Catene Di Marmo
Capítulo 1
Ataleo Salvini (B)
Ha...ha *corriendo asustado*
Ataleo Salvini (B)
(Tengo que salir de aquí)
Narra Ataleo
Estoy corriendo por mi vida. No sé en qué momento acepté venir a la casa de Constante. Todo iba bien... hasta que se fue al carajo. Vine solo a pasar un rato con mis amigos, Constante y Pietro, y después tenía una cita con un Alfa que había conocido. Pero ahora, en lugar de estar riendo o preparándome para salir, estoy huyendo. Los guardias de la familia Stigliano me están persiguiendo, y no tengo ni idea de por qué.
Guardias
DETÉNGANLO *corriendo detrás de él*
Ataleo Salvini (B)
DÉJENME EN PAZ, POR UN CARAJO, NO HICE NADA MALO *desesperado*
Ataleo Salvini (B)
*ve la puerta principal*
Ataleo Salvini (B)
(Ya casi)
Ataleo Salvini (B)
*sale por la puerta principal*
Ataleo Salvini (B)
*choca con alguien, y cae al suelo*
Constante Stigliano (E.D)
Cariño, ¿vas a algún lado? *sonrie mientras apaga su cigarro*
Ataleo Salvini (B)
Maldición Constante *gruñe molesto*
N/Ataleo
Constante Stigliano, futuro don de la mafia italiana, enigma dominante y mi mejor amigo.
Ataleo Salvini (B)
*se levanta*
Guardias
*se detienen atrás del beta*
Ataleo Salvini (B)
Tengo que irme, puedes por favor decirle a tus empleados que me dejen de perseguir *serio*
Constante Stigliano (E.D)
¿Ir? ¿A dónde cariño?
Constante Stigliano (E.D)
*frunce el ceño*
Ataleo Salvini (B)
Constante, no estoy jugando *molesto*
Ataleo Salvini (B)
Tengo cosas que hacer, déjame ir
Pietro Castello (D.D)
Constante tenemos que irnos, tu padre solicita nuestra presencia en la sede *serio*
Constante Stigliano (E.D)
Bien
Constante Stigliano (E.D)
Llevenlo de regreso a la casa *toma el brazo de Ataleo*
Ataleo Salvini (B)
SUÉLTAME *enojado*
Ataleo Salvini (B)
PIETRO, HAZ ALGO *grita*
Ataleo Salvini (B)
Constante se volvió loco *mirada suplicante al enigma*
Pietro Castello (D.D)
Lo siento Ataleo, estás por tu cuenta *se encoge de hombros*
Constante Stigliano (E.D)
CÁLLATE *aprieta su agarre*
Ataleo Salvini (B)
Mgh *se muerde los labios*
Ataleo Salvini (B)
Déjame, me lastimas *forcejea*
Constante Stigliano (E.D)
Tú no me vas a dejar *lo mira*
Ataleo Salvini (B)
*ojos llorosos/confundido*
Ataleo Salvini (B)
C-Claro que no te dejaré *lo mira*
Ataleo Salvini (B)
Somos amigos...
Constante Stigliano (E.D)
Pero yo no te quiero como amigo *afloja su agarre*
Ataleo Salvini (B)
Constante *leve susurro*
N/Ataleo
Él y yo pertenecíamos a mundos completamente diferentes. No había forma de que lo nuestro pudiera funcionar. Aunque en algún momento llegué a sentir algo por Constante, me aseguré de enterrar esos sentimientos en lo más profundo de mi corazón, donde no pudieran alcanzarme... ni alcanzarlo a él.
Ataleo Salvini (B)
*mirada suave*
Ataleo Salvini (B)
No podemos estar juntos... yo solo te veo como amigo
Ataleo Salvini (B)
Lo nuestro es imposible, tú eres un poderoso enigma, y yo solo soy un simple Beta
Ataleo Salvini (B)
Pronto te convertirás en la persona más poderosa de Italia, necesitas de alguien que pueda estar a tu lado como tu igual, alguien que pueda darte descendencia
Ataleo Salvini (B)
Y ese no soy yo
Ataleo Salvini (B)
*baja la cabeza*
Pietro Castello (D.D)
Constante tenemos que irnos *interrumpe la situación*
Constante Stigliano (E.D)
Tks *jala a Ataleo del brazo y lo sube al deportivo*
Ataleo Salvini (B)
¡Espera!
Constante Stigliano (E.D)
*se sube en el asiento de piloto*
Ataleo Salvini (B)
¿A dónde vamos? *se enderaza*
Ataleo Salvini (B)
*se intenta bajar del auto*
Constante Stigliano (E.D)
Ni se te ocurra *amenaza*
Constante Stigliano (E.D)
*prende el auto y arranca*
N/Ataleo
El resto del camino transcurrió en un silencio denso. Nadie se atrevía a decir una sola palabra. Constante no lo expresó en voz alta, pero estaba claro que estaba furioso. Se le notaba en el ceño fruncido, en la rigidez de su mandíbula, en las venas tensas que se marcaban en su cuello como cuerdas a punto de romperse.
Constante Stigliano (E.D)
(Solo amigos...) *frunce el ceño/aprieta el volante*
Constante Stigliano (E.D)
(Tú eres mío... Solo mío...)
N/Constante
Eres solo mío, Ataleo. Aunque no quieras estar conmigo, no vas a tener otra opción. Te quedarás a mi lado… incluso si tengo que obligarte a hacerlo.
Capítulo 2
N/Ataleo
Llevábamos más de dos horas dentro del auto, atrapados en un silencio que se volvía cada vez más pesado, casi insoportable. El paisaje urbano había quedado atrás hacía rato, y ahora los árboles nos rodeaban como si se cerraran sobre nosotros. Tras otros quince minutos de camino por el bosque, aparecieron ante nosotros varios escoltas armados custodiando una entrada de hierro forjado. Al fondo, imponente y silenciosa, se alzaba una mansión que parecía observarnos desde las sombras.
Constante Stigliano (E.D)
*se detiene frente a ella y baja del auto*
Constante Stigliano (E.D)
Baja *serio abre la puerta del copiloto*
Ataleo Salvini (B)
*baja del auto*
Ataleo Salvini (B)
Constante ¿porqué me trajiste aquí?
Ataleo Salvini (B)
¿Dónde estamos?
Ataleo Salvini (B)
*mira los alrededores*
???
Hijo *llega sonriente y abraza al Enigma*
Ataleo Salvini (B)
*atrás de él viendo todo*
Constante Stigliano (E.D)
Hola madre *serio*
???
Cassiano, dale espacio al niño *llega*
Cassiano D'Stigliano (S.D)
No seas aguafiestas Laurentino, solo estoy abrazando a mi bebé *se separa del abrazo*
Laurentino Stigliano (E. D)
*toma de la cintura al Sigma y lo atrae hacia él*
Cassiano D'Stigliano (S.D)
¿Quién es el joven que te acompaña? *mira al Beta*
Constante Stigliano (E.D)
¿Él? *voltea a ver a Ataleo y lo toma de la cintura atrayéndolo a él*
Ataleo Salvini (B)
*sorprendido sin saber que hacer*
Constante Stigliano (E.D)
Es mi futuro esposo *sonrie mirando a sus padres*
Ataleo Salvini (B)
Eso no es cierto *se separa de Constante*
Ataleo Salvini (B)
Buena tardes señores, me presento soy Ataleo Salvini, amigo de su hijo *leve reverencia*
Constante Stigliano (E.D)
Tks *molesto*
Constante Stigliano (E.D)
(Tú eres mío Ataleo, así digas lo contrario) *lo mira*
La mirada de Constante lo decía todo, amor, obsesión... pero, sobre todo, ese brillo inconfundible. Sus ojos resplandecían con la codicia inocente y cruel de un niño encaprichado, como si frente a él hubiera un nuevo juguete que anhelaba poseer
Un largo silencio se instaló entre los presentes, tan denso e incómodo que parecía sofocar el aire mismo
Cassiano D'Stigliano (S.D)
*nota la mirada de su hijo*
Cassiano D'Stigliano (S.D)
Es un gusto conocerte Ataleo *sonrie* Muchas gracias por cuidar de mi hijo
Ataleo Salvini (B)
Al contrario, no me agradezca, para mí es un honor tener a un amigo como Constante
Laurentino Stigliano (E. D)
¿Por qué lo trajiste? *serio mira a su hijo*
Constante Stigliano (E.D)
Por qué quise *seco*
Ataleo Salvini (B)
No sé preocupen por mi, yo me puedo retirar sin ningún inconveniente *mira a Laurentino*
Constante Stigliano (E.D)
Cállate, tu no te vas a ir de aquí *lo mira*
Pietro Castello (D.D)
Tía *llega haciendo puchero*
Pietro Castello (D.D)
Constante me abandonó
Cassiano D'Stigliano (S.D)
Pietro *sonrie*
Cassiano D'Stigliano (S.D)
Mi niño
Laurentino Stigliano (E. D)
No tenemos tiempo para esto, entremos, tenemos una reunión importante *serio*
Pietro Castello (D.D)
Si señor *se reincorpora*
Cassiano D'Stigliano (S.D)
Ven Ataleo tomemos el té mientras platicamos un poco más *se acerca y toma al beta de su mano*
Laurentino Stigliano (E. D)
Cassiano *lo mira severamente*
Laurentino Stigliano (E. D)
No intentes nada *advierte*
Cassiano D'Stigliano (S.D)
Aunque lo hiciera, no puedo escapar de ti *se descubre su cuello mostrando su marca*
Cassiano D’Stigliano, actual dama de la mafia italiana, pareja de Laurentino y madre de Constante. No pasaba un solo día sin cubrir la marca en su cuello con una fina pañoleta, como si el gesto pudiera borrar el pasado. No había jornada en la que no maldijera el instante en que conoció a Laurentino, y aún menos una noche en la que no se odiara por haberse enamorado de un monstruo... su monstruo.
Capítulo 3
Ataleo y Cassiano permanecían en la sala de aquella "pequeña" mansión, que no era más que una fachada cuidadosamente construida para ocultar la verdadera sede de la mafia. Constante, Pietro y Laurentino ya se habían retirado, desapareciendo tras la puerta que conducía al sótano.
Cassiano D'Stigliano (S.D)
Y dime cariño ¿amas a mi hijo?
Cassiano D'Stigliano (S.D)
*lo mira*
Ataleo Salvini (B)
No señor *sincero*
Ataleo Salvini (B)
Lo admito llegué a estar enamorado de él, pero me encargué de enterrar esos sentimientos en lo más profundo de mi corazón hasta que finalmente desaparecieron por completo
Cassiano D'Stigliano (S.D)
(Yo no creo que eso sea así)
Cassiano D'Stigliano (S.D)
Sabes mi hijo tiene la misma mirada de mi esposo *toma una galleta*
Ataleo Salvini (B)
¿La misma mirada? *confundido*
Ataleo Salvini (B)
(El señor Laurentino tiene una mirada muy diferente a la de Constante)
Cassiano D'Stigliano (S.D)
Si, la mirada de un cazador observando a su presa
Cassiano D'Stigliano (S.D)
Y tú Ataleo, eres la presa de mi hijo
Ataleo Salvini (B)
*traga saliva*
Ataleo Salvini (B)
*mira la taza de té en sus manos*
N/Ataleo
¿Yo...? ¿De verdad le gusto a Constante?
Cuesta creer que alguien como él... pudiera fijarse en alguien como yo.
Cassiano D'Stigliano (S.D)
Sabes, está mansión es solo la fachada de la verdadera sede
Cassiano D'Stigliano (S.D)
Pero para mí, es una cárcel...
Cassiano D'Stigliano (S.D)
Cómo te diste cuenta la sede está internada en los profundo del bosque...
Ataleo Salvini (B)
¿Nunca ha intentado escapar de su lado? *pregunta mirando a Cassiano*
Cassiano D'Stigliano (S.D)
Lo amo... pero a veces su amor es tan asfixiante
Cassiano D'Stigliano (S.D)
Y hay veces en que necesito un tiempo para mí *suspira*
Cassiano D'Stigliano (S.D)
Pero no me deja salir, si no está él a mi lado y cuando me escapó me trae acá, hasta que su enojo pase
Ataleo Salvini (B)
*lo mira con lastima*
Cassiano D'Stigliano (S.D)
No me mires así... Yo amo mucho al padre de Constante, pero creo que como toda pareja a veces tenemos problemas
Ataleo Salvini (B)
(Yo no creo que las demás parejas tengan ese tipo de problemas)
Ataleo Salvini (B)
*mira su celular*
Ataleo Salvini (B)
(Ya es muy tarde)
Ataleo Salvini (B)
Señor... tengo que irme, tengo toque de queda en mi casa a las 9:00 *preocupado*
Cassiano D'Stigliano (S.D)
Le pediré a uno de los escoltas que te lleve a tu casa, mi hijo se va a tardar en la reunión
Ataleo Salvini (B)
Muchas gracias *agradecido*
Cassiano D'Stigliano (S.D)
Al contrario, muchas gracias a ti, por hacerme un poco de compañía *se levanta*
Cassiano condujo a Ataleo hasta la entrada principal de la mansión, donde le pidió a uno de los escoltas que lo llevara de regreso a su casa.
Cassiano D'Stigliano (S.D)
Vuelve a visitarme *sonrie*.
Ataleo Salvini (B)
Si, es una promesa *sonriente*
Ataleo Salvini (B)
*se sube al auto*
N/Ataleo
Me entristece un poco el señor Cassiano. Tan noble, tan gentil… y aun así atrapado en una vida que no parece suya. Supongo que el amor tiene formas extrañas de encadenarnos.
Después de todo, cada quien carga con su historia… y con sus propios demonios.
Guardias
¿Es aquí joven? *se detiene frente a una casa*
Ataleo Salvini (B)
Si, muchas gracias *sonrie y se baja del carro*
Ataleo Salvini (B)
Maneje con cuidado *cierra la puerta*
Guardias
*arranca el auto y se va*
Ataleo Salvini (B)
*parado mirando al horizonte con una sonrisa mientras ve el carro desaparecer*
Ataleo Salvini (B)
*suspira y empieza a caminar en dirección a la parada*
N/Ataleo
Mentiras… y más mentiras. Mi vida estaba hecha de ellas. Nadie conocía mi casa, y Constante jamás había puesto un pie en ella… me aseguré de que nunca lo hiciera.
Ataleo Salvini (B)
*en la parada esperando el bus*
Ataleo Salvini (B)
*mira su celular*
Ataleo Salvini (B)
(Maldición) *preocupado*
Ataleo Salvini (B)
Genial... esto no podía ir mejor
Después de un tiempo, Ataleo tomó el autobús de regreso a casa. El trayecto fue largo, su hogar quedaba en el extremo opuesto de donde lo habían dejado. Iba incomunicado, pero con la certeza de lo que le aguardaba al llegar.
Ataleo Salvini (B)
*mira la colonia*
Ataleo Salvini (B)
Hogar dulce hogar *camina adentrándose más a la colonia*
N/Ataleo
A veces me pregunto qué tan diferente habría sido todo si hubiera nacido en otro lugar. No pasa un solo día sin que odie este rincón del mundo, esta familia estancada, sin sueños ni rumbo. Aquí, vivir es pelear. Cada día, una guerra silenciosa que nadie parece querer ganar.
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