¡Hola!, antes de comenzar con esta nueva historia quiero recordarles que esta es la tercera novela de la saga, aquí les dejó el orden de lectura:
1: Atrapada por un Alpha
2: Atrapando un Alpha
3: Atada a un Alpha
Les recuerdo que subo capítulos diarios y que si les gusta esta historia, no olviden brindar su apoyo, comentando, dando su voto y su "me gusta", ante todo muchas gracias por leer este trabajo, realizado solo para su plena distracción. Sin más nada que decir, ¡COMENCEMOS!.
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Maximiliano Hillcen, un hombre de cuarenta años, quien posee todo lo que podría desear cualquier persona, dinero, poder, estabilidad económica y un gran éxito en los negocios, nada más puede faltarle. Las parejas no son parte de su problema, teniendo un sin fin de mujeres dispuestas a estar a su lado siempre que él lo quiera, pasar su RUT nunca ha sido un problema, solo debe buscar a alguna de las Omegas de su lista y de esa forma tenía asegurada toda una semana de diversión.
Sin esperar tener compromiso alguno, solo una gran semana de divertida compañía. Todas las que estaban dispuestas a estar con él, sabía y aceptaban el hecho de que no llegaría el momento en que tendrían algún tipo de relación estable o algún sentimiento romántico de por medio. Volviendo de esa forma, las cosas más fáciles y llevaderas para ambos, quienes se entregaban todo de cada uno sin esperar algo del otro. Hasta que pudieran saciarse del placer, para luego volver a sus vidas.
¿Quién en su sano juicio querría renunciar a vivir de esa forma?, a diferencia de todos sus hermanos, él no quería sentirse atado solo a una pareja, durante él resto de su vida, esa práctica era algo que para él, parecía ser aburrida, monótona y sosa, tener que estar siempre con la misma mujer, mirar siempre las mismas expresiones durante el sexo y saborear toda una vida la misma piel, no era algo que llamara su atención.
Últimamente, en los días en que estar entre dos bellas mujeres no era suficiente, la adrenalina de las apuestas era una buena opción, tratando de mantener el control para no volverlo un mal habito, algo que por experiencia vista en otras amistades, puede llevarlo hacia la total bancarrota si no se tiene el debido cuidado y conciencia para poder parar de jugar, el momento adecuado. Solo quiere divertirse y distraer su mente, no perder todo por lo que se ha esforzado.
Esa noche sin duda era su mejor noche en el casino, llegando a ganar mucho más de lo invertido, sin siquiera llegar a perder alguna de sus apuestas, el póker siempre había sido uno de sus fuertes, siendo así, el juego de azar que mejor dominaba.
El mesonero traía tragos, uno tras otro cada cierto tiempo, de pronto comenzó a sentirse mareados, así que paro de tomar, haciendo señas al hombre para que dejara de servir para él, al cabo de unos veinte minutos, su cuerpo se sentía extraño, quizás porque había consumido mucho alcohol, ya era hora de irse a casa. Termino la partida y se levantó de la mesa, pago la cuenta y se disponía a marcharse.
- Seño, creo que ha bebido demasiado, ¿desea que le llame algún conductor? - le dice uno de los empleados - disculpe si estoy siendo impertinente, pero tenemos la política de cuidar de nuestros clientes - le dice - oh si lo desea, puede reservar una habitación aquí mismo - Maximiliano superó y pensó de forma lógica, el hombre tenía algo de razón, sus sentidos no estaban al cien por ciento, podría tener en accidente si llegara a conducir en ese estado, pero contratar a un conductor desconocido era una idea que no parecía atractiva para su cordura, así que mejor prefirió tómale la palabra al joven y hospedarse en el hotel del casino solo por esa noche.
Camino hacia la recepción, sus sentidos estaban un tanto descoordinados, sentía que en tan solo instantes podría perderlos. Llego hasta el mostrador y pidió una habitación, saco la tarjeta para pagar y luego recibió la tarjeta de ingreso luego de que terminaran el proceso de registro. Camino hacia el ascensor, mientras lo esperaba comenzó a sentir el calor subiendo hasta su cabeza, su vista era un poco borrosa, sentía su respiración agitarse, ¿qué era?, aún faltaba mucho para su RUT, y tampoco parecía ser una simple reacción a los efectos del alcohol, llego al piso y salió del ascensor, camino por el pasillo tambaleándose de un lado al otro, su cordura estaba pendiendo de un hilo, llego a la habitación, abrió la puerta cerrando luego de entrar, se quitó la corbata, tratando de alivianar el ahogo, después siguió con su camisa, el saco y sus pantalones, los síntomas fueron cada vez más en aumento hasta hacerlo perder por completo el control.
Su boca se sentía seca y el cuerpo estropeado, le dolía cada músculo, incluso le costaba abrir sus ojos, el tono de llamada de su teléfono era algo insoportable, obligándolo a despertarse molesto por el ruido insoportable, se levantó quitando las sabanas de forma brusca, busco el aparato y contesta llamada.
- Me quede dormido, iré pronto- le dice a su asistente luego de responder la llamada.
- Los de IRM, ya estan aqui señor- le dice la mujer- ¿que les digo? - se escuchaba preocupada.
- Pues podrías decirles que - se da la vuelta hacia la cama, percatándose de que alguien se encontraba durmiendo allí, era una mujer, pero, ¿cuándo la invito a su cama?, hasta donde lograba recordar había subido solo a la habitación - tuve una reunión de última hora y estaré allí en poco tiempo- se acerca para verla, estaba acostada boca abajo de forma plácida - atiéndelos mientras llego - es hermosa y tiene buen cuerpo, aunque se veía más joven que las mujeres a las que frecuentaba - ¡Maldición! - grita, alertando a la mujer en el otro lado de la línea.
- ¡Señor!, ¿Se encuentra bien? - dice alarmada por el grito del hombre.
- Te, te llamo luego- le dice a la mujer, colgando la llamada.
- Espere sé... - colgó.
¿ Qué demonios era esto?, ¿como podía haber sucedido?, la mujer tenía una marca en su nuca, ¿había sido él?.
Talia es una mujer Omega de veinticinco años, nacida en el seno de una familia muy unida, cuidada y protegida por todos a su alrededor, siempre considero que no podía tener mejor vida que la que ya tenía, a pesar de ser económicamente de la clase media baja, era feliz con todo lo que tenía. Aunque había algo que anhelaba con todas sus ansias, y eso era poder estar con el hombre al que amaba, el nombre de ese hombre era Rafael, alto, de buen físico, amable con todos en la oficina, atento y cariñoso, era el tipo ideal para ella, además él no tenía pareja alguna, así que podía tener alguna oportunidad de conquistarlo. Desde que comenzó a trabajar en la oficina y lo pudo conocer, se podría decir que fue amor a primera vista, por sus actitudes cualquiera podría llegar a pensar que es un Alpha, pero en realidad él es un Beta, volviéndolo más impresionante ante los ojos de Talia, ya que el hombre podía convivir, llevar una conversación e incluso equipararse con los Alphas que trabajaban en la empresa, era como si para ese hombre no existiera una jerarquía de subgéneros. Verlo todos los días, hablar con él y poder sonreír a su lado, era todo un deleite, pero ella era demasiado cobarde como para expresarle sus sentimientos.
- Amiga, ¿Qué te sucede? – le pregunta Selena, su mejor amiga desde la universidad, ambas eran las únicas Omegas en el aula, así que se apoyaron mutuamente, hasta que terminaron la carrera juntas e ingresaron a trabajar en la misma empresa al mismo tiempo, eran casi como hermanas.
- ¿Qué? – responde atontada.
- Llevas rato viendo de forma tonta a Rafael – le dice, se encontraban en el comedor, sentadas una frente a la otra, pero Talia no dejaba de mirar a la mesa de enfrente, donde se encontraba sentado el supervisor de área.
- ¿Yo? – dice tratando de disimular – no, para nada lo estaba viendo, ¿Quién dijo que lo veía? – sonríe nerviosa – lo que pasa es que olvide entregarle unos reportes hoy en la mañana y debo hacerlo luego de que terminemos de comer – “Dios, ¿lo estaba viendo tanto como para que Selena se percatara?, ¿Qué tal si él también se dio cuenta?”
- Amiga, a ti ¿te gusta el supervisor Rafael? –le dice riendo
- N….no – le dice nerviosa, mientras el calor subía por sus mejillas - ¿Qué te hace preguntar tal cosa? – le dice
- Tus reacciones – ríe – eres demasiado obvia Talia, se puede notar a veinte kilómetros que te mueres por ese hombre – sonríe y la mira
- ¿De verdad, soy tan obvia? – le dice preocupada de verse ridícula.
- Si, amiga – le responde – eres muy obvia, cualquiera que te prestara dos minutos de atención podría darse cuenta de inmediato.
- ¡Oh, por Dios! – dice alarmada - ¿Qué tal si él ya se dio cuenta?, ¿Qué cara debería poner?, ¿Cómo lo veré desde ahora? – quería desaparecer, ser invisible.
- Cálmate, señorita nervios – le dice riendo al ver las expresiones de Talia - ese hombre es un Nerd total, solo está concentrado en el trabajo y en el equipo – le dice mirándolo – no se percataría de tus sentimientos, aunque lo golpearas con ellos – sonríe – aunque viéndolo bien, no es mal parecido, tiene un muy buen físico e imagino que debajo de esa camisa abotonada hay un cuerpo esbelto – lo miraba con detenimiento, su camisa se ajustaba perfectamente a su figura, brindando una vista clara de lo que podrías conseguir luego de quitarla – es lindo, no se puede negar – hace una pausa y mira a Talia – Lo único que veo malo en ese hombre es que es un simple Beta – le dice mientras come - ¿te sentirías bien de esa forma? – la mira – ni siquiera puede sentir tus feromonas, además tus ciclos de calor serán más intensos sin la ayuda de un Alpha, ¿crees que él pueda seguir ese ritmo? – le dice mostrando preocupación – demás, dicen que no se siente de la misma forma hacerlo con un Beta que con un Alpha.
- No creo que eso llegue a ser un problema – le dice apenada por la conversación – mi ciclo es estable y ahora con los supresores es más fácil de controlar – mira hacia el hombre, quien seguía distraído comiendo y leyendo unos documentos – y con respecto a la sensación, pienso que el tema de Alphas y Omegas no es más que simple atracción sexual – se sonroja y mira hacia abajo, lo estaba mirando demasiado de nuevo – yo quiero algo más sentimental – mira a Selena apenada.
- Vaya, de verdad que estás enamorada amiga – ríe y la mira – muy bien, te ayudare – le dice sonriendo
- ¿Qué? – dice sorprendida - ¿me ayudaras de verdad?, ¿Cómo?
- Si – le dice – te ayudare a conquistar a ese hombre, en poco tiempo lo veras rendido a tus pies, ya lo veras - sonríe
- No sé cómo pretendes lograrlo, pero muchas gracias – dice riendo, consiguiendo relajarse un poco de la conversación.
- Allí va otra víctima – dice Selena de improvisto, llegando a sus puestos de trabajo después de almorzar.
- ¿Qué?, ¿a qué te refieres? – le dice viendo de que se trataba.
- Allá, mira – le dice señalando al Gerente General sonriéndole a una mujer mientras salían de la oficina.
- Oh – dice viendo la escena – no entiendo como siempre tiene una diferente, además ¿Cómo no se pueden dar cuenta de que es un manipulador? – Maximiliano Hillcen, el Gerente de la empresa, un hombre alto y apuesto, demasiado para su edad, conocido por sus múltiples romances, quienes siempre terminan con los corazones rotos de las mujeres que creen poder cambiarlo, hombres como ese eran lo opuesto a lo que Talia buscaba.
- Pues, manipulador o no yo quisiera ser una de su lista – dice Selena riendo – Alphas como ese se consiguen muy poco – ríe – no me importaría montarlo y dejar que me rompa el corazón, y otras cosas – ríe
- ¡Selena! – le grita Talia apenada por el comentario.
- Bueno, ya – dice poniéndose seria – vamos a trabajar, más tarde veremos cómo solucionar tu dilema – le guiña un ojo.
A partir de ese momento Selena comenzó a ayudar a Talia en su proyecto romántico, iban de compras buscando prendas que la hicieran lucir más bonita y que llamaran la atención del hombre, cambio su estilo de peinarse, maquillaje, incluso su perfume. Luego de un tiempo y de que nada de eso llamara su atención, a Selena se le ocurrió proponer reuniones de compañeros casi todos los fines de semana, buscando un pretexto para que pudiera conversar con Rafael y acercarlos, estuvieron de esa forma durante tres meses hasta que tuvieron la suficiente confianza como para poder salir solo los tres, como un grupo de amigos quienes salían a beber y platicar, Selena los dejaba solos de momentos para que pudieran conocerse mejor, Talia podía sentir que estaba teniendo un avance, quizás el poder estar juntos no era tan imposible como ella lo creía, y todo eso era gracias a su gran amiga Selena, de no haber sido por ella, aun seguirían teniendo conversaciones simples de trabajo, dentro de las oficinas, ya había transcurrido todo un año así que Talia ya se sentía con la suficiente confianza como para poder encararlo y decirle abiertamente sus sentimientos, además de que el hombre había cambiado su actitud con ella, mirándola de forma mas cariñosa y siendo mucho más atento, tal vez, él también sienta lo mismo y llegue a aceptarla.
Por fin había llegado el gran día, Talia logro reunir las fuerzas suficientes para sentarse a hablar con Rafael y poder expresarle sus sentimientos, tomo su teléfono y le envió un mensaje de texto, invitándolo a almorzar juntos en la hora de la comida, con solo escribirlo y recibir la respuesta su corazón ya latía con mucha intensidad, sentía como los nervios la devoraban, pero no se echaría hacia atrás, estaba plenamente decidida a que ese fuera el día.
Al llegar la hora acordada Talia tomo sus cosas y salió corriendo hacia el lugar de la cita (un pequeño restaurante familiar, muy cercano a la oficina), si llegara a conseguirlo en los pasillos, quizás el valor que había reunido lo perdería, así que prefirió adelantarse, llego al sitio y en seguida la mesera corrió a atenderla buscándole una mesa que fuera de su agrado.
- Aquí está la carta – le dice la mujer entregándole el menú - ¿desea ordenar ahora? – le dice sacando una libreta de notas y un lápiz
- No – le dice de inmediato – es que estoy esperando a alguien, pediremos en cuanto llegue – sonríe apenada.
- Muy bien – le dice la mujer guardando la libreta y el lápiz dentro del bolsillo de su delantal – vendré en un rato entonces – le sonríe y se marcha a atender a los otros clientes.
Pasaron quince minutos de espera cuando pudo ver a Rafael entrar al lugar, y tras de él venia Selena también, Talia se sorprendió al verla, “yo no la invite” pensó, sus dos amigos llegaron hacia la mesa donde ella se encontraba y se sentaron al frente, uno al lado del otro. Talia no podía dejar de ver a Selena, ¿Qué hacia allí?
- ¡Oh! – dice Rafael al ver la mirada de Talia – yo le dije a Selena – le dice sonriendo – imaginé que habías olvidado decirle así que le dice – mira a Selena y ambos se sonríen.
- ¡Oh!, si, si – sonríe nerviosa disimulando
- ¿Sera que podremos pedir ya? – dice Selena volteando a mirar a la mesera, la chica capto su mirada y enseguida se acercó a la mesa para tomar el pedido.
- ¿Ya van a ordenar? – le dice sacando nuevamente la libreta.
- Sí, yo quiero ordenar el plato cinco – dice Selena mientras ve el menú – Rafael, tu ¿Cuál vas a querer? – le dice mirando al hombre
- El mismo que tu pediste – le dice sonriéndole de forma cariñosa.
- Talia, ¿Tu que vas a pedir? – la mujer se encontraba distraída, observando cierta atmosfera, por alguna razón los veía de forma diferente a la de siempre, esos dos parecían más unidos de lo normal - ¿Talia?
- Ah – dice saliendo de sus pensamientos - oh, yo voy a querer el tres – dice rápidamente, no tenía ni idea de cuál era el plato número tres, pero su mente estaba demasiado distraída pensando en otras cosas.
- Bien, en un momento se los traigo – dice la mujer terminando de anotar el pedido y luego se retira.
- Es bueno que haya un lugar así cerca de la oficina no es así – dice Selena sacando conversación – de ese modo podemos variar las comidas – sonríe
- Si – dice Talia, saca su teléfono y le escribe un mensaje a Selena: Estaba preparada para hablar el día de hoy con Rafael sobre mis sentimientos y si quisiera comenzar una relación conmigo, por ese motivo no te invite a venir, no quisiera parecer grosera amiga, en realidad tengo mucho que agradecerte, pero, ¿podrías pedir tu comida para llevar?, te prometo que te lo recompensare. Suena el teléfono de Selena recibiendo el mensaje.
- Esperen, tengo un mensaje – dice Selena sacando su teléfono de su bolso, lee y luego levanta la mirada hacia Talia, quien la miraba de forma suplicante. Selena sonríe y luego guarda el teléfono.
- ¿Quién era? – le pregunta Rafael.
- Era de la oficina – le responde sonriendo.
- Aún nos queda mucho tiempo de almuerzo – le dice viendo el reloj.
- Rafael – le dice Selena colocando su mano sobre la del hombre y luego lo mira – creo que es momento de hablar con Talia – le dice sonriendo.
- ¿Hablar de qué? – dice mientras mira la mano de Selena entrelazarse con la de Rafael, su corazón comenzó a latir rápidamente, ¿Qué estaba sucediendo?
- Bueno, pues – dice Rafael con una sonrisa enorme – Selena y yo, somos pareja - dice feliz
- ¿Qué? – Talia estaba en shock, ¿Cuándo paso todo eso?, ¿Por qué?, ¿de qué forma? Miro a Selena, la mujer sonreía felizmente mientras colocaba su cabeza en el hombro de Rafael de forma intima – De… ¿desde cuándo? – les pregunta, sentía un gran vacío creciendo en su interior, mezclado con un miedo enorme, las ganas de gritar y llorar, todo parecía acumularse en su estómago, subía por su esófago y de atoraba en su garganta.
- Desde hace tres meses – le responde Rafael sonriendo y acariciando la mano de Selena.
- ¿En qué momento? – ella nunca llego a ver señales de que se gustaran mutuamente durante sus salidas, de haberlo sabido no estuviera allí.
- ¿Recuerdas la semana de tu celo, en la que te vino de improvisto? – le dice Selena- planificaron una reunión de compañeros en la oficina, nos pusimos conversar y una cosa llego a la otra y al final, llegamos a la conclusión de que estábamos interesados románticamente el uno del otro – le dice de forma casual – así que, nos dimos la oportunidad – sonríe y besa la mejilla del hombre - ¿No estas feliz por nosotros? – le dice sonriendo.
- Disculpen – dice Talia levantándose de la mesa – acabo de recordar que hay algo que debo hacer – toma su bolso.
- ¡Oh!, pero que pasara con tu almuerzo, ¿recuerdas? – le dice Rafael.
- Ya se me quito el hambre – se va corriendo del sitio, dejando atrás a la pareja.
¿Cómo era posible?, todo eso estaba sucediendo desde hace tres meses y ella solo estaba haciendo el papel de estúpida, incluso seguía hablándole a Selena sobre Rafael, mientras ella le daba consejos de cómo hablarle y dirigirse hacia el que ya era su novio, ¿Qué demonios estaba sucediendo?, ¿Cómo pudo Selena hacerle eso, y además no contarle nada?, sentía un gran dolor en su pecho, como si hubiera perdido algo que era muy importante para ella, ¿Cómo pudo Selena traicionar su amistad de esa forma?.
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