Capítulo 1
Argelia empacaba sus maletas para sus merecidas vacaciones, después de dos años de no haber descansado, esta vez viajaría por dos meses a Bali. Amaba la tranquilidad y la espiritualidad de ese lugar.
—¿Por qué no puedo ir contigo a Bali?—
—Porqué papá no lo permite, además aún estás en clases.—
—No es justo Arge, me gustaría también ser la hija favorita de nuestro padre.—
—Por favor Tayde, nos quiere a las dos por igual.—
—Claro que no, si tú dices algo eso se hace. Además tú eres su orgullo y la futura heredera de grupo Soria, hasta la nueva cadena de hoteles llevará tu nombre.—
—Papá nos ama a las dos, es más yo te amo mucho porque eres mi hermanita. Prometo que mi siguiente viaje iremos las dos.—
—Bien ahora prométemelo con el meñique, si no no cuenta.—
—Por el meñique te lo prometo.—
Argelia y Tayde eran muy unidas, pero Tayde tenía razón su padre sentía mucha predilección por Argelia, además de su excesivo control de la vida de su hija mayor.
—Así que ya te vas.—decía Aníbal su padre con un tono totalmente inconforme.
—Papá ya hablamos de esto, es necesario que tenga vacaciones. Termine los diseños de los hoteles que me pediste, la constructora se encargará.—
—Déjala en paz hermano, va a ir a Bali no a otro planeta, además no es la primera vez que está allá sola.—intercedía su tía Leonora.
—Debo cuidar de mi hija, nunca permitiré que algo malo le suceda a mi ojos de cielo. Te pareces tanto a tu madre.—agregaba Aníbal
—Bien me iré ahora, los amo.—Argelia se despedía de ambos, subió a la camioneta que la llevaría hasta el aeropuerto, el avión privado de su padre ya la esperaba.
—La proteges demasiado Aníbal, eres posesivo, celoso e intransigente con ella. Le exiges demasiado, un día se va a casar y tal vez se vaya lejos de aquí.—
—Eso si yo lo permito, ella se quedará siempre a mi lado. Todo mi trabajo y esfuerzo, es solamente para ella. Tú no puedes entenderme porque nunca te casaste.—
—Porque tampoco me dejaste, al casarme tenías que darme lo que me pertenecía de la herencia de nuestro padre.—
—Si te casabas perderías tu parte, debías casarte con alguien que tuviera el mismo nivel que nosotros, y que además incrementara nuestra fortuna, al casarte con el perdedor de Julián Santander volverías a mi totalmente arruinada. Gracias a su amor desmedido por el juego y las apuestas pudimos quedarnos con el banco nacional de Madrid.—
—Volviéndote uno de los hombres más ricos del mundo, siempre aprovechando las desgracias de otros. Por ejemplo la muerte de tu esposa, saliste muy beneficiado has manejado toda su fortuna a tu antojo.—
—Todo será para mis hijas, no me he esforzado tanto para que terminen al lado de cualquier miserable. Ahora sí me permites tengo una llamada pendiente con el presidente de china.—
Leonora amaba a su familia, además Aníbal era su hermano y aunque no estaba de acuerdo siempre ayudaría a su hermano, pero también quería que sus sobrinas fueran felices. Más tarde mientras descendía el avión Argelia miraba desde las alturas la belleza de Bali, eso es lo que necesitaba después de haberse esforzado tanto en terminar sus proyectos, ser arquitecta era su mayor pasión. La futura heredera del Grupo Soria de Madrid, siempre disfrutaba de sus vacaciones en aquella parte del mundo, le encantaba la meditación, de la pintura y la lectura. Estando lejos del mundo que la rodeaba todos los días, podia ser ella misma.
—Señorita Argelia, si no necesita algo más volvemos a Madrid.—
—Gracias capitán, los veo en dos meses.—
—Que se divierta.—
Aunque su papá estaba en desacuerdo con ella de viajar sola, no había nadie que lo pudiera impedir. Pasaba los días visitando los templos de oración, el mercado y sobre todo disfrutando de la playa que era su patio trasero.
Era exclusivamente para ella, su padre había comprado toda la propiedad para que no tuviera disturbios e intrusos. Argelia disfrutaba de dibujar el paisaje frente a ella, creyendo que estaba sola decidió quitarse la parte de arriba del traje de baño dejando sus senos en total libertad. Después entró al mar para nadar semidesnuda, se sentía segura de poder hacer lo que ella quisiera. Pero alguien la observaba detenidamente, Argelia salió del agua para continuar disfrutando del día. Al ver al joven frente a ella se cubrió con sus manos.
—¿Qué hace usted aquí? Esto es propiedad privada.—el joven la observaba hipnotizado.
—¿Es española?—
—Si, pero eso no importa. No puede estar aquí, váyase ahora mismo.—
—Tenga para que se cubra.—el extraño le entregó la toalla.—Entre por curiosidad, no había ningún letrero o muro de seguridad. Pensé que era un espacio público.—
—Eres italiano al parecer, pero a decir verdad hablas muy bien el castellano. Ahora ya lo sabes no es una playa pública, si eres tan amable te pido que te retires.—
—Cuanta hostilidad en una mujer tan bella, permíteme presentarme soy Paolo Gabellotti.—
—Argelia Soria, lo siento es que me espante con tu presencia.—
—Discúlpame no fue mi intención, me voy ahora. Por cierto es un placer conocerte, espero verte después.—
Argelia observaba como aquel extraño se marchaba, había sido un encuentro inesperado, después de unos segundos reaccionó, un hombre extraño la había visto semidesnuda, se avergonzó aún más. Pero no pudo evitar ser sincera con ella misma, Paolo era un hombre realmente atractivo. Que manera tan inusual de conocer a alguien, afortunadamente estaban solos. Así que para evitar este tipo de incidentes, lo mejor era levantar un muro en su propiedad.
Capítulo 2
⚠️En este capítulo, tiene contenido erótico y sexual, etc. No aptos para personas susceptibles a ellos. Si no crees adecuada la lectura estás en libertad de omitirla.⚠️
Días después del encuentro en la playa, Argelia solicitó que levantaran un muro perimetral para que nadie entrara a la playa sin ser invitado, a ella le gustaba disfrutar de su privacidad.
📲—Hola papá.—
📲—¿Te estás divirtiendo?—
📲—Si papá, mucho.—
📲—Ya quedó el muro perimetral, ¿por qué tomaste esa decisión?—
📲—Lo creí conveniente.—Argelia no quería entrar en detalles.
📲—Si necesitas algo más no dudes en pedirlo, te extraño. Ya quiero que regreses.—
📲—También te extrañó papá, los días se pasan rápido.—
📲—Cuídate mi princesa.—
Argelia pensaba en Paolo, no habían vuelto a coincidir así que se preparó para salir a dar un paseo, subió a su coche mientras conducía observaba todo a su alrededor. Había muchos turistas y gente local, pero ningún rastro de Paolo. Se sentía tan ridícula buscándolo, así que se decidió detenerse para comer algo y regresar a casa.
—Hola de nuevo Argelia.—era Paolo de nuevo.
—Hola, Paolo.—respondió nerviosa
—Discúlpame una vez más por haber entrado sin ser invitado a tu propiedad.—
—No hay problema, fui demasiado grosera lo siento.—
—No hay nada que disculpar, aunque si me gustaría invitarte a comer, ya que estamos aquí.—Paolo estaba hechizado por el azul de sus ojos, tan profundos y su boca que lo invitaba a probar de ellos.
—Está bien, aceptó comer contigo.—
Entre los dos había una atracción invisible pero difícil de evitar, ambos conversaban sobre aspectos de su vida básicos.
—Vaya, así que eres Arquitecta. Pero me imagino que vienes de una familia adinerada ya que tienen una casa y una playa privada aquí en Bali.—argumentaba Paolo.
—La propiedad es de mi papá, me encanta este lugar. Se podría decir que es mi lugar favorito en el mundo. Además yo diseñé la casa, y para ser sincera no creí necesario un muro.—
—A unos metros de ti, mi familia y yo construimos un hotel de esos modernos que te dan experiencias únicas durante todo tu hospedaje. Yo exploraba los alrededores para ver si había terrenos donde edificar algún centro comercial o zona de entretenimiento.—
—Sin duda funcionaría, pero esto es Bali la gente viene buscando conectar con ellos mismos, la espiritualidad y la resilencia en sus vidas, etc. Coincido contigo no está totalmente descartado que necesiten vida nocturna.—
—Así que eres de Madrid.—
—Si, ¿y tú?—
—De Sicilia, vivo con mi papá, mi mamá, mi hermana y abuela. Somos una familia unida. ¿Y tú?—
—Yo vivo con mi papá, mi hermana y mi tía, mi madre murió a los pocos meses de que nació mi hermana, nunca he dejado de extrañarla.—
Paolo observaba detenidamente como la mirada de Argelia cambiaba radicalmente, de pronto se apagaron sus brillantes ojos azules.
—Debe ser difícil crecer sin el amor de una madre.—expresaba Paolo mientras colocaba su mano sobre la de ella.
—Mucho, aunque mi padre siempre nos dio todo, también mi tía Leonora se encargó de nosotras aún así no pudieron llenar ese vacío.—
—Ya no hablemos de cosas tristes, mejor dime que planes tienes para los días siguientes.—
—Tengo libros que leer, meditar, pasear por lo que aún no conozco.—
—También estoy solo, si gustas puedo ser una excelente compañía. Te parece si me acompañas a Nusa Pedina, la isla está muy cerca de aquí.—
—Si, la última vez que estuve aquí iba a ir a conocer pero llegó mi papá y no pude, me encantaría acompañarte.—
Paolo solicitó la cuenta para pagar, era todo un caballero. Después acompañó a su vehículo a Argelia para despedirse de ella, los días siguientes se volvieron inseparables. Reían, nadaban, comían y se divertían juntos, Argelia era instruida, educada y muy divertida, por primera vez Paolo se sentía cómodo con una mujer.
Paolo y Argelia se divertían en la playa privada de los Soria, tenían total privacidad. Mientras jugueteaban no pudieron evitar más la atracción que sentían el uno por el otro, Argelia se acercó para unir sus labios a los de Paolo, ella cerraba los ojos mientras Paolo la devoraba en ese beso, al mismo tiempo la acariciaba, Argelia deslizaba sus manos por su espalda mientras frotaba su cuerpo al de Paolo.
El fuego que emanaban los estaba consumiendo, Paolo la despojó de su traje de baño. Con su boca recorrió el camino que lo llevaba hacia su parte íntima, estando en cuclillas se dispuso a probar de ella. Argelia gemía de placer mientras sentía como estimulaba su centro, Paolo ansiaba hacerla suya. Él quitó su traje de baño dejando su miembro expuesto y erecto ante Argelia, él se acercó para besarla una vez más. La llevó contra la palmera para cargarla y así poder embestirla sin control, Argelia gemía de placer, mientras Paolo la embestía salvajemente, a su vez lamía y mordía los senos de Argelia.
No se detendría hasta que Argelia estallara de placer, la giró para inclinarla hacia el y embestirla nuevamente, así ella podría apoyar sus manos sobre la palmera. No dejaba de embestirla una y otra, y otra vez, Argelia no podía más su excitación era visible. Ambos llegaron al clímax al mismo tiempo, sin separarse de ella Paolo la llenaba de besos y caricias tiernas.
—Me encantas.—expresó Argelia
Paolo la tomó entre sus brazos para cargarla y llevarla hasta el interior de su casa, la llevó hasta el baño para que juntos tomaran una ducha, todo entre ellos había nacido muy rápido. Lo cierto era que estaban locos el uno por el otro.
Capítulo 3
⚠️En este capítulo, tiene contenido erótico y sexual, etc. No aptos para personas susceptibles a ellos. Si no crees adecuada la lectura estás en libertad de omitirla.⚠️
Argelia estaba viviendo una de las mejores experiencias de su vida al lado de Paolo, su relación con él le hacía recordar una frase del escritor Pablo Neruda “Para que nada nos separe, que nada nos una.” Era una forma de evitar el dolor de la pérdida o el sufrimiento de una relación fallida, al no haber una conexión profunda que pueda ser rota. Aún así se complementaban, vivían el ahora y no pensaban en el mañana. Habían pasado todo el día visitando el Pura Ulan Danu Bratan, el templo hindú más emblemático de Bali. Paolo la abrazaba y llenaba de besos mientras caminaban a la habitación de él en el hotel de su familia.
—Así que tu hermana llega mañana.—decía Paolo
—Si, logro convencer a papá de dejarla venir el fin de semana.—
—Me agradará conocerla, Argelia necesitamos hablar sobre nosotros. Creo que hemos comenzado una relación, pero eres la primera mujer que no me lo hace saber o que no pregunta que somos.—
—Ambos somos solteros y tenemos vidas distintas lejos de aquí, yo en Madrid. Obviamente tú en Sicilia, tarde o temprano debo volver a casa. No estoy lista para casarme aún, no sé si funcione una relación a distancia.—
Paolo estaba sorprendido al escucharla, era notable que tenía un inmenso temor a una relación formal. Sin embargo tenía que saber el por qué. Al entrar a la habitación estaba listo para hacerla suya una vez más, la besaba y la acariciaba para saciarse de ella, pero tenía una sorpresa esperándolo.
—Espero no interrumpir.—Argelia se espantó
—Papá, ¿Qué haces aquí? Permíteme presentarte a mi padre Enzo Gabellotti.—
—Un gusto señorita.—Enzo la observaba detenidamente.
—Un gusto señor, soy Argelia Soria.—
—¿Eres hija de Aníbal Soria?—
—Si quién no conoce a mi padre, bien los dejo para que conversen, fue un gusto conocerlo.—Argelia se despidió del padre de Paolo, y se acercó para despedirse de beso.—Nos vemos más tarde en mi casa.—
—Si cariño allá te veo, pediré que te lleven.—
—No, no es necesario tomare un taxi.—una vez más se besaron, Argelia salió de la habitación para dejarlos a solas.
—No sabía que vendrías, me alegra verte papá.—
—Paolo, ¿Qué haces saliendo con la hija de Aníbal Soria?—
—¿Conoces a su familia?—
—Hijo, Aníbal Soria es uno de los hombres más ricos del mundo, no solo de Madrid o de Europa, escuchaste bien del mundo. No solo son dueños del banco central de Madrid, tienen una constructora muy prestigiosa, casinos, acciones en muchas empresas y hasta un equipo de futbol, hoteles, etc. me imagino que no le has dicho a esa muchacha a qué nos dedicamos. No soy nadie para ordenarte a quien amar o con quien estar, pero no dudo que el padre de esa bella muchacha no te aceptará en su familia, ese hombre es peligroso, tiene poder, dinero y prestigio, con un chasquido nos hundiría. No quiero verte sufrir por amor hijo.—
—No le he dicho que somos parte de la mafia, y no porque no quiera decirle. Es que aún no definimos nuestra relación, estamos viviendo el momento.—
—Espero que ese momento no traiga consecuencias. Protéjanse Paolo por favor, ahora vamos tenemos una reunión importante con nuestro socio en Alemania.—
—Lograste hacerlo venir, bien hecho papá. Pensé que vendría mi tío a negociar.—
—Tu tío viajó a Rusia para arreglar unos asuntos con el jefe de la familia Ivanov, que mejor que se arreglen entre jefes.—
—¿Es verdad que mi tío va a casarse con la hermana de Iván Ivanov?—
—Si, debe hacer su propia familia para que tenga un heredero, a quien dejarle el cargo de nuestra familia Siciliana.—
—Espero que no haya objeciones de nuestros aliados en Sicilia, sabes que querían que la hermana de Raphaell se casara con mi tío.—
—Si, pero el prefiere fortalecer la alianza con los rusos. Dejemos que nuestro jefe se organice.—
Después de su reunión con su socio de Berlín, Paolo fue directamente a casa de Argelia, quería concluir lo que estaban haciendo antes de ser interrumpidos, Argelia estaba terminando el dibujo que estaba haciendo de él, había plasmado la esencia de Paolo en ese dibujo. Comprendía que para ser solo una aventura, ya no podía alejarse de él. Llamaron a la puerta, Argelia sabía que era Paolo.
—¿Interrumpo?—
—Para nada pasa, ¿Qué te dijo tu papá? Me dio vergüenza que nos viera de esa manera tan comprometedora.—
—Conversamos de mi tío y sus planes a futuro, también recibimos a un socio del hotel. Pero quiero que hablemos de nosotros.—
—Si, está bien. Te serviré una copa de vino.—Paolo no estaba seguro de decirle a Argelia que su familia se dedicaba a la mafia, que su tío era el jefe y que su padre era su socio, sobre todo su mano derecha.—Estás muy pensativo.—
—Argelia, te amo. Te amo como nunca imaginé amar a alguien, tengo miedo de perderte y debo ser sincero, pero comprenderé si tú no quieres nada conmigo.—
—Para que nada nos separe, que nada nos una. Sin embargo yo también quiero estar contigo, Paolo yo también te amo.—
Paolo pensó que lo rechazaría, estaban encadenados por el deseo y la fiebre de su amor. Argelia se acercó para besarlo mientras que Paolo deslizaba sus manos para despojarla de su vestido, él deslizó sus labios hasta llegar a uno de sus senos el cual lamió y disfrutó sin control, ambos terminaron siendo acariciados por sus labios. Todas esas emociones no le permitían a Argelia controlar sus gemidos, estaba disfrutando mucho del momento. Paolo bajo su boca por el abdomen y el vientre de Argelia, al mismo tiempo la llevó hasta la cama para recostarla, quería probar de ella saborearla sin medida una vez más, sobre todo llenarla de caricias. Los gemidos de Argelia eran muy agitados, el sentir como la hacía estremecer lo invitaba a seguir disfrutándola.
Segundos después se levantó Paolo para terminar de quitar su ropa y así poder dejar su cuerpo totalmente desnudo frente a su amada. Mientras la besaba una vez más, ella le correspondía, Paolo no dejaba de acariciarla gozaba al escuchar sus gemidos.
—Eres mía y yo soy tuyo.—le decía al oído mientras lamía su oreja y besaba su boca, el calor de sus cuerpos los hacía vibrar.
Antes de continuar Paolo la besaba tiernamente. Besaba cada parte de ella, hasta llegar entre sus piernas. Se posó entre ellas, se preparaba para unirse una vez más a su amada Argelia. Lentamente se introdujo dentro de ella arrancando su respiración, ella se aferraba con sus manos de los brazos de Paolo. Ambos sentían esa conexión, Paolo la embestía una, otra y otra vez. Estaba haciendo el amor con la mujer que hace mucho había esperado. La unión de sus cuerpos y sus almas, se volvía fuego puro. Argelia se sentía en las estrellas, quería más y más de Paolo. Él continuó hasta que ambos culminaron su entrega sobre todo que ambos quedaron satisfechos.
Más tarde Paolo dormía en la cama de Argelia, mientras ella observaba como la luz de la luna bañaba todo su cuerpo. Su aventura se había vuelto algo serio, por primera vez pensó en lo que diría su padre. No sabía cómo lo iba a confrontar, sabía que no será nada fácil. Pero eso lo resolvería llegado el momento, ahora solo quería seguir disfrutando de todo lo que le hacía sentir Paolo.
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