Así como el dios Kaayo creó el mundo en donde la magia era una realidad, creó varios mundos más, o dimensiones, como algunos les llamaban. Algunos de estos mundos estaban relacionados los unos con los otros, como era el caso del mundo de las criaturas mágicas, la cuales podían ser invocadas por los magos de una dimensión cercana, otros, en cambio, poco tenían que ver los unos con los otros, y aunque muchos de estos mundos habían olvidado a quien fue su creador, el dios Kaayo cuidaba de estos sin importarle si lo recordaban o no.

Actualmente, el dios revisaba lo que sucedía en estos diversos mundos, una actividad rutinaria para el dios, ya que él solía hacer esto para ayudar a quienes lo necesitaran, pero esta vez su objetivo era diferente, ya que esta vez estaba buscando a una pareja para encomendarles una misión muy especial.

Así el dios vio a diferentes parejas en distintos mundos, buscando una que pudiera cuidar la valiosa carga que tenía en sus manos, y tras descartar a varias, el dios al fin encontró lo que estaba buscando, por lo que tomo aquella pequeña esfera de color rojo con naranja, y con ella en su poder se dirigió al mundo elegido.

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Mara Kali, era una mujer muy hermosa, con su cabello rojizo y sus ojos verdes, Mara conquistaba a los hombres sin proponérselo, pero ella no estaba interesada en tener una relación, la mujer solo tenía un objetivo en mente y ese era ser una repostera famosa, reconocida a nivel mundial, pero la vida da muchas vueltas, y a veces aquello que has anhelado durante toda tu vida, no es lo que te hará feliz.

Y es que cuando la carrera de Mara iba en ascenso, ella conoció a Raúl Chantli un hombre que cautivo a la mujer con tan solo una mirada, y como no hacerlo, sus ojos marrones oscuros, parecían poder observar el alma de Mara, a la vez que combinaban perfectamente con su cabello negro y su tez morena, Raúl era el hombre que Mara había esperado toda su vida sin saberlo.

Para Raúl, conocer a Mara había sido un golpe de suerte y es que se suponía que sería su otro de sus compañeros de trabajo quien asistiría a esa reunión, pero por razones del destino terminó yendo él, y en el hotel donde se llevó a cabo dicha reunión, Raúl conoció a la mujer de su vida.

Mara y Raúl se enamoraron al instante y ninguno dudo en dejar a tras su carrera para poder crear un proyecto juntos, Raúl trabaja en una agencia de publicidad, y debido a su talento, su carrera estaba en ascenso, todos pensaban que él llegaría lejos en la empresa donde trabajaba, pero dejo todo eso para unirse a la mujer que amaba, por su parte Mara, decido que en vez de seguir viajando para hacer crecer su reputación como repostera, se quedaría en un lugar fijo, para formar una familia junto al hombre al que amaba, y así, ambos haciendo uso de sus conocimientos, abrieron una pastelería, la cual les permita vivir bien y hacer lo que les gustaba.

Todo en la vida de Mara y Raúl era simplemente perfecto, poco después de que su pastelería comenzara a generar buenas ganancias, Mara y Raúl se casaron y al poco tiempo decidieron que era el momento de hacer más grande su familia, por lo que buscaron tener un hijo, pero a pesar de quedar embarazada relativamente rápido, Mara perdió a su bebe antes de siquiera llegar a los dos meses de embarazo, algo que devasto a la pareja, pero aun así decidieron intentarlo nuevamente, pero el resultado fue el mismo, así lo intentaron en varias ocasiones, pero después de 5 abortos, la pareja decido ya no intentarlo nuevamente, ya que ambos estaban devastados por la perdida de sus hijos no nacidos.

Esos tiempos fueron muy duros para la pareja, pero con su amor supieron sobreponerse, y a pesar de todo, no dejaron que eso los separara, al contrario, solo los unió aún más, y a pesar de haberse resignado a no tener hijos, ambos aún deseaban ser padres.

- Mañana tenemos cita con la doctora, ella nos ayudará a tomar la mejor decisión – le dijo Raúl a su esposa.

Ambos, para evitar pasar por un aborto nuevamente, habían decidido programar una vasectomía para Raúl y una ligadura de trompas para Mara, pero antes de someterse a la intervención médica, ambos deseaban informarse bien sobre el proceso y así no correr ningún riesgo.

- Lamento, no haberte podido dar los hijos que tanto deseabas – le dijo Mara a su esposo, ya que ella se culpaba por los abortos.

- Ya hablamos de eso, no es tu culpa, no es culpa de nadie, simplemente no estaba escrito que fuéramos padres – le dice Raúl a Mara, ya que a él le dolía que su esposa se culpara de lo sucedido, es por eso que siempre intentaba que ella se sacara esa idea de la cabeza.

Esa noche la pareja se fue a dormir, y durante la noche, Mara busco tener un encuentro íntimo con su esposo, ya que deseaba transmitirle lo mucho que lo amaba, puesto que Raúl había demostrado ser uno en un millón, ya que cualquier otro hombre la hubiera culpado y dejado, pero Raúl se había quedado, y la había apoyado en todo momento, es por eso que Mara deseaba hacerle saber lo mucho que lo amaba.

Estaban tan inmersos en el placer, que ambos olvidaron cuidarse, lo que ambos no sabían era que este pequeño desliz había sido propiciado por alguien que los había estado observando desde hacía un tiempo, y los había elegido para cuidar y amar a una persona muy especial.

Mara se encontraba en una habitación completamente blanca, en el lugar no había absolutamente nada, entonces vio un punto de luz a lo lejos y sin dudarlo se encaminó hacia este, entre más se acercaba al punto de luz, pudo darse cuenta de que era una gema encima de una puerta y sin dudarlo la abrió, observando fascinada que al otro lado había un hermoso bosque.

- ¿Mara? – oyó la mujer que alguien la llamaba y, al buscar quién era, se dio cuenta de que era su esposo, quien estaba con ella en aquel bosque.

- Rubén, ¿qué haces aquí? Y ¿Dónde estamos? – le preguntó Mara a su esposo.

- No lo sé, ¿esto es un sueño? Si eso debe ser, no pude ser otra cosa – le dijo Raúl a su esposa, quien no comprendía cómo habían llegado a ese lugar, ya que lo último que recuerda era haberse quedado dormido junto a su esposa después de un apasionante encuentro.

- ¿Un sueño? – se preguntó Mara, y es que a ella no le parecía un sueño.

- Esto no es un sueño, pero tampoco es del todo real – les habla una voz que sale de la nada.

- ¿Quién eres?, ¿De qué rayos hablas? – le dice Raúl a la voz, mientras se coloca de manera protectora frente a su esposa.

- No tienes que estar a la defensiva, no les haré daño – dice aquella voz, y de entre los árboles sale un hombre, quien lleva un pequeño bulto en sus brazos – desde hace un tiempo los he estado observando, he observado su amor, su fortaleza, su audacia y su capacidad infinita para dar cariño, es por todo eso que mes gustaría pedirles un favor – continúa hablando aquel hombre, mientras se acerca a la pareja, quienes al tener al hombre más cerca pueden ver que el bulto en sus brazos, es en realidad un bebe – ella es Cyra, es un alma realmente fuerte, que tuvo la desdicha de haber tenido una vida muy injusta y un final verdaderamente trágico, en su corta vida Cyra apenas y pudo conocer lo que era el amor, Cyra ya ha sufrido demasiado, ahora es el momento que sea feliz, yo no puedo hacerlo, pero sé que ustedes la podrán hacer muy feliz, así que les pregunto ¿ustedes la cuidarían por mí? – les dice el dios Kaayo, quien era el hombre que se había aparecido ante la pareja.

Raúl y Mara, al ver a la pequeña, quedaron enamorados de ella, sus cabellos rojos y sus ojos naranjas los hipnotizaron, pero lo que más cautivo a la pareja era la expresión en la cara de la infante, una expresión tan tierna que conquistó a la pareja al instante.

- Por supuesto – dijo la pareja, el unísono, y Mara instintivamente estiró a los brazos para recibir a la pequeña, y el dios Kaayo no dudó en dársela.

- Sé que ustedes sabrán darle todo ese amor del que fue privada en su otra vida – les dice el dios Kaayo, entonces la pequeña Cyra se convierte en una esfera de color naranjo con rojo y se hunde en el vientre de Mara, algo que desconcierta a la pareja y provoca que ambos despierten.

- ¿Qué fue eso? – se pregunta Raúl en voz alta, mientras mira con incredulidad su habitación.

- No lo sé – le contesta Mara, a la vez que, instintivamente, se lleva las manos a su vientre.

Sin poder comprender lo que acababan de vivir, mejor optaron por volver a dormir y olvidar lo ocurrido.

Al día siguiente, como lo tenían planeado, fueron a ver una doctora, quien sería quien los asesoraría durante el proceso que planeaban llevar a cabo.

- Bueno, todo parece estar en orden, para que podamos programarlos, deberán de hacerse un par de estudios, para asegurarnos de que estamos siguiendo el mejor camino, cuando tengan los resultados de los estudios, llámenme, para que los revisemos y podamos programar sus respectivas operaciones – les dice la doctora, mientras les entrega las órdenes para los estudios.

- Así lo haremos, gracias, doctora – le dice Raúl, y Mara lo imita, y ambos salen de la clínica, hacia su hogar.

Debido a varios inconvenientes en la pastelería, Mara y Raúl no habían podido realizarse los estudios de inmediato, sino que les tomó 2 semanas resolver todo y así conseguir algo tiempo para ir a los laboratorios.

- Los resultados estarán dentro de tres días, llamaré a la doctora para hacérselo saber, y así programar la cita lo más pronto posible – le dice Raúl a su esposa, mientras ambos están parcialmente acostados en la cama, viendo una película.

- Sí, hazlo, seguramente pensará que nos arrepentimos, porque tardamos demasiado – le dice Mara a su esposo.

Así la pareja lo hizo, y solo una semana después, ambos se encontraban frente a la doctora, quien leía los resultados.

- Vaya, esto es una sorpresa – dice la mujer, quien mira los resultados muy atentamente – tendremos que hacer nuevos estudios para asegurarnos de algo – les hace saber la doctora una vez que ha acabado de leer los resultados.

- ¿Sucede algo malo? – le pregunta Raúl.

- No necesariamente, verá, señor Raúl, sus resultados fueron los esperados, así que no hay ningún problema con usted, muy diferente a los resultados de su esposa.

- ¿Hay algo malo conmigo? – le pregunta Mara, asustada.

- No, por supuesto que no, verá, algunos de sus resultados están fuera de rango, lo que solo significa una cosa, y es que usted está embarazada, pero no puedo asegurarlo al 100% hasta que se haga una prueba de embarazo – les dice la doctora.

- Pero eso no es posible, Raúl y yo siempre nos cuidamos – le dice Mara, mientras instintivamente se lleva las manos a su vientre.

Y mientras lo hace, a la mente de Mara y a la de Raúl, vuelve ese extraño sueño, y recuerdan que esa noche no se cuidaron después de tener relaciones.

- Todo apunta que no tiene mucho tiempo de gestación, por lo que es probable que aún pueda interrumpir… - comienza a decir la doctora, pero es interrumpida por la pareja.

- Lo tendremos, ¿nos podría recomendar un buen obstetra? – le preguntó Raúl a la doctora, quien no dudó en darles el número de un colega.

Ya en casa, la pareja aún no podía creer lo que estaba pasando.

- ¿Acaso eso no fue un sueño? – se preguntó Mara en voz alta, y aunque Raúl deseaba tener la respuesta a esa pregunta, no tenía nada, por lo que solo pudo quedarse callado.

La pareja fue al día siguiente a ver al obstetra, quien le saco una muestra se sangre a Mara, para hacerle una prueba de laboratorio, y así confirmar el embarazo, pero al ver a la pareja tan ansiosa, el médico, opto por también hacer una prueba casera, ya que así podrían salir de dudas más rápidamente.

- Deben de tomar en cuenta que estas pruebas suelen fallar, así que hasta no que tengamos los resultados, no podremos descartar que sea un error – les dice el obstetra, quien le pasa la prueba a Mara.

Mara es acompañada por Raúl, quien la ayuda a realizar la prueba, y una vez terminan, salen a dársela al doctor, para que este la revise.

- Felicidades, es muy probable que tengan un bebe – les dice el doctor, mientras les pasa la prueba positiva – los resultados del estudio estarán dentro de 2 días, cuando lleguen, yo los llamaré para que vengan a verme, por el momento, Mara, te recetaré una serie de vitaminas para que consumas y así fortalecer tu cuerpo, por tus antecedentes, debemos de manejar este embarazo como de alto riesgo, por lo que te recomiendo que mantengas todo el reposo que puedas – les recomienda el doctor.

- Así lo haremos, gracias, doctor – le dice Raúl.

- No tienen que agradecer, nos vemos en un par de días.

Al salir del hospital, la pareja aún no podía creer lo que estaba pasando; era simplemente increíble.

- ¿Crees que en verdad estoy embarazada? – le pregunta Mara a su esposo, y su voz está llena de miedo, y es que el corazón de la mujer no podría soportar perder a otro hijo.

- Sí, lo creo, y sabes que también creo, que la pequeña Cyra está aquí para quedarse – le contesta Raúl, mientras toca el vientre de su esposa, y esta se sorprende al oír que como esposo llamó al bebe.

- Raúl, ¿tú crees que ese sueño fue real? – le preguntó Mara a su esposo.

- La verdad, dudo que haya sido un sueño, no me preguntes que fue, porque no lo sé, lo que si sé, es que ese hombre, sea quien sea, nos dio un regalo, y la verdad parecía una buena persona, de esas que no te dan algo para luego quitártelo, así que estoy muy seguro que dentro de unos meses más, Cyra estará con nosotros, y le daremos todo el amor que ella se merece – le dice Raúl a su esposa, a quién sus ojos se le llenan de lágrimas.

- Mamá y papá te cuidarán y te amararán mucho, mi pequeña Cyra – le dice Mara a su vientre.

Dos días después, el obstetra les confirma que, efectivamente, Mara esperaba un bebe, y la pareja comenzó a preparar todo para la llegada de su hija.

Todos sus amigos y familiares les cuestionaban que solo compraran cosas para niña, sin siquiera saber el sexo del bebe, y es que desde que se enteraron del embarazo comenzaron a preparar todo, eligiendo solo artículos para niña, además de que incluso llamaban al bebe por un nombre femenino.

- Estamos esperando una niña, estamos seguros de eso – les decía Raúl a todos los que los cuestionaban.

Para cuando Mara entró a su quinto mes del embarazo, al fin pudieron ver el sexo del bebe, y justamente este fue una niña, esto sorprendió a todos, puesto que no podían imaginar cómo era que ambos padres supieran el sexo del bebe desde el principio.

Por su parte, para la pareja, los primeros meses del embarazo fueron muy angustiantes, y es que ninguno de los embarazos de Mara habían pasado del segundo meses, pero aun cuando cruzaron esa marca, la pareja seguía muy nerviosa, no fue hasta que Mara entro al quinto mes, y pudieron ver a su bebe ya casi completamente formado, que la pareja se relajó y supo que nada impediría que Cyra formara parte de sus vidas.

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- Raúl, despierta, Cyra ya viene – le dice Mara a su esposo, y es que un fuerte dolor la había despertado.

Al oír a su esposa, Raúl no duda en tomarla en brazos y llevarla hasta el auto, una vez la ha acomodado en el vehículo, él vuelve a la casa por las cosas del bebe y de su esposa y ya con todo listo, sale rumbo al hospital, mientras que en el camino le llaman a su obstetra, para hacerla saber que Mara está a punto de dar a luz.

Al llegar a hospital, el doctor ya se encuentra allí, y ya todo está preparado para ingresar a Mara.

El parto fue relativamente rápido, en poco más de una hora, Mara ya tenía en sus brazos a la pequeña Cyra, la bebe era hermosa y casi igual a la bebe que habían visto en ese sueño, que al parecer no era un sueño, la única diferencia entre la niña que Mara tenía en sus brazos y la niña de ese sueño eran sus ojos y su cabello, mientras que la bebe del sueño tenía los ojos naranjas y el cabello rojo, la nena que tenía Mara en sus brazos tenía los ojos marrones de su padre, y el cabello rojizo de su madre, sin duda era una bebe hermosa.

- Bienvenida al mudo, mi hermosa Cyra.