Carolina Torres es una joven de 15 años, muy alegre con una sonrisa franca y contagiosa, de carácter muy fuerte que ha aprendido esconder por no seguirse ganando problemas.
Ella es de la ciudad de Arequipa recién comenzó el cuarto año de secundaria, estudia en un colegio Nacional y es la alumna mas destacada.
Ella quedo huérfana de madre de solo diez años y aunque sus abuelos la apoyaban ellos partieron pronto junto a su madre, quedando sola con su padre que sin ser malo si era descuidado.
Una tarde su padre llego con una mujer y una joven casi de su edad, que se instalaron en su casa, aquella casa que ella consideraba sagrada por ser de su madre, por mas que se opuso lo único que saco fue golpes por parte de su padre aquel que antes jamas le había pegado, allí le quedo clara la situación en la que ella estaba.
Ese mismo día su madrastra saco toda su ropa de su habitación asi como sus útiles de la escuela por que alli instalaria a su hija, tomo la ropa,sus cosas y las tiro al fondo de la casa donde había una pequeña casita hecha en Sillar (piedra Volcánica blanca típica de Arequipa).
Madrastra: "Este es tu lugar, tú no entras más a mi casa".
Carolina: "Usted no es de aquí verdad, aquí la gente no tiene el corazón tan negro y el alma tisnada que usted tiene, contaminó hasta el corazón de mi papá, pero no se preocupe yo aquí me quedo, vaya a ser que el mío también termine tisnau".
Madrastra: "Muchachita Vulgar, no te atrevas a poner un pie en mi casa, que ni un arroz te voy a dar, veras que pronto la nesecidad te hace buscar marido y nos dejas en paz".
Carolina: "Yo no e dicho ninguna vulgaridad, que usted no sepa como se habla en mi tierra ese no es mi problema, pero si hablamos de su casa no se cual sea ah, que yo sepa toda esta propiedad es de mis abuelos maternos y soy su única heredera, asi que vaya y disfrute de lo mio".
Plass y ya le pensaba dar otra cachetada a Carolina pero ella le agarro la mano en el aire.
Carolina: "Primera y última que le permito que me pegue, a la siguiente que usted intente algo yo se lo devuelvo igual y a su hija le doy la yapa, no se preocupe vaya y disfrute de los millones que cree que tiene mi papá".
La madrastra salió molesta haciendo sonar los tacones en aquella vereda de piedra de aquel pequeño jardincito frente a esa humilde casa que se veía oscura.
Carolina buscó en un macetero de la última esquina y saco de la tierra un llavero bien envuelto en bolsas plásticas, hacía un año que sus abuelos la dejaron y casi juntos partieron al cielo, pero ella hacía la limpieza a su casita siempre y escondía allí la llave como lo hacía su abuelita.
Entro con sus cosas y su ropa, la sacudió, pero como ya se haría de noche, busco en el ropero de sus abuelos una carpeta con documentos lo puso en una bolsa negra debajo de su ropa salió cerro bien la puerta y corrió a la salida que usaban sus abuelos, le costo abrir aquella puerta, pero lo hizo, y fue donde la comadre de su abuela que sabía que era la señora más justa, ella tenía una tiendita y quedaba justo al costado de la casa.
Carolina: "Señora Jacinta vengo a pedirle que me ayude".
Jacinta: "Hijita si ya escuche los gritos justos estaba regando la huerta, ¿esa es la extranjera con la que dicen se ha casado tu padre?".
Carolina: "Yo no sabía ni que se había casado, pero quiero que me guarde estos papeles son los documentos de la propiedad de mis abuelos, y su testamento".
Jacinta: "Si hijita trae yo te los guardo, esa bruja te los pesca y los desaparece".
Carolina: "Gracias señora Jacinta, le puedo pedir otro favor, me puede fiar algunas cosas, en estos días consigo trabajo y yo se lo pago, solo cosas básicas que no salgan muy caras, unos huevos, cebollas, papás, arroz, tomate, unos dientes de ajo y ají colorado, ahhh velas y un poco de agua présteme para cocinar el medidor de agua de mis abuelos está inactivo y no hay agua ni luz en su casita".
Jacinta: "Pasa hijita por hoy cena aquí que donde comen dos comen tres, esperemos que venga mi hijo, sabes como quería a sus padrinos y él trabaja en la empresa de agua, que llegando te habrá la llave de ese medidor y mañana regularice todo para que a fin de mes te venga un recibo, eres tu sólita no serán ni 7 soles, de la luz no te preocupes de que te pasaremos como les pasábamos a tus abuelos recuerda que al final tu padre se agarró su medidor de luz y del trabajo tampoco te preocupes sabes que don Ponce ha abierto una sangucheria aquí arriba en lo que era de sus padres, es pequeñita, está buscando una joven que atienda de 4pm a 9 pm y como es aquí cerquita te cuidamos todos los del barrio no te preocupes él paga 30 soles al día, con eso de sobra te alcanza".
Carolina estaba agradecida con la señora Jacinta, no tardo en llegar José su hijo y tenía ganas de ir a agarrar a trompadas al papá de Carolina, pero sabía que era meterla en más problemas así que solo habilito el medidor de agua, reparo y engraso esa puerta, paso la luz como lo hacían, mientras la señora Jacinta le armo una bolsa de mercado completa a Carolina pero no se la cobro era su voluntad.
Entraron los tres a la casita para verificar que los cables estén bien y no haya corto circuito, tuvieron que cambiar un par de focos, pero todo quedo bien y dejaron a Carolina tranquila.
Esa casita era muy querida por Carolina allí vivió muy bonitos momentos con sus abuelos, cerro bien su puerta por dentro y encendió el refrigerador guardando allí las verduras y carnes que le había regalado la señora Jacinta, el resto cada cosa tenía su lugar, era una cocina humilde, pero muy ordenada, verifico y si tenía gas, el balón aún estaba lleno y eso la tranquilizó, saco sabanas y las puso en la cama de su madre, allí habían dos dormitorios uno era el de sus abuelos y otro era el de su madre que ellos jamás quisieron tocar ahora allí dormiría ella, ordeno su ropa en el ropero que de joven fue de su madre, acomodo sus útiles en la mesa en la que su mamá hacia sus tareas, una mesa que su abuelo la hizo de madera de sauce.
Carolina despertó temprano se hizo un par de huevos, hizo hervir la leche que convido la señora Jacinta recién sacadita de las vacas el día anterior, tomo pan y desayunó, tranquila pensaba en que el castigo que le impuso la madrastra seria para ella mejor que vivir con ellos en la casa de su madre y tener que aguantarlas, lavó los platos que usó, se dio un baño y salió al colegio, al pasar por la tienda de doña Jacinta le agradeció por todo y ella le alcanzó fruta lavada para la hora del recreo.
Carolina: "Gracias, pero me va a malcriar".
Jacinta: "Hijita sabes que te quiero mucho, vienes del colegio a almorzar rápido aquí, que ya hable con el señor Ponce y te espera para que trabajes desde hoy".
Carolina le agradeció, guardo la fruta y se fue al colegio que no quedaba lejos, al salir del colegio, si bajo corriendo entro a la que ahora era su casita saco su llave de su bolsillo y era evidente que trataron de forzar la puerta, era una puerta de madera antigua y hasta la desastillaron, ella solo abrió se cambió tomo los cuadernos en los que tenía tareas, y fue donde la señora Jacinta que al verla pasar ya la esperaba con el almuerzo servido, ella almorzó y le agradeció le contó que quisieron abrir su casita con algo de preocupación se fue a trabajar, en ese lugar la madre de Carolina fue querida por todos y sus abuelos respetados ya doña Jacinta se había encargado que todos sepan la injusticia que con ella estaban cometiendo las recién llegadas al barrio.
El señor Ponce la recibió personalmente e hizo que la muchacha que trabajaba en la mañana le enseñe que tenía que hacer y era un trabajo no muy complicado la autorizo a que haga sus tareas mientras no hayan clientes, el negocio se cerraba a las 8 pm y una hora era para lavar lo que quedo sucio y preparar algunas cosas para el día siguiente, ella lo entendió bien y así lo hizo al terminar vino el dueño recibió el dinero y de allí le pago, se fue a su casita se preparó una ensalada con una chuleta y te de hierva luisa, lavo todo y se fue a darse un baño.
Esa casita tenía un panel solar pequeño que ella supo cuidar para que no se rompa, pero el día que vino destapo y habilitó con ayuda de José, por eso se podía bañar con agua caliente, en Arequipa en esos meses hacía mucho frío.
Los días pasaban y ella juntaba su dinerito, pagaba su recibo de consumo de agua, sus víveres para hacerse su desayuno y cena, porque doña Jacinta le daba casi siempre el almuerzo, los domingos lavaba su ropa a mano y habría esa puerta trasera que tenía su abuela en la cocina que parecía un mirador de donde veía la hermosa campiña de Arequipa y sus volcanes, ver aquello le daba paz.
La madrastra no la pasaba bien ella pensó que se casó con un gran potentado y era un pobre flojo que no le importaba que ella vaya y traiga el dinero para esa casa aunque no supiera de donde, si la casa era de la madre de Claudia antes de casarse con el y alli llevo a sus padres pero cuando se caso ellos se fueron a su casita del fondo para no estorbar a la nueva pareja, esto recien lo supo la nueva esposa por habladurias de los vecinos y cada que se enojaba quería desquitarse con Carolina al verla pasar, Carolina se le ponía corajuda y no se dejaba, pero ya le había roto unos vidrios de su casita, las plantitas de su jardin se las arranco cuando ella no estaba, Carolina solo agradecia que el panel solar estubiera en el patio tracero ese si era caro.
los meses pasaban ella termino de estudiar la secundaria y quien fue con ella a su graduación fue la señora Jacinta y su hijo José, muy orgullosos ellos de que ella sea tan responsable.
Postuló a la Universidad nacional de la ciudad una de las mas prestigiosas del país y logro ingresar ganando el cupo a muchos postulantes, para la carrera de Economía, José el hijo de la señora Jacinta la veia como a una sobrina y orgulloso le compro de regalo una laptop y una impresora, pero doña Jacinta hizo que todos se enteren, la envidia corroia a la madrastra porque su hija no pudo ni aprobar el año y no termino la secundaria, ella que con una piedra rompia los vidrios a Carolina y en una se le escapa la gran piedra y cae dentro rompiendole la cabeza a Carolina que en su desesperación de ver tanta sangre y con el intenso dolor solo llamó a José por celular que vino muy rápido. Ella se paro como pudo, abrio la puerta y el la encontro casi a punto de desmayarse.
José tomo las llaves la cargo jalo la puerta y salia con ella en brazos mientras gritaba a su mamá que pare un taxi.
En el hospital la estabilizaron y le dieron varias puntadas el corte fue a media nuca y estaba con conmocion cerebral aun no reaccionaba, la policia que siempre hay en los hospitales en Perú investigaban preguntando a José y Jacinta como se dio el hecho, ellos narraron que la que estuvo rompiendole los vidrios era la madrastra y que la piedra la tiro y le cayo a ella que siempre era molestada por esa infeliz mujer.
La policía no tardo en ir a la casa verificar los vidrios rotos y al no poder ingresar solo por la ventana observaron la gran piedra con sangre de adentro, tocaron la puerta de la casa grande llevándose detenida a la madrastra Norma.
Pasaron horas y Carolina reaccionó para alegría de doña Jacinta, la llevaron a su casa cuando le dieron de alta, pero José mando cambiar todos los vidrios, Jacinta la ayudo a limpiar la sangre, le trajeron una cena suave y la dejaron descansar aunque con miedo que suelten a la loca esa y quiera desquitarse, en la salida justo se encontraron con su padre y allí José no se pudo contener lo agarro a puñetazos y él no se defendía.
Carolina al día siguiente fue se inscribió en la universidad y regreso a su trabajo, pero el dueño ya no la veía igual, le dijo que se notaba su herida a pesar de traer un gorro tipo cofia y que se cubriera con algo más o que deje de trabajar, esto le pareció extraño a Carolina él siempre fue amable.
Pero al oírlo preocupado hablando por celular si su amiga Norma ya estaba libre supo que se trataba de su madrastra y el porqué él la trataba diferente.
Se puso su pañoleta en la cabeza encima un gorro de manejo de alimentos y salió a trabajar como siempre, como si no hubiera pasado nada, ese trabajo era bueno le dejaba tiempo para estudiar y no lo perdería por Norma.
Esa tarde vino un cliente nuevo de acento norteamericano, pidió un sándwich especial y una bebida gaseosa, él tendría unos cincuenta años le hizo mucha conversación a Carolina.
Le contó que le gustaba mucho la ciudad y venía una vez al año a disfrutar de ella todo un mes, que vivía en New York era médico y estaba recién casado, Carolina le pregunto por su esposa él le dijo que era la hora de su siesta y ella descansaba en el hotel que el salió a ver los miradores que había más arriba por el sector llamado CARMEN ALTO se fue dejando una propina de 100 dólares lo que no quiso recibir ella y el cambio el billete por uno de 20 dólares que si recibió, el regreso y le pregunto si podía tomarle una foto de recuerdo, y ella accedió, él se puso a su lado y tomo la fotografía.
Ese cliente se hizo muy habitual al igual que las propinas y las fotografías, un día vino a despedirse y le pidió una fotografía sin ese gorro y el delantal ella accedió a ese punto ya era su amigo el señor y había venido varias veces con su esposa que parecía amable.
Carolina pensó que estudiar inglés en los programas a distancia de su universidad no sería mal, ya que para titularse necesita un idioma extranjero y se matriculó, como sus clases eran solo hasta las 12, llevaba inglés de 2 pm a 3 pm pero por clases virtuales.
Los problemas con Norma su madrastra solo cesaron por algún tiempo, y su jefe estaba cada vez más descarado con la relación con ella a pesar de ser casado, pero eso se busco su padre y no se tocó el corazón por preguntar siquiera si algún día le falto para comer o algo más.
Ella siguió estudiando a pesar de los insultos de norma, ella juntaba dinero no era mucho, pero era algo, sabía que la titulación costaba mucho y para eso ahorraba además de cambiar los vidrios rotos y desastres que le hacía Norma.
Paso un año y regreso el Doctor Norteamericano con su esposa que estaba con una pequeña barriguita de embarazo, el Doctor recién le dijo soy Jesua Torres, Carolina se quedó un poco confundida.
-Carolina: "¿Cómo Torres?, ese apellido es de aquí de Arequipa".
-Jesua: "En realidad no, es español por eso hay muchos Torres aquí y mi padre era español mi madre de EEUU".
-Carolina: "Con razón yo también soy Torres, soy Carolina Torres, pero le tengo otra sorpresa ya sé hablar en inglés perfecto aún estoy en clases para terminarlo el curso, pero voy muy avanzada".
El Doctor venía seguido con su esposa y dejaba buenas propinas siempre se tomaban fotografías con ella, hasta que tuvieron que partir y vino nuevamente a despedirse.
Ese año la señora Jacinta no la paso bien siempre estaba enfermita y era Carolina la que venía a cocinar a su casa después de la universidad le daba de almorzar la cambiaba porque cayó tan mal que ya usaba pañales, Se iba a trabajar y regresaba a ayudar a José que al ser varón y su único hijo se sentía impotente, los médicos dijeron que era metástasis de cáncer que le llego al cerebro que antes de eso seguro estuvo muchos años enferma, pero no se dieron cuenta, un cáncer silencioso.
La buena señora Jacinta no duro mucho y se fue una mañana que José despertó ya ella estaba muerta, llamo a Carolina que se desesperó al verla y ambos se encargaron de llamar a su médico oncólogo que hizo el certificado de defunción, la velaron y fue sepultada con mucho dolor y pena por parte de José su hijo, Carolina que la protegió tanto, todos sus vecinos que la respetaban y algunos familiares que recién se acordaron de ella.
Los días pasaban tristes para Carolina sin la señora Jacinta, José seguía trabajando y procuraba pensar que la atendieron bien hasta que Dios se la llevó, una tarde se le aparece en la sangucheria a Carolina el Doctor Jesua Torres y Carolina se sorprendió mucho.
Carolina: "Que lo trae por aquí, a estas alturas su bebe ya debe haber nacido no es muy pequeño para viajar".
Jesua: "El sí, pero yo no, mi suegra se instaló en mi casa y me termino estresando dice que no se piensa mover hasta que no contrate una niñera adecuada y ya me ha espantado como a seis".
Carolina reía de lo que le contaba el Doctor y siente que hay una fuerte explosión.
José vino a decirle que su casa se incendió y exploto el balón del gas por el fuego, ella llamó al dueño y salió corriendo tras ella el Doctor, al llegar solo las paredes quedaban el resto era consumido por el fuego.
Carolina solo lloraba en los brazos de José lo único que logro tener con ella era su mochila con sus documentos y su laptop acababa de terminar el cuarto semestre de contabilidad, pero ella se sentía desecha.
Jesua: "Te propongo algo, déjame sacar tus documentos y te llevo con visa de trabajo a los EEUU, serás la niñera de mi hijo, pero puedes estudiar a distancia yo te puedo ayudar, juntas tu dinero y reconstruyes tu casita".
Carolina: "No es momento de bromas doctor Jesua, me quede sin nada".
José: "Claudia deja trabajar a los bomberos vamos a la casa ahí dormirás donde más podrías ir".
Carolina: "Pero si la propuesta del Doctor es seria y ne voy con un buen contrato puede ser una solución a tanto sufrimiento".
Jesua: "Por supuesto que mi propuesta es seria, Carolina yo necesitó una niñera y tú lo sabes, mi esposa te conoce que eres trabajadora y ella misma estará para ayudarte tu sabes inglés y eso te ayudara mucho a moverte sola en New York".
Esa noche algunos vecinos trajeron algo de ropa de sus hijas para ella y ella no lo rechazo, sus ahorros todo estaba allí recién cumplió sus 18 años hacía una semana y aún no tuvo tiempo de abrir una cuenta en el banco, solo se salvaron los papeles de la casa los tenia siempre José, José un tiempo atrás ya había puesto en registros públicos el testamento de sus abuelos y hacía una semana puso ya a nombre de Carolina la propiedad, pero eso no bastaría para sacar a las cucarachas que vivían allí.
Los bomberos dijeron que el incendio fue provocado por combustible tipo gasolina, rompieron las ventanas y rociaron por dentro de la casa, esto le hizo dar miedo a Carolina y a José, por reclamar un bien ella podía terminar muerta.
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