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La Reencarnación De La Duquesa

Inicio.

Me convertí en la Villana de una historia mal contada. Desde mi nacimiento fui elegida para casarme con el Conde.

Mi padre era un sumo Sacerdote del pueblo, un hombre sumamente respetado por todos, y el cual solo tuvo dos hijas.

..."Isabela y yo"...

Éramos hermanas gemelas, por así decirlo.Ya que compartimos el mismo vientre por nueve meses. Sin embargo, nuestros rasgos físicos eran totalmente diferentes.

Isabela nació con el cabello rubio como el Oro, su piel era blanca como la nieve y los rasgos de su rostro eran finos, como un diamante.

Mientas que yo era totalmente diferente. Mi cabello era rojo, como la sangre, mis piel era blanca y mis rasgos eran finos y definidos. Desde mi nacimiento me consideraron un Jade único en todo el mundo.

Se decía que mi cabello era rojo por el poder que los dioses han puesto en mí. Que era la elegida y que nadie podría quitarme ese poder.

A mi nacimiento, los más ancianos de la cuidad se reunieron, despidiendo a mi madre que murió a dar a luz.

Ese mismo día, mi padre, se casó con la sirvienta de mi madre, convirtiéndola automáticamente en nuestra madrastra.

Una mujer sumamente malvada. Por suerte, nunca pudo ser madre, su vientre estaba seco, seco como su alma.

Nunca pudo quedar embarazada, hizo miles de rituales para poder embarazarse y jamás logró hacerlo.

Por esa razón nos odio, ya que si hubiera podido darle un varón a mi padre, nosotras hubiéramos pasado a segundo plano.

Isabela y yo nacimos el mismo día, bajo una gran tormenta que azotó el pueblo, fuimos consideradas la bendición del pueblo.

Ya que llevaba 40 años sin llover tanto. Las tierras se volvieron infértiles. Durante 40 años esperaron a que nacieran las hijas descendientes del único sacerdote hechicero de sangre oscura.

Se les llamaba así por su vestimenta negra. Cada sacerdote estaba obligado a tener un hijo varón. Fuera con su esposa o concubina.

Lamentablemente, mi padre nunca pudo tener ni un solo hijo varón. Después de que Isabela y yo hiciéramos, él quedó estéril.

Podría escucharse imposible, pero, con la muerte de mi madre, su destino cambio. Los ancianos dijieron que yo era la elegida. Mi padre me vistió de rojo y me llevó al Palacio.

La Condesa al verme quedó encantada. Era la esposa perfecta para su hijo Bruno.

Los primeros años de mi vida, viví en el palacio del Conde, fui educada para convertirme en la futura condesa.

En el preciso momento de entrar al Palacio, dejé de tener liberta y convertirme en la futura esposa del Conde.

Mis obligaciones empezaron desde el primer momento en que mi padre piso el Palacio y me dejó ahí.

Durante 12 años viví rodeada de sirvientes que me servían todo el tiempo, mi única obligación era aprender.

Al cumplir los doce años fui enviada a mi casa. Para recibir la bendición de mi padre. Como era la tradición, yo debería pasar dos días en el pueblo, vivir con humildad con los demás y ver como viven sin tanto lujo.

Al llegar por primera vez a la casa de mi padre, fui recibida por él y Carlota. Isabela se encontraba trabajando como sirvienta de una mujer rica y a llegada al Palacio.

_____ Hija, los dioses te han bendecido. Pronto te convertirás en la Condesa. Todos bajarán la mirada ante ti.

Fueron las primeras palabras que dijo mi padre al verme.

Hice una leve reverencia delante de él. No solo era mi padre, sino el sumo Sacerdote de la ciudad, el último que quedaba.

_____ Acercate a mí, quiero abrazarte.

Por primera vez desde mi nacimiento, mi padre me volvería abrazar. Lentamente me fui acercando a él, en el momento en que me abrazó, sentí algo tan bonito.

Abrí mis brazos y lo abracé de igualmente, fue un abrazo tan diferente a los que me habían dado antes.

_____ Ven, hemos preparado el mejor banquete para usted, su majestad.

Carlota intentó tomarme de la mano, pero, sentía sus malas vibras, esquivé su mano y dije.

______ Al no ser mi madre no puede tocar a una Condesa. Mantente alejada de mí.

La expresión en el rostro de Carlota cambio por completo. La sonrisa que llevaba entre sus labios se borró.

Avergonzada, recoge su mano y bajó la mirada. Pasé a un lado suyo y caminé hasta el comedor.

Era pequeño a comparación del comedor del palacio. Unas cuantas sillas al rededor de la mesa y un poco de fruta fresca en el centro.

El sirviente de mi padre recorre la silla para que pueda sentarme. Lo hago con suma elegancia, cada movimiento era pensado antes de hacerlo.

______ Te han entrenado bien. Que ni siquiera has preguntado por tu hermana.

El comentario de Carlota, hizo que se sintiera una tensión en el comedor. Forcé una leve sonrisa y dije.

______ Isabela debe estar bien. En un par de meses, mi padre debe buscarle un marido rico.

Mi padre inclinó la cabeza, sosteniendo el tenedor en sus manos con fuerza.

_____ Cambiemos de tema. ___ Ordenó.

Comimos en silencio, al terminar los alimentos, mi padre me acompaño a dar un recorrido por las calles del pueblo.

Durante mi recorrido, miré todo tipo de personas. Nadie sabía que yo era la futura Condesa, mi padre me obligó a cubrirme el cabello y a usar un vestido sencillo.

Caminamos por mucho tiempo, hasta que vi a un niño tropezar conmigo, el niño cayó y su madre se acerca a recogerlo.

_____ Cariño, ¿estás bien?

____ Sí, mamá. Ella lo hizo a propósito.

El niño me acusó de algo que no hice, eso me hizo enojar, nadie podía acusar a la futura Condesa injustamente.

Estaba por levantar mi mano y darle una lección a esa mujer, cuando mi hermana de la nada aparece.

_____ Señora, Camilla, fue mi error. No debí dejar solo a su hijo.

_____ ¡Cállate, estúpida, por tu culpa mi hijo fue lastimado!

La mujer levantó su mano con toda la intención de golpear a Isabela. Antes de que lo hiciera le agarré su mano con fuerza.

Volviendo

La mujer voltea a verme. Su mirada parecía arrojar fuego, como si en cualquier momento me fuera a matar.

Nunca nadie la había tratado así. Al considerarse una mujer cercana a la realeza, estaba acostumbrada a que todos bajen sus cabezas ante ella.

Para los ojos de los demás, ella era intocable, menos para la futura condesa. Una palabra de mis labios y le cortarían la cabeza al igual que a toda su familia.

_____ ¡Mocosa estúpida! ¿Cómo te atreves a detener mi mano?

Mi cabello rojo quedó expuesto ante los ojos de la mujer y mi hermana Isabela.

____ Elizabeth, ¿eres tú?

Sentí como el cuerpo de la mujer se puso tenso. Su rostro se volvió pálido, delante de ella no tenía a cualquier otra niña.

Era la elegida, la futura Condesa, la mujer con más poder en la ciudad. Se acercó mi padre y me tomó de la mano.

______ Es suficiente; Elizabeth. Deja que la señora se vaya con su hijo.

_____ Isabela, ven a mi lado.

Hice lo que mi padre me pide y suelto la mano de la mujer, sin antes advertirle.

______ Qué sea la primera y la última vez que intentas ponerle una mano encima a mi hermana.

_____ No tendré compasión contigo, mujer.

La mujer inclinó la cabeza y sale corriendo con su hijo en brazos.

_____ Su majestad. _____ Isabela hace una pequeña reverencia delante de mí.

_______ No es necesario tanta formalidad, somos hermanas, ¿No?

_____ Aunque seamos hermanas, usted siempre estará por encima de mí. ___ Contestó Isabela.

_____ Volvamos a casa. No tarda en llover.

Mi padre nos lleva de nuevo a casa. Al entrar, Carlota nos tiene los alimentos preparados.

______ Los alimentos están preparados. Por favor, su majestad, Sumo sacerdote, y señorita Isabela, pasen al Comedor. ___ Nos dijo Carlota.

Después de la cena, Isabela se ofreció a llevarme a mis aposentos. Antes de irme, dije.

______ Vine a pasar la noche con ustedes. Mañana será mi boda con el Conde. Debo volver al Palacio antes de la amanecer.

El Conde Samuel había muerto de una extraña enfermado, así que era momento de que Bruno, su hijo primogénito y futuro Conde de la Ciudad.

Al ser la elegida, me casaría con él, le daría todos los hijos que desea y me convertiré en la mujer más importante de la ciudad. Todos inclinan su cabeza ante mí.

Nadie dijo nada, solo mantuvieron la cabeza inclinada hasta que subí las escaleras. Isabela, me acompañó.

Era la primera vez en mi vida que veía a Isabela. Siempre tuvimos un vinculo muy fuerte, aunque no estuvimos juntas creí que nos queríamos como hermanas

Al llegar a la habitación, Isabel me mostró cada rincón. Era bonita. Nada era comparada con lo que estaba acostumbrada.

____ ¿Te gusta, Elizabeth?

_____ Es bonita. ___ Contesté sin darle mucha importancia, solo sería una noche.

_____ Ven, toma asiento. Me gustaría saber como es el Palacio por dentro.

Isabela y yo conversamos por un largo rato. Isabel me ofreció una bebida de hierbas. Necesitaba relajarme y dormir bien. Mañana sería mi boda y por fin me convertiría en la Condesa.

No recuerdo que pasó después de ver bebido ese té. Al despertar, me encuentro rodeada de toda mi familia.

______ ¡¿Cómo pudiste hacerlo?! ____ Gritó Carlota, histérica.

_______ ¡Has deshonrado a la Familia! ___ Agregó mi padre furioso.

Carlota me da una bofetada hasta abrirme el labio inferior. Fui enjuiciada y llevada a corte por los ancianos todo sucedió tan rápido.

Los cuales me condenaron por algo que no hice. Fui la deshonra de mi familia y la aberración de mis ancestros.

Los más ancianos de la región me expulsaron sin piedad, me ha humillado y casi me matan a golpes.

_____ ¡Vete del pueblo y de la ciudad entera! ¡Has muerto para nosotros! ¡Desde ahora rompemos todo vínculo que nos una a ti!

Esas fueron las duras palabras de mi padre. Hasta ese momento no entendía que fe lo que hice mal para merecer tanta crueldad.

_____ ¿Estás seguro de lo que dices, padre? Romper lazos conmigo significa.

Antes de que pudiera decir algo más, otra bofetada cae en mi rostro.

______ Je, je, je...

______ En serio, ¿crees que te vas a casar con Bruno después de lo que hiciste? _____ Gritó Carlota con burla en sus palabras.

_____ No entiendo que pasa ___ Dije entre lágrimas.

______ ¿En verdad no sabes qué pasa? ¡Nos quieres ver la cara de tontos!

______ Deshonraste la familia acostándote con otro nombre que no era el Conde.

Al escuchar las palabras de mi hermana, mi cuerpo quedo congelado al instante. Ya no era Virgen. ¡Ya no era Virgen!

Mi honra estaba por los suelos, no podía ni ver a mi padre a los ojos. ¿Cómo podría ser posible?

_____ Perdiste, hermanita. ___ Escuché el susurro de burla de Isabela.

_______ ¡Maldita, tú fuiste la que me metió a la cama con ese hombre! ¡Por eso me dio ese té con hierbas!

Me le arrojé encima queriendo lastimarla, sin embargo, mi padre junto a otros dos hombres me separan de mi hermana.

Culpaba a Isabela de la trampa en la que he caído.

_____ No sé de que hablas, Elizabeth... ___ Isabela fingió no saber nada y rompió en llanto.

________ ¡Aún te atreves a acusar a tu hermana! ¡Saquen a esta basura de aquí! ¡No quiero volver a verla!

_____ ¡Sal de aquí!

Mi padre me tomó del brazo y me sacó a la fuerza de la casa.

Fui sacada como una ramera de mi propio casa, entre suplicas y lágrimas.

Se abrieron las puertas de la ciudad y me arrojaron al barro. Como la peor de las mujeres.

Al día siguiente, la boda de Isabela y Bruno se llevó a cabo por lo más alto. Se escuchaba la música a lo lejos.

Mi hermana gemela se casó con Bruno, el hombre que por 12 años había sido escogido para mí.

Yo fui arrojada al vacío sin ninguna piedad. Con la deshonra cargando en mis hombros. Ningún hombre me volvería a ver con ojos de amor.

Estaba manchada de por vida. 5 años después de ser exiliada de mi palacio, vuelvo, pero, no como la traidora repudiada, sino como la esposa del Duque.

El hombre más importante y poderoso de las siete regiones.

Me convertí en la Duquesa de Dinamarca. La mujer con más poder del mundo, muy por debajo de la Reina.

En la entrada

El carruaje donde viajaba el Duque y yo se detuvo frente a las puertas de la gran Ciudad.

Grandes murallas fueron construidas en los últimos 5 años. Poco quedaba de la antigua ciudad de donde fui sacada a la fuerza.

No puedo negar que el Conde Bruno ha hecho un gran trabajo en extender la ciudad a más tierras.

_______ Hemos llegado, su majestad. ___ Se escuchó la voz suave y firme del sirviente de David.

En ese momento sentí una corriente eléctrica recorrer todo mi cuerpo. No podía controlar mis emociones eran más fuertes que yo.

Los sentimientos estaban a flor de pie, odio, amor, traición y sobre todo la sed de venganza eran aún más fuertes que mi razón.

Mi respiración se detuvo, causando malestar en mi cuerpo. Han pasado 5 años desde la última vez que puse un pie en esta Cuidad. Pasé tormentas y tornados que me han transformado en una mujer totalmente distinta a la que un día fui.

Cerré por unos segundos mis ojos. Recordando todo lo que viví al interior de estas grandes y poderosas murallas.

Mi piel se erizó de una manera sorprendente, al imaginar que estoy a unos minutos de volver a todos aquellos que un día me humillón.

Abrí los ojos y se podía notar el inmenso odio que sentía por cada miembro de la ciudad. Por todos aquellos que se atrevieron a sacarme de esta tierra.

Bajé lentamente la vista, apretando mis puños discretamente por debajo de mi vestido.

Los latidos de mi corazón eran intensos, como si en cualquier momento mi corazón fuera a salir de mi pecho corriendo.

..."David, el Duque"....

Lee con atención un libro en sus manos y no nota lo que hay dentro de mí.

Se escucha un ligero sonido, el duque, golpe suavemente el libre con la yema de sus dedos.

______ Jade, ¿tienes sed?

Mi nombre ha cambiado desde que me convertí en la esposa real del Duque. Antes de conocerlo pasé un verdadero infierno, fui vendida al Palacio, después de haber sido raptada por unos bandidos.

Luego de una tortita mental; fui llevada al Palacio del Duque para convertirme en la esclava de su madre.

Quedé embarazada después de haber sido expulsada de la ciudad. En el Gran Palacio del Duque di a luz, convirtiendo a mi hijo en el futuro Duque. Mientras que mi hija es la Duquesa y futura Reina.

No sé como fue que el Duque me escogió como su mujer a pesar de haber dado a luz a un niño que no lleva su sangre.

A partir del nacimiento de Marcelo, mi vida cambio. Me convertí en la Duquesa y en la mujer más odiaba de toda la ciudad.

La primera en imponerse a mi boda fue la madre del Duque, me consideró inferior a él por ser una esclava.

Vencí todos sus complejos que la gran Duquesa Madre tenía contra mí. Al demostrar que era digna para él.

Eche andar todo lo que me enseñaron en el Palacio del Conde y me convertí en la favorita del Duque.

Ahora nadie me quitará el lugar que me corresponde. Aplastaré sin piedad a todos aquellos que intenten pasar por encima de mí o de mi hijo.

..."¡Soy la Duquesa de Dinamarca! Y todos deben inclinar sus cabezas"...

______ Sí, su majestad. Ha sido un viaje largo. ___ Contesté bajando la vista.

______ Sirviente, qué esperas para darle agua a su majestad.

De inmediato un jarrón de agua fresca se me ofrece. Antes de beberlo, lo hace la sirvienta personal.

La sirvienta confirma que no esté envenenada, tomé el vaso de las manos de la sirvienta, bebí solo un ligero trago, enseguida, las puertas de la Ciudad se abren.

La Carroza entra a la gran Ciudad. Las grandes y poderosas murallas tiemblan con mi presencia.

He venido a vengarme de todos aquellos que un día me atendieron una trampa. Haré que estas tierras vuelva a hacer infértiles como antes de mi nacimiento.

Soy la Elegida de los dioses. Soy Jade y no más Elizabeth. La mujer que dejará huella en estas tierras.

Todo aquel que un día me humilló volverá a inclinar su cabeza delante de mí. Soy Jade, la piedra preciosa. La futura Madre Duquesa.

Respeto que un día perdí, por culpa de los que me traicionaron, volverá a mí.

Confíe ciegamente en alguien que no debía. Ahora por esa misma causa, estoy de regreso en estas tierras.

"Estoy de regreso en mi pueblo. No más como la Condesa, sino como la esposa del Duque David.

El Carruaje se detuvo, y mi corazón también. Era momento de que todos conozcan la Duquesa.

La puerta del carruaje se abre, soy la primera en bajar, mi mano es sostenida por la mano derecha del Duque.

"Antonio" el escolta personal del Duque. Baja la cabeza, evitando verme directamente a los ojos.

Enseguida, bajó David, y en ese momento todos a su alrededor inclinaron la cabeza. Nadie se atrevía a verlo, ni siquiera a respirar.

Para sorpresa de todos, David; mi Duque, se detuvo solo para que yo pudiera acompañarlo del brazo.

Esa muestra de amor, me hizo muy feliz. Un gesto como ese solo habla de lo mucho que ama y que me considera su Duquesa.

La mujer que está por encima de cualquier otra mujer. Soy la estrella de su vida, el jade hermoso.

Sonriente y levantando la cabeza muy en alto, puse mi mano en el brazo del Duque. Caminamos por las calles de la Ciudad.

Los escoltas nos cuidan de cerca, evitando susurros. Nadie podía acercarse a nosotros. Me siento orgullosa de lo que he conseguido.

Me he ganado el corazón del Duque, mi hijo es considerado su primogénito y mi hija Artenia es la luna y el sol de las siete regiones.

Todos guardan silencio, nos ven caminar por las calles del pueblo hasta casi llegar al palacio.

El palacio que un día fue mi hogar y que por años se convirtió en mi refugio. Nos estuvimos frente a la enorme puerta.

El sirviente personal del Conde llama, y las puertas se abren. Frente a mí, se encontraba mi padre, a su lado, la Concubina que tomó como mujer después de la muerte de mi madre.

A su lado derecho, se encontraba mi traidora hermana gemela, Isabela. A su lado, y tomandola del brazo, estaba el hombre que Juraba amarme.

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