El aroma rancio a tinta y pergamino picaba en mis fosas nasales, un olor familiar que, sin embargo, se sentía terriblemente fuera de lugar. Mis párpados, pesados como losas, se abrieron con dificultad, revelando un techo adornado con intrincados tallados de madera oscura. No era el estéril cielo raso de mi pequeño apartamento, ni mucho menos el brillante resplandor de la pantalla de mi ordenador después de una noche de desvelo leyendo el último capítulo de mi manhwa favorito.
Un gemido escapó de mis labios secos mientras intentaba incorporarme. Un dolor punzante recorrió mi espalda, como si hubiera dormido sobre una pila de rocas. Miré a mi alrededor, desconcertado. La habitación era grande, tenuemente iluminada por la luz parpadeante de unas velas. Las paredes estaban cubiertas de tapices que representaban escenas de batallas épicas y criaturas míticas. Una chimenea imponente, ahora apagada, dominaba un extremo de la estancia.
"¿Dónde... demonios estoy?", murmuré, la voz áspera por el sueño o algo más.
Justo en ese instante, una voz fría y metálica resonó directamente en mi mente, haciéndome saltar en la cama.
[Bienvenido, Jugador.]
Parpadeé, buscando la fuente del sonido. No había nadie más en la habitación. ¿Me estaría volviendo loco? Quizás todo esto era un sueño particularmente vívido.
[Has sido designado como el personaje secundario 'Liam Evergarden' en la novela de fantasía BL 'La Rosa de Ébano y el León de Plata'.]
"¿Personaje secundario? ¿BL? ¿Novela?", repetí, sintiéndome cada vez más confundido. Liam Evergarden... ese nombre me sonaba vagamente familiar. ¿No era el insoportable noble que intentaba constantemente interponerse entre el frío Duque Kaelen Varkos y el protagonista plebeyo, Damian Thorne?
[El Sistema ha sido activado para asegurar tu supervivencia y alterar el curso de la historia.]
Un panel azul translúcido apareció frente a mis ojos, flotando en el aire como una pantalla de videojuego.
[Misión Principal: Sobrevivir al Primer Capítulo.] [Recompensa: 10 Puntos de Estado.] [Penalización por Fallo: Muerte Inmediata.]
Mis ojos se abrieron de par en par. ¿Muerte inmediata? ¿Esto era real? No podía serlo. Era una broma elaborada, una pesadilla... cualquier cosa menos la realidad.
[Recordatorio: El Primer Capítulo concluye con el encuentro de Liam Evergarden con el Duque Kaelen Varkos en el jardín.]
El nombre del Duque hizo que un escalofrío recorriera mi espina dorsal. Kaelen Varkos, el protagonista masculino, un hombre tan hermoso como despiadado. Y Liam Evergarden... su encuentro en el primer capítulo no terminaba precisamente bien para él. Si recordaba correctamente, Liam intentaba humillar a Damian y terminaba recibiendo una fría advertencia del Duque, acompañada de una dosis palpable de desdén.
[Nueva Misión: Impresionar al Duque Kaelen Varkos durante el encuentro en el jardín.] [Recompensa: 50 Puntos de Estado, Objeto Raro 'Amuleto de la Buena Impresión'.] [Penalización por Fallo: Reducción de la Afinidad del Duque en -50.]
¿Impresionar a Kaelen Varkos? El hombre cuya descripción en la novela era "frío como el acero y tan distante como las estrellas". Esto tenía que ser una broma cruel del destino. Yo, un simple oficinista adicto al manhwa, atrapado en el cuerpo de un personaje secundario detestable, con un "Sistema" que me obligaba a coquetear con la muerte en cada misión.
Sin embargo, la amenaza de la "muerte inmediata" era bastante persuasiva. Si esto no era un sueño, entonces no tenía otra opción que jugar según las reglas de este extraño "Sistema". Respiré hondo, tratando de calmar el pánico que amenazaba con paralizarme.
"Muy bien, Sistema", dije en voz baja, sintiendo un atisbo de determinación surgir en medio de la confusión. "Dime qué tengo que hacer para no morir en este maldito jardín."
La pantalla azul parpadeó, revelando una nueva línea de texto.
[Consejo del Sistema: Recuerda tus fortalezas, Jugador. Un poco de humildad y un comentario perspicaz podrían ser más efectivos que la arrogancia habitual de Liam Evergarden.]
Humildad... perspicacia... definitivamente no eran las primeras palabras que me venían a la mente para describir a Liam. Pero si el Sistema creía que eso podía funcionar, estaba dispuesto a intentarlo. Mi vida, o al menos la que tenía en este momento, dependía de ello.
Respiré hondo nuevamente, tratando de asimilar mi nueva realidad. Un "Sistema", una novela BL, un duque frío y una misión de vida o muerte en un jardín. Definitivamente, mi vida había dado un giro inesperado.
Lo primero era lo primero: necesitaba información. ¿Qué hora era? ¿Cuánto tiempo tenía antes de este fatídico encuentro en el jardín? ¿Y dónde demonios estaba exactamente dentro de esta mansión?
Me levanté con cuidado de la cama, mis músculos protestando ante el movimiento. Mi cuerpo se sentía ligeramente diferente, más alto y con una complexión más delicada de lo que recordaba. Sí, definitivamente estaba en el cuerpo de Liam.
Miré a mi alrededor en busca de alguna indicación de la hora. No había relojes a la vista, solo la lenta danza de las llamas de las velas. Me dirigí a la puerta, sintiendo el frío de la madera bajo mis pies descalzos. La abrí con cautela, asomando la cabeza al pasillo.
Era largo y estaba iluminado por más velas colocadas en candelabros de pared. El silencio era casi absoluto, solo interrumpido por el ocasional crujido de la madera. Parecía ser una hora temprana del día, o quizás muy tarde de la noche.
[Nueva Misión Secundaria: Obtener información sobre la hora y la ubicación actual.]
[Recompensa: 5 Puntos de Estado.]
Genial, el Sistema no perdía el tiempo. Una simple tarea para empezar. Salí de la habitación, tratando de recordar algo sobre la disposición de la mansión Evergarden de la novela. Si mal no recordaba, la habitación de Liam estaba en el ala este. El jardín donde ocurriría el encuentro con el Duque se describía como un jardín de rosas blancas, situado en la parte trasera de la mansión.
Mientras caminaba por el pasillo, intentando no hacer ruido, divisé una puerta entreabierta al final del corredor. Se escuchaban murmullos suaves desde el interior. Tal vez allí encontraría a alguien que pudiera darme información.
Me acerqué con cautela y miré por la rendija. Vi a dos sirvientas vestidas con uniformes pulcros, terminando de arreglar lo que parecía ser un salón de estar.
Respiré hondo y entré. Las sirvientas se sobresaltaron y se giraron hacia mí con expresiones de sorpresa.
"Lord Liam", dijo una de ellas, haciendo una reverencia. "Ya está despierto."
"Sí...", dije, tratando de imitar el tono aristocrático que recordaba de Liam. "Podrían decirme... ¿qué hora es?"
Las sirvientas intercambiaron miradas confusas. "¿La hora, mi Lord? Son casi las diez de la mañana."
Diez de la mañana. Eso significaba que el encuentro en el jardín no debía estar muy lejos. La novela comenzaba con la llegada del Duque a la mansión Evergarden.
"Y... ¿dónde está el Duque Varkos?", pregunté, tratando de sonar casual.
La otra sirvienta respondió: "Llegó hace poco, mi Lord. Está tomando un ligero desayuno en el comedor antes de dar un paseo por el jardín de rosas blancas, como es su costumbre."
El jardín de rosas blancas. Ahí era donde ocurriría. Tenía poco tiempo para prepararme.
"Gracias", dije a las sirvientas, tratando de sonar como si esa información fuera completamente normal para mí. "Eso es todo."
Salí del salón rápidamente, mi mente trabajando a toda velocidad. Diez de la mañana, el Duque en el jardín de rosas blancas después del desayuno... Todo encajaba con el inicio de la novela.
[Misión Secundaria Completada: Obtener información sobre la hora y la ubicación actual. Recompensa: 5 Puntos de Estado.]
El panel del Sistema apareció brevemente, confirmando la finalización de la misión. 5 Puntos de Estado. No era mucho, pero cada punto contaba si quería sobrevivir a esto.
Ahora, ¿cómo se suponía que iba a "impresionar" a un duque frío y distante mientras, presumiblemente, trataba de humillar al interés amoroso de este? El consejo del Sistema sobre la humildad y la perspicacia seguía resonando en mi mente. Tal vez, en lugar de seguir el guion original de Liam, podría intentar algo completamente diferente.
Me dirigí rápidamente a mi habitación. Necesitaba un plan, y lo necesitaba ahora. La idea de una "muerte inmediata" no me resultaba nada atractiva.
Dentro de mi habitación, cerré la puerta y me apoyé contra ella, tratando de ordenar mis pensamientos. Humildad y perspicacia. ¿Cómo aplicaba eso a la situación? Liam era un mocoso mimado y arrogante, acostumbrado a menospreciar a los demás. Cualquier cambio drástico en su comportamiento seguramente levantaría sospechas, especialmente en un personaje tan observador como el Duque Kaelen.
Abrí uno de los grandes armarios de madera oscura. Estaba lleno de ropa elegante y ostentosa, propia de un noble de alta cuna. Encaje, terciopelo, bordados dorados... nada de esto se sentía "yo". Sin embargo, tenía que hacer el papel.
Mientras examinaba las prendas, mi mirada se posó en un espejo de cuerpo entero. El reflejo que me devolvió era el de un joven de cabello rubio pálido, ojos azules y una expresión ligeramente altanera. No era feo, pero definitivamente no era mi rostro. Era extraño verme a mí mismo, pero no ser yo al mismo tiempo.
[Consejo del Sistema: La vestimenta puede influir en la primera impresión. Elegir algo elegante pero no excesivamente llamativo podría ser percibido como un signo de buen gusto y moderación.]
Otro consejo útil del Sistema. Quizás una vestimenta menos ostentosa podría ser el primer paso hacia la humildad. Elegí un conjunto de pantalones negros ajustados, una camisa de seda color crema y un chaleco azul oscuro bordado con discretos motivos plateados. No era tan llamativo como otras opciones, pero aún mantenía la elegancia propia de un noble.
Una vez vestido, me miré de nuevo en el espejo. La ropa me quedaba bien, aunque todavía me sentía incómodo con este cuerpo. Ahora tocaba la parte difícil: la perspicacia. ¿Qué podía decir o hacer para impresionar al Duque?
Recordé el inicio del primer capítulo. Liam se burlaba de Damian por su origen plebeyo y por el interés que el Duque parecía mostrar hacia él. Tal vez, en lugar de eso, podría... ¿mostrar respeto por Damian? Eso sería completamente inesperado viniendo de Liam.
[Alerta del Sistema: Se ha detectado una posible alteración significativa de la trama original. Nivel de riesgo: Moderado.]
Aparentemente, incluso pensar en ser amable con el protagonista activaba las alarmas del Sistema. ¿Qué esperaban entonces? ¿Que repitiera las mismas acciones que llevaban a Liam a ser despreciado por el Duque?
"Sistema", dije en voz baja. "¿Qué considera usted como un 'comentario perspicaz' en esta situación?"
[Respuesta del Sistema: Un comentario que demuestre comprensión de la situación, inteligencia o un punto de vista diferente al esperado, sin ser ofensivo o arrogante.]
Eso seguía siendo bastante vago. Necesitaba algo más concreto. El Duque era conocido por su inteligencia y su interés en la estrategia militar y la política. Tal vez podría mencionar algo relacionado... pero ¿qué sabía yo de eso en este momento? Mis conocimientos se limitaban a mi vida como oficinista y a las novelas y manhwas que leía.
De repente, recordé un detalle del primer capítulo. Antes de que Liam intentara humillar a Damian, el Duque estaba observando las rosas blancas, aparentemente meditando sobre algo. Quizás podría abordar ese tema de alguna manera.
[Consejo del Sistema: Observar el entorno y hacer una pregunta pertinente podría demostrar interés y perspicacia.]
Eso era algo con lo que podía trabajar. Observar las rosas y hacer una pregunta... pero ¿qué tipo de pregunta? Algo sobre su belleza sería demasiado superficial. Quizás algo sobre su simbolismo o su cuidado...
Mientras pensaba, escuché el suave sonido de una puerta cerrándose en la distancia. El Duque debía haber terminado su desayuno y probablemente se dirigiría al jardín. No tenía más tiempo para planificar. Tenía que improvisar.
Respiré hondo por tercera vez en menos de quince minutos. Esto era una locura, pero no tenía otra opción. Con una mezcla de nerviosismo y una extraña sensación de emoción, salí de mi habitación y me dirigí hacia el jardín de rosas blancas, con la esperanza de no encontrarme con una "muerte inmediata" y, con suerte, impresionar a un duque que parecía tallado en hielo.
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