja buscándolo.
- Te pagare la cifra que pidas – le dice el hombre de un momento a otro.
- ¿Qué? – dice confundida - ¿usted es el padre de este niño? – le dice viendo al hombre, quien pensaría que un tipo con semejante apariencia amenazante, era el padre de ese pequeño y tierno niño.
- ¿Cuánto por ser su mamá? – le dice señalando al niño
- ¿Qué clase de locura es esta? – dice alterada sin poder creer lo que le estaba sucediendo – ¿acaso esto es una broma de cámara escondida? – dice
- Yo no bromeo – le dice el hombre de forma seria.
- ¿Por qué me pediría ser la madre de este niño, si no se tratara de algún tipo de broma? – le dice molesta - ¿Qué clase de estupidez es esa? – le dice viendo seria
- Si lo aparta llorara y es algo que no tolero, así que solo diga un precio y lo tendrá – le dice arrogante.
- Primero que nada, no debería cumplir todos los deseos de su hijo solo por no escuchar su llanto – le dice reprendiendo al hombre – y segundo, ¿Cómo puede proponerle a alguien que no conoce hacerse cargo de su hijo?, ¿no teme que pueda hacerle algo malo? – le dice hecha una furia ante ese acto tan imprudente.
- ¿Usted sería capaz de hacerle daño a este niño? – le dice el hombre despreocupado.
- No, pero...
- Entonces, ¿Cuál es el problema?, ya le dije que el dinero no será de importancia – le dice de forma tranquila, como si no le importara en lo más mínimo las intenciones de la mujer.
- No necesito de su dinero – le dice ya molesta y cansada de aquel disparate – tampoco deseo ser la sustituta de la madre de este niño, por favor hágase responsable de su hijo y déjeme en paz – le dice desprendiendo al niño de su pierna y salió corriendo de allí, dejando atrás aquel acontecimiento tan inusual.
¿Qué locura había sido esa?, ¿Cómo podría ser esa propuesta en serio?, lo que fuera, ya no era problema de ella, solo lamentaba que ese pequeño niño tuviera que lidiar con un padre tan loco como ese.
Natalia siguió caminando sin mirar atrás, no quería perder su tiempo pensando en un hombre lunático y su hijo con problemas de abandono maternal, lo más seguro era que la mujer había dejado a ese hombre, aunque ¿Quién no lo haría?, solo de tenerlo frente a ella por unos minutos, por su espalda corrió un escalofrió y sus sentidos le decían que debía correr de allí, el tipo era intimidante.
EL único por el cual lamentaba el triste destino que sufriría, era por ese pequeño y dulce niño, es desalmado dejar a una criatura de esa edad con tal lunático, tal vez la madre también era igual de loca, aunque dado que tuvo un hijo con ese hombre, quizás lo fuera.
Su teléfono comienza a sonar
- Lo siento Alana, tuve una situación un tanto extraña – le dice contestando la llamada – envíame la dirección del restaurante – le dice caminando.
- Si señora, ahora mismo se la enviare – le dice su asistente.
- También envía mi auto con el chofer y que lo deje en el estacionamiento del restaurante, que lo deje cerca de la entrada, luego del almuerzo tengo que ir a otro sitio y no quiero perder tiempo buscándolo – le dice mientras camina
- Bien, enseguida señora – le dice antes de que Natalia colgara la llamada.
En el momento de recibir la dirección, termino de caminar hasta llegar a la vía principal donde detuvo un taxi y se subió, le dio la dirección al chofer y el hombre se puso en marcha.
- Buenas tardes, ¿llego tarde? – les dice a los hombres de Vc al llegar a la mesa del restaurante donde se encontraban sentados esperando por ella.
- No, no, acabamos de llegar apenas señorita Ruttherford – le dice uno de ellos levantándose para ayudarla a tomar asiento.
- Bien, eso me alegra – le dice sonriendo de forma amable mientras toma asiento – ¿ya ordenaron? – les pregunta
- No, aun no lo hemos hecho – le dice el hombre que se quedó sentado – queríamos que fuera usted quien escogiera por todos – le dice sonriendo.
- Bien, en ese caso – toma la carta y enseguida el mesonero se acerca para tomar la orden de Natalia, luego de eso el hombre se retira.
Mientras almorzaban fueron tratando el tema de interés por el que realmente estaban allí, necesitaban firmar un contrato con una empresa publicitaria y Natalia se estaba encargando de ello personalmente, ya que la anterior no fue de su agrado y trataron el tema de una forma un tanto controversial que termino por ser contraproducente para la compañía.
- Me agrada su plan de implementación, pero quisiera que me enviaran alguna muestra terminada para poder estudiarla y darle el visto bueno – les dice a los hombres al terminar la negociación.
- Claro, la tendrá esta misma semana – le dice uno de los dos hombres
- La quiero dentro de dos días – le dice de forma demandante - ¿pueden hacerlo? – los mira
- S… Si, como usted lo desee – le responde nervioso.
- Bien, entonces desde el momento en que envíen el archivo, esperen la llamada de mi asistente – le dice levantándose de su asiento – ha sido un placer, caballeros – les dice
- El placer es nuestro, Señorita Ruttherford – le responden mientras estrechan su mano.
Luego de termina la reunión, Natalia salió del lugar y fue hacia el estacionamiento del restaurante, donde se suponía debía encontrarse estacionado su auto, pero por alguna razón o negligencia no se encontraba por ningún lugar.
Enseguida saco su teléfono y llamo a su asistente.
- Alana, creí haberte dicho que enviaras mi auto al estacionamiento del restaurante y que estuviera cerca – le dice molesta en el instante en que la mujer contesto la llamada.
- Lo… Lo hice señora, el chofer lo dejo en el lugar que usted solicito – le dice angustiada.
- Si ese es el caso, entonces ¿Por qué no lo consigo en todo este lugar? – le dice hecha una furia, mientras recorría el estacionamiento presionando el control la alarma del auto para saber dónde estaba, hasta que por fin se escuchó a lo lejos, al fondo del estacionamiento – ya lo encontré – dice molesta – recuérdame conseguir un chofer eficiente para esta simple tarea, lo estaciono hasta el fondo del lugar – le dice
- Si, señora, lo lamento mucho – dice apenada, sin más que decir Natalia colgó la llamada.
Camino hasta llegar al auto, el lugar se encontraba vacío y silencioso, abrió la puerta del auto, cuando sintió un arma apuntándola en la espalda.
- No te muevas – le dice el hombre a sus espaldas – si haces algún movimiento estúpido te matare aquí mismo – le dice de forma amenazante.
Otros tres hombres salieron de detrás de los autos y se pusieron frente a ella.
- ¿Quiénes son ustedes y que quieren? – les dice Natalia de forma firme, sin demostrarles miedo.
- Aquí no importa quienes seamos nosotros – dice uno de los hombres – sino más bien, quien eres tú, Natalia Ruttherford – le dice
- Entonces saben quién soy – les dice Natalia.
- ¿Quién no sabría quién eres princesa?, la menor de una de las familias con más dinero del que se pueda imaginar – dice el hombre a sus espaldas – imagino que tus hermanos pagarían lo que fuera por ti, ¿no es así? – le dice al oído.
- Si, si lo harían – le responde Natalia – pero estoy segura de que ustedes no me dejaran vivir, así mis hermanos paguen la cantidad que desean, ¿no es así? – su corazón latía rápidamente, su cuerpo vibraba, al mismo tiempo ella luchaba por mantener la calma, lentamente mientras distraía al hombre con la conversación y aprovechando la poca iluminación del lugar, metió su la mano en su bolso y tomo su bolígrafo.
- Podría ser, aunque también tenemos planeado divertirnos contigo antes de hacerlo – le dice uno de los hombres de forma maliciosa – sería un desperdicio matarte si antes probar un cuerpo tan placentero y hermoso, ¿no lo creen chicos? – les dice a sus compañeros
- Ja, ja, si ese es el caso, quisiera ir primero – dice el hombre detrás de Natalia, olfateando su cabello – su aroma es delicioso – Natalia sintió el calor de la respiración del hombre en su cuello y el arma en su espalda.
- Si dices que quieres ir primero- Tac, Tac, Tac, oprimió rápidamente el bolígrafo- te lo concedo – le dice Natalia moviéndose rápidamente hacia un lado y golpeando el codo del hombre para quitarse del rango del arma, luego clavo la punta del bolígrafo en la pierna del hombre, obligándolo a soltar el arma del dolor, brindándole la oportunidad a la mujer de tomarla.
- Aaaaaah, maldita – gritaba adolorido, mientras Natalia con el arma del hombre apunto hacia los tres que quedaban.
- Maldita mujer – dice uno de los tres apuntándola
- Si piensan tenerme, vengan por mí, pero no se las dejare fácil – les dice, sentía como la adrenalina llenaba su cuerpo, si iba a morir seria en sus propios términos y no se quedaría de manos atadas.
De pronto se escucha un disparo y uno de los tres hombres cae al suelo, luego seguido se escuchar tres más, rápidamente, Natalia comienza a buscar de donde provenían los disparos.
- Vaya, me impresiona el valor que muestras para ser una mujer – dice un hombre desde las sombras, del cual Natalia no se había percatado que se encontraba allí – pero de yo no haber actuado igual ibas a morir - le dice caminando hacia ella mostrándose.
- ¿Quién eres? – le dice Natalia apuntándolo
- Soy Vasily Vanatori y creo que ahora, estas en deuda conmigo – le dice sonriendo.
El hombre había ocultado bien su presencia o quizás Natalia se encontraba demasiado ocupada visualizando a los otros cuatro, que no lo tomo en cuenta.
- ¿Quién eres? – le dice Natalia apuntándolo
En cuestión de segundos el tipo había logrado dispararles a cuatro hombres, si debía enfrentarse a él, seguramente no tendría oportunidad alguna de hacerle algún rasguño.
- Soy Vasily Vanatori y creo que ahora, estas en deuda conmigo – le dice saliendo de las sombras sonriendo de forma maliciosa.
Era el mismo hombre loco con el que había tropezado más temprano, para Natalia fue como ver a una Hiena llena de sed de sangre, tratando de ocultar sus intenciones tras una sonrisa poco convincente.
- ¿Deuda? – le dice de forma seria sin dejar de apartar la mirada de él o dejar de apuntarlo.
- Sí, creo que es lo justo, ¿no le parece? – le dice aun con su sonrisa.
- ¿Quién dice que necesitaba de su ayuda?, lo tenía todo perfectamente controlado – le dice
- Mmmmm, ¿usted cree?, a mi parecer el hombre de aquella esquina ya le iba a disparar, es por eso que decidí actuar antes – le dice señalando a lo lejos tras Natalia, fingiendo amabilidad.
- ¿Cuál hombre? – volteo rápidamente a ver y pudo observar la sangre proveniente de aquel lugar, creando un charco cada vez más grande, afino su vista y lo pudo observar, el cuerpo tirado en el suelo.
- ¿Vez?, te dije que te dispararía – le dice el hombre al oído
- ¡En que momento! – dice haciéndose hacia atrás rápidamente.
Los pasos del hombre fueron tan rápidos y silenciosos que Natalia no logro siquiera escucharlo cuando se puso a su lado.
- Ja, ja, ja, Brinco como un pequeño gato asustado – le dice el hombre mofándose de ella – si quisiera hacerle daño le aseguro que lo hubiera hecho antes que esos hombres – le dice con una sonrisa.
- ¿Qué quiere?, ¿Cuáles son sus intenciones? – le dice sin apartar la vista del hombre, intentando agudizarse para estar atenta a todos sus movimientos.
- Solo pretendo cobrar la deuda en la que ahora se encuentra conmigo, eso es todo – le dice con una sonrisa falsa.
- Usted me ayudo porque quiso, yo no le pedí que lo hiciera – le dice seria
- Pero de igual forma la obtuvo, y es gracias a eso que usted está viva en este momento teniendo esta conversación conmigo, en lugar de estar muerta como esos hombres – le dice – ¿no cree que se vería de mal gusto que no muestre reciprocidad con la ayuda que le he brindado? – le dice fingiendo amabilidad, aunque Natalia podía ver debajo de esa careta
- ¿Qué podría hacer yo para brindarle reciprocidad?, además ¿Quién me dice a mí que esto no es una trampa para distraerme y atacar? – le dice desconfiada de forma seria
- Le doy la razón, pero…
Todo sucedió en cuestión de segundos, el hombre se fue hacia adelante rápidamente, mostrando una mirada de depredador, por reflejo Natalia disparo para defenderse, pero fue inútil, el hombre había estirado su mano y golpeo la muñeca de la mujer, desviando el arma en el último segundo, logrando que la bala solo rosara su mejilla, luego tomo el arma de la mano de Natalia en un movimiento y la apunto.
- Le dije que, si quisiera hacerle daño, lo habría hecho hacia mucho – le dice muy cerca de ella a solo centímetros- ¿Ahora si me cree? – le pregunta
- ¿Qué otra opción tengo cuando usted es quien empuña el arma? – le dice, su respiración era agitada y su corazón latía con fuerza. Era molesto estar acorralada de tal manera.
- Bien- dice el hombre suspirando – Hagamos esto – le dice apartándose un poco y luego quita la carga del arma y la arroja al suelo - ¿Ahora si me cree? – le dice con una sonrisa.
- ¿Qué quiere que haga?, aunque le digo que sí es algo extraño olvídelo, puede tomar su ayuda y metérsela por donde mejor le quepa – le dice de forma amenazante.
- Ja, ja, ja, soy un buen tipo se lo aseguro – sobre todo con esa sonrisa de hiena, pensó Natalia – yo solo quiero que me ayude con el trabajo que le ofrecí antes – le dice tranquilo.
- ¿Trabajo, antes? – le dice confundida, luego recordó la ridícula petición que el hombre le había hecho en el momento de conocerlo, algo que había olvidado dada la situación actual - ¿usted está bromeando conmigo?, ¿Cómo puede seguir haciendo esa solicitud? – le dice molesta.
- No bromeo – le dice de forma seria.
- ¿Por qué quiere que yo le devuelva el favor con algo tan ilógico? – le dice Natalia
- Ya se lo dije, no soporto el llanto de los niños – le dice de forma directa
- Dios, usted debe ser el padre del año – le dice de forma irónica, mientras piensa en la locura de ese hombre.
- Hagamos algo, solo venga conmigo y vea cómo será el trabajo – le dice de forma seria – si viene conmigo entenderá porque ese niño se pegó a usted como una garrapata – le dice tratando de fingir amabilidad – si no, la deuda la puede pagar de otra forma – le dice insinuándose
- Ni se atreva a tocarme – le dice apartándolo - Demonios – dice suspirando – debo estar loca para aceptar esta porquería de trato – dice entre dientes.
- Entonces, ¿Qué elige? – le dice presionándola para tomar una decisión
- Iré con usted, pero sepa que, si tiene alguna rara intensión, me defenderé sin importar que – le dice mostrando coraje.
- Ja, ja, ja, es muy divertida – le dice riendo – le seré sincero, está a punto de entrar a la boca del lobo, pero si su vida se ve en peligro y quiere salir viva de allí – saca su pistola, de inmediato Natalia se hace hacia atrás pero el hombre la toma por la mano – apunte justo aquí – le dice poniendo el arma en la mano de la mujer y poniéndosela en su frente – sin importar cuantos hombres sean, siempre vaya primero por el líder, de esa forma podrá salir a salvo – le dice y luego sonríe, como si no le importara en lo más mínimo tener un arma apuntando justo en su frente – esa arma es algo grande para usted, pero creo que le servirá, tenga cuidado con el impulso – le dice viendo a Natalia fijamente – manténgala en su mano todo el tiempo que usted crea necesario – le sonríe
Natalia se quedó pasmada viendo al hombre frente a ella, a quien no le importaba que ella lo estuviera apuntando, definitivamente ese hombre era peligroso.
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