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Wally West En The Owl House

La llegada a central city.

Wally West
Wally West
Toda mi vida he corrido. No porque huya de algo… aunque lo intenté por un tiempo. Corría para alcanzar algo. Para probar algo. Para demostrar que era más que el payaso del grupo. Que podía ser un verdadero héroe, un miembro digno de la Liga de la Justicia. Yo soy Wally West. Sí, el chico bromista, el que siempre tenía un chiste en medio de una pelea. El que comía más rápido que hablaba. El que muchos pensaban que nunca podría estar a la altura de nombres como Batman, Wonder Woman o Superman. Pero cuando más importaba, cuando todo estaba en juego, no solo estuve a la altura… fui más allá. La guerra contra el Sindicato del Crimen, la invasión de Darkseid, el complot de Cadmus, la redención de Luthor... He estado ahí. He salvado mundos. Y lo más importante: jamás lo hice por la fama. Lo hice porque era lo correcto. Después de todo lo que vivimos, pensé que tendría un descanso. Que podría correr solo por diversión. Comer lo que quisiera sin preocuparme de que un rayo alienígena o una máquina del tiempo arruinara mi almuerzo. Pero el universo siempre tiene otros planes. Todo comenzó con una llamada de mi tía Camila. Una de las pocas personas en mi vida que me sigue viendo como Wally y no solo como “Flash”. Ella me dijo que necesitaba ayuda. Que su hija, Luz, estaba pasando por algo grande… algo más grande que cualquiera de nosotros. Su voz temblaba. No por miedo, sino por preocupación. Y cuando una madre habla así, tú escuchas. Porque no importa cuán rápido seas… el dolor de alguien que amas siempre te alcanza. Así que me preparé para recibirlas. Camila, su hija Luz, y un grupo de chicos que, a pesar de sus caras jóvenes, llevaban la mirada de quienes han vivido cosas que romperían a cualquier adulto: Amity, Hunter, Willow, Gus, Vee… todos ellos cargaban algo. Pérdidas. Esperanza. Rabia. Y una determinación feroz de no rendirse. Lo curioso es que Luz me recordaba a mí. No en la velocidad, claro, pero en la pasión. En cómo trata de encontrarle luz al caos. En cómo se lanza de cabeza, aunque sepa que puede salir lastimada. Y también es mi prima. No lo sabe aún. Tampoco sabe que su primo Wally es el hombre más rápido del mundo. Que yo soy quien ha corrido entre dimensiones, derrotado a dioses, y salvado más de una vez a la mismísima realidad. Para ella, solo soy “el primo simpático de Central City que siempre llega tarde”. Y a veces… me gusta que sea así. Pero esta vez… esta vez algo grande se aproxima. Algo que viene desde otro mundo, algo que mezcla magia y ciencia. Y no importa si son titanes de Apokolips o seres de las Islas Hirvientes… si alguien amenaza a mi familia, a los míos, van a conocer de lo que soy capaz. Porque aunque haya muchos héroes… Aunque haya muchos nombres… Solo hay uno que corre por todos. Yo soy Flash.
Estación de metro de Central City, tarde gris, cielo cargado de electricidad, como si el mundo supiera que algo estaba a punto de cambiar. El metro llegó con un estruendo de frenos y puertas neumáticas. La gente bajaba sin prisa, pero entre la multitud resaltaba un grupo muy peculiar: una adolescente con ojos brillantes de emoción y un suéter con un rayo bordado; su novia, de cabello lavanda y mirada seria; una chica fuerte con trenzas; un joven de mirada aguda y cicatriz en la cara; un chico más pequeño con ojos curiosos; una criatura cambiante con forma de adolescente… y una mujer que sostenía una mochila con fuerza maternal. Camila Noceda fue la primera en detectar la figura que los esperaba. Apoyado en una columna, con su típica chaqueta roja y una sonrisa relajada, estaba Wally West. Su mochila colgaba del hombro, y en la mano tenía una soda grande a medio terminar. No parecía un superhéroe. No parecía que había salvado al mundo decenas de veces. Parecía… simplemente él.
Luz Noceda
Luz Noceda
—¡¡WALLY!! —exclamó Luz, corriendo hacia él con una energía desbordante.
Wally West
Wally West
Wally la recibió con un fuerte abrazo. —¡Ey, enana brillante! Cuánto has crecido —le dijo con un tono juguetón mientras le despeinaba un poco el cabello.
Luz Noceda
Luz Noceda
—¡Tú siempre dices eso! ¡¡Pero es verdad que crecí!! —respondió Luz entre risas, olvidando por un momento todo el dolor reciente.
Wally West
Wally West
—Hola, Camila —saludó Wally a su tía, dándole un abrazo más calmado—. ¿Cómo está mi tía favorita?
Camila noceda
Camila noceda
—Mejor ahora que estás aquí —dijo Camila con una sonrisa, aunque su mirada cargaba preocupaciones más profundas—. Gracias por hacer tiempo.
Wally West
Wally West
—Siempre —dijo él con un guiño—. Para ustedes, siempre.
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz giró con emoción, queriendo compartir ese momento. —Wally, estos son mis amigos… mi familia —dijo con una mezcla de orgullo y tristeza, porque “familia” ahora significaba también “refugiados de un mundo roto”—. Ella es Amity, mi novia. Y estos son Willow, Hunter, Gus, y Vee.
Wally West
Wally West
Wally levantó ambas manos como si estuviera en medio de una rueda de prensa. —¡Hola a todos! Wally West, el primo cool de Luz, a su servicio —dijo con una sonrisa relajada mientras saludaba con una mezcla de puños chocados y apretones de mano.
Amity Bright
Amity Bright
Amity fue la primera en estrechar su mano, algo tímida pero firme. —Hola… mucho gusto, señor West.
Wally West
Wally West
Wally soltó una carcajada. —Nada de “señor”, por favor. Solo Wally. Si me llamas “señor”, me haces sentir tan viejo como Batman con dolor de espalda.
Todos rieron un poco. Incluso Hunter, que normalmente se mantenía serio, soltó una pequeña sonrisa.
Gus Porter
Gus Porter
Gus observó a Wally con curiosidad. —¿Eres policía, o algo así? Tienes esa vibra de “encubierto pero buena onda”.
Wally West
Wally West
Wally se rascó la nuca. —Algo así —dijo con una sonrisa que Camila detectó al instante: la sonrisa de evadir la verdad con estilo.
Vee
Vee
Vee, aún algo tímida, murmuró: —Gracias por recibirnos…
Wally West
Wally West
A veces pienso que las cosas pueden ser simples. Un reencuentro con la familia. Una tarde tranquila. Pizza con chispas de chocolate (sí, existe, y es gloriosa). Pero si hay algo que aprendí siendo el Hombre Más Rápido del Mundo… es que cuando todo parece estar en calma, la tormenta ya está en camino. Porque no importa cuánto corras… siempre hay algo que te alcanza. Y esta vez, me alcanzó en casa.
PUM. Un zumbido repentino apagó las luces del metro. Un segundo de oscuridad bastó para poner tensos a todos. Willow puso un brazo delante de Gus. Hunter se colocó instintivamente frente a Amity. Vee se acercó a Camila. Y Luz...
Luz Noceda
Luz Noceda
—¿Wally? —preguntó en voz baja.
Wally West
Wally West
—Tranquila —respondió él, con una voz más seria de lo usual. Su mirada se afiló como cuchilla.
Las luces parpadearon, regresaron… y luego una pantalla en lo alto de la estación se encendió sola. Una transmisión forzada, con estática y distorsión de imagen. El rostro que apareció en la pantalla hizo que Wally frunciera el ceño. Capitán Boomerang. Y no estaba solo. Junto a él, parados como una banda de egos inflados con armas, estaban: Amo de los Espejos, Ola de Calor, The Top, y Capitán Frío. La galería de los villanos clásicos de Flash, en pantalla, listos para armar un desastre.
Capitán boomerang
Capitán boomerang
Boomerang fue el primero en hablar, con su tono burlón: —Hola, Central City… ¡y hola, Flashito! No sé dónde estás escondido, pero seguro estás viendo esto… ¿verdad?.
Ola de Calor encendió su lanzallamas como si fuera un encendedor de fiesta. El Amo de los Espejos chasqueó los dedos y se multiplicó en la pantalla, proyectando su reflejo una y otra vez. The Top simplemente giró en su lugar mientras murmuraba algo sobre “darles un buen mareo”.
Capitán Frío
Capitán Frío
Luego llegó el turno de Capitán Frío, quien, con su habitual tono helado, miró a la cámara: —No es personal. Solo queremos recordarle a la ciudad quién manda cuando tú no estás.
Capitán boomerang
Capitán boomerang
Y entonces… Boomerang sonrió. —Cuando pienso en la Liga de la Justicia, pienso en la Mujer Maravilla, Superman, Linterna Verde, Batman, la chica halcón... Nadie quiere problemas con ellos. Pero tú... La cámara se acercó a su rostro, burlón y cruel. —Tú eres la mascota del equipo, ¿verdad? El bufón del grupo. El chiquillo rápido de la clase. Jajajaja… sí, él es el inútil de la Liga, amigos. El hombre más rápido del planeta segun todas sus noviecitas. Jajajaja… él es Fla—
¡CRACK! Boomerang no alcanzó a terminar. Un puño lo golpeó directamente en la nariz desde fuera de la cámara. Cayó hacia atrás.
Capitán boomerang
Capitán boomerang
—¡Me lleva! —gritó, sujetándose la cara.
La cámara cayó al suelo, girando entre chispas, hasta que se vio una bota roja entrar en escena. Una mano la recogió. Y entonces, la imagen se estabilizó. Flash —el verdadero— apareció en pantalla, con su icónica sonrisa y mirada seria.
Flash
Flash
—Hola, Central City —dijo—. Perdonen la interrupción… pequeños problemas técnicos.
La pantalla se apagó, y justo entonces, Wally apareció delante de todos, completamente con su traje rojo, su símbolo centelleando por la electricidad estática en el aire. La sorpresa fue total. Luz se congeló, sus ojos abiertos como platos. Amity se quedó sin palabras. Camila solo respiró profundo, sabiendo que la verdad había comenzado a salir.
Flash
Flash
—Todos, ¡manténganse calmados! —dijo Flash al grupo de civiles que se acercaba al andén—. Prometo que esto no pasará de hoy. Están seguros aquí.
Hunter
Hunter
Hunter miró a Luz. —¿Es ese…?
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz salto de alegría. ¡ES FLASH!.
El aire era denso. Las luces parpadeaban. El rugido de los trenes había desaparecido. Pero lo que se escuchaba… era la velocidad. Un destello rojo pasó zumbando por los rieles y explotó hacia la superficie, rompiendo una compuerta de mantenimiento oxidada.
Flash
Flash
Flash apareció entre chispas, frente a cinco figuras bien conocidas y muy bien armadas. —Vaya, vaya. Si no es mi club de fans favorito —dijo con una sonrisa burlona—. ¿Les firmo autógrafos antes o después de volver a meterlos en prisión?
Capitán Frío levantó su pistola criogénica y disparó sin responder. Una ráfaga azul cruzó el aire. Pero Flash ya no estaba ahí. Apareció detrás de ellos, tocando con un dedo el hombro de The Top.
Flash
Flash
—¿Buscabas esto?.
The Top
The Top
The Top giró para golpearlo, pero su puño atravesó solo un eco de velocidad. —¡Agh, odio cuando hace eso! —gruñó The Top mientras comenzaba a girar violentamente, creando una corriente de viento centrífuga.
Flash reaccionó de inmediato. Sus pies comenzaron a vibrar tan rápido que lo levantaron del suelo. Formó su propio tornado de contrarrotación, y en cuestión de segundos, ambos vórtices chocaron con un estruendo sónico. ¡BOOOM! Los vidrios de las ventanas cercanas estallaron. El polvo voló por todas partes. Wally salió primero del humo, corriendo por las paredes del túnel con un impulso de rayo. Ola de Calor aprovechó para lanzar un chorro de fuego directo hacia donde iba. Pero Flash lo vio venir. En milisegundos, cambió de dirección, corrió por el techo y luego se duplicó. Sí, duplicó. Dos imágenes idénticas de Flash comenzaron a moverse en zigzag entre los villanos.
Capitán Frío
Capitán Frío
—¿Cuál es el real? —gritó Frío.
Capitán boomerang
Capitán boomerang
—¡Yo qué sé! ¡Dispara a los dos! —respondió Boomerang, lanzando un boomerang explosivo que rebotó por el túnel con un pitido agudo.
Pero Flash ya había terminado el juego. Ambos clones se fusionaron en uno solo, y con una vuelta rápida, generó un ciclón cerrado que atrapó a Ola de Calor, lo desarmó y lo dejó girando como un trompo antes de estrellarse contra un vagón vacío. ¡CRASH!.
Flash
Flash
—Uno menos —murmuró Flash
El Amo de los Espejos intentó usar su tecnología para abrir un portal reflejo, pero Flash lanzó un rayo de energía que salió de sus dedos como una chispa divina. Impactó el dispositivo antes de que se activara.
The Top
The Top
—¡¿Desde cuándo puede lanzar rayos?! —chilló The Top, completamente fuera de balance.
Flash
Flash
—Desde que dejé de subestimarme —contestó Flash con un tono grave y confiado, y lo empujó con un barrido a velocidad que lo dejó inconsciente contra el concreto.
Los que quedaban eran Capitán Frío y Boomerang. Frío se mantuvo firme. Frío siempre era el más difícil. Calculador. Lógico. Disparó en ráfagas rápidas, congelando parte del suelo. Una trampa. Pero Wally aceleró aún más. El mundo se volvió azul a su alrededor mientras se acercaba al límite del tiempo. Saltó entre los cristales congelados. Cada fragmento era una bomba de hielo. Cada paso una decisión crítica. Y entonces, desapareció.
Capitán Frío
Capitán Frío
Capitán Frío parpadeó. —¿Dónde…?
Y apareció detrás de él. ¡ZAP! Una descarga en la espalda, y el frío cayó como un muñeco roto. Solo quedaba Boomerang.
Capitán boomerang
Capitán boomerang
El villano retrocedió, temblando pero con la rabia marcando cada palabra. —¡No, no otra vez! ¡NO ME VAS A ATRAPAR! Sacó un dispositivo extraño de su cinturón. Algo robado. Algo prohibido. —¿Sabes qué es esto, Flashito? —gritó Boomerang, activándolo.
Lo lanzó al suelo, y una explosión de energía púrpura envolvió a Flash. Flash sintió como si el mundo se torciera. Perdió el control del eje. El piso desapareció. Su cuerpo giró violentamente, como una espiral de velocidad desatada. ¡Y cayó en picada! El suelo se acercaba a una velocidad mortal. Pero Flash, incluso desorientado, pensaba más rápido que la gravedad. Concentración. Dirección. ¡Carga! Y entonces, en un último segundo de claridad, giró sobre sí mismo como un tornado invertido y liberó un rayo brutal desde su pecho. ¡KRAK-THOOM! El relámpago cruzó el túnel, alcanzando a Boomerang, The Top, y al inconsciente Frío y Ola de Calor en cadena, envolviéndolos en una descarga de pura energía cinética y eléctrica. Todo explotó en un destello blanco. Y luego, silencio. Cuando el polvo se asentó, Flash estaba de pie. Algo tembloroso. Respirando agitado. El traje algo desgastado. Pero firme. A su alrededor, todos los villanos estaban derrotados. Chispeando, atados con escombros, y muy, muy conscientes de que subestimaron al hombre equivocado.
Flash
Flash
Flash respiró hondo, miró al techo del túnel, y murmuró: —¿“Bufón de la Liga”, eh…? Buen chiste.
Flash relajando los hombros después de la pelea. Su respiración era lenta, pero el corazón, aunque muy rápido, estaba… en paz. Y entonces, escuchó los pasos. No los de los policías, ni los técnicos del metro. Pasos pequeños. Jóvenes. Llenos de emoción. —¡¡¡FLASHHHHHH!!! —gritó una voz que conocía demasiado bien. Cuando Wally volteó, ahí estaban. Luz, con los ojos abiertos como platos y el corazón claramente a punto de explotar. Amity, sonrojada, pero haciendo su mejor esfuerzo por mantener la compostura. Willow, con una libreta en la mano. Gus, ya preparando su cuaderno. Hunter, cruzado de brazos… pero con una sonrisa ladeada de respeto. Y Vee, escondida tímidamente detrás de los demás, pero con mirada brillante. Todos lo rodearon como si fuera una estrella de rock. O mejor dicho: como un héroe real.
Luz Noceda
Luz Noceda
—¿Eres tú de verdad? —preguntó Luz con una mezcla de alegría, incredulidad y emoción temblorosa—. ¡¿El verdadero Flash?! ¡¿El del rayo! ¡¿El de la Liga de la Justicia?! ¡¿El que pelea con Superman y corre por la atmósfera?! ¡¿¡Eres tú!?
Flash
Flash
Flash sonrió y puso ambas manos en las caderas. —Depende… ¿me vas a pedir un autógrafo o una entrevista exclusiva?.
Luz Noceda
Luz Noceda
—¡¡¡AMBAS!!! —gritó Luz, sacando un cuaderno y un bolígrafo con un rayo dibujado en la tapa.
Willow Park
Willow Park
—¡Y yo también! —dijo Willow, sacando una hoja doblada en cuatro.
Gus Porter
Gus Porter
—¿Puedes firmar mi bastón? —preguntó Gus, con su vara mágica flotando frente a Flash.
Hunter
Hunter
—¿Mi daga mágica? —ofreció Hunter, levantando el arma con expresión seria pero divertida.
Vee
Vee
—Yo… tengo un recibo del metro… ¿sirve? —preguntó Vee, tímidamente.
Flash
Flash
Flash alzó las cejas. —¿Y tú? ¿No quieres nada?.
Amity Bright
Amity Bright
Amity, ruborizada, evitó su mirada… pero luego extendió lentamente una libretita morada. —Para Luz, en realidad. Pero si también quieres poner mi nombre, no me enojo.
Flash
Flash
—¡Eso es amor! —bromeó Flash mientras comenzaba a firmar cada uno, usando su dedo cargado con estática para quemar el autógrafo en algunos objetos con su toque eléctrico.
Una vez terminado, firmó la libreta de Luz con un gesto elegante y agregó una pequeña nota: > “Para mi mayor fan: nunca dejes de correr hacia lo que amas. — Flash.” Luego flash se despidió del grupo y en unos segundos apareció al lado de Camila sin que luz y sus amigos se dieran cuenta.

Flash vs El Coleccionista

Wally West
Wally West
De vuelta con el grupo: Wally y el grupo casi llegaban a su destino. —Bueno, ya casi llegamos.
Y entonces, llegaron. La puerta de la casa de Wally se abrió, y una ola de sorpresa recorrió al grupo.
Gus Porter
Gus Porter
—¡Wow! —exclamó Gus—. ¡Esto se ve… como si nadie viviera aquí!
Hunter
Hunter
—Está tan limpio que es sospechoso —murmuró Hunter, revisando las esquinas con desconfianza.
Vee
Vee
—¡Y hay flores! —dijo Vee, encantada.
La tarde en Central City se volvió dorada por las luces del ocaso. El grupo se había acomodado en la sala de Wally, entre cojines viejos pero cómodos, latas de soda abiertas, y risas que hacían olvidar —por un rato— todo lo que habían dejado atrás. Y entonces… llegó la pizza. Un repartidor, completamente agitado, sudando como si hubiera corrido una maratón, tocó la puerta.
—P-pedido para… Wally West —jadeó, con el casco torcido.
Wally West
Wally West
—¡Ese soy yo! —dijo Wally mientras le daba propina y lo guiñaba un ojo.
El repartidor miró su mano. Había un billete donde antes no había nada. —…¿cómo hizo eso?
Wally West
Wally West
Wally cerró la puerta con una sonrisa. —Magia. Bueno… casi.
Colocó las cinco cajas de pizza sobre la mesa, el aroma llenando la sala como una bendición celestial. Todos se acercaron con entusiasmo.
Pero mientras todos tomaban sus respectivas porciones, Wally se detuvo. La caja se abrió frente a él. Queso derretido. Salsa roja. Orillas crujientes. Pepperoni en forma de rayo.
Wally West
Wally West
El dilema golpeó de frente. —...Maldición. En su cabeza, una sola palabra sonó como una alarma: “METABOLISMO.”
Como velocista, su cuerpo consumía energía a un ritmo inhumano. Normalmente necesitaba comer el equivalente a un banquete por cada pequeña carrera. Podía comer una pizza entera como entrada. Pero ahora... Tenía siete pares de ojos sobre él. Y si se comía seis rebanadas en cinco segundos, Luz lo descubriría todo. Así que suspiró… y tomó dos miserables rebanadas.
Wally West
Wally West
Una lágrima imaginaria recorrió su alma. —Este es el verdadero sacrificio de ser un héroe... —pensó.
De suerte, nadie dijo nada. Gus y Hunter estaban ocupados discutiendo sobre cuál hechizo sería más útil en la Tierra; Vee inspeccionaba una planta como si fuera alienígena; Willow hablaba con Camila sobre vegetales que vuelan (literalmente); y Luz… Estaba mirando a Amity.
Wally West
Wally West
Wally notó la mirada y sonrió para sí mismo. Después de un sorbo de soda, decidió romper el hielo. —Entonces, Luz… ¿cómo conociste a Amity?
Luz Noceda
Luz Noceda
Ella se puso roja como un tomate. —¡¿Yo?! ¿Amity? ¡Pues… eehh… ya sabes!
Amity Bright
Amity Bright
Amity entrecerró los ojos, cruzándose de brazos con elegancia. —¿Sí, Luz? ¿Por qué no lo cuentas tú?
Wally West
Wally West
Wally rió. —Vamos, no tienes que contarme detalles románticos si no quieres… sólo cómo se conocieron.
Luz Noceda
Luz Noceda
—Está bien —dijo Luz, suspirando—. Todo empezó cuando llegué a un... internado. Una especie de escuela. Ahí conocí a Willow primero, luego a Amity, después a Gus… y Hunter llegó un poco más tarde, aunque al principio no era tan... amigable.
Hunter
Hunter
Hunter resopló. —Tampoco ustedes eran muy… cálidos.
Luz Noceda
Luz Noceda
—¡Y Vee es... mi clon! —añadió Luz de golpe, y luego se tapó la boca.
Todos la miraron.
Luz Noceda
Luz Noceda
—¡Digo! ¡Clon de ternura! ¡Porque es tan parecida a mí que… que…! ¡Ja ja ja!
Wally West
Wally West
Wally alzó una ceja. —¿Internado raro? ¿Clones? ¿Escuela mágica? ¿Y nunca me lo contaste?
Luz Noceda
Luz Noceda
—¡Técnicamente no preguntaste! —dijo Luz nerviosamente, sudando un poco. Y entonces, sin querer, se le escapó: —Todo fue en las Islas Hirvientes…
Silencio total.
Wally West
Wally West
Wally parpadeó. Luego levantó una ceja lentamente. —…¿las qué?
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz se congeló. Literalmente. Sus piernas se tensaron, su espalda se erguió como un poste. Todos la miraban.
Amity Bright
Amity Bright
Amity puso una mano en su hombro. —Dilo. No hay vuelta atrás.
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz respiró hondo. —Las Islas Hirvientes. Es un mundo. Otro mundo. Con magia, criaturas extrañas, demonios, brujas y… y fue donde estuve por meses. Donde conocí a todos. Donde cambió mi vida.
Wally West
Wally West
Wally la miró por varios segundos. Luego soltó el aire, cruzó los brazos y asintió. —Okey… eso explica muchas cosas.
Luz Noceda
Luz Noceda
—¿No vas a hacer muchas preguntas raras o bromas como siempre? —preguntó Luz.
Wally West
Wally West
—Estoy digiriendo. Literalmente y figurativamente —respondió Wally, levantando la segunda rebanada con dolor fingido—. Pero una cosa sí debo decir: si ustedes vienen de otro mundo… Miró a Amity, Willow, Hunter, Gus y Vee. —Entonces eso los hace metahumanos.
Amity Bright
Amity Bright
Amity frunció el ceño. —¿Meta qué?
Wally West
Wally West
Wally se levantó y empezó a caminar mientras hablaba, como si estuviera en una presentación estilo documental. —Metahumanos. Personas con habilidades que sobrepasan los límites humanos normales, usualmente debido a alteraciones genéticas, accidentes cósmicos, exposición a elementos raros, o... nacer en otra dimensión. Ejemplo: Superman. Metahumano alienígena. Shazam. Metahumano místico. Zatanna. Metahumana mágica. Se detuvo y los señaló con dramatismo: —Ustedes… probablemente serían considerados “metahumanos mágicos”.
Pero Wally se dio cuenta que estaba metiendo la pata. Demasiado casual. Demasiado tranquilo. Demasiado Wally. Luz no dejaba de mirarlo, pero algo en su mirada… en su forma de evitar ciertos temas… le parecía sospechoso.
Luz Noceda
Luz Noceda
“Está escondiendo algo más…” pensó. —Wally —dijo de pronto—. ¿Cómo es que sabes tanto de metahumanos?
Wally West
Wally West
Él, que justo se estaba sirviendo más soda, se congeló con la lata en el aire. —Eh… ¿Comics? ¿Noticias? ¿Y varias personas hablando del tema?
Luz Noceda
Luz Noceda
—Ajá… —dijo Luz con una ceja levantada—. Y tú no hiciste preguntas sobre magia. Ni siquiera te inmutaste cuando dije "brujas".
Amity Bright
Amity Bright
Amity, al fondo, la vio con una mirada que decía “no lo presiones”. Pero Luz no se detuvo.
Luz Noceda
Luz Noceda
—Wally… ¿Hay algo que no nos has dicho?
Wally se tensó. Demasiado. Y entonces, hizo lo impensable. Giró sobre sí mismo a velocidad invisible… Y con una velocidad de reflejo de comedia pura... ¡LE ARROJÓ UN VASO DE AGUA EN LA CARA A LUZ! ¡SPLASH!
Luz Noceda
Luz Noceda
—¡¿QUÉ—?! —gritó Luz, empapada, con el cabello chorreando.
Amity Bright
Amity Bright
Amity se levantó de inmediato, pasmada. —¡¿Le lanzaste agua?!
Pero Wally ya no estaba ahí. Corrio por el pasillo. Se escuchó una puerta cerrarse de golpe. ¡CLACK! Y luego: ¡CHAK! El sonido del seguro. Todos se quedaron en silencio.
Amity Bright
Amity Bright
Amity se secó el rostro de Luz con un cojín y dijo, muy seria: —Luz… voy a ser completamente sincera contigo…
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz, aún chorreando, la miró con ojos de cachorro confundido.
Amity Bright
Amity Bright
Amity se cruzó de brazos. —Tu primo es demasiado inmaduro para ser un adulto.
Wally West
Wally West
Desde el fondo del pasillo, una voz se escuchó detrás de la puerta cerrada. —¡¡¡OIGAN, ESCUCHÉ ESO!!!
La noche era silenciosa en Central City. Afuera, las farolas parpadeaban con un zumbido eléctrico suave, mientras el sonido lejano de autos y pasos nocturnos era casi imperceptible. Dentro de la casa de Wally, todo parecía en calma. Excepto en su mente. En su sueño, Wally corría. Pero no como siempre. No por la ciudad. No por diversión. Corría en un lugar sin forma, sin tiempo. Como si todo lo conocido estuviera detrás de una niebla oscura. Y una voz, una voz suave y espeluznante como un susurro de niño en una habitación vacía, le decía: “Corre…” Wally giraba la cabeza mientras corría, pero no había nadie. Solo esa voz, cada vez más cerca. Más clara. Y de pronto… todo se volvió negro. — ¡TUN!
Wally West
Wally West
Wally abrió los ojos de golpe. Estaba en su cama, su habitación en penumbra, solo iluminada por el suave resplandor de su reloj digital. —Solo fue un sueño —murmuró con voz ronca, llevándose la mano a la frente. Pero entonces…
“Do you feel me? Take a look inside my brain…” La música comenzó a sonar desde su celular en la mesa de noche. “The people always different, but it always feels the same…”
Wally West
Wally West
Wally suspiró al reconocer la letra. —¿Otra vez esa canción? —gruñó, girándose hacia el borde de la cama.
“That’s the real me, pop the champagne…”
Wally West
Wally West
—No sé por qué sigo usando esto de alarma… —dijo, mientras la melodía de "My Ordinary Life" seguía retumbando con su tono melancólico-electrónico.
“Touch me, Midas, make me part of your design…” Se estiró para apagarla… “None to guide us, I feel fear for the very last ti—” Y en ese instante… ¡SE ABRIÓ LA PUERTA A PATADAS! —¡¡¡AL ATAQUEEEE!!! —gritó una voz al unísono. Wally no tuvo tiempo de reaccionar. Lo siguiente que sintió fue… ¡SPLASH! ¡SPLASH! ¡SPLASH! ¡SEIS CUBETAS DE AGUA HELADA! Una detrás de la otra, como si cada una viniera de una dimensión diferente de caos.
Wally West
Wally West
—¡¡¡AAAHHH!!! —gritó Wally, empapado, con el cabello chorreando y los ojos bien abiertos— ¡¿QUÉ RAYOS FUE ESO?!
Frente a él, con cubetas vacías en la mano, estaban: Luz y sus amigos. Cada uno con una expresión de satisfacción absoluta.
Luz Noceda
Luz Noceda
—Venganza. —dijo Luz, con una sonrisa triunfal.
Amity Bright
Amity Bright
Amity señaló su celular aún sonando. —My Ordinary Life. Canción de niños tristes con estética rara. No sabía que te gustaban esas cosas.
Wally West
Wally West
Wally se cruzó de brazos, empapado y con el cabello sobre la cara como un golden retriever triste. —¡No es una canción de niños! Es… es compleja. Habla del dolor existencial, la soledad, la percepción de la realidad, ¡y tiene un bajo excelente!
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz se burló. —“Pain pills, nice clothes, if I fall, I think I’ll flyyy~”
Todos se echaron a reír. Incluso Vee, que apenas se animaba, soltó una risita.
Wally West
Wally West
Wally se levantó de la cama como si fuera un fantasma mojado. —Okey, suficiente. Me voy a bañar. ¡Y ustedes…! Se giró lentamente hacia ellos con una expresión seria. —Ustedes... limpien esto.
Hunter
Hunter
—¿“Esto”? —repitió Hunter.
Wally West
Wally West
—Mi cuarto. El agua. Las cubetas. ¡Todo!
Gus Porter
Gus Porter
Gus alzó las manos como si fuera un hechicero: —¿Podemos usar magia?
Wally West
Wally West
—¡NO! —gritó Wally desde el pasillo.
Luz Noceda
Luz Noceda
—Era una tostadora maldita —murmuró Luz.
La mañana llegó con cielo despejado en Central City, y el aroma a tostadas, huevos revueltos y café llenó el pequeño apartamento. Wally, vestido ya con su camiseta blanca ajustada y pantalón formal, servía el desayuno, mientras una tostada voladora pasaba entre Gus y Vee, directo a un plato.
Wally West
Wally West
—¡Ataja! —gritó Wally mientras lanzaba la última salchicha como un quarterback profesional.
Hunter
Hunter
—¡GOT IT! —gritó Hunter, atrapándola con una servilleta como si fuera una espada mágica.
Gus Porter
Gus Porter
Gus levantó la mano como en clase. —¿Y a qué te dedicas exactamente, Wally?
Wally West
Wally West
Wally guiñó un ojo mientras se ponía su chaqueta. —Soy científico forense en el departamento de policía. Examinamos evidencias, rastros, huellas, fibras, compuestos… cosas aburridas, pero con microscopios geniales.
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz levantó el pulgar. —Eso suena increíble… aunque me dormiría a los diez minutos.
Wally West
Wally West
—Y yo al minuto dos —añadió Amity, tomando café.
—Bueno, no destruyan el departamento mientras trabajo. Y sobre todo, limpien mi cuarto —dijo Wally y salió de la casa, luego se escondió activo su anillo y se puso su traje, y después desaparecio como un relámpago rojo. ¡Zoom! Ya con Wally fuera, el grupo volvió a su misión principal del día: limpiar el cuarto del pelirrojo. Vee usaba guantes. Hunter tenía una bolsa de basura. Willow y Gus sacaban polvo con hechizos. Y Luz revisaba las estanterías… distraída como siempre. Fue entonces que, mientras intentaba subir una caja para ordenarla… ¡PLOP!
Luz Noceda
Luz Noceda
—¡OUCH! —Luz se agarró la cabeza. Una foto enmarcada le había caído justo encima.
Willow Park
Willow Park
—¿Estás bien? —preguntó Willow, acercándose.
Luz Noceda
Luz Noceda
—Sí, sí… solo fue mi ego el que se golpeó.
Luz levantó la foto y la examinó con cuidado. Era una imagen algo vieja. Tres figuras de pie en una azotea al atardecer. Los tres vestidos con trajes de Flash, pero claramente distintos. El primero, al centro, era joven y enérgico, con un traje rojo con amarillo brillante, un símbolo reluciente y un corte de cabello moderno. Wally. Eso era obvio. A la izquierda, un joven alto, quizás algo más delgado, con el traje de flash como el de Wally. Y en el derecha… un hombre mayor. Traje rojo oscuro, casco de metal con alas plateadas. Serio, pero sonriente. Orgulloso.
NovelToon
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz frunció el ceño. —…¿Quiénes son?
Willow Park
Willow Park
Willow se acercó a su lado. —Ese del medio es claramente tu primo.
Luz Noceda
Luz Noceda
—Sí. Pero… ¿y los otros dos?
Amity Bright
Amity Bright
Amity se puso al otro lado de Luz. —¿Otro Flash? ¿Y un abuelo Flash?
Luz Noceda
Luz Noceda
—Este del medio es Wally. ¿O… el otro también es Wally?
Amity Bright
Amity Bright
—No creo. —Amity le señaló la diferencia—. Los rasgos son distintos. Y el de la izquierda es más alto. Ese debe ser alguien más.
Willow Park
Willow Park
—¿Entonces el anciano? —preguntó Willow.
Luz Noceda
Luz Noceda
—Tal vez… el primero de todos —susurró Luz, emocionada—. El original. El primer Flash.
Vee
Vee
—Jay Garrick —dijo Vee de pronto.
Todos la miraron.
Vee
Vee
—Leí un nombre en uno de los marcos. “Wally y Jay en Keystone, 2014”. Tal vez sea él.
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz miró la imagen una vez más. No podía dejar de sentir un cosquilleo en el estómago. Y ahora… su primo era uno de ellos. —Mi primo… ha vivido cosas increíbles —dijo en voz baja—. Y nunca nos dijo nada. Nunca se lo echó en cara.
Amity Bright
Amity Bright
—Quizás porque es humilde. O simplemente… torpe —respondió Amity.
Hunter
Hunter
—O tal vez… porque tiene miedo de que el pasado regrese —dijo Hunter, mirando una imagen donde Wally peleaba contra un hombre amarillo envuelto en electricidad.
En la tarde Wally volvió de trabajar pero al entrar a su casa, luz y sus amigos lo miraban con una mirada extraña.
Camila noceda
Camila noceda
Camila suspiro. —Lo siento Wally, pero ya lo saben.
Entonces.
Wally West
Wally West
WALLY (NARRA): "Mi nombre es Wallace Rudolph West” Sí, suena como nombre de tipo millonario excéntrico o de alguien que fundó una universidad en 1812… pero créanme, no hay nada de ordinario en mi vida. La mayoría de la gente me conoce como "Flash". Algunos me conocieron primero como "Kid Flash". Pero antes de todo eso, era solo Wally, un chico pelirrojo con una obsesión casi ridícula por los superhéroes, en especial por un cierto velocista escarlata… Barry Allen. El primer Flash que conocí. El hombre que me inspiró. Era mi tío político. Y también era mi héroe. Fue en su laboratorio donde todo cambió para mí. Un accidente, un rayo, productos químicos derramados… y boom: velocidad sobrehumana. Me convertí en Kid Flash, su aprendiz, su sombra… su compañero. Cuando Barry desapareció durante una crisis multiversal —sí, eso es algo que pasa más seguido de lo que creen—, alguien tenía que tomar el relevo. El mundo necesitaba un nuevo Flash… y por primera vez en mi vida, yo corrí hacia adelante. Me convertí en el Flash. No una copia. No un reemplazo. No un imitador. Solo yo. Wallace West. Corrí con la Liga de la Justicia. Salvé ciudades. Salvé mundos. Pero lo más importante: nunca dejé de correr por las personas que amo. En esa foto que encontraron —sí, Luz, la que te cayó en la cabeza— aparecemos tres generaciones. A la izquierda, el hombre alto con el traje más de flash: ese era Barry el segundo flash. Al centro, el que reconocen ahora, es mi yo pasado. Era kid flash antes de convertirme en flash. Y a la derecha, el hombre con el casco con alas: Jay Garrick. El primer Flash. El original. Un héroe de otra época, pero con un corazón igual de rápido. Él me enseñó que la velocidad no se trata solo de correr… se trata de tener el valor de avanzar, incluso cuando todo parece moverse demasiado rápido para entenderlo. He enfrentado dioses, demonios, clones malvados, realidades colapsando, enemigos que controlan el tiempo, espejos vivientes, y sí… un tipo que lanza bumeranes. He estado en guerras galácticas, parado junto a Superman y Batman, salvando mundos donde la física no obedece a nada que los libros expliquen. Pero también he salvado a niños de incendios, he detenido robos, he consolado a víctimas, y he tenido que fingir que no devoré cinco hamburguesas frente a compañeros de trabajo. No soy perfecto. Me tropiezo, dudo, cometo errores. Pero cada día, me pongo el traje. Y corro. Porque eso es lo que hacen los héroes. Mi nombre es Wallace Rudolph West. Y yo soy… el Flash. --- (La narración termina. Luz, Amity, Gus, Hunter, Willow y Vee lo miran boquiabiertos. Camila solo asiente con una sonrisa tranquila, como quien ya lo sabía todo.) Silencio absoluto.
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz se levanta lentamente, apuntándolo con el dedo índice, temblando de emoción. —O sea… ¡¿me estás diciendo que eres como una combinación entre Sonic, Goku, Saitama, Naruto, Superman, Spiderman y Thor?!
Wally West
Wally West
Wally parpadeó. —Eso suena… excesivo.
Luz Noceda
Luz Noceda
—¡No no no no! —gritó Luz—. ¡Tienes la velocidad de Sonic, el entrenamiento de Goku, la fuerza explosiva de Saitama, el corazón de Naruto, el código de Superman, los chistes de Spidey y los rayos de Thor!
Amity Bright
Amity Bright
Amity puso una mano en su rostro. —Ay por favor… no le digas eso, Luz, va a dejar de caber por las puertas.
Wally West
Wally West
Wally levantó las manos. —¡Tranquilos, tranquilos! Uno a la vez. No todos los días cuento mi historia, pero tampoco quiero que me hagan una estatua.
Hunter
Hunter
Hunter se cruzó de brazos. —...Podemos hacer una en piedra. Willow puede tallarla en cinco minutos.
Willow Park
Willow Park
Willow asintió. —Podría. ¿Con o sin rayos de fondo?
Wally West
Wally West
Wally rió. —¡Lo dejo a su criterio artístico!
Camila noceda
Camila noceda
Camila se acercó a su sobrino, puso una mano sobre su hombro y le dijo con cariño: —Por eso nunca quise que se enteraran tan pronto. Quería que te conocieran como familia… no como leyenda.
Wally West
Wally West
Wally sonrió, más humilde ahora. —Gracias, tía. Pero… está bien. Tarde o temprano tenía que decirlo.
Todos estaban sentados, aún asimilando que su anfitrión no era solo un tipo simpático y algo inmaduro… sino el mismísimo Flash. Pero Luz… Luz no podía contenerlo más.
Luz Noceda
Luz Noceda
Se puso de pie lentamente. Miró a Wally, que justo estaba guardando una caja de fotos. —Wally… —dijo, con voz baja pero firme—. ¿Podrías ayudarme?
Wally West
Wally West
Wally la miró con esos ojos verdes que pocas veces mostraban verdadera seriedad. Asintió una vez. —Claro, prima. Lo que necesites. Pero… ¿ayudarte en qué?
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz tragó saliva. Todos la miraban ahora. —Antes de llegar aquí… no estábamos de vacaciones. No vinimos a pasar tiempo en familia. Vinimos… porque ya no teníamos a dónde más ir.
Wally West
Wally West
Wally frunció el ceño, su sonrisa habitual desapareciendo. —¿A qué te refieres?
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz bajó la mirada. Sus manos temblaban un poco. Amity se acercó, tomó su mano, pero no dijo nada. Era su historia. —Todo comenzó con Belos, un tirano que había estado manipulando todo en las Islas Hirvientes. Un monstruo disfrazado de profeta. Pero cuando estábamos a punto de detenerlo… apareció él. Luz levantó la vista. —Un niño. Una entidad. El Coleccionista. No sé si era un dios, una fuerza cósmica o un niño con poderes que rompen las leyes del universo… pero tomó el control de todo. Como si fuera un juego para él. Transformó el mundo en su patio de recreo. La realidad cambió. Todo se volvió… un delirio. Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero continuó. —Intentamos luchar. Intentamos salvar a todos. Pero… no pude salvar a Eda… ni a King… Luz apretó los dientes. Su voz se quebró. —No sé si están muertos… o atrapados… o peor. Y todo esto… es culpa mía. Las lágrimas empezaron a caer. —Yo debí protegerlos… y fracasé.
El silencio se volvió absoluto. Luz se cubrió el rostro. Amity la abrazó enseguida, mientras Gus, Willow y Vee bajaban la mirada, sintiendo el mismo peso en el pecho. Hunter apretaba los puños con impotencia. Y Wally… Wally no dijo nada. Solo observó. Escuchó. Sintió. Y sin que nadie lo notara… una sola lágrima resbaló por su mejilla. Por Eda. Por King. Por Luz. Por lo que significaba perder algo que amas. Pero antes de que alguien lo viera, ya se la había limpiado con el dorso del guante.
Wally West
Wally West
Entonces, dio un paso al frente. Su voz fue suave, pero firme. Cargada de convicción. —Prepárense.
Todos lo miraron.
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz se separó de Amity, sorprendida. —¿Qué… qué dijiste?
Wally ya no tenía la misma expresión bromista de siempre. Ya no era el primo gracioso o el chico despreocupado. Ahora, estaba el héroe. Wally caminó hacia la puerta de la casa con paso decidido.
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz se adelantó, con la voz quebrada. —¿A dónde vas?
Wally West
Wally West
Él giró el rostro apenas lo suficiente. —A salvar a tu maestra… y a tu amigo.
Y entonces, Wally se detuvo justo frente a la puerta. Levantó su mano, miró su anillo. Un anillo rojo, con el símbolo del rayo. Lo presionó. Zzzzzzzt! En un instante, su traje escarlata se desplegó, envolviéndolo por completo. Era el Flash. El rayo viviente. El hombre más rápido del mundo. El salón quedó en silencio. Y entonces… Se fue. ZOOOOOMMM Un destello rojo. Una ráfaga de viento. Las cortinas ondearon. Una taza cayó de la mesa. Y el Flash desapareció.
Camila noceda
Camila noceda
Camila cruzó los brazos, sonriendo con orgullo y preocupación. —Ese es mi sobrino…
En un claro del bosque, bajo la sombra de árboles altos y centenarios, una figura pelirroja corría de un lado a otro como un rayo rojo brillante. Wally estaba construyendo un portal. Con la muestra que había tomado de la puerta rota de Luz, sumada a su conocimiento científico acelerado —gracias a leer más de doscientos libros en un segundo en la biblioteca pública—, había logrado reconstruir la matriz interdimensional. Soldó componentes, imprimió runas mágicas usando una impresora 3D hackeada, y estabilizó el núcleo con una taza de café caliente (no preguntes cómo, solo funciona).
Flash
Flash
—Y… voilà. —dijo con una sonrisa, mirando el portal circular que giraba lentamente con una luz azulada. Metió la cabeza. Vio un cielo de estrellas giratorias, un castillo flotando, islas suspendidas en el aire… —¡Funciona!
Wally regresó corriendo al apartamento, recogió a Luz, Amity, Willow, Gus, Hunter y Vee, y en segundos estuvieron de vuelta en el bosque. Todos se tomaron de las manos.
Flash
Flash
—¿Están listos?
Luz Noceda
Luz Noceda
—Siempre. —dijo Luz con firmeza.
Flash
Flash
—¡Entonces vamos!—
¡Zzzzzzing! Y entraron al portal. — Islas Hirvientes – Superficie del Reino del Coleccionista El lugar que una vez fue colorido y mágico ahora parecía un collage distorsionado de un sueño infantil. Castillos flotaban boca abajo. Criaturas hechas de peluche caminaban como soldados. El cielo tenía dibujos de crayola. Y todo parecía… erróneamente alegre. El grupo aterrizó en una colina.
Luz Noceda
Luz Noceda
—Estamos de vuelta —dijo Luz, mirando el cielo con los ojos húmedos.
Pero no hubo tiempo para nostalgia. Porque a lo lejos… una silueta flotaba. Inmóvil. Mirándolos. El Coleccionista.
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Flash
Flash
—¿Ese es… el que se apoderó de su mundo? —preguntó Wally, entrecerrando los ojos.
La figura bajó lentamente, flotando como si no tocara el suelo. Su rostro era infantil, con grandes ojos brillantes, cabello flotante y una túnica mágica. A su alrededor flotaban constelaciones vivas. Y entonces Wally... …empezó a reír. A carcajadas.
Flash
Flash
—¡JAJAJA! ¡Es en serio! ¡Yo pensé que iba a pelear con un monstruo, un titán, un brujo demoniaco! ¡¿Y me ponen a pelear con un niño que parece salido de una pijamada estelar?!
El Coleccionista
El Coleccionista
El Coleccionista frunció el ceño. —No soy un niño normal…
Y con un movimiento de su dedo, Wally flotó en el aire como si la gravedad hubiera desaparecido.
Flash
Flash
—Whoa, okay. ¿Dónde está el suelo? ¿ALGUIEN ME PUSO EN MODO ANTI-GRAVEDAD?
El Coleccionista
El Coleccionista
El Coleccionista lo miró, flotando frente a él. —No deberías burlarte de mí… Puedo convertirte en un peluche de trapo… o en un crayón si quiero…
Flash
Flash
—Ah, genial. Ya tuve suficiente con el Amo de los Espejos la semana pasada. —dijo Wally—. ¿Sabes qué hago con seres cósmicos ególatras?
Y entonces… ¡PFFT! Le escupió en la cara.
El Coleccionista
El Coleccionista
El Coleccionista parpadeó, sorprendido. —¡GUAJ!
Flash
Flash
Y sin esperar más, Wally cayó al suelo en picada, estrellándose de cara. —Auch… buena idea en teoría
Luz Noceda
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Luz y los demás corrieron hacia él. —¿Estás bien?
Flash
Flash
Wally se levantó sacudiéndose el polvo. —Mejor que nunca. Pero ustedes necesitan estar a salvo. Este lugar no tiene reglas, ni lógica. Protéjanse.
Luz Noceda
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Luz lo tomó del brazo. —Wally… solo… patea su trasero.
Flash
Flash
El velocista sonrió. —Con gusto.
Los llevó a una cueva segura usando su velocidad, dibujó una barrera mágica con una runa de contención que copió de uno de los libros, y volvió al campo de batalla con una ráfaga de viento.
El Coleccionista
El Coleccionista
El Coleccionista lo esperaba. —¿De verdad crees que puedes detenerme rojo?.
Flash
Flash
Wally se detuvo a metros de él. El viento movía su traje. Su mirada era seria. Su postura, firme. —Soy Flash. El hombre más rápido del mundo.
El Coleccionista
El Coleccionista
El Coleccionista flotó un poco más arriba y giró en el aire como si estuviera nadando en el cielo. —¿Flash? ¿Te mueves rápido? ¿Y eso qué? Yo puedo mover la luna con un solo dedo, convertir a los árboles en serpientes que cantan, y hacer que el cielo diga “miau” cada tres segundos si quiero.
Flash
Flash
Wally alzo una ceja. —Okey, eso sí fue raro.
El Coleccionista
El Coleccionista
—Soy el Coleccionista. Juego con la realidad. Puedo convertir tus músculos en plastilina y tu traje en confeti. ¿Qué me vas a hacer tú?
Flash
Flash
Wally respiró hondo. —Nada… —Pero lo haré rápido.
El aire temblaba. Las nubes bailaban como pintura flotando sobre agua, y el cielo cambiaba de color con cada segundo: rojo, azul, morado, negro... como si la misma realidad estuviera teniendo un colapso de creatividad infantil. En medio de todo eso… Flash se lanzó a la carga. El Coleccionista lo esperaba con una sonrisa torcida, flotando a unos metros del suelo, como si el campo de batalla fuera solo una alfombra más en su habitación de juegos.
El Coleccionista
El Coleccionista
—¡Te advertí! —gritó el niño dios— ¡NO ESTÁS JUGANDO BIEN!
Flash
Flash
—Y yo te advertí que esto no es un juego. —respondió Flash, con una mirada decidida.
¡BOOM! Wally se movió. Tan rápido que el aire mismo estalló tras él. Apareció detrás del Coleccionista en un instante, lanzando una serie de golpes que, de haber impactado a cualquier ser normal, lo habrían noqueado. Pero el Coleccionista no era normal. Con un gesto de su mano, el tiempo se dobló como una hoja de papel. Las acciones de Flash se repitieron en reversa, una y otra vez, como si lo obligara a rebobinar su movimiento.
El Coleccionista
El Coleccionista
—¡Eres divertido! —se burló—. ¡Vamos a hacer algo mejor!
Con un chasquido, duplicó a Flash. Luego triplicó. Luego quintuplicó.
Flash
Flash
Ahora cinco Wallys se atacaban entre sí, confundidos por la ilusión. —¿Qué…?
Cada uno creía ser el verdadero.
Pero solo uno sabía lo que realmente pasaba. Wally cerró los ojos por una milésima de segundo, concentrando su energía interna. Conectó con esa corriente invisible que lo alimentaba. ZzzzzZAAK! Un relámpago rojo rompió la ilusión. Todos los falsos Flashes desaparecieron como humo soplado por el viento.
El Coleccionista
El Coleccionista
El Coleccionista retrocedió, sorprendido. —¡Eso fue trampa! ¡Nadie rompe mis juegos!
Flash
Flash
—Entonces deberías haber leído las reglas, amiguito.
Y Flash volvió al ataque. Creó una ráfaga de puñetazos invisibles. Se movía tan rápido que parecía que múltiples rayos lo rodeaban, como un ejército invisible. Con cada paso, dejaba grietas en el suelo y ondas de choque que levantaban el polvo y los escombros del mundo mágico alterado. El Coleccionista se defendía con ilusiones vivientes: juguetes con cuchillas, osos gigantes de peluche con ojos brillantes, versiones caricaturescas de los héroes de Luz… todos distorsionados y flotantes. Wally zigzagueaba entre ellos como una danza perfecta.
El Coleccionista
El Coleccionista
—¡YA ME CANSÉ! ¡YO GANO! ¡USTEDES SON SOLO PIEZAS DE JUEGO!
Y entonces… Desató un ataque de destrucción total. Una esfera de caos, fuego mágico y energía infantil cósmica surgió de sus manos, expandiéndose en todas direcciones como un sol en miniatura que arrasaba todo a su paso. Wally vio el ataque venir. Y corrió. Corrió con todo lo que tenía. Sus músculos dolían. El suelo se rompía a su paso. El tiempo se estiraba. Pero no fue suficiente. El ataque lo alcanzó. Una explosión. Un silencio sepulcral. Luz, Amity, Willow, Gus, Vee y Hunter cayeron al suelo por la onda expansiva. Todos cubiertos de polvo, heridas y miedo.
Luz Noceda
Luz Noceda
—¡WALLY! —gritó Luz, con la voz rota.
No hubo respuesta. Solo humo. Solo el eco de la carcajada del Coleccionista.
El Coleccionista
El Coleccionista
—¿Ven? Ni siquiera su héroe pudo salvarlos. Ahora… es su turno de desaparecer.
Amity apretó los dientes. Gus temblaba. Willow intentaba proteger a los demás con raíces mágicas. Pero era inútil.
El Coleccionista
El Coleccionista
El Coleccionista flotó sobre ellos, la mano extendida, lista para lanzar el golpe final. —Adiós… —
Espacio Azul – Plano Metafísico Wally flotaba suspendido en una dimensión que no tenía suelo ni cielo. Todo era azul brillante, sereno, vasto. Estrellas pasaban flotando como pensamientos. Ecos de otras líneas temporales, de vidas que vivió, vidas que pudo haber tenido, se proyectaban como reflejos en el espacio. Y entonces… Una voz. "Corre…"
Flash
Flash
Wally abrió los ojos. —No puede ser…
Delante de él, una figura azul, brillante, sin ropa, sin emociones en el rostro, ojos blancos puros como el vacío estelar. El Doctor Manhattan.
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Flash
Flash
—Tú…
Doctor Manhattan
Doctor Manhattan
Manhattan no sonrió. Solo habló, como una presencia inevitable. —Solo estoy… observando.
Flash
Flash
—¿Por qué estoy aquí?
Doctor Manhattan
Doctor Manhattan
—Porque la velocidad no fue suficiente.
Flash
Flash
Wally miró sus propias manos. —Fallé. Les prometí protegerlos.
Doctor Manhattan
Doctor Manhattan
—No fallaste. Pero ahora… necesitas algo más que velocidad.
Y entonces apareció ante él la Silla Mobius. Flotando. Un trono de conocimiento infinito. De omnisciencia. La silla del Metron. De los dioses del conocimiento.
Doctor Manhattan
Doctor Manhattan
—Esta silla tiene las respuestas. Todo lo que fue, todo lo que es, y todo lo que será.
Flash
Flash
Wally la miró con recelo. —¿Y si no puedo con eso?
Doctor Manhattan
Doctor Manhattan
Manhattan dio un paso hacia él. —Tu corazón late por los demás. Eso ya te hace más digno que quienes la han usado antes.
Flash
Flash
Wally se acercó. —¿Y tú? ¿Por qué me la das?
Doctor Manhattan
Doctor Manhattan
—Porque veo algo en ti que no vi en mí. Esperanza.
Flash
Flash
Wally tragó saliva. Respiró hondo. Y se sentó.
Cambio. Su traje se iluminó. El rojo fue reemplazado por azul eléctrico brillante. Líneas blancas surcaban su pecho. Ojos como rayos puros. Una energía nueva recorría su cuerpo.
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Islas Hirvientes. Luz apretó a Amity mientras el Coleccionista descendía lentamente, la energía acumulándose en su mano.
El Coleccionista
El Coleccionista
—¡Adiós para siempre! —gritó el niño con furia.
Y entonces… ¡KRRAA-KOOOOOM! Un rayo azul cayó del cielo. La onda expansiva derribó árboles, rompió el suelo… y ahí estaba él. Wally. Vestido con un traje completamente nuevo, hecho de pura energía. Sentado en la Silla Mobius, flotando por encima del suelo como un dios moderno. Sus ojos brillaban con el conocimiento de millones de posibilidades. Su voz era calmada… pero resonaba como un trueno.
Wally West Mobius
Wally West Mobius
—Tú cometiste un error, Coleccionista.
El Coleccionista
El Coleccionista
El niño se giró, sorprendido. —¿Tú? ¡Pero estabas…!
Wally West Mobius
Wally West Mobius
—No estoy muerto. —Wally se levantó de la silla lentamente—. Solo estaba aprendiendo cómo derrotarte.
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz y sus amigos lo vieron, brillando en azul, flotando como una figura mítica. —¡WALLY! —gritó Luz.
Wally West Mobius
Wally West Mobius
Wally sonrió. —Perdón por la demora. Tuve que consultar a un tipo azul más raro que yo.
La atmósfera en las Islas Hirvientes había cambiado. El cielo ya no era un lienzo de crayones caóticos. Ahora parecía vacío y expectante, como si el mundo mismo contuviera la respiración.
Wally West Mobius
Wally West Mobius
—¿Y bien? —dijo Wally girándose al Coleccionista—. ¿Vas a lanzar otro peluche explosivo o ya se te acabaron los trucos de cumpleaños?
El Coleccionista
El Coleccionista
El Coleccionista apretó los dientes. —¡NO TE BURLES DE MÍ! ¡YO SOY EL COLECCIONISTA!
Wally West Mobius
Wally West Mobius
—¿Y sabes qué más eres? —Wally dio un paso adelante—. Predecible.
Y entonces lo hizo. Wally desapareció. El niño flotó confundido, mirando en todas direcciones. Y de pronto…
Wally West Mobius
Wally West Mobius
—¡BOO! —Wally apareció justo detrás de él, dándole un susto que lo hizo saltar.
El Coleccionista
El Coleccionista
—¡Ahh! ¡¿C-Cómo hiciste eso?!
Wally West Mobius
Wally West Mobius
—Truco número uno: ilusión sensorial. —Truco número dos: ilusión múltiple.
Y de inmediato, cien versiones de Wally aparecieron a su alrededor, todos caminando, corriendo, sonriendo, riendo, hablando. —¿Cuál soy yo? —preguntó uno. —¿El que estás por atacar? —bromeó otro. —¿O tal vez ya perdiste? —añadió uno más desde arriba. El Coleccionista giraba y giraba, intentando encontrar al verdadero Flash, pero no podía. Nunca había sentido algo así. No podía entender lo que pasaba. No podía controlarlo. Su magia, su poder… no servían contra eso. Contra algo que no era solo fuerza, sino conocimiento. Técnica. Sabiduría.
El Coleccionista
El Coleccionista
—¡BASTA! —gritó, y lanzó una onda mágica de energía cósmica, destruyendo parte del suelo y varias ilusiones… pero no a Wally.
Wally West Mobius
Wally West Mobius
Porque Wally ya estaba a su lado, susurrándole al oído: —¿Te estás divirtiendo?
El Coleccionista
El Coleccionista
El Coleccionista saltó, giró y disparó rayos como loco. Pero no dio en el blanco. Y poco a poco… sus manos empezaron a temblar. —¿Qué… qué está pasando?
Wally West Mobius
Wally West Mobius
Wally apareció a unos metros, flotando con los brazos cruzados. —¿Lo sientes? —Eso que tienes en el pecho. —Es miedo.
El Coleccionista
El Coleccionista
El Coleccionista abrió los ojos, sintiendo un nudo en el estómago. Nunca nadie lo había hecho sentir así. Él era el que asustaba. El que jugaba con otros.
Wally West Mobius
Wally West Mobius
—Ya no sabes quién tiene el control, ¿verdad? —dijo Wally—. Esa es la diferencia entre tú y yo.
Y entonces Wally se puso enfrente de él y de un golpe lo mando hacía el suelo. ¡BOOM! Luego se veía al coleccionista en el suelo y mareado. El mundo ya no temblaba. Las Islas Hirvientes estaban en silencio… pero un silencio lleno de esperanza. Las nubes rotas se habían disipado. La tierra, antes distorsionada por la magia infantil del Coleccionista, respiraba otra vez. El niño dios flotaba frente a Flash, dormido, inconsciente… o tal vez simplemente cansado.
Wally West Mobius
Wally West Mobius
Wally lo observó con una ceja levantada. —Bueno… esto fue más agotador que pelear con Luthor—murmuró.
Entonces chasqueó los dedos, y una esfera de energía azul envolvió al Coleccionista como si fuera una burbuja de cristal indestructible. En un parpadeo, Wally sacó rollos de papel de regalo brillante, un moño gigante y cintas y envolvió la burbuja entera con velocidad absurda. Cuando terminó, el Coleccionista estaba dentro de una esfera decorada con stickers, globos, una etiqueta con letras grandes que decía: "Para quien pueda enseñarle a no ser un desastre." —W."
Wally West Mobius
Wally West Mobius
Wally se alejó unos pasos, alzó su mano al cielo… y abrió un portal giratorio en forma de espiral color arcoíris. —¡Dispararo Zet Zen! —gritó, imitando con exageración a Zack de Zendokai.
Luz Noceda
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Luz se tapó la boca, conteniendo la risa. —¿En serio?
Wally West Mobius
Wally West Mobius
—¡En serio serio! —respondió Wally, empujando el regalo directamente al portal.
Y entonces, el Coleccionista desapareció a través del vórtice. Y el portal… se cerró.
Wally West Mobius
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Entonces Wally se sentó lentamente en la Silla Mobius. —Es hora de hacer lo correcto.
Cerró los ojos. Y lo hizo. Una oleada de energía azul se extendió desde su cuerpo y la silla, como una onda sísmica de luz y restauración. Las grietas en la tierra se repararon. Los árboles quemados florecieron de nuevo. Las casas destruidas fueron reconstruidas como si el tiempo diera marcha atrás. Y lo más importante… Las personas heridas se curaron. Los que habían muerto… despertaron. Y los que habían perdido partes de sí mismos… se reconstruyeron con energía pura.
Luz Noceda
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Luz se acercó. —¿Por qué la dejaste? Podías… hacer lo que quisieras.
Flash
Flash
Wally le dio una sonrisa tranquila, cansada… pero auténtica. —Porque no necesito saberlo. —El poder no es lo que me hace ser quien soy. —Lo soy… porque corro hacia el peligro, no al poder.
Luz bajó la cabeza, procesando esas palabras. Y luego… escuchó algo. Una voz familiar. —¡¿DÓNDE ESTÁ MI CHICA?! —gritó una voz muy ronca y muy bruja.
Luz se giró con el corazón latiendo con fuerza. Entre la bruma de lo que quedaba del caos, emergieron cuatro figuras: Eda, cubierta de polvo y con una sonrisa desafiante. King, con su capa medio rota, trepado en su hombro. Lilith, con el cabello un poco más desordenado. Y Raine, sujetando su laúd como si acabaran de tocar la última nota de una sinfonía eterna.
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Luz Noceda
Luz Noceda
—¡EDA! ¡KING! —Luz gritó con todo el aire que le quedaba.
Corrió. Y los abrazó. El impacto fue tan grande que casi tira a Eda de espaldas.
Eda Clawthorne
Eda Clawthorne
—¿Qué pasó aquí? —preguntó Eda, riéndose entre lágrimas mientras envolvía a Luz.
Luz Noceda
Luz Noceda
—Oh, ya sabes… caos, destrucción, un dios niño fuera de control, una pelea cósmica… lo típico.
Eda Clawthorne
Eda Clawthorne
—¿Quién te salvó esta vez?
Luz giró, señalando a Wally… pero en vez de hablar… Wally colapsó al suelo. Todos corrieron. Camila fue la primera en arrodillarse junto a él, revisándolo.
Amity Bright
Amity Bright
Amity le tomó la mano. —¿Está…?
Camila noceda
Camila noceda
—No, no… —Camila sonrió aliviada—. Solo está desmayado.
Gus Porter
Gus Porter
—¿De cansancio? —preguntó Gus.
Camila noceda
Camila noceda
—Sí. De salvar el mundo.
Wally dormía profundamente, con una sonrisa medio tonta en el rostro y una gotita de baba saliendo de su boca.
Willow Park
Willow Park
Willow suspiró. —Definitivamente, es el mejor héroe que he visto.
Y mientras el sol comenzaba a salir sobre unas Islas Hirvientes completamente restauradas… Un héroe dormía. Y un nuevo capítulo comenzaba.

Nuevos amigos

Todo era luz azul. Una vez más, Wally flotaba en un espacio cósmico sin tiempo ni forma, suspendido en la nada, rodeado por las memorias de su última batalla. Pero esta vez, no estaba confundido. No tenía miedo. Solo… preguntas. Y entonces, como si el universo hubiera leído su mente, el Doctor Manhattan apareció frente a él.
Wally West
Wally West
—Tú otra vez… —dijo Wally con una leve sonrisa.
Doctor Manhattan
Doctor Manhattan
El ser cósmico sin emociones ni expresión lo miró. —Tú otra vez —repitió Manhattan—. Vivo. Libre. Y más humano que nunca.
Wally West
Wally West
Wally se cruzó de brazos. —Entonces… ¿por qué me diste la Silla Mobius? ¿Por qué yo? ¿Y por qué ahora?
Doctor Manhattan
Doctor Manhattan
El Doctor Manhattan no respondió de inmediato. Dio un paso lento hacia el vacío estelar y habló como si su voz flotara en todas las direcciones. —Porque vi todos los futuros posibles. Todos los portadores de poder. Todos los finales.
Wally West
Wally West
—¿Y…?
Doctor Manhattan
Doctor Manhattan
—Todos fallaban. Excepto tú.
Wally West
Wally West
Wally frunció el ceño. —¿Por qué?
Doctor Manhattan
Doctor Manhattan
Manhattan lo miró. —Porque tú… corres hacia las personas, no hacia el poder. Porque tú te aferras al corazón, incluso cuando el universo entero quiere que pienses con la cabeza. Un silencio se hizo entre ambos. —No necesitaba que fueras un dios. Solo necesitaba que fueras tú… con las herramientas correctas. Por eso te la di.
Wally West
Wally West
Wally tragó saliva. —Gracias… por confiar en mí.
Doctor Manhattan
Doctor Manhattan
—No fue confianza. —Fue certeza.
Casa Búho – Día Siguiente —¡WALLY! Wally West despertó sobresaltado, jadeando. Sus ojos se abrieron rápido. Miró el techo… de madera, con telarañas, pósters mágicos, y runas mal pintadas.
Wally West
Wally West
Parpadeó. —¿Qué…? ¿Dónde…?
Luz Noceda
Luz Noceda
Entonces una cara se asomó por la puerta: Luz. —¡Estás despierto! ¡Dormiste TODO UN DÍA!
Wally West
Wally West
—¿Qué...? ¿Un día entero?
Wally West
Wally West
—Sí. E hiciste ruidos raros mientras dormías. Algo como “No más juguetes vivos, por favor”.
Wally West
Wally West
Wally se frotó la cara. —Ay no… ¿eso lo dije en voz alta?
Wally West
Wally West
Wally se enderezó en la cama improvisada y notó que alguien más estaba entrando en la habitación: Eda, con su típica sonrisa ladeada.
Eda Clawthorne
Eda Clawthorne
—¡Así que tú eres el primo de luz! —dijo con voz grave.
Wally West
Wally West
—¡Y tú debes ser la bruja del caos! —respondió Wally, levantando una ceja.
Eda Clawthorne
Eda Clawthorne
—Exacto. Me caes bien.
King
King
King brincó sobre la cama. —¿Este es el Flash? Pensé que sería más… eléctrico.
Wally West
Wally West
—Bueno, también hago chistes malos —dijo Wally—. Es parte del combo.
Lilith Clawthorne
Lilith Clawthorne
Lilith entró detrás, con una expresión algo más educada pero curiosa. —Entonces… usted es el velocista del que luz tanto hablan. Fascinante. Su traje es una manifestación impresionante de energía cinética.
Wally West
Wally West
—¿Tú también haces chistes malos? —le preguntó Wally.
Lilith Clawthorne
Lilith Clawthorne
—A veces… —respondió Lilith, cruzando los brazos.
Raine Whispers
Raine Whispers
Raine apareció por último, afinando su laúd. —Entonces, ¿fuiste tú quien salvó todo esto? Eres como un músico… solo que tu instrumento es el tiempo.
Desayuno de Campeones —¡Sorpresa! —gritaron Luz, Eda y Camila desde la cocina. Wally se levantó del sofá con algo de torpeza, aún medio adolorido, y entró al comedor de la Casa Búho… solo para ver un banquete. Torrejas de miel dorada. Huevos revueltos con especias del mercado de huesos. Frutas de varios colores, algunas flotando. Jugos mágicos que cambiaban de sabor al sorberlos. Unas tostadas con cara de conejo. Y una nota escrita con letra torpe que decía: “Gracias por salvarnos, Flash. —Eda, Luz, y la tía Camila.”
Wally West
Wally West
Wally se llevó la mano al pecho. —¿Todo esto es para mí?
Eda Clawthorne
Eda Clawthorne
—¡Obvio! —dijo Eda—. Eres nuestro héroe. Además, necesitas reponer ese metabolismo.
Camila noceda
Camila noceda
Camila puso una mano sobre su hombro. —Y porque te lo mereces, hijo.
Wally West
Wally West
Wally, por un momento, no dijo nada. Solo se sentó, agarró una de las tostadas con forma de conejo… y sonrió. —Esta es, oficialmente, la mejor misión que he tenido.
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz levantó un vaso de jugo. —¡Por Flash, el héroe más rápido y más humano que conocí!
Todos alzaron sus vasos. —¡Por Wally!
King
King
—¡Por el chico eléctrico! —gritó King.
Gus Porter
Gus Porter
—¡Por el primo cool! —añadió Gus desde una esquina.
Wally West
Wally West
Wally rió… mientras en su interior, una voz resonaba aún: "Corre, Wally… pero no huyas del cariño."
Luz Noceda
Luz Noceda
—Wally… —preguntó Luz mientras cortaba su tostada flotante de pan demonio—, ¿qué hiciste exactamente con el Coleccionista?
Wally West
Wally West
Wally alzó una ceja, tragó el batido interdimensional que acababa de tomar y apoyó los codos en la mesa, con una sonrisa medio burlona. —Ah… lo dejé en manos confiables.
Luz Noceda
Luz Noceda
—¿Eso significa…?
Wally West
Wally West
—Significa que ahora es responsabilidad de una amiga mía con experiencia en cosas raras, mágicas, adorables… y peligrosas.
Amity Bright
Amity Bright
—¿Quién? —preguntó Amity, algo intrigada.
Wally West
Wally West
Wally sonrió de medio lado. —Digamos que… es alguien que puede hablar al revés y aun así tiene más sentido que yo cuando me despierto con hambre.
Mientras tanto… no vive en una ciudad específica… El sol brillaba sobre las aceras limpias de la ciudad más icónica del planeta. La gente caminaba tranquila, los niños jugaban con sus perros voladores de juguete. Y entonces… algo rodó por la calle.
El Coleccionista
El Coleccionista
—¡Mmf! ¡Mmmhhf! —se escuchaba desde el interior de una gran esfera envuelta en papel de regalo multicolor, con una cinta dorada que relucía como un cometa de feria.
La esfera rodante chocó contra una puerta azul con símbolos mágicos grabados con tiza blanca. Desde dentro de la casa… se escuchó el sonido de tacones caminando, luego el chasquido de una cerradura mágica y finalmente se abrió la puerta. Zatanna Zatara, la ilusionista, maga y superheroína, apareció en el umbral.
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Zatanna
Zatanna
—¿Qué demonios es esto…? —dijo al ver el paquete, mientras sus ojos brillaban con una mezcla de desconfianza… y curiosidad.
> “Se llama el Coleccionista. Es una bomba cósmica en forma de niño. Cuidado: nivel 20 de caos. Dale amor, disciplina, magia y si puedes… enséñale a no encerrar planetas en frascos. Con cariño, —Wally West.”
Zatanna
Zatanna
Zatanna suspiró, bajándose el sombrero con dos dedos. —Por supuesto que Wally me mandó una maldita entidad infantil cósmica como si fuera un Pokémon. Con un leve gesto de su mano y las palabras: —"Aibmursed serbil a etativon!" ("¡Invocación liberada desde mi umbral!" al revés)
El Coleccionista
El Coleccionista
El papel de regalo se deshizo como si fuera confeti encantado, la burbuja desapareció con un pop, y el Coleccionista salió girando y cayendo de nalgas al suelo. —¡EY! ¡¿Qué te pasa, bruja?! ¡Soy el Coleccionista! ¡Soy el más grande, el más increíble, el más poderoso...! ¡Soy...!
Zatanna
Zatanna
Zatanna se cruzó de brazos y lo observó.
El Coleccionista
El Coleccionista
El Coleccionista se quedó en silencio al mirarla mejor. —¿Tú… quién eres?
Zatanna
Zatanna
—Zatanna. Maga, ilusionista profesional, exmiembro de la Liga de la Justicia Oscura… y, aparentemente, tu nueva niñera.
El Coleccionista
El Coleccionista
El Coleccionista parpadeó. —¿Niñera?
Zatanna
Zatanna
Zatanna caminó hacia él, tranquila pero segura. —Sí. Y tengo experiencia lidiando con cosas como tú: hadas violentas, espectros dramáticos, clones mágicos de bebés, e incluso un monstruo con voz de mariachi que quería comerse el calendario gregoriano.
El Coleccionista
El Coleccionista
—¡Yo no necesito una niñera! ¡Déjame ir! —gritó el Coleccionista intentando flotar.
Zatanna
Zatanna
Pero Zatanna lo atrapó de un solo movimiento y lo sostuvo como si fuera un peluche rebelde. —Ah, ah, ah. ¿Quién te crees, el niño Dios de las rabietas?
El Coleccionista
El Coleccionista
—¡Suéltame! ¡SUÉLTAME!
Zatanna
Zatanna
Zatanna, sin perder la calma, sacó un chupete de su bolsillo. —¿Sabes qué necesita un niño cansado de conquistar universos?
El Coleccionista
El Coleccionista
—¿Qué?
Zatanna
Zatanna
—Esto.
Y con un plop, le puso el chupete en la boca.
El Coleccionista
El Coleccionista
El Coleccionista abrió los ojos como platos. —Mmmf…!
Zatanna
Zatanna
Zatanna, con toda la serenidad del mundo, lo abrazó con fuerza y comenzó a mecerlo como si fuera un bebé berrinchudo que acababa de ser adoptado por la madre del sarcasmo. —Shhh… así está mejor. —Bienvenido a tu nueva etapa, pequeño problema cósmico.
El Coleccionista forcejeó unos segundos… pero luego se detuvo. Los latidos de su pecho bajaron. El calor del abrazo, la firmeza de la voz de Zatanna, y el chupete silenciador… le llegaron de una forma que nunca había sentido. Y entonces lo dijo.
El Coleccionista
El Coleccionista
—No me sueltes… ¿sí?
Zatanna
Zatanna
Zatanna alzó una ceja… sorprendida. —¿Qué?
El Coleccionista
El Coleccionista
—No me sueltes… nunca. —repitió el Coleccionista con los ojos entrecerrados—. Me… me gusta.
Zatanna
Zatanna
Zatanna lo miró, sonriendo con dulzura. —No planeaba hacerlo, campeón.
El sol comenzaba a esconderse entre las nubes violetas del horizonte, tiñendo el cielo con matices dorados y anaranjados. Las Islas Hirvientes, por primera vez en mucho tiempo, no temblaban, no ardían, no gritaban… celebraban. En la explanada central del Mercado de Huesos, las brujas, demonios, seres mágicos y demás criaturas de todas las regiones se reunían. Un escenario improvisado de madera flotante y raíces encantadas había sido levantado. Farolillos danzaban en el aire, sostenidos por hechizos de viento y alegría. Luz, Amity, Willow, Gus, Hunter, Vee, Camila, Eda, King, Lilith, Raine y muchos más estaban presentes. Porque esa noche… no era una noche cualquiera. Esa noche era para el Flash.
Wally West estaba detrás del escenario, con una capa corta sobre su hombro, un lazo improvisado en el pecho y un moño mal colocado que le había puesto King.
Amity Bright
Amity Bright
—¿Estás seguro que no quieres huir de aquí antes de que empiece? —le preguntó Amity con una sonrisa traviesa.
Flash
Flash
—Soy rápido, pero no tanto como para escapar del cariño de un mundo entero —respondió Wally con una sonrisa humilde.
Camila noceda
Camila noceda
Camila le acomodó el cabello con cariño. —Nunca he estado más orgullosa de llamarte sobrino.
Flash
Flash
—Y yo de ser parte de esta familia —dijo él, con la voz apenas quebrada.
De pronto, música.
Luz Noceda
Luz Noceda
Un cuarteto de bardos élficos empezó a tocar una melodía suave, cargada de emoción, mientras la voz de Luz se escuchaba por un hechizo amplificador: —Queridos habitantes de las Islas Hirvientes…
La multitud guardó silencio.
Luz Noceda
Luz Noceda
—Hoy estamos aquí para agradecer a alguien muy especial. Alguien que no solo salvó nuestro mundo, sino que corrió más allá de sus límites por gente que ni siquiera conocía. —Hoy honramos a un héroe. Un amigo. Un relámpago viviente con el corazón más grande del multiverso. —Hoy celebramos a Flash.
Los aplausos estallaron como truenos. Fuegos artificiales mágicos cruzaron el cielo. Y del escenario, con una ráfaga de viento y luz, apareció él: Flash. Vestido con su traje clásico, sin máscara, con la sonrisa nerviosa de alguien que no está acostumbrado a que el mundo lo mire con tanto amor.
Flash
Flash
—Hola… —dijo al micrófono, rascándose la nuca—. Normalmente corro para evitar discursos como este. Pero... esta vez no.
Las risas se mezclaron con el aplauso.
Flash
Flash
—No vine aquí a ser un héroe. Vine a ver a mi amiga Luz… a comer pizza… y a dormir un fin de semana.
Más risas.
Flash
Flash
—Y terminé enfrentándome a un niño dios interdimensional, con poderes cósmicos, juguetes asesinos, y la posibilidad de que todo este mundo se desmoronara. —Pero también… encontré algo que no esperaba. Se detuvo. Su mirada se suavizó. —Esperanza. Esperanza en los ojos de Luz, que nunca dejó de creer que podía salvar a sus seres queridos. Esperanza en sus amigos, que cruzaron mundos por ella. Esperanza en las personas que aún después de la oscuridad, decidieron construir otra vez. —Yo no salvé este mundo. Ustedes lo salvaron con su voluntad de vivir, de amar y de resistir. Una lágrima le cayó por la mejilla. Nadie se burló. Todos aplaudieron. —Yo solo… fui lo suficientemente rápido para ayudar a tiempo.
Eda Clawthorne
Eda Clawthorne
Eda fue la primera en subir al escenario, seguida de King, quien llevaba un pequeño trofeo hecho con huesos brillantes y una gema mágica que flotaba dentro. —Por servicios mágicos, heroicos, caóticos y absolutamente increíbles —declaró Eda con solemnidad exagerada—, el Reino de las Islas Hirvientes le otorga a este velocista loco el Título Honorario de Hechicero del Rayo.
King
King
—¡Con derecho a desayuno doble en la Casa Búho y un descuento en hechizos de resurrección! —añadió King.
Flash
Flash
Wally tomó el trofeo entre risas, los ojos brillándole de emoción.
Y entonces, la multitud entera gritó: —¡GRACIAS, FLASH! Miles de voces, magia chispeando en el aire, luz danzando en cada rincón. Por primera vez en su vida, Wally no sintió que tenía que seguir corriendo. Sentía que… ya había llegado.
Luz Noceda
Luz Noceda
Mientras la fiesta seguía, Luz se le acercó, con una sonrisa cálida. —¿Sabes qué, primo?
Flash
Flash
—¿Qué?
Luz Noceda
Luz Noceda
—Creo que… el mundo no necesita más héroes perfectos. Solo necesita más Wally Wests.
Mientras las luces mágicas titilaban sobre el escenario y la gente seguía aplaudiendo, Wally bajaba por las escaleras con el trofeo en una mano y una sonrisa que no se le borraba del rostro. Nunca se había sentido tan... lleno. Tan visto. Tan valorado.
Flash
Flash
—Vaya… y yo que solo quería comer pizza este fin de semana —murmuró con humor.
Pero apenas sus botas tocaron el suelo… lo rodearon. —¡FLASH, FLASH, FLASH! —gritaron varias voces infantiles. Un enjambre de niños y niñas de Hexside, con túnicas escolares y ojos brillando de emoción, lo rodearon con hojas flotando, cuadernos encantados, plumas danzantes y hasta una poción que decía "para firmar con tinta de nube". —¿Puedes firmarme aquí? —dijo una pequeña bruja con un sombrero torcido, extendiéndole un guante. —¡Mi escoba, por favor, firma mi escoba! —pidió un chico que no debía tener más de ocho años y medio. —¿Puedes bendecir mi runa? Mi examen es mañana —decía otro mientras agitaba una hoja de pergamino llena de tachones.
Flash
Flash
Wally se rió. —¡Ey, uno a la vez! Tengo súper velocidad, pero no múltiples manos.
Justo cuando estaba por firmar el primer autógrafo, algo ocurrió. Una ráfaga de viento, una empujón, y… una figura apareció al frente de todos: Boscha.
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Boscha
Boscha
—¡Apártense, renacuajos! —dijo con esa voz arrogante que se le daba tan bien—. Si alguien va a recibir el primer autógrafo del Flash... soy yo.
Los niños la miraron con molestia, pero ella solo se cruzó de brazos con aire triunfal.
Flash
Flash
Wally alzó una ceja. —¿Y tú quién eres? ¿La representante oficial del club de fans o la directora de tráfico escolar?
Boscha
Boscha
Boscha sonrió, arrogante. —Soy Boscha. Jugadora estrella de grudgeby, reina de Hexside, y una futura leyenda mágica. Así que… firma aquí, ¿sí? —le extendió su vara con una sonrisa que más bien parecía una orden.
Desde el fondo, Luz, Amity, Willow, Gus y Hunter veían todo con una mezcla de "no puede ser" y "¿en serio esta tipa?"
Amity Bright
Amity Bright
—¿Por qué tenía que aparecer ella justo ahora? —murmuró Amity.
—Porque es Boscha. —respondieron Willow y Gus al unísono.
Flash
Flash
Wally, sin perder la compostura, tomó la vara… y en lugar de firmar, la giró en sus manos y dijo: —Vaya, esto está un poco desequilibrado. Has estado usando demasiada magia por el lado izquierdo. ¿Sabías que eso afecta tu puntería?
Boscha
Boscha
Boscha parpadeó. —¿Qué…?
Flash
Flash
—Sí —continuó Wally mientras le regresaba la vara—. Quizá si entrenaras más y hablaras menos, podrías convertirte en alguien que merezca ser recordado… no solo notado.
Los niños alrededor soltaron un “¡Ooooh!” digno de batalla escolar.
Boscha
Boscha
Boscha frunció el ceño, molesta. —Tch… lo que sea. No necesito tu firma. Tengo fans de verdad —gruñó y se fue con la cabeza en alto, aunque claramente picada por dentro.
Flash
Flash
Wally la observó alejarse y luego se giró hacia Luz y los demás. —¿Esa es la enemiga escolar? ¿No tenían una troll gigante o un basilisco en vez de eso?
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz se tapó la cara de vergüenza. —Te dije que no todos los monstruos tienen colmillos.
Gus Porter
Gus Porter
—¡Boscha sigue siendo peor que el basilisco! —gritó Gus desde atrás.
Wally West
Wally West
Wally rió y se agachó de nuevo, sacando un montón de bolígrafos de su cinturón de herramientas. —¡Ahora sí, pequeños! ¡Hora de firmar! ¿Quién sigue?
Los niños chillaron de emoción. Y así, por casi una hora, Flash firmó, bromeó, y les enseñó a los más pequeños que ser un héroe no es solo tener poderes… sino también tener tiempo para los demás.
Eda Clawthorne
Eda Clawthorne
Desde una esquina, Eda, con los brazos cruzados y sonrisa orgullosa, observaba todo. —Ese muchacho va a dejar huella aquí. Literalmente… esas botas están marcando las baldosas.
Camila noceda
Camila noceda
Camila, junto a ella, susurró: —Siempre lo supe.
La noche ya había caído sobre las Islas Hirvientes, pero eso no significaba que la celebración se hubiera detenido. Después del homenaje, Wally había decidido caminar tranquilamente con Luz, Amity, Gus, Willow, Hunter y Vee por los caminos encantados del Bosque del Titán, donde luciérnagas mágicas flotaban entre los árboles y las piedras cantaban bajito cuando uno las pisaba.
Gus Porter
Gus Porter
—¿Y entonces tienes que comer cada 90 minutos? —preguntó Gus, completamente fascinado.
Flash
Flash
—¡A veces cada 30 si corro demasiado! —respondió Wally con una sonrisa mientras se estiraba los brazos—. Mi metabolismo es tan rápido que me he comido 13 hamburguesas en 12 segundos.
Vee
Vee
—Eso explica por qué desaparecieron las empanadas del homenaje —murmuró Amity con media sonrisa.
Todos reían, relajados. Pero entonces… Wally frunció el ceño. Algo en su instinto, afinado por años de heroísmo, le decía que no estaban solos.
Flash
Flash
—Alguien nos está siguiendo —susurró Wally, agachándose detrás de una roca con los demás.
Hunter
Hunter
—¿Es el Coleccionista otra vez? —preguntó Hunter, ya con su varita en mano.
Willow Park
Willow Park
—¿O Belos zombificado? —añadió Willow, algo alarmada.
Flash
Flash
Wally alzó un dedo. —Shhh… escuchen.
Y entonces, entre los árboles, se escucharon… risitas. Y pasos. Y susurros. —¿Es él? —¡Sí, es Flash! —¡Mira qué hermoso! —¡Pregúntale si tiene novia! —¡Yo lo vi primero!
Amity Bright
Amity Bright
Amity levantó una ceja. —¿Esas son…?
Vee
Vee
—Chicas. —confirmó Vee, girándose lentamente.
Un grupo de al menos diez chicas brujas, todas de la edad de Wally, salieron de entre los arbustos con miradas brillantes y mejillas encendidas. —¡Es él! ¡Es el Flash! —gritó una de ellas—. ¡El que salvó el mundo!
Flash
Flash
Wally tragó saliva. —Oh no…
—¡FLASH! —gritaron todas al unísono y salieron corriendo hacia él.
Flash
Flash
Wally miró a Luz con terror dramático. —¡Ayuda! ¡Esto es peor que pelear con Darkside sin desayuno!
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz, aguantando la risa, solo dijo: —Corre, Flash… corre.
Flash
Flash
—¡Muy graciosa, Luz! —exclamó Wally… y desapareció en una explosión de viento y rayos anaranjados.
Las chicas, chillando como fans en un concierto de boy band mágica, lo siguieron corriendo, algunas montando escobas, otras lanzando hechizos de rastreo, y una que sacó un mapa con corazones dibujados. —¡POR ALLÁ VOLÓ! —¡SU AROMA SABE A ELECTRICIDAD Y PAN CALIENTE!
Flash
Flash
Wally esquivaba entre árboles, saltaba por encima de piedras encantadas, y se deslizaba por colinas, con cara de horror y risas mezcladas. —¡Esto no estaba en el manual de la Liga de la Justicia! ¡¿Batman cómo lidia con esto?! ¡SUPERMAN NO ME ADVERTISTE NADA!
Luz Noceda
Luz Noceda
Desde lejos, Luz y el grupo observaban el espectáculo.
Vee
Vee
—¿Debemos ayudarlo? —preguntó Vee.
Amity Bright
Amity Bright
—No. —dijo Amity con los brazos cruzados—. Esto… se lo ganó.
Gus Porter
Gus Porter
Gus anotaba en su cuaderno: —“Flash: vulnerable a múltiples enamoradas mágicas.”
Willow Park
Willow Park
Willow se cruzó de brazos, sonriendo. —Al menos corre con estilo.
Flash
Flash
Finalmente, tras dar diez vueltas alrededor del Titán, Wally logró regresar al grupo, medio despeinado y con la túnica arrugada, jadeando. —¿Ya… se… fueron? —preguntó, tirándose al suelo.
Luz Noceda
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—Sí. Les dejé un hechizo ilusorio tuyo… en una fuente. —dijo Luz, dándole agua.
Flash
Flash
—Gracias. Te debo una. —jadeó Wally.
Amity Bright
Amity Bright
Wally iba bromeando con Gus sobre hechizos de invisibilidad y carreras contra escobas cuando Amity, de pronto, se detuvo en seco. —No… no, no, no…
Luz Noceda
Luz Noceda
—¿Qué pasa? —preguntó Luz, notando cómo el rostro de su novia pasaba del rosado natural al blanco total.
Y entonces todos los vieron. Alador Blight, con su aire amable y su siempre desordenado bigote, estaba acompañado por los hermanos de Amity: Edric y Emira, quienes estaban discutiendo sobre cuál poción había causado una explosión en su mochila. Parecían tranquilos, hasta que… apareció ella. Odalia Blight. Con su traje perfectamente planchado, su expresión altiva y su mirada que podía congelar un volcán, observaba todo con desaprobación automática.
Luz Noceda
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Luz Noceda
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Luz Noceda
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Alador Blight
Alador Blight
—¿Amity? —dijo Alador al verla—. ¡Qué sorpresa verte por aquí! ¡Y con… compañía!
Amity Bright
Amity Bright
Amity, por fuera, sonrió con nerviosismo. Por dentro, quería abrir un portal y esconderse en otra dimensión. —Hola… papá. Emira. Edric.
—¡Hola hermanita! —dijeron los gemelos al unísono—. ¿Ya tienes otro hechicero misterioso siguiéndote?
Amity Bright
Amity Bright
—¿Qué? ¡No! ¡Sólo... es mi amigo Flash! Entonces, con todo el peso de la formalidad encima, Amity se giró hacia Wally. —Flash, estos son… mis padres. Alador y Odalia. Y mis hermanos: Emira y Edric.
Flash
Flash
Wally levantó una mano y saludó como si estuviera en una barbacoa casual. —¡Hola! ¿Cómo están? Soy Flash. Hombre más rápido del mundo, destronador de dioses niños, salvador de realidades y comedor récord de pizza.
Odalia Blight
Odalia Blight
Odalia lo miró de pies a cabeza, con los ojos entrecerrados como si analizara el valor de un mueble barato. —¿Flash? ¿Ese es un apodo profesional?
Flash
Flash
—Es una marca registrada, en realidad —respondió él con una sonrisa sarcástica.
Odalia Blight
Odalia Blight
—¿Y… exactamente qué haces? —preguntó Odalia, cruzando los brazos.
Flash
Flash
Wally respondió con aire relajado: —Bueno, a veces salvo planetas. A veces salto líneas temporales. Hoy, solo estoy acompañando a mi amiga Luz y a su grupo. Ya tuve suficiente caos por un rato.
Alador Blight
Alador Blight
Alador, por su parte, se adelantó y le dio la mano con energía. —¡Es un honor conocerte!
Flash
Flash
Wally sonrió y respondió con naturalidad: —Gracias. Me alegra saber que los papás mágicos también pueden ser buena onda.
Alador Blight
Alador Blight
—¡Soy inventor! —añadió Alador emocionado—. Quizás podamos intercambiar ideas sobre velocidad y cristales de energía.
Flash
Flash
Wally asintió. —Con gusto. Pero sin explosiones cerca de mi cabello, ¿trato?
Emira Blight
Emira Blight
Los gemelos se acercaron, Emira cuchicheando a Edric: —¿Tú crees que si corro en círculos él me entrene?
Edric Blight
Edric Blight
—Tal vez, pero primero necesito que me firme la túnica —respondió Edric mientras ya sacaba un bolígrafo mágico.
Odalia Blight
Odalia Blight
Mientras todo parecía relajarse… Odalia dio un paso al frente. —Bueno, me alegra ver que mi hija ahora se junta con… ¿Extranjeros?
Amity Bright
Amity Bright
Amity apretó los dientes. —Mamá…
Flash
Flash
Wally se cruzó de brazos, con una sonrisa confiada. —Bueno, señora Blight, cuando uno ha peleado con villanos de otras galaxias, cambiado el flujo del tiempo, restaurado una dimensión entera y aun así tiene energía para jugar Just Dance con King… creo que uno puede tener ciertos lujos, ¿no?
Odalia levantó una ceja, pero no respondió. Y para todos, ese… fue un punto para Flash.
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz se acercó a Amity y le susurró: —Tu mamá va a odiarlo y me encanta.
Amity Bright
Amity Bright
—Y yo lo amo más por eso —susurró Amity con media sonrisa.
Alador Blight
Alador Blight
Finalmente, Alador intervino para suavizar las cosas: —Bueno, Flash. Fue un gusto conocerte. Y Amity… si necesitan algo, estaré en casa trabajando. Odalia… ¿nos vamos?
Odalia Blight
Odalia Blight
—Sí. No quiero terminar en una carrera o en una lluvia de rayos —dijo Odalia, girando con elegancia gélida.
Los gemelos se despidieron con guiños y gestos exagerados, y al fin, la familia Blight se alejó. El grupo suspiró aliviado.
Willow Park
Willow Park
—Eso… fue tenso —dijo Willow, limpiándose la frente.
Amity Bright
Amity Bright
—No. A veces es peor —respondió Amity con un tono seco.
La noche había llegado a la Casa Búho. Después de un día agitado —homenajes, encuentros incómodos con mamás altaneras y carreras huyendo de fans románticas— el grupo por fin pudo sentarse a descansar en la sala, rodeados de tazas de té, galletas flotantes, y una fogata que chispeaba con magia violeta. Wally se había quitado el traje, vistiendo ahora una sudadera holgada con el logo de los Sumo Slammers, relajado en uno de los sillones mientras charlaba con Camila y King sobre comida terrestre. Amity estaba leyendo un libro en silencio mientras Luz dormía apoyada en su hombro.
Gus Porter
Gus Porter
Entonces, Gus, que había estado hojeando una revista mágica de “héroes legendarios del multiverso”, alzó la cabeza. —Oye, Wally… ¿puedo preguntarte algo?
Wally West
Wally West
—Claro, pequeño hechicero —respondió Wally, dando un mordisco a una galleta de avena encantada—. Dispara.
Gus Porter
Gus Porter
Gus se inclinó, curioso. —¿Eres el único “Flash”? ¿O hay más como tú en tu mundo?
Wally West
Wally West
Wally sonrió. Ese tipo de preguntas le gustaban. Se enderezó en el sillón y dijo: —Eso, mi joven velocista curioso, es una muy buena pregunta.
Los demás en la sala lo miraron atentos. Incluso Luz, aún medio dormida, abrió un ojo. Willow, Hunter, Vee y hasta Eda —que pasaba con una taza de café con licor— se detuvieron a escuchar.
Wally West
Wally West
Y comenzó a narrar: —Verán… yo no fui el primero. El primer Flash fue Jay Garrick. Un hombre con casco de metal y voluntad de acero. Obtuvo sus poderes por un accidente con agua dura y se convirtió en el velocista original. El pionero. El abuelo de todos nosotros, aunque nunca quiso que lo llamáramos así.
Gus Porter
Gus Porter
—¡¿Agua dura?! —interrumpió Gus—. ¿Eso es una poción? ¿Una maldición?
Wally West
Wally West
—No. Fue... ciencia de los años 40. Cosas raras de humanos. —Wally rió.
Wally West
Wally West
—Jay fue inspiración para muchos. Luego vino mi tío por parte política, Barry Allen, el más noble de todos nosotros. Él fue el Flash que más marcó a la gente. Un hombre con una brújula moral perfecta. Él fue quien me inspiró cuando yo era solo un adolescente imprudente y medio torpe... bueno, más torpe que ahora.
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz murmuró medio dormida: —Tú… sigues siendo torpe...
Wally West
Wally West
—Gracias, Luz —respondió Wally sin perder el ritmo.
Wally West
Wally West
—Yo obtuve mis poderes en un accidente similar al de Barry. Una mezcla de químicos y un rayo —continuó Wally—. Desde entonces fui Kid Flash por mucho tiempo. Y sí, usaba un traje amarillo que parecía plátano en llamas.
Willow Park
Willow Park
Willow rió. —Quiero ver eso.
Wally West
Wally West
—¡Y hay más! —dijo Wally con entusiasmo—. Wallace West, sí, otro primo mío. Más joven. Más calmado. Más... serio. Él también es Kid Flash, y tiene el corazón de un verdadero héroe. Si yo soy el relámpago loco, él es la tormenta controlada. —¡Y hay uno más! —agregó con emoción—. Bart Allen, alias Impulse. Mi Primo-Hermano… del futuro.
Vee
Vee
—¡¿Del futuro?! —dijo Vee, sentándose recta.
Wally West
Wally West
—Sí. Vino desde el siglo XXXI. Nieto de Barry, hijo de Don Allen. Bart es impulsivo, adorable y completamente caótico. Corrió antes de aprender a caminar… literalmente. Su velocidad era tan extrema que casi se desvanecía de la realidad. Pero creció. Se convirtió en un héroe increíble. A veces fue Kid Flash, otras veces... el mismísimo Flash. Wally los miró con orgullo. —Así que no, no soy el único. Somos una dinastía de rayos. Cada uno con sus errores. Cada uno con su luz.
Luz Noceda
Luz Noceda
—¡Es como el Spider-Verse! Pero… ¡con velocistas! ¡Un Flash-Verse!
Amity Bright
Amity Bright
Todos asintieron. Incluso Amity, que no era la más fan del cine humano, murmuró: —Supongo que eso suena… estiloso.
Wally West
Wally West
Pero entonces Wally se cruzó de brazos, ladeó la cabeza con una sonrisa burlona, y dijo: —¿Un Spider-Verse? Por favor, Luz… Los Flash lo hicimos antes. Y mejor.
Gus Porter
Gus Porter
—¿Qué? —dijo Gus con una risa—. ¿Estás diciendo que los Flash vencen a Spider-Man?
Wally West
Wally West
—No es que lo diga… —Wally giró el cuerpo dramáticamente como si hiciera una escena de teatro—. Es que es un hecho científico, metafísico y… cinematográfico.
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz arqueó una ceja. —¿Me estás diciendo que el Spider-Verse no es tan bueno?
Wally West
Wally West
Wally suspiró, tomó una galleta y se la lanzó a la boca. —Mira… Into the Spider-Verse fue muy buena, lo admito. Colorida, original, gran música. Pero Across the Spider-Verse…? —hizo un gesto con la mano como si descartara una hoja de papel— ¡Esa película acabó justo cuando se estaba poniendo buena! Me hizo correr más de dos horas para quedarme con un "¡Continuará!"... ¿Eso es cine? ¡Por favor!
Todos rieron.
Vee
Vee
—A mí me gustó mucho —dijo Vee con una sonrisa.
Hunter
Hunter
—A mí también —añadió Hunter—. La animación era única.
Gus Porter
Gus Porter
—¡Y tenía muchos Spider-Mans! —dijo Gus emocionado—. Como ¡SPIDER-T-REX!
Wally West
Wally West
Wally levantó las manos. —¡Y nosotros tenemos a Jay Garrick, que luchó con un casco de metal contra nazis mágicos en los años 40! ¡Eso sí que es épico! ¿Spider-T-Rex? Nah. Yo tengo a un primo del futuro que puede escribir su nombre en un grano de arroz corriendo.
Todos rieron. Mucho.
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz se cruzó de brazos, sonriendo. —Admite que estás celoso.
Wally West
Wally West
Wally fingió estar ofendido. ¿Y sabes qué no tengo? Un tío que se muere cada 5 minutos. ¡Pum! Punto para Flash.
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz se acercó y le dio un golpe amistoso en el hombro. —Eres un nerd más grande de lo que pensé.
Wally West
Wally West
—Lo sé. Y tú eres fan mía, así que eso te hace doble nerd por asociación.
Amity Bright
Amity Bright
Amity suspiró, divertida. —No sé qué me molesta más… que eso tenga lógica o que lo acepte.

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