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La Amante Del Presidente.

capitulo 1.

Mi nombre es Valeria Guzmán y actualmente tengo 24 años y la verdad no les voy a pintar una escusa maravillosa de como termine siendo la amante de un hombre 18 años mayor que yo. Si así como lo están leyendo mi pareja sentimental es un hombre de 42 años de edad y es quien "Patrocina" mi grandiosa vida de lujos, pero antes de seguir y que me odien déjenme contarles como pasó todo, sé que no hay justificación válida aun así tampoco es como que robe o asesine y mucho menos le quite el marido a nadie. Soy una mujer adulta que tomo una decisión y asumo todo lo que esto conlleva.

Todo comenzó cuando tenía 22 y estaba ahogada en deudas interminables con 3 empleos de medio tiempo apenas podía sobrevivir el día a día. Estudiaba en un Instituto público, pero eso no quitaba que el material también fuera gratis. La situación era desoladora y simplemente agotante.

Un día no pude resistir más la presión al ver el cartel de desalojo por falta de pago pegada en mi puerta, de que servía trabajar tanto si al final nada cambiaba. Me dejé derrumbar en ese feo pasillo mientras recordaba a una presumida de mi salón.

Esa chica que antes era de mi misma clase un día como arte de magia cambio por completo llegando con bolsos de marca y ropa bonita incluso invitaba a varios estudiantes a comer a lugares caros. Recuerdo pensar por horas cómo diablos le hizo para cambiar así su vida y una noche lo descubrí.

Su grupo de amigas llego justo al lugar donde yo trabajaba de mesera y mientras limpiaba la mesa justo a la de ellas escuche su conversación.

- Chicas dentro de poco me voy a mudar a un bonito apartamento en el centro, mi querido ea tan generoso conmigo.

- No te da asco, es 20 años mayor que tú.

- Dime nena a ti te daría asco salir luciendo está ropa de lujo acompañada de un bolso de diseñador y volver a un apartamento completamente amueblado sin tener que pagar un solo centavo por ello.

- Bueno no es gratis tampoco.

- Mi cariño me da todo lo que necesito y a cambio yo lo hago feliz así que es un acuerdo justo para los dos. Prefiero mil veces esto a terminar con un muerto de hambre que ni para los tacos de la esquina le alcance.

- Es increíble como piensas.

- Si fueras inteligente entenderías que los chicos de nuestra edad no sirven para nada más que un buen polvo y muchos cachos, pero un hombre maduro que ya vivió su vida no solo te da comodidad sino que también seguridad, ellos si saben tratarte como reina.

Ellas discutían los pro y los contras de ese polémico estilo de vida, pero para mí era la solución por la que tanto estaba rogando, yo necesitaba con desesperación encontrar una salida, me estaba partiendo el lomo y no obtenía ningún resultado así que no lo pensé y al acabar mi turno me fui directo al apartamento y elegí el vestido más bonito que tenía lo mejor es que no era descarado y me daba un aire a mujer madura que sabe lo que quiere.

Mi estúpida fantasía de que todo me saldría bien de buenas a primera rápidamente se desvaneció al ver que lo único que conseguía era a hombres desagradables que estaban más quebrados que yo.

Recorrí un par de lugares sin suerte alguna hasta que de un restaurante exclusivo vi salir al hombre perfecto con su traje impecable, su perfume era de una fragancia que jamás en mi pobre vida conocí. Era el hombre perfecto así que rápidamente me lancé a sus brazos, literal lo arrincone contra la pared.

Su mirada fría me hizo dudar. - Perdón me acabo de doblar el tobillo.

- ¿Estás bien?

- Duele un poco.

Para mi sorpresa lejos de empujarme me levanto entre sus brazos y me llevo dentro de su auto, el chofer nos observó por el retrovisor y ante una simple señal él comenzó con el viaje. Durante el camino no me animaba a decir nada, de hecho toda la confianza que tenía ya se había desvanecido de mí.

¿Qué pasa si me está llevando a la estación policial? Como diablos voy a pagar una multa cuando siquiera puedo pagar un alquiler.

Quedé asombrada cuando paramos en frente de un lujoso hotel y ese hombre me extendió la mano para ayudarme a bajar. Mi cabeza era un desastre, quería salir corriendo, pero a la vez no podía hacerlo; No tendría otra oportunidad como esta.

Él se mantuvo en silencio hasta llegar a la habitación, yo asustada simplemente me senté en el sillón. Su voz aguda retumbo en el silencioso lugar.

- ¿Ya te encuentras mejor de tu tobillo?

- Ah emm si ya no duele tanto. Gracias por su ayuda.

Lo veo dirigirse al bar y servirse un trago de whisky mientras mi corazón palpitaba cada vez más acelerado.

capitulo 2.

Con un movimiento sutil extiende un vaso para mí mientras me da una mirada fría.

- Ya sé que nunca sufriste ningún inconveniente así que dime. ¿Eres una prostituta?

- ¡NO! Señor sé que parece todo lo contrario, pero le aseguro que no soy una prostituta.

- Es algo que una mujer de la noche diría. Cuantos años tienes, no te ves muy mayor.

Entiendo su preocupación todo en esta situación grita a estafa, tengo que convencerlo de alguna forma, le sujeto la mano y lo invito a tomar asiento junto a mí.

- Tengo 22 años y le aseguro que no soy esa clase de mujer aun así no puedo negar que me gustó en cuanto lo vi y por eso acudí a un truco tan bajo. Quería una oportunidad.

- ¿Oportunidad para qué? Sabes a cuantas mujeres veo lanzarse a mis brazos, niña.

Es ahora o nunca. - Una oportunidad para conocerlo y que me ayude en algo.

Tomo su mano y llevo dos de sus dedos a mi boca luego de jugar un poco con ellos con mi lengua los repaso por debajo de mi vestido y ropa interior haciendo que entren lo más profundo posible.

- Como puede ver soy virgen y quería que mi primera vez fuera con alguien especial.

Sin decir nada me lanza sobre el sillón y se posiciona sobre mí, no voy a negar que sentí miedo en ese momento.

- A que estás jugando, crees que puedes venir a mí y pedir algo así como si nada. Peor aún piensas que soy tan estúpido que voy a acceder sin cuestionarme tu actuar.

- Yo.. Yo.. Lo siento mucho.

Unas cuantas lágrimas comienzan a caer, de verdad que pensé que sería más fácil hacer esto, pero nada está saliendo bien. Al notar mi temor ese hombre se aparta dejándome espacio.

- Porque haces esto, deberías de compartir este momento con alguien especial, un chico de tu edad. Un novio y entregarte por amor.

- No quiero eso, los chicos de mi edad no saben nada y son descuidados. Sé que no me cree, pero pensé en esto por mucho tiempo prefiero estar con alguien experimentado que pueda tratarme bien a con un pendejo que me va a lastimar y al final no solo jugará con mi cuerpo sino que también con mi corazón.

Él no dice nada mientras toma un sorbo de su bebida. - Señor por favor, sé que lo que estoy pidiendo suena absurdo, pero piénselo bien usted pasará un buen momento y yo podré disfrutar de la experiencia sin tener conflictos amorosos de por medio. Yo seré simplemente otra mujer en su vida y usted será mi primer hombre, ese que me enseñe los placeres de la vida.

Me estoy jugando el todo por nada, en las novelas este truco nunca falla, a los hombres le encanta que les eleven el ego y ser el primero de una mujer más allá de cualquier relación los deja por encima de todos así que si después de mis palabras me rechaza pues es una derrota rotunda para mí.

- Lamento todo lo sucedido me voy ahora mismo.

Me levanto lanzando la última carnada, de verdad está es mi última carta para jugar. Llego a la puerta y giro la manilla rogando que por favor me detenga, nunca volveré a tener tanta suerte de encontrar a un hombre tan guapo y limpio como él.

La puerta se abre y me doy por vencida, antes de cerrarla él la sostiene. - Pasa niña.

Una gran sonrisa se dibuja en mi rostro mientras vuelvo a entrar, ese hombre no me da tiempo a nada y me deja contra la puerta. Nuestras miradas se cruzan y puedo sentir su aliento fresco mezclado con un toque peligroso de whisky.

- Como te llamas.

- Va.. Valeria.

Siento su ligero toque en mi mejilla acomodando mi cabello seguido de sus labios, jod3r es el mejor beso de toda mi vida. Su lengua juega con la mía mientras siento sus manos recorrer mi cuello bajando aun más llegando a mis glúteos, luego me carga para llevarme a la cama.

Mis ojos siguen cada uno de sus movimientos mientras sé quita la corbata seguida de cada botón de su camisa. No sé que edad tiene, pero sin duda ese cuerpo es de un hombre al que le encanta cuidarse. Bien marcado y todo tonificado y duro, llega el momento del pantalón y mientras se quita el cinturón no puedo evitar llevar mis manos y cubrir mis ojos.

- Ja ja ja Te vas a comportar así después de casi suplicar que te enseñe los placeres de la vida.

Si antes pensé que era el hombre más guapo después de ver esa sonrisa no me queda duda de que me he ganado la maldita lotería. Este hombre está provocando un completo caos en mí y eso que todavía no hace nada.

Capitulo 3.

Él desciende lentamente y comienza a besarme mientras yo abro mis piernas para que pueda estas cómodo y así sentirlo, nunca pensé que un hombre podía ser así de perfecto. Rico, en buena forma y con una herramienta que aunque todavía está media dormida ya puedo saber que será grande y fogosa.

Apenas y consigo tomar una bocanada de aire debido a su intensidad. - Por favor... Por favor sé amable.

- Tranquila prometo tratarte bien y te aseguro que nunca olvidaras está noche.

Sus besos calientes comienzan a bajar hasta llegar a mi zona sensible, sin decir nada me devora por completo, está sensación sumado a sus palabras me hacen pensar que de verdad nunca en mi vida podré olvidar lo que este hombre me va a hacer.

Luego de tener el mejor orgasmo de mi vida veo como se quita el bóxer y se coloca el condón, ahora si ya está totalmente despierta lo que me hace dudar.

- Eso no va a entrar señor.

- Claro que si lo va a hacer y quiero que cuando la sientas grites mi nombre.

- Pero todavía no me dice su nombre.

- Me llamo Álvaro.

Álvaro me toma de las piernas haciéndome girar quedando boca abajo mientras comienza a rozar su hombría en mis glúteos, siento como todo mi cuerpo reacciona a su toque y antes de darme cuenta comienza a entrar en mí.

Un ligero gemido se escapa mientras me aferró con fuerza a las sábanas, su voz más suave me dice al oído. - Grita mi nombre Valeria.

De una sola estocada lo introduce todo y no puedo evitar gritar su nombre llena de lujuria. - ¡ÁLVARO!...

Sus movimientos se volvieron más salvajes luego de pronunciar esa palabra y yo me deje llevar, cada postura era nueva al igual que la sensación que despertaba en mí con sus caricias y besos apasionados. Ahora sé que jamás podría arrepentirme de esta absurda decisión porque gracias a ella encontré al hombre perfecto.

Esa mañana me despierto completamente adolorida, lo busco con mis manos en la cama, pero me desilusionó al notar que él ya no está a mi lado. Me enderezo y puedo ver sobre la mesa una bandeja con lo que supongo que es el desayuno, al lado de esta hay unos cuantos billetes, todos son de a 100, pero eso no quita que no me siento bien.

Me doy un baño rápido y salgo del lugar algo apenada aunque satisfecha. Ya en una plaza no muy lejana comienzo a contar el dinero y me asombra ver que con esto puedo cancelar mi alquiler atrasado aunque también me molesta la idea de que todo sea destinado únicamente para eso.

Como me gustaría irme de compras ahora mismo, tener eso que siempre me quedé viendo en la vidriera, llegar al salón vistiendo algo bonito con mi cabello arreglado y un bolso que haga juego con todo, pero si lo hago tendría que dormir en la calle.

Con las ilusiones rotas vuelvo a mi apartamento y con todo el dolor en mi corazón entregó cada billete al casero quedándome con apenas algo para almorzar y con suerte un dulce.

Si alguien se está preguntando que clase de vida debí de llevar para terminar haciendo esto, pues no fue mala, al contrario, mis padres siempre trabajaron duro para que al menos no me faltará lo indispensable. Ellos son buenos y responsables padres que no dudaron en darme todos sus ahorros cuando les conté la idea de venir a estudiar aquí.

Cada mes mamá llama esperando escuchar buenas noticias mías y siempre al colgar me recuerda que si algo no está saliendo como yo lo pensaba puedo volver, pero como hacerlo. Yo me prometí volver un día cuando ya estuviera establecida y con un buen salario, quería que el día en que llegará a su casa fuera con muchos regalos para demostrarles que si lo había logrado.

No me avergüenza lo que hice, pero si sentiría vergüenza de mi misma volver a ver a mis padres y decirles que soy una fracasada que desperdició todo su esfuerzo y no consiguió nada al final, lo peor de todo es que sé que ellos no se enojarían conmigo aun así no me quiero rendir. Voy a intentarlo un poco más antes de darme por vencida.

Las semanas siguientes todo seguía igual, pase por ese mismo lugar unas cuantas veces intentando encontrarlo, pero ya no lo volví a ver, no sé dé que me quejo yo misma fui la que le dije que solo sería esa noche y nada más. Pero tanto le constaba darme al menos su número de contacto.

Mi suerte no mejoró tampoco, seguía conociendo a tipos mediocres que no les alcanzaba ni para un buen motel lo que era una pérdida de tiempo. Tal vez mis cálculos no fueron buenos y yo no soy tan bonita como para encontrar un Sugar Daddy que me consienta y mime así como lo deseo.

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