El sol del atardecer meciendo las ramas de los verdosos árboles y un tiempo libre me dejaba practicar magia. Apoyar sobre un pie, media vuelta hacia atrás, caer y crear un hermoso vestido azul con rosa iridiscente cuyo escote en V tenía diamantes con mucho volumen y en capas.
-No debería mal gastar así su magia princesa Celeste - Tyler me miraba con sus ojos dorados y sonrisa pícara mientras caminaba despacio hasta donde estaba practicando, siempre estaba pendiente de mí. No hacía mucho que había solicitado a mis padres aprender la cultura de nuestra nacion y se ganó tanto su confianza que se convirtió en su mano derecha.
- Lo que haga con mí magia no debe preocuparte. No es como si se me fuera acabar mañana y si eso pasa créeme que se la manera en que debo ocupar mis manos para preparar mis cosas, pero esto es útil cuando tengo un gran apuro o si necesito derrotar algún enemigo el cual podría estar viendo en estos momentos. -No entendía muy bien las intenciones de Tyler, no éramos amigos pero tampoco lo odiaba, solo se sentía extraño el ambiente cuando él estaba cerca ya que invadía una sensación de complicidad pero jamás nos habíamos visto en la vida.
-Su madre me ha enviado. Dice que tiene un anuncio importante que dar y no puede esperar más - Tyler era muy caballeroso, sabía respetar límites, pero cuando se trataba de mi ponía extremo cuidado y supervisaba cada detalle para evitar que algo me hiciera daño, cómo si tuviera 5 años aunque no negaba que me resultaba atractivo con sus pantalones negros, esa camisa de holgadas mangas blancas y el chaleco verde pasto que no me parecía necesario.
La puerta de vidrio abierta de par en par con sus maderas pulidas y recién pintadas de azul cielo me hacían sentir tranquila, era mi castillo, mi hogar, el lugar donde solo había recibido amor. El piso perlado y sus paredes blancas con hortensias siempre lo habían hecho parecer un lago infinito y casi al final del pasillo estaba el salón de té, extrañamente abierto y con tenue bullicio el cual no le hacía mucha gracia a mamá, le gustaba el lugar en silencio porque así disfrutaba más su lectura o al menos eso decía ella pero cuando yo lo llegaba a ocupar escuchaba el piano o el violín ya que me ayudaba a concentrarme ya fuera para leer o aprende algún nuevo hechizo. No recordaba tener ningún evento programado para ese día o mi madre me habría informado así que Tyler abrió delicadamente la puerta blanca con diamantes incrustados y me presento ante las personas presentes, justo al entrar mi madre me abrazo, me tomo delicadamente del brazo y me condujo a una mesa de caoba llena de regalos iluminada por el sol de los ventanales plateados.
Todas las invitadas eran las reinas o princesas de las naciones vecinas las cuales eran bien conocidas por nuestra familia, pero no había motivo para que estuvieran presentes o eso creí.
-Debes estar muy feliz cariño, al fin te vas a casar. Estos son los regalos de compromiso que las reinas te han traído amablemente y debemos ir preparando tu vestido para que te veas hermosa en un día tan glorioso para nuestra nación. - Estaba de acuerdo que por mi edad ya era justo un matrimonio debido a que lo había pospuesto,pero nunca espere que el anuncio se produjera de esta forma y menos sin mi consentimiento.
-Esto está mal, nadie ha pedido mi mano recientemente y aún no concluyó mis estudios de magia. Mama me debía muchas respuestas y una disculpa a las presentes por tu falta de empatía conmigo.
-El príncipe Rhett nos pidió tu mano a tu padre y a mi y dijimos que sí. Es el único que sigue tratando de casarse contigo después de que hace un año le dijiste a todos los solteros que esto era una tontería y solo te desposarias por amor así que la mayoria se casaron o se rindieron tratando de cortejarte hija. -poso sus ojos negros sobre mi mientras juntaba las manos en su vestido verde esmeralda y caían los vuelos azules de sus mangas.
-Por lo menos hubieras hechos vidstas o hubiéramos pedido audiencias para una revaloración sobre sus propuestas, incluso aún el príncipe Aiden es una opción que si mal no recuerdo comerciamos mucho con el - jamás había salido en público tras la muerte de sus padres y nadie conocía su rostro actual pero lo prefería a tratar toda la vida a Rhett.
-Sabemos que nuestra relación con su nación es buena
-Pero nada mamá y dile a Rhett que no me caso, es muy insufrible, no puedo ni verlo así que lo siento pero esto no se llevará a cabo y las presentes pueden llevarse sus hermosos obsequios los cuales aprecio y quizás más adelante sean requeridos - contuve mis lágrimas hasta que salí de nuevo al jardin y tuve la distancia necesaria sin dejar de apretar mis manos hasta que sentí el dolor provocado de mis uñas encajando se. Subí a lo alto de un árbol con ayuda de la levitación y cree una alfombra verde agua para sentarme sin que me molestaran.
-Princesa Celeste. Yo no sé su historia con el príncipe Rhett pero quizá platicandome pueda hacer algo y si su deseo es que termine con el creame que con gusto lo hago si con ello vuelve a sonreir. -Nunca le había contado a nadie mis primeros encuentros con Rhett, ni mis padres lo sabían debido a que su madre era una de las mujeres más bondadosas aunque también ingenua, ya que todos decían que su amor la cegaba permitiendo a su hijo hacerle daño a la nación que se supone debe proteger porque ese es nuestro deber.
Hablar con alguien significaba abrirte y desenvolverte pero a mí me daba miedo, no quería que cuando supiera lo ocurrido pudiera utilizarlo en mi contra y quisiera doblegarme a su voluntad tal como Rhett tenía planeado.
Cómo todos saben las familias reales o aristocraticas debían tener relaciones estrechas para que no hubiera conflictos que pudieran llegar a guerras por lo cual empezaron los matrimonios arreglados.
-Mi problema con Rhett es porque mi magia despertó hasta que tenía 7 años cuando normalmente es a los 5 así que el me hacía burla y me molestaba. Sus actos llegaron a la agresión física y cuando me pude defender se enfado y me evitaba tanto como podía durante eventos,reuniones o fiestas pero al cumplir los 15 empezó a cortejarme como si lo pasado jamás hubiera ocurrido y yo quisiera ser su ciega y obediente esposa la cual no tenga voz ni voto en ninguna de las decisiones de la nación, por eso yo admiro al príncipe Aiden. - la nación del príncipe Aiden era de las mejores si no la mejor. No había pobres, delincuentes, nada se resolvía derramando sangre ni existen agresores ,todo lo que una nación soñaba. Abrazaba mis piernas sonriendo imaginando como sería vivir en ese tipo de nación ya que en la nuestra como en las demás si llegábamos a tratar con ladrones los vales eran sentenciados a muerte si su delito era de importancia mayor.
-Lo recuerdo ya que cuando llegue a su nación le dije que podría contarle cosas buenas de Celstya pero usted se apartó sin motivo alguno y no hubo conversación mas amplia que la de este momento lo cual estoy agradeciendo infinitamente princesa -Tyler tenía razón, había empezado a detestarlo por meterse en todos nuestros asuntos sin percatarme de su amplia visión que iba más allá de lo que habíamos pensado originalmente.
La suave brisa de los árboles se empezaba a sentir y anunciaba la venida de la noche con sus luciérnagas, me encantaba ver su luz azul y luminosa como una llama que jamás se apagaba. Tyler me sugirio escribir una carta al príncipe Aiden para solicitar que me cortejaria y fuera un candidato aceptable antes de que cumpliera 18 y mis padres me obligarán a vivir con un niño caprichoso. Tenía los ojos cerrados con la barbilla levantada dejando que la brisa se acentuara en su blanco rostro, sus largos brazos posicionados a 45 grados me hacían saber que estaba relajado pero escuchándome verdaderamente.
-Si, creo que prefiero desposar a un hombre cuya cara jamás se ha visto que a ese tirano. En serio, prefiero dar a luz trolls que más inútiles con poder y sin conocimiento de su nación o de sus allegados. -Tyler asintió y me comentó que un infiltrado de su nación había descubierto la obtencion de Cuarzt por parte del príncipe Rhett y su uso con ellos era desconocido pero contienen bastante magia aunque limitada la cual se puede extraer o aportar y bajo su dominio o el de personas incapaces de darle buen uso a toda esa magia puede acabar con el mundo y sus múltiples dimensiones.
No tenía conocimiento sobre esas adquisiciones y si era verdad lo que Tyler decía podía acabar con todo lo que conocemos y quedar como el último príncipe sobreviviente y el más tirano, que jamás se hubiera conocido. Lo desconocía, sus padres brindaban paz y bondad y el no había heredado ninguna buena virtud de ellos, la nación de Circlet quedaría en las peores manos y al menos yo esperaba que jamás se desposara ni tuviera descendientes a los cuales pasarles ese horrible carácter.
-Princesa Celeste - Rhett había adquirido el arte de las sombras así que bajo su dominio era fácil esconderse y asustarme cuando así lo deseara o en el último de los casos terminar con mi vida aunque eso estropearia su gran plan de cortejarme.
-Príncipe Rhett. La princesa Celeste tiene prisa por una audiencia con sus padres y sus bromas la están inquietando así que le agradecería si no perturba sus pensamientos los cuales son claros y puros como el agua no como los de usted que al ver su reciente hechizo deduzco las peores intenciones y no solo contra la persona de la princesa. -No recuerdo haber escuchado hablar a Tyler de una manera tan familiar de mi persona y menos a quien podría considerar "mi enemigo" si sus acciones pusieran en peligro mi nación y las demás.
Bajamos del árbol dejando a Rhett haciendo rabietas mientras nos veía alejarnos con sus ojos morados y las cejas ligeramente arqueadas, una vez en el piso y mientras avanzamos al interior del castillo Tyler me confesó que el príncipe Aiden no había podido producir magia hasta los 10 años por lo cual se avergonzaba y sentía inferior que los demás príncipes. No pensé que alguien con una nación tan admirable había tenido que pasar por una situación frustrante como esa y prometí no decirle a nadie ya que era un tema delicado y confidencial.
Mis padres me esperaban en su oficina, era hermosa ya que las paredes estaban hechas de cristal sensom el cual capturaba las emociones de quién estuviera adentro así que producían un color rojo por el gran enojo y decepción que les había causado al negarme contraer nupcias con Rhett y aunque yo tenía un buen argumento Tyler me ayudaría a obtener su permiso sobre un aplazamiento además de tener un cortejo como es debido.
-Sus majestades, la princesa les ha recordado que el príncipe Aiden sigue soltero y no se ha sabido cortejo de el hacia ninguna princesa, así que tome la libertad de comentarle a la princesa Celeste el escribirle una carta con la cual ustedes le otorguen el privilegio de cortejar a su hija y pedir su mano una vez pase el cortejo en el tiempo establecido por la princesa. -Tyler hizo reflexionar a mis padres y yo esperaba una buena respuesta aunque sabía que si no accedían correría a llorar a mi habitación y quizás me fugaria a una dimensión donde esté tipo de arreglos no existieran.
-Si, tienes razón Tyler pero si el príncipe no accede a la petición de cortejo la boda seguirá su curso y habremos perdido valioso tiempo. Además el príncipe Rhett se quedará una semana en la cual ustedes pueden dejar las diferencias atrás y
-Me opongo. Padre, por favor déjame ir con Tyler a ver al príncipe Aiden y si el no accede ni siquiera ante mi presencia volveré y me casare con Rhett sin decir una palabra más de oposición pero dame la oportunidad. Ustedes me criaron con amor, sabiduría, valentía y honestidad, yo quiero y busco lo mismo para mis hijos. Me dieron voz y voto en grandes desiciones, no quiero perder ese privilegio al desposarme, hemos sabido que el príncipe Aiden es un gran monarca y si a su lado puedo liderar una buena nación y seguir trayendo prosperidad a mi nación natal yo sería la monarca más feliz.- Podía ver la duda en la cara de mis padres pero sabían que tenía razón y siendo los últimos dos príncipes con los cuales poder desposarme no les quedaban muchas opciones.
-De acuerdo querida pero ya nos has dado tu palabra y recuerda que las promesas de las princesas si no se cumplen les dejan una gran herida - Lo comprendía y estaba dispuesta con tal de no casarme con Rhett. Los blancos ojos de mi padre siempre me habían parecido dos copos de nieve en los cuales encontraba tranquilidad y refugio, mi madre pensaba lo mismo.
Tras salir de la oficina Tyler hizo su reverencia de costumbre hacia mis padres y una vez cerradas las puertas de cristal me reverencio a mi para disponerse a arreglar lo necesario durante el viaje y comentarle la situación a nuestros caballeros de mayor confianza pero a mí me daba miedo que Rhett al enterarse nos quisiera seguir y si eso pasaba iba a arruinar mis planes.
Mientras me dirigía a mi cuarto pensaba en como sería estar frente a un monarca del cual no se sabe absolutamente nada. Sus padres habían fallecido cuando cumplió 13 años y pidió completa privacidad, nadie le atribuía la muerte de ellos ya que un año antes habían ido a la dimensión Canxito para investigar una bacteria que podía curar la ynemia pero está fue la causante de su muerte así que desde aquel día se refugio en su castillo y nadie ha tenido contacto con el salvo sus doncellas y caballeros.
Rocío en las plantas, viento helado presagiando la aurora que dará paso al amanecer, caballeros de blanca armadura con destellos azules y un solo carruaje ámbar para no despertar a nadie ni sospechosa alguna que destruyera los planes ya asegurados con mis padres.
-Se que el frío de estás horas es muy abrumador princesa pero son las mejores si queremos que el príncipe Rhett no nos siga y quizás obligarlo a volver a su nación aunque viendo su obsesión por desposarla además del mal carácter que tiene dudo la dejé tranquila prontamente - Tyler tenía razón pero no me fascinaba congelar mi piel aún teniendo el vestido blanco mármol de mangas largas y mi abrigo azul marino de piel polar, pero si buscaba tener un mejor matrimonio valía la pena ya que cuando estuvieras en Celstya podría solicitar una habitación con chimenea y así desentumir mis extremidades las cuales se estaban volviendo más pálidas de lo que eran.
-Comprendo pero recuérdame porque no usamos la línea si con ella llegamos en segundos y tendríamos más tiempo de hablar con el príncipe Aiden para informarle la situación antes de que Rhett "llegué" y comience a decirle mentiras sobre mi.- La línea era como los portales pero mas segura ya que a comparación de los portales inestables la línea era como verse al espejo, solo te parabas enfrente y estabas en el lugar que querías o necesitabas pero la podías programar.
-Si bien, la línea es fácil pero recuerde princesa que hace demasiado ruido así que una vez que estemos a la distancia prudente donde no seamos escuchados podremos crearla e ir a nuestro destino. Quizás el príncipe Aiden no la reciba porque vamos de imprevisto pero estoy seguro que va a enviarle a usted y a sus caballeros algunos obsequios de cortesía más que nada para recuperar fuerzas del viaje. -Tyler conocía muy bien al príncipe Aiden ya que me contó cómo habían crecido juntos a la par de hermanos y era como estar frente al príncipe, aunque si se parecían tanto entonces sus actitudes y hábitos podían ser similares pero lo prefería, una actitud sarcástica y algo entrometida aunque cautelosa y detallista iban mejor conmigo que la arrogancia y el ego de Rhett.
-Tyler, no traje ningún presente para el príncipe y eso se ve mal vayas a dónde vayas y con quién sea. Ahora va a negar mi petición y tendré que desposar a Rhett, esto ha sido para nada. Lamento que hayas gastado tus esfuerzos si no van a rendir fruto. -Entre los preparativos y las prisas no había pensado en que darle al príncipe así que lo había estropeado.
-Princesa, usted es el mejor presente que le puede ofrecer al príncipe. Nadie quiere visitarlo debido a que desconocen su rostro y aunque quizá usted lo haga de forma "egoísta" le esta demostrando su valor así como determinación, eso impresionará demasiado al príncipe Aiden, así que usted confíe princesa. -Su voz tan calmada y llena de confianza me tranquilizó, deje de pensar en un obsequio material y pensé que quizás más adelante si todo iba bien podía ofrecerle un baile. Solo lo practicaba en el gran salón con mi instructora y ni mis padres me habían visto así que si se lo dedicaba al príncipe como presente y siendo el mi primer espectador tendría más valor.
Después de haber salido del pueblo y caminar por una hora estábamos a la distancia perfecta para usar la línea y entrar a la nación Celstya del príncipe Aiden. La línea siempre me había causado mareos y en algunas ocasiones vómitos, me daba vergüenza admitirlo frente a Tyler pero tras cruzar la línea y dar unos pasos tuve que detener el carruaje y bajarme a devolver el desayuno.
-Princesa Celeste. Tranquila, a muchas personas les ocurren estos síntomas así que usted no tiene nada de que avergonzarse, estoy aquí y siempre lo estaré para cuidarla así que continúe. -No comprendía nada de lo que decía Tyler así que solo bote todo el desayuné y cuando termine el me limpio los labios así como las mejillas con un pañuelo beige y me regreso al carruaje cargándome en sus brazos, no recuerdo más tras sentir que mis intestinos salían de mi cuerpo.
Al despertar estaba en una de las alcobas del príncipe Aiden, ya estaba el sol en lo alto así que ya habían pasado unas horas pero no por eso mi apetito había regresado. Incorporarme no tenía problema pero el querer caminar se volvía una tortura,las piernas me flaqueaban y sentía que mil agujas se me encarnaban. Mi vestido blanco no había sufrido daños tras vomitar pero posiblemente el abrigo si y se habían deshecho de el por su desagradable aroma.
-Ha, princesa, que bueno que despertó. El príncipe Aiden me ha enviado a revisar como seguía y me ha dado instrucciones precisas de proporcionarle está infusión de hierbas que le ayudará a recuperar el apetito. -La doncella que me estaba atendiendo era muy atenta, linda y con una sonrisa amplia pero me costaba confiar en las personas aunque si quería ser aceptada y recibida por el príncipe tenía que aceptar lo que está joven me estaba dando de beber. A su falda café junto a su mandil blanco le había caído las últimas gotas que quedaban en la taza pero no pareció importarle y comenzó a recoger todo en su charola plateada.
-Gracias. El príncipe me podría permitir una audiencia?, es que quiero hablar sobre un tema delicado así como pedirle perdón por la forma en que llegue a su nación ya que no me presenté ante nadie y ahora estoy aquí ocupando su estancia.- Sabía que era mucho pedirle a una doncella pero no había nadie más que pudiera hablar con el príncipe directamente ya que Tyler no se encontraba a la vista y era lógico porque estaba mal visto que una dama y un caballero convivieran solos en la misma habitación sin ser esposos.
-No tiene que pedirla princesa, el estará aquí en un momento, pero quería que usted recuperará fuerzas antes de hacer cualquier cosa. El príncipe es un caballero y sabe que debe priorizar el bienestar de una dama cuando se siente indispuesta para expresarse. -Eso era notable de un monarca y sin conocerle ya me agradaba como compañero de vida, se había preocupado por mi bienestar y lo agradecía porque era algo que Rhett jamás había ni haría por mi en su vida.
El príncipe no se hizo esperar, pregunto antes de entrar a la habitación y una vez dentro la doncella se retiró sin dejar de verlo con sus ojos amarillos. Su rostro estaba cubierto por seda negra, así nadie podía verlo ni siquiera si se volteaba, la única manera sería si se agachara y uno estuviera en el piso para verlo. Lucia un traje blanco marfil decorado con tenues hilos dorados que hacían juego con sus relucientes zapatos pero lo más impactante era su cabello dorado largo como el sol pero brillante como la luna llena y su hermoso reflejo en el océano oscuro e inmenso, lleno de misterios con su naturaleza hermosa que una vez descubierta ya no se quiere perder.
-Es un gran honor por fin conocerla princesa Celeste. Lamento estar en sus aposentos pero Tyler me ha puesto al tanto de su inesperada visita y créame que nada me honraría más que cortejarla y pedir su mano en matrimonio. Estoy de acuerdo con el plazo de un mes aunque se que eso lleva mas tiempo pero no tengo prisa porque quiero ganarme su confianza, cariño y amor que es lo que toda unión necesita para ser prospera. -Era un príncipe sin duda alguna, cada palabra que había salido de su boca parecía practicada, bien definida sin pizca de mentira, crueldad o engaño. Seguía arrodillado con su puño en su pecho y parecía una estatua que no se moverá sin una orden mía.
-El honor es mío príncipe Aiden. Agradezco su aceptación para cortejarme y lamento que lo haya tomado como mi última opción para librarme de un terrible matrimonio y yo
-No diga más mi princesa. Estoy muy enterado de la persona con la cual le quieren obligar a contraer nupcias y yo en su lugar habría hecho lo mismo así que no debe temer porque créame que yo jamás lastimaría a tan bella dama ni siquiera con mis palabras. -Sin mas que decir se levantó e inclino su cabeza hacia mi y al retirarse dejo un aromático camino de lilis, inusual, delicioso y romántico podría decirse, ya quería saber cómo era un verdadero cortejo y no una venta de mano.
La infusión de hierbas no solo había devuelto mis intestinos a su lugar sino que también mi cuerpo dejo de punzar y el caminar ahora era normal.
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