El Lamborghini color rosa se estacionó a las afueras de aquel edificio lujoso, ubicado en la zona más cara de la ciudad, una de las puertas se abrió, cómo si de una nave espacial se tratara.
La puntiaguda zapatilla fue la primera en asomarse, luego la otra, levantándose sobre ellas una mujer rubia de contextura delgada, cabellos dorados que jugueteaban con el viento, con su mano delicada levantó los anteojos negros dejando al descubierto aquellos ojos grises que dominaban y paralizaban con tan solo una mirada, mujer estilizada que a pesar de aquella belleza hacia temblar a todos los empleados de su padre Arsenio del Río, hombre poderoso y dueño de casi medio país.
Un hombre mayor que portaba el uniforme de la empresa le dió la bienvenida se acercó a aquella chica de apenas veinte años
-buenos días señorita Charlotte!- está ni lo miró, solo le entregó las llaves del auto y caminó altiva hacia adentro del edificio, a su paso todos la saludaban y hasta daba la impresión que iba pasando una reina porque al verla todos iban apartándose, mientras ella sin decir una palabra mantenía la mirada ergida.
El único que no se inmutó al verla fue Juan Pablo Torres, un hombre robusto de tez dorada y cara cuadrada, cabellos indios color negros. Juan Pablo tenía treinta y cuatro años, era su primera semana como vigilante en aquella empresa, al ver cómo se alborotó el lugar con la llegada de la joven, levantó la cabeza para descubrir lo que pasaba, al ver a la rubia como todos la adulaban, inmediatamente supo que está mujer no era más que otra chiquilla, consentida que pensaba que todos estaban por debajo de ella, así que trató de ignorarla.
El solo trataba de mantener su trabajo al día y no distraerse con tonterías, su vida tenía cosas más importantes según el en las que pensar, bajo la mirada indiferente hacia los papeles que revisaba con cuidado, tratando de concentrarse para entregárselos al supervisor encargado quien le había pedido que los entregara antes de terminar la jornada laboral
Pero Charlotte al pasar por su lado se fijó en la indiferencia de este no podía soportar que alguien la ignora, menos un empleado de su padre, dejó caer a propósito la pequeña cartera, Cartier, justamente a los pies de el para verlo humillarse cómo los demás, pero muy al contrario a lo que ella creyó el continúo llenando algunos reportes como si no le importara aquella mujer, ella molesta le gritó, todos al rededor quedaron inmóvil ante aquellas palabras
-recoge mi bolso! Acaso no ves que se me cayó?- el hombre continuo con lo suyo ignorándola por completo, ella al verse frente este hombre que la ignoraba se llenó de ira y trató de bofetearlo por la ofensa, pero antes que ella tocara su mejilla el le tomó la mano, la bajó con delicadeza, luego sin decir nada recogió la pequeña cartera y la colocó en la mano de porcelana de aquella muchacha, esta sintio su corazón latir con fuerza pero estaba tan molesta y ofendida que decidió marcharse sin decir nada.
La rubia entró como un torbellino en la oficina del padre quien mantenía la vista en unos libros
-papa ese hombre debes sacarlo de aquí! Tienes que despedirlo! Me humilló delante de todos los empleados! Tienes que darle una lección! Venir a tratarme así a mi! La hija del dueño de todo esto! - el padre por fin levantó la mirada confundida, viéndo a la joven caminar furiosa de un extremo a otro, retirándose los anteojos y frunciendo el ceño le preguntó
- que te pasó Charlotte? De que hombre hablas?- ella se acercó al escritorio de caoba y apoyando las dos manos sobre el mismo le contestó molesta
- ese hombre... El vigilante, el que está afuera
- que te hizo? Además cuál de todos los que trabajan aquí?
- uno horrible que estaba antes de entrar a tu oficina, un cretino mal educado!
- que fue lo que te hizo?
- primero cuando llegué ni me determinó, mi cartera se cayó y ni siquiera tuvo la amabilidad de recogerla, me sentí tan ofendida que intenté darle una bofetada y me tomó el brazo con fuerza, lastimandome la muñeca, es un monstruo!- el hombre volvió a fijar la vista en los papeles que tenía en el escritorio y comenzó a hablarle
- Charlotte ya es hora que dejes de estar jugando, ya es tiempo que comiences a prestarle atención a las cosas de la empresa, tu madre y yo necesitamos que te encargues tu, pero si vas a pasar la vida de fiesta en fiesta con esas amigas tuyas y continuando con la vida que llevas no creo que pueda dejarte a cargo- ella lo interrumpió levantando la voz
- pero como se supone que me haré cargo de tus empresas si el personal no me respeta?- el hombre volvió a mirarla
- haz que venga ese hombre que dices, si de verdad te faltó el respeto entonces hasta hoy trabaja aquí, tu te encargaras de despedirlo-
La chica salió de la oficina, se acercó a la secretaria y le dijo
- Carmen, dígale al señor que está allá que venga a la oficina de mi padre- señaló a Juan Pablo con el dedo, este estaba distraído mirando su celular, la secretaria miró al hombre y al descubrir quien era le respondió a la chica angustiada
me está hablando de Juan Pablo? Pasó algo con el?
- acaso te importa? Limitate a cumplir con lo que te digo y punto!- le gritó ofuscada, se dió la vuelta y entró a la oficina, la secretaria, Carmen al verla cerrar la puerta llamo a Carlos Alberto
-Juan Pablo, por favor acércate - el con una sonrisa en los labios se le acercó
-que pasa?- Carmen le dijo al tenerlo muy cerca hablándole muy bajito
- hermano por favor dime qué pasó con esa mujer?
-cual mujer?
- la hija del jefe, te dije que si querías trabajar aquí debías comportarte, esa jovencita es la hija del jefe
- pero que pasó?
- entró muy molesta y ahora el jefe quiere verte, que fue lo que pasó?
- ay esa mujer! Yo no le hice nada, me comporté como un caballero, es una chiquilla caprichosa y no estoy dispuesto a aguantar esas cosas, mi trabajo aquí no es limpiarle los zapatos a esa tonta! no voy a permitir...- Carmen lo interrumpió levantando levemente la voz molesta
- tu vas a entrar y te vas a disculpar! lo que sea que hayas hecho, sabes que necesitamos el empleo, la enfermedad de mamá es muy costosa y si nos quedamos sin empleo vamos a estar peor, no podremos pagar los remedios del tratamiento ni pagarle a Nanci para que la cuide, así que entra a esa oficina y resuelve esto de la mejor manera- Juan Pablo, recordó a su madre senil en casa, entonces respiró profundo y decidió ir a la oficina.
Después de algunos segundos después de tocar la puerta, recibió la orden del jefe que entrara, pasó quedando de pie con la espalda hacia la puerta
- señor, me llamaba?- el jefe se levantó de su asiento y se colocó al lado de su hija, muy extrañado le preguntó, pensando que era un error
- Charlotte, hija es este el hombre que me mencionaste?- ella le contestó segura
- si, es este el falta de respeto - el padre la miró aún más confundido
- estás segura? Pero ... Esto no puede ser! Juan Pablo a pesar de tener poco tiempo trabajando en esta empresa ha demostrado buen comportamiento, además es uno de mis mejores empleados!
- bueno quizás es que delante de ti se hace el bueno- Arsenio le habló a el empleado
Juan Pablo, mi hija dice que le faltaste el respeto
- señor jamás lo haría con nadie, pero si a ella le pareció que lo hice entonces mil disculpas señorita- la mujer volteo al otro lado altanera, mientras que el padre le dijo
señor Juan Pablo, me explica por favor lo que pasó-Juan Pablo hizo una corta pausa y después de mirar la actitud de ella, soltó el aire y comenzó a hablar
- señor no es mi intención hacer molestar a la señorita, cuando ella llegó yo estaba ocupado con los reportes que se me asignaron para hoy mismo, estaba tan concentrado en eso, ya que me gusta hacer todo bien, y no me percaté cuando ella llegó, además no creo que mi saludo sea tan importante para la señorita, y no quise distraerme- el jefe lo interrumpió - ella dice que usted la maltrato al agarrar su mano, Carlos Alberto continuo explicando
- señor al parecer la señorita se ofendió y tomó mi actitud como un desagravio, pero le prometo no volverá a pasar, el padre se levantó de su silla y con voz de superioridad le dijo
-le voy a agradecer que comprenda cuál es su lugar! Mi hija es la heredera de todo lo que a usted le rodea en esta empresa! Ella es su jefa y le debe respeto!- el rostro de Juan Pablo se tornó rojo, mientras sus manos empuñadas contenían toda la rabia y prepotencia que sentía, ahogando aquella rabia le dijo bajando la voz
- lo siento señor, no volverá a pasar se lo aseguro- su cuerpo temblaba por no poder decir todo aquello que tenía en la mente, por un momento imagino que la agarraba por el cuello y la axficiaba, pero las palabras del señor lo hizo regresar a la realidad
- puede retirarse, y no lo olvide está señorita es su jefa- estás palabras quedaron retumbando en la mente de aquel, odiandola enormemente, alzó la mirada descubriendo la sonrisa retorcida y la mirada de fiera de aquella altanera mujer, entonces, lanzandole una mirada de fuego salió de la oficina.
Ella se quedó sin respiración al ver aquella mirada que por primera vez en su vida le había dado temor, el padre le habló
tranquila?- ella se acercó a el abrazándolo
- aunque no lo botaste como un perro, estoy satisfecha, a esa gente hay que recordarles lo que son- el padre se volvió a sentar mientras le decía
-Chsrlotte quiero que mires estos papeles y revises algunos detalles, de algo debe servir todo el dinero que se te invirtió en educación en el exterior. La mujer le contestó mostrando fastidio
- papito hoy no, con esto que pasó prefiero ir al club a tratar de relajarme, ella salió de aquella oficina, el hombre giró su cabeza en negación, volviendo de nuevo a los libros que estaban frente a el.
Juan Pablo desahogó su rabia dándole un puñetazo al escritorio de su hermana, soltando con molestia, mientras mantenía la mirada enardecida
- maldita niñita caprichosa! - Carmen asustada le dijo
- que paso?
-esa mujer que no deja de fastidiarme- la hermana le dio una palmada y le dijo
- recuerda que no debemos darnos el lujo de perder el trabajo y aquí es la única parte que pagan más, por eso debes terminar pronto tus estudios de Administración y dirección de empresas, para que no tengas que aguantar estás cosas- Un Juan Pablo indignado y herido salió de la vista de la hermana sin decir nada
La noche engalanada con millones de estrellas y una luna creciente adornaban la pista de la próxima carrera, llegó Charlotte escoltada por un grupo de amigas y amigos, chicos de la misma edad de ella, todos envueltos en el lujo y el beneficio de ser hijos de padres millonarios a quienes se les cumplían sus caprichos fríos y vacíos, llenos de dinero pero falta de amor.
Vanesa, la amiga más cercana de Charlotte, una chica delgada de ojos verdes y piel bronceada, ese día llevaba una minifalda de mezclilla, botas blancas y un top del mismo material de la falda, su cabello castaño lo llevaba recogido en una coleta, se acercó a la otra y le dijo entre el bullicio de música y el ruido de los motores de los autos de carrera.
viste a Steven? No te ha quitado la mirada desde que llegamos
ese tonto cree que yo voy a caer rendida a sus pies como las demás, aunque ya lo he dejado en ridículo varias veces, la verdad no me interesa- le contestó Charlotte con su mirada desafiante mientras dirigía sus ojos al chico de cabellos castaños que la miraba sonriendo, Vanesa soltó una carcajada mientras le daba el trago de tequila caro
no creo que se quede con las ganas, ese va hacer lo que sea para estar contigo amiga
recuerda que no soy cualquiera, y que de mi larga lista de hombres ninguno ha podido dominarme- Charlotte tomó la pequeña copa y bebió todo el contenido, se colocó un casco rosado y se subió en su Ferrari de carreras, Vanesa se asomó por la ventana del copiloto desde afuera y le dijo animandola -está noche es tuya Charlotte, las apuestas dan como ganador a Steven
hoy lo vuelvo trizas, hoy se va a enterar que Amaranta del Rio no pierde en nada-
Las lenguas de fuego subían hasta el cielo, los gritos de los chicos eufóricos invadian aquella pista improvisada, Steven subió a su auto y se colocó en la pista al lado del auto de Amaranta, unos gritaban el nombre de la chica mientras que los demás el de su contenedor.
La carrera comenzó a la señal de la mujer que bajaba las banderillas que llevaba en ambas manos.
Charlotte puso toda la velocidad de su auto, manteniendo su mirada gris en la carretera, iba haciendo los cambios bien sincronizados, apretaba el pedal con toda su fuerza, mientras miraba desde el retrovisor a su contendiente acercarse a su lado y luego tomar la delantera en una de las curvas, miró al otro quien se burlaba de ella desde el otro auto
nerviosa mi vida?- ella le contestó
crees que soy tan fácil? Está y las demás te demostraré quien manda- apretó más el pedal y aprovecho el descuido de Steven retomando la delantera, pasaron otra curva y ella continuaba de primera, volvió a ver como el auto de Steven la sobrepasaba ya casi llegando a la meta, aceleraba para poder alcanzarlo mientras decía en voz alta dándose animo
vamos Charlotte tu puedes! Hasta aquí te llegó tu jueguito pobre tonto- aceleró tanto que cuando ya casi Steven tocaba la meta, ella lo sobrepasó y llegó de primera. Los gritos de los jóvenes efusivos le hicieron sentir una emociónante sensación de ganadora, al parar el auto lo vio llegar con cara de decepción y le dijo con burla-
te das cuenta, con Charlotte del Rio nadie puede- este le mostró el dedo medio haciéndole una grosería, ella se bajó del auto donde la esperaban sus amigos, la cargaron como la ganadora que era.
Al cabo de un rato se habían ido a uno de esos clubes nocturnos, la piscina llena de mujeres y hombres que no pasaban de los veinticinco tomando licor y besandose como si el mundo se fuera a acabar.
Vanesa estaba junto a ella bailando mientras tenía el trago en la mano
una vez más ganaste la carrera! Mira quien viene por la revancha, Mau de la oz
Amaranta sonrió con picardia mientras lo veía acercarse y le dijo a la amiga
está noche es mia!- el joven moreno de cabellos castaño oscuro se acercó a las dos chicas, levantó la voz por el sonido de la música y le dió un beso en la mejilla a Vanesa diciendo
pero que sorpresa! Conseguirme nada más y nada menos que a la siempre ganadora, Charlotte del Rio- se dirigió hacia la chica y la saludó con un beso en la mejilla, aunque más intenso que el que le dió a Vanesa, le tomó la mano y continúo hablando
hoy te luciste, eres la mejor!
siempre lo he sido, acaso te quedaba dudas de eso?
por supuesto que no mi reina!
Mauricio de la Hoz, joven empedernido y locuaz, Charlotte no era agena a sus pretensiones de que fueran pareja, cosa que a ella le agradaba.
En un cerrar y abrir de ojos la madrugada comenzó a caer y Charlotte en su auto junto a Mau compartían la desenfrenada pasión
oh! Charlotte eres divina! Quiero hacértelo aqui mismo- la muchacha no escuchaba lo que el le susurraba al oído, lo besaba por el cuello, montándose sobre el, mientras el desabrochaba su blusa probando el nectar de sus pezones, pero el encanto terminó cuando el teléfono de el sonó, Charlotte se sentó en el otro asiento mostrándose arrepentida y le dijo
- aquí no- Mau se abrochó el cinturón acomodándose el pantalón, mientras la veía colocarse la blusa le dijo
-voy a buscar mi auto y te vienes conmigo, hoy te voy a demostrar que es lo que de verdad se siente con un hombre- Charlotte mordió su labio inferior y le dijo
- te espero- Mau bajó del auto acomodandose, mientras que ella al verlo desaparecer entre el grupo de jóvenes, prendió su auto y se marchó a toda velocidad riéndose a carcajadas, sacando la cabeza por la ventanilla diciéndole
- Mauricio de la Oz! La tienes chiquita! No eres mi tipo!- Mau volteo al ver el auto desender y solo atino a decirle molesto y caliente
-Charlotte ! Eres una desgraciada!
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