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La Jaula Del Amor

Capitulo 1

Dicen que la vida se disfrutas del amor de padres, el amor de hermanos, del amor de amigos, del amor de familia y sobre todo del amor de un hombre, pero en mi vida no existe nada de eso, no tengo amigos, amigas, ni hermano, ni hermana ni siquiera me consideran parte de ellos, mis padres que puedo decir de ellos desde niña me dejaron sola a cargo de una criada que solo me maltrataba, siempre estuve sola sin nadie con quien hablar o compartir un sueño.

A mis quince años mis padres me casaron con un hombre que ni siquiera se presentó a firmar los documentos de matrimonio, solo sus padres que me dieron el documento a firmar para estar casada, en una oficina donde solo estuvieron mis padres, el juez y los padres del hombre que sería mi esposo; los padres de él me trajeron a esta enorme casa donde me dejaron sola con todos los lujos y gente de servicio los cuales nunca me han hablado de no ser para que desayune, coma o cene.

Tengo todo lo que quiera libros, televisión más grande del mercado, computadora, ropa hermosa, diseños únicos, zapatillas muy elegantes, accesorios, joyas muy caras y únicas, tengo la cama más cara con sabanas de ceda; Solo hay un único problema, yo nunca voy a poder salir de aquí, esta ha sido mi jaula de oro durante 8 años.

 Este es mi cumpleaños número 23, mis suegros me mandan como cada cumpleaños un hermoso regalo único para felicitarme y una tarjeta que dice “FELIZ CUMPLEAÑOS”, mi supuesto esposo que no conozco, no sé cómo es, qué edad tiene, como se llama,  porque nunca me dejaron leer el acta de matrimonio y nunca se presentó ante mí; sé que existe porque en este día de mi cumpleaños él me manda un gran ramo de orquídeas blancas, sé que son una de las más caras, que pocas personas se dan el lujo de comprarlas y él tiene el lujo de mandarme una enorme ramo, junto con una tarjeta que dice “Disfruta tu soledad esposa”.

Mi nombre es Kaia hoy es mi cumpleaños número 23 y como siempre estoy sola, los sirvientes de esta casa me ignoran y me cuidan como si fuera el objeto más preciado de esta casa, no me gusta mi vida, pero tengo miedo salir nunca hecho nada por mí misma, no sé cómo es el mundo fuera de aquí, miro las noticias cada noche y lo que dicen es horrible, nunca he hecho un correo o entrado a una página para interactuar con alguien porque no sé qué decir o hacer, me siento tan patética.

Estoy en mi cuarto leyendo uno de mis libros favoritos esperando que este día termine, el día no ayuda mucho, está lloviendo tan fuerte que solo me deprime más.

Escucho que alguien toca mi puerta, es raro que alguien venga a esta hora, son las 6 pm, faltan dos horas para la cena, me levanto y voy a ver quién es, al abrir la puerta miro al ama de llaves que me dice.

— Sus padres han venido a visitarle, puede bajar a recibirlos.

Después de decir eso solo se va dejándome sola; aunque yo estaba sorprendida por su visita ¿a que habrán venido mis padres? ellos nunca habían venido desde que me casaron, no los había vuelto a ver, supongo que algo bueno no es.

Me dirijo donde estaban, cuando los miro sentados en la gran sala de la casa, el rostro de mi madre se mira molesto o eso creo que extraño; me acercó y les digo

— Buenas tardes, padres.

Es extraño ninguno de los dos respondió mi saludo solo me miraban de una forma tan extraña, no me gustaba su forma de verme; cuando escucho a mi padre – Quiero que hables con tu esposo y le digas que apruebe mi proyecto.

¡Escuche bien! ellos están aquí para que yo hable con un hombre que no conozco ¿cómo esperan que yo haga eso? que les puedo decir yo nunca he hablado con mi supuesto esposo ¿eso les digo? o sería mejor decirle que primero me lo presenten y se lo pido.

Esto es una broma algo tengo que decir, pienso bien mis palabras, para poder responderles.

— Papa me encantaría ayudarte, pero yo nunca he hablado con él, como esperas que yo le pida algo a quien no conozco.

Miro como mi madre se para muy molesta y se va acercando a mí de una manera rara, esto no me gusta nada; lo siguiente que siento es cuando ella golpea mi cara creo que fue con su mano, no mire bien, no me lo esperaba.

 El dolor que siento es fuerte, trato de sobar mi rostro con mi mano para tratar de calmar el dolor, siento un raro sabor en mi boca, tiento mis labios para limpiarlos pensando que era saliva cuando miro mi mano estaba roja, eso acaso ¿es sangre?, no entiendo ¿qué debo hacer o decir? ¿por qué están así de molestos? ¿Porque ella me golpeo? cuando la escucho que me dice.

— Aprende cuál es tu lugar, te dimos en matrimonio a una gran familia que te tiene con todos los lujos del mundo, ya es hora de que pagues por todo lo que hemos hecho por ti, háblale a tu esposo y dile lo que tu padre te dijo.

¿Qué locura es esta? ¿Qué han hecho por mí? ¿Qué tontería dice?, en ese momento le digo – Me encantaría hacerlo, pero yo no sé cómo poder comunicarme con él.

Estaba tratando de terminar de explicarle cuando siento otro golpe en mi rostro y como jalaba mi cabello trato de detenerla, pero entre más trataba de tomar sus manos o aventarla, ella más se aferraba a dañarme; para mí era difícil defenderme, realmente no tenía fuerza, nunca había hecho ningún ejercicio, lo único que hacía aquí era comportarme como una muñequita de porcelana, de esas que son frágiles.

No sabía que hacer, sin hablar del dolor físico que me estaba haciendo sentir, algo que en mi vida había sentido; realmente no sabía que más hacer, el dolor me nublaba el cerebro y entonces escucho la voz del ama de llaves – señora, señor el joven maestro quiere hablar con alguno de ustedes y señora podría soltar a la señorita.

Siento como mi madre me suelta, cuando voltea a ver dónde estaba el ama de llaves mire como le daba el teléfono a mi padre, como hablaba con alguien, después de unos minutos él colgó y me dice

— Parece que ya estará lo que quería, da gracias a tu esposo no volveremos a buscarte, vámonos

Fue todo lo que dijo y después solo los mire retirarse, no me dieron ni un abrazo, ni una muestra de cariño; la verdad si me dolió, porque se supone que ellos son mis padres, que no se supone que una madre protege y cuida de sus hijos, pero yo no tengo nada de los que se suponen son mis padres.

El ama de llaves trajo un botiquín, no entendí por qué, hasta que sentí el dolor, cuando curaba mis heridas, que creo mi madre me hizo más de una, tenía dolor en mi cara, en mi labio, en mi cuello, en mis brazos; una vez que termino de curar mis heridas, sin decirme nada se iba a retirar, pero en ese momento, aunque estaba nerviosa e insegura le dije

— Señora ¿quién llamo?

Pensé que no me contestaría, como siempre me ignoraba cuando quería hablar con ella, pero me quede sorprendida cuando la escuche decirme

– ¡Su esposo!

Capitulo 2

Estaba sorprendida, era la primera vez que escuchaba que mi esposo hablaba y no podía creer que por primera vez estuve cerca de escuchar su voz, de sentirlo un poco cerca de mí, quería saber más y pensé en preguntarle más cosas, pero justo cuando iba a seguir preguntando ella se retiró sin darme oportunidad de decir nada más.

Entre a mi habitación estaba harta de esto, mi vida pasaba y yo ya no quería vivir con miedo, menos en esta jaula de oro, tomé la computadora imprimí un acuerdo de divorcio que encontré en la web, dejé el espacio donde iba su nombre, puse el mío, cuando lo tenía impreso lo firme.

 Lo deje en mi cama, me cambie con un pantalón de mezclilla y una blusa pegada a mi cuerpo de manga larga, agarre mi pelo en una coleta, ocupaba dinero para poder salir de aquí, pero en ese momento que me empezaba a sentir desanimada recordé que en el despacho había dinero en los cajones, solo tenía que esperar a que todos durmieran para ir a tomarlo y escapar de esa jaula.

Cuando se hicieron las 3 am yo sabía que todos dormían y esa era la oportunidad para salir, tome una maleta chica, abro la puerta de mi cuarto con cuidado me fijo que no haya nadie todo estaba oscuro, salgo del cuarto bajo las escaleras sin hacer ruido, el despacho estaba bajando las escaleras a mano derecha entro y sierro la puerta, prendo una lámpara que estaba sobre el escritorio que apenas si alumbraba el lugar.

Empecé a revisar todos los cajones y creo que corrí con suerte, cada cajón tenía varios paquetes de billetes, tome todos los que cupieron en la pequeña maleta, lo cubrí con un cambio de ropa, tome 5 billetes de 100 dólares, los metí en las bolsas de mi pantalón.

Salí de la casa con mucho cuidado sin hacer ruido, yo sabía que a estas horas el velador de la casa siempre se iba a dormir, al llegar al enorme portón de rejas trato de abrirlo, pero estaba cerrado con llave, los nervios me invadieron como demonios iba a salir no quería que me descubrieran.

Miro a mi alrededor la casa de vigilancia estaba cerca de la puerta me acerque a ella con cuidado, me asome por una de las ventanas y miro solo, entre, empecé a buscar en todo el sitio, en los cajones la desesperación aumentaba, mi reparación se agitaba, yo no podía seguir aquí, no quería.

 Estaba por rendirme y regresar a mi cuarto cuando miro aún lado de la puerta de entrada colgada un par de llaves las tome esperando que una de esas fuera la llave de la puerta, intente con varias hasta que después de varios intentos logre abrir la puerta.

Salí de esa jaula, por fin empecé a caminar a mi derecha, no sabía bien donde estaba, solo caminé por la orilla de la carretera, ya tenía rato caminando, el sol empezaba a salir y nadie pasaba, eso me estaba inquietando.

 Cuando llegue a un crucero, mire a los lados medí cuenta que el camino por donde venía era solo para llegar a la casa, si era cierto tenía hasta las 8 am para salir de ahí antes que se dieran cuenta de que me había escapado y salieran a buscarme.

Me sentía desesperada hacia qué lado debía ir, no miraba ningún letrero o algo que me indicara ir a un pueblo o ciudad más cerca; tomar la derecha o izquierda en eso estaba cuando un carro familia se paró frente a mí, sentía la necesidad de correr podría ser que me encontraron tan rápido, sentía una presión en el pecho no quería volver a esa jaula y seguro estarían molestos por el dinero que tome.

 Pensé en aventar la maleta y empezar a correr cuando escuché la voz de una mujer que me dijo

— Señorita ¿está perdida?

Miro hacia donde escuche la voz, era una mujer, que tenía un bebe en sus brazos, que apenas se alcanzaba a ver, estaba en el asiento del copiloto; me sentía insegura, que les podía decir, pero pensé que tal vez ellos me indiquen donde estoy y a donde ir.

 Estaba pensando ¿qué decirles?, como preguntarles ¿dónde estaba?, pero creo que pensé por mucho tiempo, por qué escuche nuevamente a la mujer – Dios mío jovencita ¿Qué te paso? Estás golpeada, mira tu rostro, esta con esos moretones, tu ojo morado y tu labio tan hinchado.

Por un momento me pregunté a qué se refería, pero era cierto mi mamá me había dejado algunas señales de violencia en el rostro y en ese momento espontáneamente le dije – Mi esposo me golpeo, estoy tratando de escapar de él, me podrían indicar hacia donde debo de ir, me gustaría llegar a un pueblo o ciudad antes que se dé cuenta de que escape de casa.

Una vez escuche en una película esta frase y según facilitaba las cosas espero funcione; porque no puedo volver a esa casa y en ese momento la escuche – maldito, desgraciado, ven, sube al carro, nosotros te sacaremos de aquí, tienes que denunciarlo a la policía, no debes permitir que te vuelva a pegar.

 La escucho tan preocupada por mí, se sentía lindo, aunque era una extraña que se sintiera preocupada por mí me agrado; tal vez esa película tenía razón cuando uno dice que el marido la violenta todos se preocupan por uno, tal vez me sirva más adelante.

Me subí al carro, ellos me dijeron que iban a la ciudad, prometieron dejarme en la estación de policía para que denunciara a mi esposo por maltrato.

 Cuando llegamos a la estación de policías yo les di las gracias, estaba por bajar cuando el hombre me pregunto si traía dinero, yo escuché sobre lo que pasa cuando alguien se entera de que traes mucho dinero pueden robarte, o matarte, así que le dije que no.

El hombre me dio 100 dólares y me dijo que comprara algo para comer mientras encontraba a mi familia o amigo que fuera por mí, le di las gracias y se fueron.

Yo estaba parada enfrente la comisaria tenía que buscar donde descansar, dormir y comer tenía hambre; estaba por retirarme cuando una mujer policía se me acerco

— Señorita ¿está bien?

 Al igual que la mujer cuando me vio se alteró y empezó a preguntar quién me había golpeado que le podía decir, me decía que le tuviera confianza.

 Se miraba como una buena policía, pero yo no podía demandar a nadie, más bien tenía que esconderme; la mujer se acerca a mí me toma de las manos y me lleva a sentar a una de las bancas y me empezó a decir – señorita ¿quién te hizo eso?, aquí te vamos a proteger, solo tienes que demandarlo yo te apoyaré en todo.

 Era tan linda, me inspiraba confianza, pero no podía confiar en nadie de todo lo que había leído en mi vida siempre mencionaban la desconfianza y en las noticias siempre hablaban de la corrupción de los policías.

 ¿qué puedo decirle? Tal vez si sigo con mi historia un poco más, me sierva para salir de aquí, pensé bien mis palabras y empecé a decirle.

— Mi esposo me golpeo, pero no tiene caso demandarlo es un hombre muy poderoso no tendría caso hacerlo, quiero esconderme de él, no quiero que me encuentre ¿podría ayudarme con eso?

 La mujer me miraba sorprendida creo que iba a seguir insistiendo tengo que convencerla de que me deje ir.

Recordé un caso que salió en las noticias que mire de una mujer que estaba casada con un hombre muy rico y que le fue muy mal a ella; podría tomarlo de referencia tal vez a si la convenza, le dije – recuerda el caso de la esposa del señor Castle, mi esposo es mucho más poderoso que ese señor necesito esconderme, no quiero que me pase lo mismo.

 Creo que eso funciono su rostro parece entender lo que trate de decirle y si derramo unas lágrimas tal vez así suene más convincente; pensé en todo lo malo de mi vida y ese sentimiento de dolor me invadió mis ojos empezaron llorar, esperando que eso terminara de convencerla, para poder salir de ahí, poder escapar, esconderme para no volver a esa jaula de oro.

Capitulo 3

Nunca creí lograrlo, pero realmente es fácil, las manos de la mujer me abrazan, fue agradable sentir un abrazo, era la primera vez que experimentaba algo así y la verdad me gusto, me hizo sentir querida, aunque esa mujer no me conocía; cuando me suelta toma mis manos y las presiona la escucho que me dice

— Me gustaría que lo demandarás y poder encerrar a ese hombre no es junto que estas cosas pasen y mujeres como tú sientan este miedo; dime ¿qué quieres hacer?

Tengo que salir de aquí eso lo tengo claro; le dije

— Quiero irme de aquí esconderme, no quiero que me encuentre.

La mujer me dijo que ella me ayudaría, me llevo a un carro de policía y me saco de ahí me llevo a un hotel se miraba discreto y lindo el lugar; Estábamos estacionadas a fuera del hotel cuando me dijo

— Este lugar es modesto, quédate aquí y piensa en lo que quieres hacer, yo vendré a verte mañana te apoyaré en lo que sea que decidas.

 Bajamos del carro entramos al lugar ella habló con el encargado y pago una habitación, me acompaño hasta el cuarto; al entrar al cuarto era chico el lugar tenía una cama individual, un buró chico a lado de la cama y un baño completo era todo lo que había en el lugar, pero la verdad me gustaba, me hizo sentir bien estando ahí.

La mujer me dejo ahí, una vez que me quedé sola pude disfrutar del lugar, por fin me sentía libre, me recosté en la cama, no era muy cómoda, pero me agradaba, no sabía que más hacer.

 Paso un rato cuando la mujer volvió, trajo comida, se quedó a comer conmigo; era tan agradable poder compartir una comida con alguien, ella no dejaba de hablar de su familia, de lo que hacía, de lugares que había visitado, yo solo quería vivir todo eso que ella me platicaba, la escuche en silencio, era tan agradable escucharla, que por primera vez me sentía bien, feliz de poder estar con alguien que platicaba conmigo y no solo me decía baja a comer, vete a dormir.

Después de eso ella se fue prometió volver al día siguiente, cuando me quede sola, mire un buen rato por la ventana, era tan raro, miraba personas caminar por la calle, los carros que no dejaban de pasar se me hacían tan entretenido, el ruido de los carros y de la gente me gustaba.

 Se hizo noche las luces afuera se prendieron alumbrando todo afuera era tan hermoso, ver tantas luces que hasta me parecía ver varios colores, estaba entretenida viendo todo por la ventana de esa pequeña habitación del hotel.

 Era tarde cuando me quede dormida; a la mañana siguiente me desperté tarde, mire el reloj que estaba colgado en la pared frente a la cama, eran las 10:30 am, yo me sentía tan bien, por fin podía hacer lo que quería; levantarme a la hora que yo quisiera sin que nadie viniera a decirme que hacer.

Me levante me metí a bañar y lo que me sorprendió era que ahí no había agua caliente, pero la verdad no me importo, hasta eso disfrute, nada de agua a temperatura que la ama de llaves ponía para mí, para los cuidados de mi piel, aquí estaba haciendo lo que yo quería y el agua fría me agrado, saque el cambio de ropa con el que tape el dinero para ponérmelo.

Era un pantalón de mezclilla, una blusa de color blanco de manga tres cuartos, con cuello redonde, aunque era corta de abajo; una vez que me cambie seque mi cabello y lo amarre en una coleta, empecé a ser planes en mi cabeza, quería ir a un cine, a un teatro, a un salón de arte, al museo, pero más que nada quería ir a un parque de diversiones, subirme a todos los juegos que pudiera, comprar cosas sin sentido y eso pensaba hacer.

 Después pensaría en lo que tenía que hacer, aprender un oficio para trabajar, eso tambien tenía que pensarlo muy bien y empezar mi  nueva vida, sin nadie que me controlara.

Me quede un rato viendo por la ventana, seguía viendo a la gente pasar, muchos caminaban a prisa, otros parecían estar de turistas, pero lo que más me gusto fue ver a los padres con sus hijos, la forma en que los cuidaban, como se podía ver que hablaban con ellos; por un momento eso me hizo sentir triste, pensar en que mis padres pudieran mostrarme un poco de ese cariño o a esas parejas que mire juntas, abrazadas, se podía ver el amor, algo que yo deseaba.

Estuve ahí hasta las 1 pm, ya empezaba a sentir hambre, pensé en salir a buscar algo, pero tambien pensé en esperar a la mujer que me ayudaba, para convencerla de que yo tenía que seguir sola, tratar de esconderme, darle las gracias, eso era lo que tenía que hacer; ahora solo faltaba convencerla, porque demandar eso no iba a poder hacer.

Estaba recostada pensando en que debería hacer, escuche que alguien tocaba la puerta, pensé que tal vez era la mujer que amablemente me estaba ayudando había llegado, espera que llevara algo de comida, porque ya tenía hambre o mínimo poder hablar con ella para poder ir a buscar algo de comer; me levanto sin ganas, voy a abrir la puerta cuando miro frente a mí un enorme ramo de orquídeas.

 Yo conocía ese ramo, era el mismo que mi esposo me mandaba en mi cumpleaños, empecé a temblar de miedo, no podía ser él, era imposible que me encontrara.

Las tomo sin ganas, miro quien me las entrega, era un jovencito, que en el momento que tome el ramo me dice – Señorita le mandan esto y esta nota.

 Después de dármelas el joven se da media vuelta y sale corriendo, sin esperar a que le preguntara nada, no podía moverme, mire por un momento la nota que tenía en mis manos, mientras abrazaba con fuerza el enorme ramo.

Después de un momento cierro la puerta, sentía mi pecho presionado, el miedo me invadió, si estaba temblando de la inseguridad que sentía, hasta ganas de llorar tenía, no quería leer la nota, pero tenía que saber lo que decía, esperando que hubiera firmado el acuerdo de divorcio y sin ganas abro la nota y empiezo a leerla:

NOTA

Esposa mía, será mejor que regreses a casa, tu comportamiento está siendo muy negativo, no puedo estar perdiendo el tiempo así y menos por tu culpa, sé obediente y regresa, no me hagas ir por ti, eso será muy malo para ti.

PD. No trates de volver a escapar o esconderte, no hay lugar que yo no controle o domine, tú eres mía y tienes que hacer lo que yo te ordene; recuerda tus padres te vendieron a mí, aún muy buen precio, ya he perdido mucho dinero por tu culpa, no me molestes más y regresa a casa.

Fin de la nota.

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