Polos Opuestos. G!P
Capitulo I
Jimena Castillo.
— ¿Estás terminando conmigo? — pregunté aún incrédula con los ojos a punto de salir de su órbita.
Patricia Gonzalez.
— Lo siento Jimena… — contestó mi pregunta.
Patricia Gonzalez.
— Creo que es lo mejor.
Jimena Castillo.
— ¿Lo mejor? — reí amargamente.
Jimena Castillo.
— ¿Lo mejor para quien Patricia?.
No podía estarme haciendo esto.
Patricia Gonzalez.
— ¡Para ti! — contesto.
Patricia Gonzalez.
— ¡Para mí!.
Jimena Castillo.
— ¡No!— resoplé acomodando mi cabello.
Jimena Castillo.
—Tú no puedes hacerme esto…— negué con la cabeza.
Jimena Castillo.
—Amor falta tan poco para el baile de fin de curso…— me acerqué a Ella y acaricié su mejilla.
Jimena Castillo.
— Tú y yo tenemos que ir juntas— cambie el tono de mi voz a uno más suave.
Jimena Castillo.
—… Como la hermosa pareja que somos— tome sus manos y las coloque en mi cintura para después yo pasar las mías por su cuello.
Patricia era simplemente perfecta, cabello castaño y enrulado, piel blanca con unos pequeños lunares esparcidos por ella, sonrisa de comercial y un buen físico.
Patricia Gonzalez.
— ¿Lo ves?…— se alejó quitando sus manos de mí.
Patricia Gonzalez.
— A ti solo te importa lo que los demás piensan…— me miraba seriamente.
Patricia Gonzalez.
— Solo te importa la popularidad…— pasó su mano por su cabello.
Patricia Gonzalez.
— Yo quiero algo más que eso Jimena — se acercó nuevamente.
Patricia Gonzalez.
— Yo quiero algo más que superficialidad y sexo — acaricio mi mejilla.
Patricia Gonzalez.
— Eres increíble — me sonrió.
Patricia Gonzalez.
— Pero esto no nos hace bien… — deposito un beso en mi frente se dio la media vuelta para caminar a su auto.
Jimena Castillo.
— ¿Me dejó?.
" ¡No puede atreverse a hacerme eso! Soy Jimena Castillo!" grité furiosa en mi mente ya que seguía parada en la acera de fuera de mi casa, entré a la casa en shock.
Jimena Castillo.
— No se puede quedar así — ahora si grité con rabia.
Helena de Castillo.
— ¿Qué pasa? ¿Qué pasa?— preguntó mi madre preocupada.
Jimena Castillo.
— Patricia terminó conmigo— cubrí mi rostro con desesperación.
Helena de Castillo.
— Ay hija…— alargo.
Helena de Castillo.
— …Lástima, me agradaba — dijo sin siquiera detenerse.
Mi novia había terminado conmigo y ella me decía "Lastima, me agradaba" no podía ser más fría, sólo porque estamos en verano.
Jimena Castillo.
— Si… lastima— dije a punto de subir las escaleras.
Helena de Castillo.
— Jimena no es la única persona, búscate a otra.
Ven a lo que me refiero con "Fría".
Helena de Castillo.
— Porque no llamas unas amigas y pasas la tarde con ellas.
Jimena Castillo.
— Seria genial.
"Si las tuviera" terminé burlonamente la oración en mi mente.
Digamos que hacer "amigas" no es mi fuerte, ¿Para qué hacerlo? No se necesitan en lo absoluto cuando tienes a todos los chicos y chicas a tus pies y a la guapa capitana del equipo de fútbol en tus manos, bueno la capitana del equipo ya no tanto en mis manos pero no demorará en volver.
Subí a mi habitación y lance mi bolso en uno de los sillones rosas que decoraban la habitación, dejé mis zapatillas en medio del camino hacia mi cama, tomé el teléfono inalámbrico y después me deje caer en el acolchado.
Jimena Castillo.
— Octavio.📲
Afirmé al escuchar el "¿Diga?" del otro lado de la línea. Tal vez no tenía amigas, está bien, no tenía amigas pero tengo a Octavio, es mi mejor amigo desde siempre.
Octavio Vasquez.
— ¿Jimena?📲
Me contesto usando el mismo tono que yo había utilizado con él.
Jimena Castillo.
— Te necesito…📲
Octavio Vasquez.
— ¿Que sucedió? — preguntó algo preocupado📲
Jimena Castillo.
— ¿Puedes venir?. 📲
Octavio Vasquez.
— Claro… en cinco minutos estoy ahí.📲
Estuve recostada por unos momentos con la mirada perdida en el techo, de pronto escuche dos golpes en la puerta, giré y vi entrar a Octavio.
Octavio Vasquez.
— ¿Todo bien?— me preguntó mientras caminaba hacia donde estaba yo y se dejó caer en la cama a mi lado.
Jimena Castillo.
— No… nada está bien— le conteste seria.
Octavio Vasquez.
— Cuéntame…— dijo riendo.
Jimena Castillo.
— Patricia terminó conmigo…— le conté.
Pero lejos de recibir "apoyo moral" sólo largo una fuerte carcajada.
Octavio Vasquez.
— Ya se había tardado…— continuaba riendo.
Jimena Castillo.
— ¡¿Qué?!— Le grité sin entender.
Octavio Vasquez.
— Ignórame…— sonrió.
Octavio Vasquez.
— Sígueme contando.
Jimena Castillo.
— Dijo que a mí sólo me importaba lo que pensaran los demás y que quería algo más que sólo superficialidad y sexo.
Octavio Vasquez.
— ¿De verdad te dijo eso?— preguntó sorprendido.
Octavio Vasquez.
— ¿Qué se siente Jimena?— rio.
Yo me limitaba a tratar de entender su pregunta.
Octavio Vasquez.
— ¿Que se siente que alguien no quiera tener sexo contigo?.
Jimena Castillo.
— Eres un estúpido Octavio …— le dije molesta.
Jimena Castillo.
— Te llamé para que me apoyaras o me hicieras sentir bien y solo vienes a burlarte — me senté en la cama dándole la espalda.
Octavio Vasquez.
— Jimena es que... ¿qué quieres que te diga? ¿Quieres que te diga que ella es una imbécil? ¿Quieres que le rompa la cara cuando solo te dijo la verdad?— se puso de pie.
Yo sólo permanecía cruzada de brazos y con los ojos cerrados.
Octavio Vasquez.
— Jimena tu sólo estás molesta porque ella terminó contigo… porque absolutamente nadie había terminado con la "grandiosa y popular Jimena Castillo".
Jimena Castillo.
— Octavio — lo interrumpí.
Octavio Vasquez.
— Eres mi amiga y te quiero, sólo por eso te lo digo…— se acercó a mí y me abrazo.
Octavio Vasquez.
— La cara bonita y buen cuerpo no te durará para siempre— susurró en mi oído, beso mi mejilla y camino hacia la puerta.
Jimena Castillo.
— Gracias idiota… me ayudaste enormemente— le grité con notorio sarcasmo.
Octavio Vasquez.
— Yo también te amo.
Lo escuché desde el pasillo y no pude evitar reír.
Pase toda la tarde y noche pensando en lo que el tonto de Octavio me había dicho y seguramente tenía toda la razón, quizás sólo era un capricho. Era la primera vez que una chica me dejaba, normalmente yo me aburría de ellas, las desechaba tal cual pañuelo usado, al igual que a los chicos. Además era verdad, una cara bonita y buen cuerpo no dura para siempre pero lo aprovecharé mientras dure.
Capitulo II
Desperté a duras penas me puse de pie para dirigirme al baño y abrir la regadera, en cuestión de segundos el agua tomó la temperatura perfecta, dejé caer mi ropa en el piso y entre para que junto el agua y el jabón se llevaran cualquier rastro de sudor.
Hoy más que nunca tenía que ir arreglada, Patricia y yo habíamos terminado, así que no podía haber rastro alguno de debilidad, al contrario, debía demostrar que todo seguía siendo más que perfecto.
Deje mi cabello suelto, permitiendo que ligeras curvas se formaran en el, puse levemente maquillaje, delineé mis ojos con lápiz negro, mascara para pestañas y sólo un poco de brillo labial, sobre mis gruesos y bien definidos labios.
Tomé mi bolso, el cual traía algunos libros, ya que la mayoría estaban en mi casillero. Bajé las escaleras y mi madre estaba en la sala. La mesa del centro como siempre estaba llena de papeles, su laptop y sus tres teléfonos celulares, sin duda alguna una mujer ocupada.
Jimena Castillo.
— Me voy...— le avise antes de salir.
Helena de Castillo.
— Que te vaya bien— me contestó.
Hace dos meses que no conducía, Patricia siempre iba por mí y me llevaba a la escuela, saliendo nos regresábamos juntas y cualquier cosa que necesitaba lo hacía Patricia.
Llegué al campus y estacione mi auto. Me gustaba llegar algo tarde y así lograr capturar la atención de todas y todos, obviamente no era algo difícil de lograr.
Bajé y todas las miradas se posaron en mí, las de varias mujeres eran despectivas como otras que me miraban con deseo, al igual que de los hombres que sólo indicaban deseo. Sólo que esta vez todos murmuraban cosas entre ellos, seguro seria la ausencia de "Patricia" a mi lado, abrazándome por la cintura y cargando mi bolsa.
Lo ignore y seguí caminando lentamente agitando mis caderas suavemente en un ritmo único. " ¡Rayos!" pensé molesta " ¡¿Dónde demonios está Octavio?!" No lograba verlo y realmente lo necesitaba.
Llegué a mi casillero, saqué mi celular y comencé a presionar botones, escribiendo un mensaje para Octavio.
???
— ¿Por qué tan acelerada?— una voz burlona casi hace que el celular cayera de mis manos.
Jimena Castillo.
— ¡¿Dónde estabas?!— le contesté alterada.
Octavio Vasquez.
— ¿En mi casa?— contesto extrañado.
Jimena Castillo.
— No me dejes sola...— le dije seriamente.
Octavio Vasquez.
— Ves... Jimena necesitas unas amigas— se burló.
Jimena Castillo.
— Bien sabes que Jimena y amigas... no van juntas en la misma oración, a menos que lleve un "no necesita" en medio— comenzamos a caminar hacia el salón.
Las clases transcurrieron rápido, debido a mi ansiedad por que diera la hora del receso y hacer que Patricia se arrepintiera de haberme dejado. Finalmente el estruendoso timbre nos liberó del maestro de álgebra, espere a Octavio y caminamos hacia la cafetería. Acomode mi cabello antes de entrar y escuché una carcajada de Octavio.
Octavio Vasquez.
— Ves lo que te digo... ella tiene toda la razón mujer.
Lo fulmine con la mirada y empuje las puertas de la cafetería para entrar.
Halagos de ese tipo aunados a leves chiflidos y besos tronados se escuchaban al momento en que yo pasaba entre las mesas, ya se habían enterado, porque estando con Patricia absolutamente nadie se atrevía a abrir la boca. Como amaba esta atención, todos desde los deportistas hasta los "inadaptados" volteaban a verme. A excepción de alguien...
Jimena Castillo.
— ¿Dónde demonios esta Patricia?— pregunté en un susurro sólo audible para Octavio y para mí.
Octavio Vasquez.
— Disfrutando de su libertad.
Jimena Castillo.
— Sabes, creí que eras mi amigo— le dije seriamente.
Octavio Vasquez.
— Oh vamos, sabes que es juego— contesto riendo.
Platicábamos de tonterías, como era común en nosotros pero aún así no podía evitar pensar en donde rayos estaba Patricia.
Chicos: — ¡Hey!— se escucharon cuatro voces al mismo tiempo. Los amigos de Octavio.
???
— Nos abandonaste Octavio — le reclamó uno mientras todos se sentaban en la mesa.
Octavio Vasquez.
— Lo siento, mi amiga necesita apoyo— les contestó.
Y yo lo fulmine con la mirada.
???
— Oye... es cierto— dijo un rubio.
???
— Terminaron tú y Patricia...
Todos en la mesa me miraban atentos.
???
— ¿Qué te parece si tú y yo?.
Octavio Vasquez.
— Luis... Ni lo pienses si— lo interrumpió.
Y yo le agradecí con una sonrisa.
No me molestaba la presencia de todos en la mesa, de hecho era divertido, lo que me molestaba era la ausencia de mi ex novia.
Ya estábamos todos más internados en la plática, cuando uno de los amigos de Octavio emitió un "Oh no" mientras miraba hacia la puerta de la cafetería. Todos volteemos a verlo a él, para luego seguir la dirección de su mirada y encontrarnos con...
Capitulo III
Nos encontramos con una escena para nada grata. Rápidamente sentí como Octavio volteaba a verme pero yo no podía sacar la mirada de esa "escena".
???
— Creo que será mejor irnos...
Ni siquiera supe quien dijo eso pero en cuestión de segundos solo estábamos Octavio y yo en la mesa.
Octavio Vasquez.
— ¿Jimena? - Habló.
Jimena Castillo.
— ¿Maria Alcázar?— estaba en shock.
Jimena Castillo.
— ¿Maria Alcázar le va a dar más que superficialidad y sexo?.
María Alcázar digámoslo así, es mi "rival" desde siempre, todo en su vida es una constante replica de lo que yo hago. Su mayor objetivo es tener todo lo mío y al parecer va por buen camino, ya que ya tiene mi odio y a mi ex novia.
María caminaba con el brazo de Patricia sobre sus hombros, esta sonreía hipócritamente como diciendo "Mírenme, se la quite", al igual Patricia caminaba de la pena. Saludaba a las demás miembros del equipo que estaban sentadas en una de las mesas del otro extremo de la cafetería.
Octavio Vasquez.
— Jimena.
Escuchaba la firme voz pero no podía, ¡no reaccionaba! No podía sacar mi mirada de ellas.
La mirada de Maria se encontró con la mía, le sostuve la mirada.. No hay nada peor que cortar la mirada, demuestra nada más que debilidad.
Al ver que mi mirada no cedía, levantó una de sus delgadas y castañas cejas, se dio la media vuelta y tomó a Patricia del rostro para atraerla a sus labios.
Jimena Castillo.
— Odiaba que yo hiciera eso...— dije mientras veía como la besaba frente a todos sus amigos.
Patricia detestaba que hiciera eso pero al parecer que ella lo hiciera le agradaba.
Octavio Vasquez.
— Jimena Castillo voltea a verme ahora.
Me indico y rápidamente volteé a verlo.
Octavio Vasquez.
— Cuando más necesitas tu orgullo, este decide descansar— me regañó.
Octavio Vasquez.
— Deja de verlas ya.
Jimena Castillo.
— No Octavio...- me puse de pie.
Jimena Castillo.
— No puede hacerme esto— caminé hacía la puerta de la cafetería.
Obviamente a pesar de todo el coraje, nunca sin estilo.
Llegué a mi casillero para sacar mis libros para la siguiente materia, historia.
"Como pudo hacerme eso...." pensé aun incrédula "¡Cambiarme por esa hueca!" sin duda alguna Maria Alcázar, es la persona más estúpida que conozco.
El fuerte timbre me saco de mis pensamientos. Cerré de un fuerte golpe mi casillero y caminé hacia el salón de clases. Entre y todos me miraron extrañados, comúnmente llegaba tarde a clases, solo que ahora no tenía con quien "distraerme".
Me senté en mi lugar de siempre, en la primera fila en el penúltimo asiento, ya que Octavio se sienta en el último, ósea detrás de mí. Recargue mi cabeza en mis manos y miraba perdidamente hacia el piso.
Octavio Vasquez.
— ¿Qué no era que no te importaba?.
La voz de Octavio me hizo volver de mí "mundo".
Jimena Castillo.
— Y no me importa...— mentí…
Si me importaba, pero de todos modos Octavio se daría cuenta.
Octavio Vasquez.
— Si no es así ¿por qué esa cara?.
Jimena Castillo.
— Pienso en cómo me voy a vengar de ellas— sonreí.
Octavio Vasquez.
— ¿Vengar?— soltó una carcajada.
Octavio Vasquez.
— Lo bueno es que no te importa eh....
Jimena Castillo.
— Cállate — giré sobre mi asiento para poder verlo, ya que estaba detrás de mí.
Octavio Vasquez.
— ¿Y qué vas a hacer?— sonrió divertido.
Octavio Vasquez.
— ¿Vas a salir con alguien más para causarle celos a Patricia?— se burló.
Jimena Castillo.
— Sabes... no es mala idea— volteé a verlo sonriente.
Octavio Vasquez.
— Es una estupidez Jimena —alargó.
Jimena Castillo.
— ¡Claro que no!— dije pensativa.
Jimena Castillo.
— Solo tengo que buscar a alguien que le produzca celos a Patricia y así la estúpida de Maria se dará cuenta de que aún me quiere, se enojaran y mi querida Patricia regresara conmigo y todo perfecto de nuevo— levanté una de mis delgadas cejas orgullosamente ante mi plan.
Octavio Vasquez.
— ¿Cómo fue que terminé siendo tu mejor amigo?.
Jimena Castillo.
— No lo sé... —tomé su mano.
Jimena Castillo.
— Pero ahora serás mi novio— afirmé.
Octavio Vasquez.
— Jimena… —puso su otra mano sobre la mía.
Octavio Vasquez.
— Todos saben que somos como hermanos y que jamás saldríamos.
Era cierto, no creerán que salimos.
Jimena Castillo.
— Entonces ¿quién?.
Mi plan se había frustrado, no podía ser cualquier chico o chica… Tenía que ser alguien que a Patricia le molestara que le importara y que no resista verlo o verla a mi lado, pero el problema era ¿Quién?.
Octavio Vasquez.
— ¿Qué tal él?— señaló a uno de los come libros sentados en los asientos de adelante.
Jimena Castillo.
— Octavio, el punto es que le moleste– le dije seria.
Jimena Castillo.
— No causarle gracia.
Octavio Vasquez.
— ¿Y cómo sabes que al que elijas, te seguirá el juego?- preguntó.
Jimena Castillo.
— Ya lo verás...- contesté segura.
Nadie en sus cinco sentidos rechazaría una cita con Jimena Castillo.
Octavio Vasquez.
— ¿Ella?- preguntó señalando con la mirada a una de los miembros del equipo.
Jimena Castillo.
— No lo sé... tal vez si- volteé hacia la puerta.
Jimena Castillo.
— ¿Por qué no ella?- dije mientras seguía con la mirada a una chica.
Que para ser sincera jamás le había puesto atención.
Octavio Vasquez.
— ¿Ella? -preguntó incrédulo.
Jimena Castillo.
— Sí... es todo lo contrario a Patricia.
Jeans negros ajustados, camisa básica blanca, chaqueta negra de cuero, botas de motociclista.
Jimena Castillo.
— ¿Quién es ella?.
Pregunté ya que como anteriormente dije, jamás le había puesto atención y sí que era atractiva.
Octavio Vasquez.
— Olvídalo... ella no te hará caso ni en un millón de años... -contesto sonriente.
Jimena Castillo.
— Octavio nadie rechaza...
Octavio Vasquez.
— Ella sí... como puedes ver, no le agradan las "florecitas" como tú.
¿Me había llamado florecita?
Jimena Castillo.
— ¿Y cómo sabes tú eso?.
No podía ser cierto, esta caería igual que los demás.
Octavio Vasquez.
— ¡Jimena es lógico! - me contestó.
Octavio Vasquez.
— Conduce una motocicleta, usa chaqueta de cuero -describió.
Octavio Vasquez.
— ¡Tú utilizas tacones hasta para el colegio!.
Podía tener un poco de razón.
Octavio Vasquez.
— A kilómetros se nota que no son compatibles, hasta yo que soy chico me doy cuenta y sin contar que tiene un amiguito entre las piernas.
Jimena Castillo.
— ¿Es intersexual?- Octavio asintió.
Jimena Castillo.
— Además, Octavio, no me voy a casar con ella- rei.
Jimena Castillo.
— Sólo digamos que la quiero por unos días, no necesitamos ser compatibles ni nada.
Octavio Vasquez.
— Piensa lo que quieras pero cuando te rechace no te ayudare en el "plan de venganza" en contra de ella...
Jimena Castillo.
— ¿Cuando me rechace?- pregunté indignada.
Octavio Vasquez.
— Oh claro que lo hará.
Jimena Castillo.
— No lo creo...
Octavio Vasquez.
— ¿Quieres apostar?- sonrió.
Jimena Castillo.
— ¿Cuánto quieres perder?- le contesté segura.
Octavio Vasquez.
— ¿Cuánto?- soltó una carcajada.
Octavio Vasquez.
— Hagámoslo más interesante.
Octavio Vasquez.
— Si tú ganas yo...- dijo para que yo completara la oración.
Jimena Castillo.
— Si yo gano... - pensé que sería lo que tendría que hacer.
Jimena Castillo.
— Si yo gano, harás todos mis trabajos finales.
Eso me basta Y sobra. Los trabajos finales son bastantes. y la verdad detesto hacerlos, así que sería un buen castigo para el bocón de mi amigo.
Octavio Vasquez.
— Y si yo gano- dijo él sonriendo perversamente.
Octavio Vasquez.
— Harás hasta lo imposible por convertirte en la mejor amiga de Maria...
Rayos, ahora mi "castigo" no era nada comparado con el suyo.
Octavio Vasquez.
— Y si ella se niega, insistirás hasta lograrlo- sonrió.
Octavio Vasquez.
— Le rogaras, le suplicaras, le imploraras...
Jimena Castillo.
— Cállate ya entendí- Le contesté seria.
Octavio Vasquez.
— Bien -contestó tendiendo su mano hacia mi.
Octavio Vasquez.
— No te daré fecha límite, ya que seguramente te dirá que no a los dos segundos de que comiences a hablar, así que seguro te cansaras y dirás "Oh Octavio tienes toda la razón eres el más listo y grandioso chico y ahora me voy a buscar a mi mejor amiga Maria"- dijo fingiendo una aguda voz.
Jimena Castillo.
— Te quiero Octavio... pero eres un idiota- le dije riendo tomando su mano antes de girarme ya que al fin el maestro había entrado a la aula.
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