Pekanbaru, enero de 2018.

El estridente sonido de la alarma del reloj era ensordecedor para todos los que se encontraban en la humilde casa habitada por dos adultos y dos adolescentes, una chica y un chico.

La actividad comenzaba con una lucha por el baño, ya que tanto el hijo como la hija debían ir a la escuela.

Eran solo una familia sencilla pero cálida.

Toc... toc...

"Dion, date prisa, ya llego tarde..." gritó una adolescente mientras golpeaba la puerta del baño, que era el único en la humilde casa.

"Espera, hermana... estoy en medio de algo..." respondió el hermano desde adentro.

Quién sabe qué estaría haciendo que enfureciera tanto a su hermana, quien no paraba de refunfuñar.

Clic...

Se escuchó la puerta del baño abrirse, mostrando el rostro inocente del hermano que pasó junto a su hermana, quien se preparaba para darle una charla matutina gratuita, además de una lección de agilidad.

"Te tardas mucho en el baño..." refunfuñó Dara Jelita, o más conocida como Dara.

"Lo de siempre, hermana..." respondió Dion sonriendo.

"¡Uf... qué costumbre!" Dara estaba realmente molesta.

"Eres muy travieso, Dion..." le dijo la madre Ami a su hijo menor.

"Sí, mamá... lo siento... jejeje..." respondió Dion.

Media hora después, Dara había terminado con sus actividades y ahora se preparaba para ir a la escuela en transporte público, cuyo trayecto era de aproximadamente 5 km desde su casa.

Dara, quien acababa de bajarse del transporte público, se sorprendió al ver a su compañera de clase y mejor amiga, Hanifa, quien también acababa de llegar acompañada por su chofer.

"Ra... escuché que habrá un nuevo estudiante. Que viene de Bandung. Es guapo..." dijo Hanifa con los ojos brillantes.

"Oh..." fue la única reacción de Dara.

"¿Solo oh...? Qué aburrida eres, Ra..." respondió Hanifa haciendo un puchero.

"¿Y qué debo hacer? ¿Gritar, chillar coquetamente...? No, gracias..." preguntó Dara con una expresión facial normal.

"No necesariamente gritar, pero..." la frase de Hanifa se interrumpió cuando sus ojos vieron una moto deportiva negra pasar frente a ellos, lo que hizo que todas las miradas se dirigieran a un chico vestido con el uniforme de la escuela secundaria y una chaqueta de jean azul oscuro.

"Ra... Ra... ese es el chico... ¿Es guapo, verdad? Dios mío, qué rico huele su perfume" gritó Hanifa mientras le daba palmadas en el hombro a Dara.

Dara se quedó en silencio mirando a un chico bajarse de la moto e inmediatamente ser rodeado por las chicas populares de su escuela.

"Uf... Reva es muy insistente, coquetea enseguida si ve a alguien guapo..." refunfuñó Hanifa, a lo que Dara también asintió en su interior.

"Anda, ve tú también a saludarlo y quizás le gustes" dijo Dara empujando a su amiga.

"No, gracias... No hace mucho que terminé con Gilang, no puedo tener otro novio... Se alegrará de que sus falsas acusaciones sean ciertas, las que dicen que lo engañé..." rechazó Hanifa haciendo un puchero.

"Está bien... Si no quieres saludarlo, entremos a clase..." invitó Dara caminando por el estacionamiento hacia su salón, que estaba en el lado izquierdo del área de estacionamiento.

Sin querer, los ojos de Dara y el chico con el uniforme blanco y gris se encontraron, pero como de costumbre, Dara fue la primera en romper el contacto visual.

La primera clase estaba a punto de comenzar. Una vez más, la clase de Dara se sorprendió con la llegada de un nuevo estudiante, lo que provocó que el ambiente en el aula volviera a ser ruidoso. El nuevo estudiante era el chico que había causado revuelo en el estacionamiento de la escuela.

"Buenos días, niños, les presento a un nuevo compañero. Viene de Bandung. Por favor, preséntate" dijo un maestro que también era el tutor de Dara.

"Hola... Mi nom... Eh, quiero decir, mi nombre es Sagara Adyaksa..." dijo el nuevo estudiante al presentarse.

"Qué breve... Si quieren conocerlo más, será después de la clase. Y tú, siéntate junto a Hamid..." dijo el maestro señalando un asiento vacío.

Sagara obedeció y se sentó en el lugar indicado por el maestro, que también estaba ubicado a la derecha de Dara y Hanifa.

Sagara miró a su lado y, una vez más, sus ojos se encontraron.

Ni Sagara ni Dara se saludaron amistosamente. Solo se miraron en silencio.

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Dara Jelita no era una chica popular en la escuela. Era solo una estudiante común pero inteligente. Su apariencia también era ordinaria, no había nada llamativo en ella.

Dara prefería pasar tiempo sola en el jardín trasero de la escuela o en la biblioteca escolar leyendo libros o novelas románticas favoritas si se sentía cansada de estudiar.

Dara solo tenía una amiga cercana llamada Hanifa Prameswari, mientras que el resto eran solo compañeros de escuela que a veces se saludaban y, en su mayoría, se ignoraban.

Pero eso no desanimó a Dara, porque para ella, graduarse con las mejores calificaciones era su mayor sueño.

Su rostro también era normal, no era hermosa pero sí dulce y tenía una figura alta con piel blanca, eso era todo.

Debido a lo impopular que era Dara, los chicos de su escuela nunca la miraban. Incluso a su edad, que estaba por cumplir los dieciocho años, Dara nunca había conocido lo que era el amor o tener un novio. Pero al menos con eso nunca se preocupó por los problemas amorosos de los adolescentes, sino que siempre se vio agobiada por la historia de amor de su amiga que siempre se quejaba de su romance con sus exnovios.

Hanifa Prameswari, la mejor amiga de Dara, siempre tenía una historia de amor complicada y dramática. Desde que Dara conoció a Hanifa por primera vez durante el MO en los primeros días que puso un pie en la popular escuela Bina Bangsa, Hanifa fue la primera en acercarse a Dara, que siempre parecía sola sin un amigo e incluso parecía una niña perdida a los ojos de Hanifa.

Al principio, Dara pensó que Hanifa solo se acercaba a ella por diversión, pero con el tiempo se volvieron inseparables, especialmente porque siempre estuvieron en la misma clase desde el principio. Donde hay Hanifa, seguramente estará Dara, y viceversa.

Incluso Hanifa sería la primera en defender a Dara si otros estudiantes la acosaban.

Hanifa observó brevemente la actitud de Dara y del nuevo estudiante que vio accidentalmente. En su corazón, Hanifa oró para que Dara también pudiera experimentar la belleza de la adolescencia y la belleza de enamorarse.

"¿Por qué me miras así? ¿Hay algo raro?" preguntó Dara al notar la mirada inquisitiva de Hanifa.

Hanifa sonrió misteriosamente. "No, no pasa nada, pero huelo a que un dulce amor florecerá pronto" dijo Hanifa mientras movía ambas cejas.

Dara frunció el ceño "¿Ya tienes un nuevo flechazo?" preguntó.

"No soy yo, sino alguien que lo sentirá más tarde..." respondió Hanifa enigmáticamente.

"Vaya... Ya cambiaste de profesión, resulta que quieres ser adivina... Abre un consultorio por allá... Sería genial poder comprar albóndigas con ese dinero..." bromeó Dara, luego se rió entre dientes de su propio pensamiento.

"Ya lo verás..." dijo Hanifa despreocupadamente.

Sin que Dara se diera cuenta, Sagara la había estado mirando y sonriendo cada vez que Dara sonreía.

"Dulce..." pensó Sagara.

Continuará...

Dara, una alumna brillante de la escuela, nunca imaginó que estaría en un grupo con Sagara, que también era un alumno popular, justo en el primer día en que el chico fue a la escuela.

Anteriormente, a Dara nunca le había importado con quién se agrupaba en las tareas escolares porque, como estudiante becada, nunca socializaba demasiado. Su única amiga era Hanifa Prameswari. La razón por la que no podía socializar con los demás era porque se sentía inferior por sus limitaciones financieras, mientras que sus amigos eran alumnos de clase media alta cuyos padres eran funcionarios o propietarios de negocios medianos y grandes en la ciudad natal de Dara.

Incluso hace dos años, cuando Dara solicitó por capricho la escuela favorita de su ciudad, nunca imaginó que sería aceptada y, al mismo tiempo, podría estudiar allí con una beca.

Ahora Dara está en tercer año, lo que significa que pronto se graduará.

Ha diseñado planes futuros de manera tan ordenada. Dara quiere ser periodista como su ídolo, la presentadora y periodista hermosa llamada Najwa Shihab. Aunque Dara no es muy buena socializando, es muy directa y firme al presentar material en varios trabajos en grupo, Dara siempre es designada como oradora en representación de sus otros amigos.

"Ra... Tú hazlo..." dijo Reva, que siempre hacía eso, siempre pasándole todas las tareas escolares a Dara si estaban en el mismo grupo.

Dara no se negó ni estuvo de acuerdo. Ella simplemente se quedó en silencio.

"Siempre haces eso, Reva. Siempre haces eso cuando hay una tarea..." protestó Hanifa, que también era compañera de grupo de Dara.

"Dara no protesta, ¿por qué te enojas tú, Hanifa?... Eres muy graciosa..." dijo Reva sin sentirse culpable.

Hanifa siempre se enfadaba cada vez que hablaba con Reva. Hanifa estaba a punto de golpear la mesa como solía hacer la chica, que siempre era temperamental, pero esta vez la acción de Hanifa pudo ser evitada por su amiga, Dara, que rápidamente sostuvo la mano de Hanifa cuando la chica iba a levantarse.

"Ya basta Fa... Está bien..." dijo Dara para calmarla.

"No digas que sí a todo, Ra... Todos se acostumbrarán" Hanifa todavía no aceptaba que Dara, su amiga, siempre fuera tratada mal por sus otros amigos.

"Ten paciencia..."

Huft....

Hanifa exhaló, molesta, pero ¿qué podía hacer? Así era la naturaleza de Dara, lo que en realidad hacía que Hanifa se molestara a veces.

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La primera hora de clase había terminado, marcada por el timbre que indicaba el recreo.

Como de costumbre, cuando llegaba el recreo, Dara nunca se veía en la cafetería de la escuela. Si no traía comida, hibernaba en la biblioteca o, si traía comida, comía en la esquina del jardín de la escuela mientras leía su novela favorita que había tomado prestada de la biblioteca de la escuela o de la biblioteca regional que siempre visitaba cuando buscaba una referencia para su tarea escolar.

Haber nacido en una familia bastante sencilla hizo que Dara tuviera que ser inteligente para ahorrar dinero para comprar todas sus necesidades o incluso a veces para pagar el dinero de la práctica que no estaba cubierto por su beca, aunque también trabajaba a tiempo parcial en un cibercafé no lejos de su escuela y su casa.

Dara todavía recorría un pasillo donde estaba buscando el libro que necesitaba para su tarea en grupo y esta vez fue ayudada por Hanifa porque la chica no quería ir a la cafetería sola. Como resultado, Hanifa siguió a Dara dondequiera que fuera.

Mientras buscaba, Dara chocó accidentalmente con un estudiante varón que era más alto que Dara.

"Lo siento..." dijo Dara brevemente.

"hmm" fue todo lo que salió de la boca del chico y se fue dejando a Dara frunciendo el ceño con confusión.

Dara se encogió de hombros y volvió a buscar el libro que necesitaba.

Mientras buscaba, el chico le entregó un libro a Dara. Inmediatamente eso sorprendió y confundió a Dara.

"El libro que estás buscando... Para nuestra tarea en grupo" dijo.

"Gracias, Sagara" respondió Dara nombrando al chico.

El chico, que no era otro que Sagara, solo asintió levemente y se dio la vuelta dejando a Dara sin decir nada más.

"Avaro al hablar" susurró Dara.

"Oye... ¿Qué estás mirando?" Hanifa vino a asustar a Dara que todavía estaba mirando el final del pasillo donde Sagara se había girado.

"Nada, vamos... Ya tengo el libro" invitó Dara que desvió la curiosidad de Hanifa.

Ambos salieron inmediatamente de la biblioteca y regresaron a su clase porque el timbre que indicaba que el primer recreo había terminado.

Los ojos de Dara y también de Sagara se encontraron por enésima vez cuando la chica entró en el aula. Pero Sagara rompió inmediatamente el contacto visual primero porque estaba ocupado hablando con Reva y su pandilla que lo estaban rodeando o más precisamente Reva era la que estaba hablando con entusiasmo y Sagara no sabía si estaba escuchando o no porque solo estaba en silencio.

"Reva es muy coqueta... Incluso le está agarrando la mano a Gara y le da comezón chocar su cuerpo con Gara... Ih ... Qué coqueta, le da comezón como a los gusanos" refunfuñó Hanifa que había estado observando a Reva y su pandilla que rodeaban a Sagara.

Dara solo negó con la cabeza respondiendo a las tonterías y quejas de su amiga sin intención de responder.

"Si estás celosa, ve allá. No estés de mal humor aquí, es ruidoso Fa...." dijo Dara que estaba molesta con la actitud de Hanifa.

"Isshhh.... No quiero... Además, no estoy celosa, solo me dan asco Reva y su pandilla. Si hay un chico guapo, inmediatamente les da comezón. Intenta que haya una nueva alumna que sea guapa, inmediatamente parece que la está invitando a pelear..." dijo Hanifa en voz baja pero apasionadamente.

"Sí... La que no está celosa, ya basta, no te enfades más, puedes tener presión arterial alta... Es peligroso Fa, una futura doctora todavía no ha hecho nada y ya tiene un derrame cerebral..." bromeó Dara que hizo que los labios de Hanifa se adelantaran varios centímetros.

"A ti te gusta burlarte de mí, siente esto..." dijo Hanifa molesta que inmediatamente le hizo cosquillas en la cintura a Dara haciendo que esta gritara mezclado con risa por las cosquillas.

Y eso no escapó a la vista de Sagara que no apartó la vista de ese dúo problemático. Sin que Sagara se diera cuenta, él también sonrió levemente al ver el comportamiento de Hanifa y también de Dara.

Reva que vio que Sagara, su chico objetivo, estaba prestando más atención a esas dos amigas que a ella que lo había estado invitando a hablar desde hacía rato, estaba enojada y molesta. Incluso su rostro blanco se puso rojo por la ira.

Reva golpeó la mesa haciendo que otros alumnos, incluyendo a Dara y Hanifa que estaban bromeando, se callaran en un instante.

"Ustedes dos...." señaló Reva a Dara y Hanifa.

"Si quieren hacer un escándalo, no lo hagan en clase, vayan a jugar en el campo... ¡Es ruidoso, saben..!!" continuó Reva que dirigió a Dara y Hanifa.

"Cálmate Reva, durante todo este tiempo tú y tu pandilla siempre hacéis ruido y nunca nos hemos enfadado, entonces ¿por qué ahora te molestas con nosotras? Es extraño..." respondió Hanifa irritada.

"Ustedes dos...." la palabra de Reva se detuvo cuando Sagara tiró de su mano sin decir nada y eso logró que Reva se callara.

La clase volvió a estar tranquila cuando la maestra de la tercera hora de clase entró en el aula, pero no con Reva que seguía mirando a Dara con una mirada de venganza.

Continuará....

El timbre de la última clase ha sonado, lo que significa que todos los estudiantes pueden irse a casa o algunos prefieren pasar el rato en el centro comercial o simplemente sentarse y relajarse en la escuela, pero a diferencia de Dara, que tiene que apresurarse a uno de los cibercafés que no está lejos de su escuela y su casa.

Dara hoy tiene un horario de trabajo a tiempo parcial que suele hacer después de la escuela.

Ser el encargado del cibercafé y también del servicio de fotocopias al menos puede darle algunos ahorros para continuar su educación a un nivel superior para que pueda alcanzar su sueño de convertirse en periodista.

"Buenas tardes, Bang Romi...", saludó Dara amablemente al dueño del quiosco del cibercafé.

"Buenas tardes, Ra... ¿Por qué llegas un poco tarde?", preguntó Bang Romi.

"Sí, Bang... Lo siento, antes tenía una clase adicional. Ya casi son los exámenes finales del semestre", explicó Dara mientras colocaba un paquete de nasi Padang que había comprado antes para llenar su estómago hasta la noche.

"Oo.... Pronto te graduarás, ¿verdad? Estudia en el mismo lugar donde Bang Romi estudió antes, toma la especialidad de contabilidad, eres buena en los cálculos para conseguir un trabajo mejor en el futuro. No te cases pronto, ¿eh? Sé feliz primero, disfruta tu juventud", dijo Bang Romi dando un consejo porque ya considera a Dara como su propia hermana.

"Lo pensaré más tarde. ¿Bang Romi se va a trabajar ahora?", preguntó Dara al ver que Romi ya estaba vestido con el uniforme completo.

"Hmm..... Cuida el cibercafé, ¿sí? Ahí están las notas también", dijo mientras encendía su moto.

"Ok, gracias Bang.... Ten cuidado en el camino", dijo Dara.

Dara luego revisó las notas que Romi había dejado mientras abría su paquete de nasi.

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El reloj en la pared del cibercafé ya marcaba las diez pasadas. Dara estaba de pie frente a la terraza del cibercafé, comenzando a sentirse inquieta. La razón era que su hermano menor aún no había aparecido, quien hoy había prometido recogerla porque su padre estaba enfermo.

La distancia del cibercafé a su casa no es muy lejos. Solo que como Dara siempre regresa a casa tarde, eso preocupa a sus padres.

Dara estaba a punto de regresar al cibercafé, pero sus pasos se detuvieron cuando escuchó a la gente gritar la palabra ladrón. Inmediatamente eso la asustó.

No mucho después, un hombre le amordazó la boca y la arrastró de vuelta al cibercafé cuya puerta solo estaba un poco abierta porque ya había terminado el horario de atención.

Dara estaba asustada, su cuerpo temblaba.

"Cállate, o te lastimaré", amenazó el hombre a Dara que estaba a punto de rebelarse.

Dara obedeció.

Después de que pasaron unos minutos y parecía que los residentes ya no se escuchaban, solo entonces el hombre quitó su mano de la boca de Dara.

"Maldita sea, ¿cómo pudieron llamarme ladrón?", refunfuñó el hombre.

Dara se dio la vuelta y se sorprendió al ver más de cerca la cara del hombre que no era otro que Sagara Adyaksa, su compañero de clase.

"Lo siento... te involucraste", dijo Sagara que no estaba menos sorprendido pero trató de controlarse.

"¿Por qué...???" preguntó Dara en voz baja.

"¿Qué cosa?", respondió Sagara.

"¿Por qué los residentes te gritaron ladrón? ¿Realmente lo hiciste?", preguntó Dara.

"Tonterías.... Solo estábamos corriendo y yo gané, pero esos niños de mierda no lo aceptaron y me gritaron ladrón. Ck... ¿Así es como juegan los niños de esta zona?", se quejó Sagara.

"¿Cómo voy a saber...?", respondió Dara con indiferencia.

No mucho después, se escuchó un golpe en la puerta que los sobresaltó y asustó a ambos.

"¿Quién es???" gritó Dara.

"Hermana.... Soy Dion. ¿Ya terminaste?", respondió Dion, el hermano menor de Dara.

Uf....

Ambos suspiraron aliviados.

"Sí, espera un momento...", dijo Dara.

"Tienes que salir... No puedes quedarte aquí...", dijo Dara ordenándole a Sagara que se fuera.

Sagara se rascó la cabeza que no le picaba.

"Ponte mi sudadera con capucha y te acompañaremos a casa. Así los residentes no lo sabrán", propuso Dara mientras abría su sudadera con capucha como si supiera la inquietud de Sagara.

Sagara aceptó y obedeció las palabras de Dara. También tenía miedo de ser atrapado y convertirse en un saco de boxeo de los residentes.

"Eh, hermana... ¿Quién es él?", preguntó Dion sorprendido de que su hermana saliera del cibercafé con un hombre.

"Vamos... Te explicaré en el camino", dijo Dara mientras cerraba la puerta del cibercafé y se aseguraba de que los alrededores estuvieran seguros.

Dion obedeció y encendió su moto.

"Vamos, sube", invitó Dara que ya estaba sentada en la moto.

"¿Vamos a subir tres en la moto???" preguntó Sagara.

"Hmmm... Vamos, rápido. Antes de que regresen", invitó Dara una vez más.

Sagara obedeció y se sentó detrás de Dara con Dara en el medio.

"¿Dónde está tu casa???" preguntó Dara.

"Lejos de aquí... Los acompaño a ustedes y luego el chofer de mi papá me recoge en su casa", dijo Sagara.

"Está bien...", dijo Dara de acuerdo.

No tomó mucho tiempo para que llegaran a la casa sencilla de los padres de Dara. Y como el acuerdo inicial, Sagara sería recogido por su chofer personal en esa casa.

"Bebe primero...", dijo Dara que le dio un vaso de agua a Sagara.

Sagara se lo bebió hasta el final. Tenía mucha sed después de correr.

"Mamá... Él es un compañero de clase de Dara, un estudiante transferido de Bandung. Y tuvo un pequeño problema y casualmente se encontró con Dara en el cibercafé", explicó Dara a su madre para que no sospechara sin decir la verdad.

"Buenas noches, señora... Lo siento por molestarla...", saludó Sagara cortésmente.

"Sí, no pasa nada... Solo quiero acompañarlos aquí, tengo miedo de que alguno de los residentes de la zona malinterprete", dijo la señora Mirna.

Después de una hora, una camioneta doble cabina negra se detuvo frente a la terraza de la casa de los padres de Dara.

"Buenas noches, joven... Lo siento, el señor Amin llega tarde...", saludó el hombre de mediana edad que era el chofer del papá de Sagara a quien le había pedido que lo recogiera.

Sagara solo asintió.

"Gracias, Ra... Me voy a casa. Gracias, señora. Me despido...", dijo Sagara brevemente sin rodeos porque realmente no podía hablar de manera dulce y florida.

Sagara se despidió y fue seguido por el señor Amin.

"Parece que es hijo de gente rica, Ra...", dijo la madre tan pronto como el coche de Sagara se había alejado.

"No lo sé, mamá, porque no somos cercanos. Solo somos un grupo en la tarea", explicó Dara.

Ella entendió. Su hija Dara era una chica que no podía socializar demasiado con la gente.

Ya era tarde en la noche, pero Dara aún no podía cerrar los ojos. Todavía pensaba en cómo podía involucrarse en los problemas de otras personas. Afortunadamente ella y Sagara no fueron atrapados por los residentes, si hubieran sido atrapados, sus problemas serían aún más largos.

Hah...

Dara exhaló con fuerza.

Dara miró el techo de su habitación y se maldijo a sí misma por involucrarse en los problemas de ese hombre.

En un lugar diferente, Sagara miró la sudadera con capucha de Dara que accidentalmente se había llevado.

"Lo siento, Dara, por mi culpa te involucraste accidentalmente en mis problemas. Ck... Tomi, idiota. Espera, voy a ajustar cuentas contigo más tarde", chasqueó Sagara molesto.

Continuará...