Ciertamente desconocía lo que implicaba ilusionarse o como dicen por ahí, enamorarse.
Siempre fui un alma libre, con pensamientos libres que daban la oportunidad de no sufrir por
las emociones con las que cargamos diariamente. Crecer y observar situaciones diferentes me
hicieron levantar un muro para dejar que el mundo sea mundo sin tener que dejar ser yo
misma.
Así comienza mi historia, me toco ser niña, joven y adulta al mismo tiempo; comprendí que la madurez no es envejecer, sino saber afrontar las adversidades siendo perseverante, levantar la mirada y jamás permitir que los demás te hagan sentir diminuto (a). Me propuse ser valiente, arriesgada, curiosa por aquello que a veces no tiene explicación. Confiando siempre en mí, en ese instinto que jamás me ha fallado, o no lo sé; tal vez son señales de Dios.
Siempre he creído en las energías, considero que todos lo somos. Que dejamos huellas, que lo que transmitimos es lo que depositamos en cada ser que conocemos. Por ello es importante saber a quién le compartes tu tiempo, espacio y emociones. No tengo la carrera más larga en cuestiones del amor, por lo contrario, he conocidos y desconocido a muchas personas, he tenido algunas ilusiones y también me ha tocado decepcionarme de las mismas.
Me preguntaba ¿qué es lo que nos mantiene cerca de alguien? ¿Qué es lo que nos hace aferrarnos tanto a algo o a alguien?, ¿realmente es amor? O ¿simplemente es temor a no quedarnos solos? Es tanta la necesidad de sentirnos amados que para ello somos capaces de dejarnos humillar, maltratar, ignorar, rebajarnos a niveles muy tristes; pues les cuento que yo lo viví.
Analizando mi situación deduje que toda mi actitud no ha sido más que un patrón maternal, ¡porque sí! Es por parte de mi madre, ella vivió amargas noches, la observaba y mi corazón tan pequeño se inundaba de tristeza, me repetía una y otra vez que no pasaría por aquello, que no le daría espacio en mi vida a quien buscara lastimarme. Con el tiempo me di cuenta que es inevitable enfrentar nuestro destino.
Vivía evadiendo el dolor, sentía que me hacía más fuerte si lograba tolerarlo y avanzar, pero nunca fue así, solo estaba ganando tiempo para mi cruda realidad, para las marcas y las huellas que vienes arrastrando toda tu vida.
Que sin importar a donde vayas, o quienes conozcas jamás puedes escapar de lo que tu mismo (a) te has forjado. Porque cuando evades es cuando más atraes, cuando huyes es cuando más pronto llegan a ti esos demonios que a veces no nos dejan dormir.
No es fácil tratar de olvidar, el tiempo solo va mitigando, pero tu cerebro que tan inteligente nunca olvida; lo que hace a su vez que tu corazón sienta dolor, temor y rabia por lo desconocido. Una cosa es observar y una muy distinta es tener que vivir en carne propia esos golpes qué jamás se borran de tu alma.
No es como hacer figuras en la arena. Si! porque las olas van y vienen, por lo que se llevan lo que has creado allí. Pero la vida es distinta, me gustaría que todos desarrollaran la empatia. Supongo que haríamos menos daño.
En el camino conocí amistades, personas que solo vi una vez en mi vida. Algunas dejaron huellas y otras enseñanzas que hasta hoy agradezco. He tenido amigos leales y también desleales. He compartido mi corazón a gente que lo merecía y otros que únicamente me lastimaron.
Cuando trataba de avanzar me daba cuenta de que cada experiencia dejaba una marca. Una esencia o energía de las personas, algunas especiales pero otras muy dolorosas. A veces me decía ¿Cristina no te cansas de tropezar? ¿A caso vivirás para los demás y no para ti?, de alguna manera me cuestionaba el ser tan buena y que al final terminara con las tablas en la cabeza.
Aun así jamás deje de tener fe en las personas. En mi misma, yo quería creer que el amor existe, no solo en los corazones humanos sino también en cada cosa que hicieras. Incluso en una planta, si me lo preguntan ¡Yo si converso con ellas! Me encanta la naturaleza, pienso que en los árboles y las flores se encuentran las energías más hermosas. La vida misma sin explicación.
Siento que ellas me escuchan y que también agradecen la atención que les doy, el amor que les ofrezco cada que las riego con el agua que purifica sus raíces. Así es el amor para mí, recíproco, sin limitaciones.
Jamás he tenido inconveniente si el mundo me mira como loca. Sí, porque sucede que cuando dejas de seguir patrones entonces dejas de ser normal para los demás. Te conviertes en una extraña (o) porque siempre se deben seguir las reglas que según aseguran la posibilidad a la felicidad que muchos buscan, pero al final no la encuentran.
Me gusta la libertad emocional sin importar cuanto me equivoque, pues de ello depende el aprendizaje en el trayecto de la vida.¡ Ey ! No quiero decir que debemos tropezarnos mil veces con la misma piedra, pero si pienso que el secreto es encontrar lo bueno de cada cosa mala que nos suceda.
De nada servirá juzgarnos. Aunque les aseguro que siempre lo hacemos, nos lamentamos de las decisiones que tomamos, de lo que hemos hecho y de los resultados que obtuvimos de nuestras acciones. Pero está bien equivocarse, está bien llorar, quejarnos, decir que no, está bien todo ello porque ante todo somos seres humanos.
Nunca nadie podrá entender alguna situación a menos que la viva por sí mismo, es imposible ponerse en el lugar del otro, no obstante podemos intentar comprender, eso nos hace personas de calidad.
¡Y qué si a alguien no le parece lo que somos!, no somos moneda de oro para que todos nos acepten tal cual, incluso ahora mismo podría no gustarles lo que escribo, pero algo bueno seguramente encontraría para ayudarme a ser mejor.
Entonces me miro al espejo y me repito ¡Cristina nada de lo que has hecho ha sido para mal, cada decisión, cada lágrima derramada significan una transición en ti!. Solo el tiempo te enseña que mediante los tropiezos crecemos, maduramos y vemos la realidad de las cosas.
Sí, claro que sí. Descubrí que la felicidad son solo momentos, eso la hace una elección. Si quiero ser feliz solo debo desprenderme de lo que me lastima, hacer un resumen de lo que he vivido y extraer de mis memorias los momentos memorables que me han hecho sonreír.
He comprendido que la búsqueda de algo que no logras ver, siempre estuvo en mi interior, al estar junto a personas de que me aprecian, al ver florecer una planta y agradecerle, al recibir el amor incondicional de mi mascota, son esos pequeños fragmentos que me dan la felicidad y no lo sabía.
Ahora mismo trato de encapsular en una sola memoria cada instante que en el que he sentido paz, cuando he logrado sanar una herida y reírme de mi misma. ¡No es fácil!, lo admito, pero confiar es la manera de poder conectar consigo mismo.
Pensaba que cada cosa mala por la que pasaba era lo peor, cada vez que fui lastimada o burlada pensé que era un episodio más de mi mala suerte. Soñaba con encontrar a alguien que me amara o por lo menos que sintiera algo bonito hacia mí, obviamente que me partieron el corazón, pero cuando eres más joven te das cuenta que es más fácil sanar.
No olvidas porque siempre hay que se queda dentro recordándote o alertando para no cometer el mismo error. Crees que eso te enseña pero la verdad es que solo sirve para urgar en las heridas del pasado y hacer que duela. Cuando tenemos pensamientos equivocos sobre lo que realmente nos hace bien, es ahí donde caes en un círculo sin que te des cuenta, es como autolesionarte el alma.
Enamorarse es algo tan complicado. Me observo y entiendo que amar involucra compromiso, sinceridad, apoyo, lealtad, confianza, pero más que ofrecerle a alguien tantas virtudes, significa ponerlo en práctica para mí. Ja, ja, ja que ironía, yo no lo hago, porque me he fallado una y otra vez.
Siempre tan insegura, repitiendo Cristina esto. Cristina aquello, siempre tú, hasta cuando contigo, y no hago más que reprocharme como si fuera el ser con más imperfecciones en el mundo. Pero tranquilos, ya estoy aprendiendo que soy humana, que no siempre tengo que aguantar, que no es obligado resistir.
Ya hasta me doy terapia, eso de los psicólogos no es lo mío, yo misma me analizo y en efecto me he lastimado, me he agredido, ofendido, incluso juzgado. Siempre queriendo buscar lo bueno en lo que a veces no tiene solución.
Es entonces que descubro que hasta sentir la brisa en tu rostro es la felicidad, porque respiras, porque sientes, porque estás vivo. Me pregunto ¿Por qué evadí tanto el ser feliz?, ¿A qué le temo?, si la felicidad la he llevado siempre conmigo, a formado parte de mi desde que llegue a este mundo maravilloso.
Me miro nuevamente al espejo y solo puedo reírme de mi por no confiar, por creer que merecía menos, por culparme de todo como si fuera el juez y al mismo tiempo el imputado, sentenciandome a una condena sin motivos.
Download MangaToon APP on App Store and Google Play