Valeria Mu, una cirujana cardiotoracica reconocida en el siglo XXI, muere tras salvar a un niño en una operación de emergencia. Al abrir los ojos, se encuentra en el cuerpo de Mu Wanru, una joven maltratada y enferma, hija ilegítima de un ministro poderoso del imperio Tian.
En un mundo donde la medicina se basa en hierbas y supersticiones, Valeria descubre que puede aplicar sus conocimientos para salvar vidas y también para protegerse. Usando hierbas locales, acupuntura y técnicas quirúrgicas adaptadas, se gana la reputación de doctora celestial.
Pero el verdadero peligro llega con su prometido Xie Liangchen, el general más temido de todo el imperio, apodado el dios de la guerra.
Frío, calculador, con fama de despreciar a las mujeres, ve el matrimonio como una carga. Hasta que conoce a la nueva Mu Wanru.
Ella no le teme, no lo adula y sobre todo lo desafía.
Mientras una conspiración crece en las sombras de la corte, Wanru y Liangchen se verán obligados a colaborar. Sanar viejas heridas y enfrentarse a sus propios corazones.
General Xie Liangchen, frío, calculador, detesta a las Mujeres para él son una carga, ya que es un general que va al campo de batalla.
Ministro Mu, quiere a su hija menor, pero la ignora, piensa que es la mejor manera de que su esposa no le haga daño.
Señora Mu, cruel, odia a Wanru, porque su madre tenía el corazón de su esposo.
Hermanastras de Mu Wanru, ambas hijas de la esposa principal, odian a su hermana menor, por eso la tratan mal.
Señora Xie, madre de Xie Liangchen, una mujer calculador, es astuta, de buen corazón. viuda, su esposo murió en batalla dejándola sola con su hijo pequeño. Asumió la responsabilidad de la familia Xie. Hermana del emperador.
Emperador, cruel, despiadado, ambicioso, planeo el compromiso y matrimonio de su sobrino Xie Liangchen, con la tercer señorita de la familia Mu, ya que todos dicen que es débil y enfermiza. No quiere que se interponga en el camino de su heredero al trono y único hijo.
Emperatriz, una mujer ambiciosa, hará todo para que su hijo asuma al trono sin importar a quien tenga que pasar por encima.
Usará los celos de su hijo encontra de Xie Liangchen, el único rival en el camino de su hijo al trono.
Príncipe heredero, sin ambición al trono, quiere una vida pacífica, lejos de la corte y las obligaciones del trono.
Tiene que soportar a su padre, su madre y su abuelo materno el primer ministro.
Admira a su primo Liangchen, pero surgirá una rivalidad al conocer a Mu Wanru, el príncipe se enamora de ella a primera vista, admira su valentía.
Mis bellas lectoras, acá andamos con otra aventura, espero les guste y me acompañen en esta aventura nueva.
Como siempre les digo gracias por leer mi trabajo, estaré actualizado por el momento un capítulo por día, hasta finalizar dos de mis novelas en emisión que están llegando a su final.
Gracias nuevamente por su apoyo y comprensión.
El pitido constante del monitor cardíaco se apagó.
La sala de operaciones, silenciosa segundos antes, estalló en caos.
---¡Carguen a trecientos!¡Ahora!,--- grito alguien
Valeria Mu no sintió el impacto del desfibrilador, tampoco oyó los gritos desesperados de la residente que sostenía su mano. Solo percibió un frío intenso, como si su alma hubiera sido sumergida en hielo.
"¿Así se siente morir?", pensó
Durante quince años había salvado vidas, dejó de lado fiestas, amores y hasta sueños personales por su vocación. Esa noche, un niño de seis años había llegado con un cuchillo clavado en el pecho. No había tiempo para esperar a otro cirujano. Valeria se lanzó al quirófano y todo se volvió negro.
Pero entonces, algo cambió.
Una fragancia desconocida, dulce y penetrante, se coló en su conciencia. No olía a hospital ni a desinfectante.¿Era incienso? ¿y sangre?.
--- ¡Despierta, bastarda, no te atrevas a morir tan fácilmente!,----
Un golpe seco le cruzó el rostro.
Valeria abrió los ojos de golpe.
El techo que vio no era blanco ni tenía luces led, era de madera tallada, con figuras de grullas y nubes. A su alrededor, un grupo de mujeres vestidas con túnicas antiguas la miraba con mezcla de temor y desprecio.
Una de ellas, una joven con ojos afilados y labios pintados de rojo oscuro, sonrió con crueldad,--- oh, mira eso, la zorra sigue viva,---
---¿Dónde?,--- musito Valeria, su garganta tan seca que parecía de papel.
Sintió su cuerpo débil, ligero como si no le perteneciera. Al intentar incorporarse, una punzada ardiente le atravesó el abdomen. Bajó la vista, su ropa era una túnica de seda bordada, empapada de sangre en la zona del vientre.
Esto no es un hospital, no es mi cuerpo, no es mi vida.
---¿Qué le diste?,--- pregunto otra joven más nerviosa.
---Solo un poco de té de loto blanco, con un poco de mandrágora, suficiente para dormirla eternamente o eso creí, ---- respondió la otra joven
Valeria se quedó helada no entendía que estaba pasando, pero algo era seguro, la estaban asesinando.
La más altiva se acercó y le acarició el cabello con burla,--- Escucha Mu Wanru, esta vez tu suerte se terminó, nadie te salvará, ni tu estatus de hija ilegítima, ni ese absurdo compromiso con el general de hierro, ¿creíste que podías casarte con él y humillarnos?, ¿tu una bastarda sin nombre?,----
La palabra bastarda golpeó a Valeria con fuerza. Mu Wanru ese nombre resonó en su cabeza como un eco antiguo.
Fragmentos empezaron a llegarle como si se tratara de una película antigua, una joven llorando en una habitación fría, una madre débil muriendo, sirvientas despreciándola. Un decreto imperial, un compromiso con un general temido.
Y luego el té envenenado, una explosión de dolor la hizo encorvarse, vomito sangre negra espesa, las mujeres retrocedieron asustadas.
---¡No deberíamos estar aquí!, ¡si alguien la encuentra viva!,--- decía una joven asustada
---¡Calléense nadie se atreverá a tocar a las hijas legítimas del ministro Mu, nadie le cree a esta basura, si sobrevive... bueno el veneno hará el resto!,--- dijo la joven altiva
Salieron de la habitación sin mirar atrás.
Valeria se arrastró hasta un jarrón bebió con desesperación, sus manos temblaban, su visión borrosa, pero su mente ya analizaba.
Mandrágora:alucinaciones, letargo, hemorragia interna, no hay carbón activado pero...
Tanteo entre los almohadones del lecho hasta encontrar una bolsa de seda. En su interior, sobresalian sobres de hierbas secas.Reconocio algunas por el aroma, raíz de jengibre, corteza de cinamoml, hongos reishi.
Con esto si hiervo bastante agua puedo neutralizar parte del veneno.
A duras penas se arrastró hasta un brasero apagado, temblando mientras encendía una mecha. Versión agua de la jarra, machaco las hierbas, y espero a que el aroma amargo llenará el aire.
Esto no va a salvarme del todo, pero me mantendrá viva.
Cuando cayó inconciente horas después, con el sabor amargo aun en su boca, sabía con certeza que no era un sueño, no era una alucinacion, había transmigrado.
Despertó al día siguiente con el murmullo de aves y un leve dolor de cabeza. La habitación seguí allí, intacta, como una prisión disfrazada de lujo.
Una sirvienta, pequeña, asustada, se acercó al verla moverse,--- ¿señorita Wanru, está... esta bien?,--‐
Valeria la observó con atención, la joven temblaba, pero no parecía tener malas intenciones.
---¿ Tú nombre?,--- pregunto Wanru
--- Me llamo, Xiao Mei, me dejaron para cuidar su cuerpo, pensé que estaba muerta,--- respondió la joven
Valeria sonrió débilmente, su cuerpo aún dolía, pero su mente estaba clara.
---Ayúdame a cambiar estas vendas y tráeme agua limpia tengo que preparar una infusión, -- dijo Wanru
Xiao Mei abrió los ojos como plato, ---¿va a curarse usted sola?,---
--- Si, y también a otros, porque si alguien quiere matarme, tendré que volverme útil, tanto que no se atreverá a tocarme,--- respondió Wanru con una sonrisa
Los días siguientes fueron una batalla constante, su cuerpo era débil, pero su voluntad era de acero. Uso su conocimiento para limpiar el veneno, para identificar hierbas útiles y para improvisar con los escasos utensilios médicos de la época.
Xiao Mei, aunque torpe al principio se convirtió en su fiel asistente.
Una semana después, Mu Wanru ya no era solo la hija bastarda enferma. Era la joven que había sanado a un anciano con fiebre alta cuando el médico oficial lo dio por muerto. La chica que conocía métodos "celestiales", que aplicaba presión en puntos exactos para aliviar el dolor.
Que sabía cuándo hervir y cuándo secar, hablaba con autoridad y conciencia.
La noticia comenzó a extenderse, y con ella llegó una carta sellada con el emblema imperial.
---¿Una carta?,--- pregunto Wanru desconfiada
--- Del ejército señorita, del campamento del general Xie,--- respondió Xiao Mei nerviosa
Wanru (Valeria) rompió el sello.
"Mu Wanru, el general Xie Liangchen regresa a la capital en cinco días y quiere a su prometida con vida."
Ella palidecio
El legendario general de hierro, su prometido que nunca conoció regresaría, el mismo al que las hermanas temían y habían intentado matarla.
Muy bien general veras a tu prometida con vida, pero no soy la mujer que crees.
Han pasado dos meses desde aquella noche en que Mu Wanru volvió a la vida.
Dos meses desde que la joven bastarda, antes enfermiza y sumisa, abrió los ojos con la mirada de alguien de alguien que ya no estaba dispuesta a ser aplastada. En ese tiempo, su presencia en la residencia Mu cambió más que toda su vida anterior.
Ya no era invisible, ahora todos la miraban, algunos con respeto y otros con recelo pero todos la veían.
Eso era precisamente lo que más irritaba a Su Rong, la esposa legítima del ministro, y a sus dos hijas.
----¿Viste como padre le ha sonreído hoy en el patio,?,--- bufo Mu Zhenzhen la hija del medio.
--- No solo eso, ayer le llevo personalmente una caja de frutas imperiales, a esa bastarda,----añadió Mu Quingyi la hija mayor
Su Rong frunció el ceño mientras sus dedos delgados recorrían lentamente el borde de una taza de porcelana. Esteban en su salón privado, lejos de los oídos curiosos. Su expresión era como hielo.
--- Se ha vuelto astuta, finge humildad, pero actúa como una zorra con piel de cordero. Solo bastó unas cuantas curaciones para que tu padre olvide quién es ella,---- dijo Su Rong
--- Le curo el brazo a ese general de la frontera, vino personalmente arrodillarse frente a ella en el jardín y ¿ todo porque?, solo por unas estúpidas gotas de medicina, ridícula que le arreglo el hueso en unos días, ---- dijo Zhenzhen con enojo
Quinyi cerro su abanico con fuerza, --- No es medicina ridícula, la he observado sus métodos son extraños. No usa los remedios tradicionales, pero funcionan y eso es lo que esta atrayendo a todos. Hasta los sirvientes le rinden respeto,---
Su Rong se levantó lentamente, sus largos pliegues de seda flotando con elegancia.
---- Todo eso da igual, a tu padre se le pasará pronto la fascinación. Es una flor exótica, pero no deja de ser una bastarda sin madre noble ni respaldo, solo hay que esperar para darle un empujoncito,--- la sonrisa de Su Rong no llegó a sus ojos, en su mente está empezando a tramar otro plan para deshacerse de Mu Wanru.
En el ala oeste de la residencia donde se confinaba a Wanru por problemas de salud, las cosas son muy diferentes.
La habitaciones se habían convertido en un pequeño santuario de medicina. Frascos etiquetados, plantas secándose al sol, pergaminos con dibujos anatómicos. Hechos por ella misma y una calma extraña para una joven que antes podía mantenerse de pie.
Wanru, sentada junto a una camilla de madera, revisaba el pulso de una niña con rostro asustado.
---- ¿Te duele aquí?,---- pregunto suavemente tocando el costado de la pequeña.
La niña asintió, Wanru sonrió con calidez y se volvió hacia los frascos.
--- No temas, no es grave, comer demasiadas semillas de loto verdes puede causar dolor de estómago. Te prepararé algo ligero que te aliviará pronto,---- dijo Wanru
La madre de la niña, una sirvienta de alto rango, se inclinó profundamente, ---- señorita Wanru, no se como agradecerle, ---
--- No necesitas hacerlo, solo cuídala bien, --- respondió Wanru al levantar la vista.
En cuanto salieron, su expresión se suavizó, tomó asiento y volvió a estudiar el manuscrito qué había empezado a redactar, un compendio de síntomas y tratamientos que en su época, se habrían considerado de nivel universitario. Aqui eran conocimientos celestiales.
Su propósito ya no era solo sobrevivir, quería vivir, ser libre, ganarse su lugar con lo único que nadie podía robarle su mente.
Esa misma tarde el ministro Mu llegó a casa con el ceño fruncido. Lo acompañaba un hombre mayor, on aire severo y una mirada calculadora, el médico imperial Liu.
---- ¿Estad seguro de que fue ella?,--- pregunto el ministro, incrédulo.
--- Lo vi con mis propios ojos, ministro Mu, su técnica para reducir fracturas no existe en nuestros registros. Ni en los textos antiguos y, sin embargo, funcionó,--- respondió el médico Liu
El ministro no respondió de inmediato, camino lentamente hacia el jardín donde Wanru solía pasear por las tardes. La encontró allí tal como imaginó.
Con un libro en las manos y una pequeña caja de instrumentos médicos a su lado.
--- Wanru,---- llamo el ministro
Ella se levantó con calma y se inclinó, --- padre,---
El médico Liu la examino de arriba a abajo evaluándola con curiosidad, ---¿ eres tu quien curo al general Xu?,----
---- Fui yo quien le estabilizó el hueso dislocado y redujo la hinchazón con infusión de tanhua y hielo seco, también le indique reposo absoluto, ¿fue incorrecto?,---- pregunto Wanru, sin miedo ni arrogancia.
Liu soltó un leve resoplido y el ministro levantó una ceja.
----No, fue eficaz,--- admitió el médico imperial
El silencio duró unos segundos, hasta que el ministro rompió a reir
---- ¡Mira nada más!, la hija que menos atención recibió terminó teniendo el talento más valioso, ¡qué ironía del destino!,--- dijo el ministro Mu
Wanru no sonrió, pero inclinó ligeramente la cabeza.--- Tal vez nunca fue destino padre, solo falta de ojos que supieran ver,---
La frase cayó como piedra en el estanque. Y desde ese momento, el respeto del ministro comenzó a convertirse en orgullo.
Pero no todo era calma.
Esa noche en el pabellón de Su Rong, volaban las copas contra el suelo.
---¡¿Ahora incluso trae al médico imperial a verla?! ¡¿qué sigue el emperador elogiándola por saber hacer ungüento?!,--- grito enrojecida de rabia Su Rong
---- Padre no había reído así hace mucho, la llamo talentosa a ella, como si nosotras no existiéramos, ---- murmuró Qingyi con voz tensa.
---- No dejaré que nos quite lo que es nuestro, no importa cuánto se disfrace de joya celestial. En el fondo sigue siendo una bastarda y las bastardas no heredan nada, --- grito Su Rong
---- Madre, el compromiso con el general Xie Liangchen, --- Zhenzhen fue interrumpida por su madre.
---- La familia Xie no es favorecida por el emperador, tenemos que usar eso a nuestro favor, hacer que esa bastarda se vaya a la frontera ahí será fácil eliminarla,--- dijo Su Rong
Mientras los planes de las tres mujeres empiezan a surgir en sus mentes, en otro sitio la administración y curiosidad por Wanru empieza a surgir.
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