Narra Mabel
Mi madre Julia, se levantó muy temprano en la mañana, despidió a mi padre al trabajo, organizó toda la casa, lavó la ropa, cocinó y pasó toda la tarde paseándose de un lado a otro en el corredor de la casa.
Mi hermano caminaba detrás de mi madre, y en ocasiones la tomaba de la mano... ¿Madre te duele mucho?... Si mi amor, pero no te preocupes es normal en una mujer que está a punto de dar a luz, tu hermana ya quiere nacer... Cuando nazca mi hermana, siempre la protegeré, será tratada siempre como una princesa... Eso está muy bien mi amor, siempre debes preocuparte por tu hermana.
Los negros nubarrones anunciaban que vendría la lluvia, ya anocheciendo, mi madre le pidió a mi hermano Andrés que fuera a buscar a la señora Baldoina, porque él bebé ya iba a nacer y era costumbre, que los partos fueran atendidos por una partera o comadrona. Ya que en el pequeño pueblo no había un hospital, ni siquiera un puesto de salud.
Se puede decir que nací en una noche oscura y tempestuosa, en un pueblo de Novita chocó, en medio de una de las selvas húmedas más grandes del mundo.
Quizás los rayos y truenos anunciaban que iba a nacer el nuevo integrante de la familia o peor aún, que perderíamos a un ser querido esa noche.
El cuarto donde estaba mi madre era oscuro y solo se observaba la luz de una pequeña lámpara de petróleo, ya que en el pueblo no había energía eléctrica, se podía escuchar desde afuera como la partera le pedía a mi madre que pujara con más fuerzas, pero a mi madre Julia, ya no le quedaban fuerzas para luchar.
Julia; debes ser fuerte, puja con más fuerza por favor, hazlo por tu bebé, si no lo haces los dos van a morir... Ya no tengo fuerzas Baldoina, trata de salvar a la niña por favor
Parte de su cuerpo se había hinchado días atrás, mi padre le pidio a mi madre que guardara reposo, pero ella no le hacía caso, decía que no estaba enferma y que eso era por el embarazo.
En el desespero, mi madre le pedía a la partera que la niña debía sobrevivir, sacó fuerzas de donde no las tenía y con esa fuerza dio a luz a una hermosa niña a la que llamaron Mabel Jordán viveros.
Cuando me pusieron en sus brazos me dijo: vas a ser una guerrera hija, nunca te des por vencida al igual que tu hermano, todo lo dijo en voz baja por que hablaba con mucha dificultad.
Mi padre Arcadio, que se encontraba tras la puerta, al escuchar las palabras de mi madre entró muy apresurado, solo se podía ver la figura de un hombre de alta estatura con el resplandor que dejaban los truenos y relámpagos.
Mi padre con voz temblorosa le suplicaba a mi madre que no nos dejará, ya que él no podría cuidar de dos niños pequeños. Solo con la poca fuerza que le quedaba le dijo: que él sería un buen padre, ya que, a él, nunca le había quedado grande nada y esta no sería la excepción.
"Arcadio, cuida bien a mis hijos, educalos bien, nunca los abandones, dále el amor que yo ya no podré darles y recuerdales siempre que fueron importantes para mi"
Mi madre; pidió ver a mi hermano mayor y la partera Baldoina lo trajo para que se despidiera de él, dicen que era muy apegado a mi madre y al verla en ese estado, lloraba como si le estuvieran arrancando una parte de él, la escena era desgarradora.
Se recostó en uno de sus brazos y le pedía que por favor se quedará con él, el niño que solo tenía diez años podía sentir al ángel de la muerte cerca de su madre... Madre te quiero mucho, no te mueras ¿cómo podría vivir sin ti?
Por algunos minutos estuvimos todos alrededor de mi madre y ella le pidió a su hijo que siempre protegiera a su hermana y con su último suspiro nos dijo: no se olviden que siempre los amé con toda mi alma y corazón.
Suspiró y murió, en ese instante, mi hermano Andrés gritó con todas sus fuerzas... "mami, no me dejes solito" ... mi padre la abrazó y con esa tempestad le entregó la niña a la partera y bajó al patio, con las manos en la cabeza.
Seguramente esperando tener el mismo final que ella, pero en ese momento la tempestad inició a cesar. Por algunos minutos se escuchó un gran silencio que hizo que mi padre diera un gran grito lastimero, despertando a casi todo el pueblo.
Los vecinos cercanos corrían a nuestra casa, para ver lo que había sucedido, pero ya era demasiado tarde y no había nada que hacer, mi madre ya había muerto.
Esa misma noche los vecinos iniciaron a salir con linternas a los pueblos vecinos a informar a nuestros familiares y amigos más cercanos para que nos acompañaran en el velorio.
Y lo cuento con tanta propiedad porque exactamente así, lo ha contado mi hermano, sé que él jamás me diría mentiras sobre la muerte de nuestra madre.
Narra Arcadio
Me aferré a mi hija recién nacida y a mi hijo mayor, no me quise apartar de ellos en ningún momento. Los cantos de las cantoras tradicionales hacían que se me fuera la respiración, era como si una parte de mí se hubiera ido con ella, con mi amada esposa, la que me acompañó a todas partes y me animó a venir a trabajar acá.
Los alabaos se escuchaban tan tristes, que muchas de las personas que vinieron a darme el pésame terminaron llorando junto conmigo, y no solamente por mi si no por mi querido hijo Andres que lloraba sin consuelo.
Dejé a mi hija recién nacida solamente para ir al entierro a darle el ultimo a dios a mi amada esposa, fue una despedida muy triste, cada canto me quebrantaba a un más mi pobre corazón y más al ver la tristeza de mi hijo el cual lloraba sin ningún consuelo, nada de lo que se le decía lo calmaba. En su tumba sembramos palma de cristo y algunas plantas nativas de la región.
Todos volvieron a sus casas, pero en la mía faltó una madre y una gran esposa la mejor de todas, mi amada Julia, nos ha dejado un gran vacío en nuestros corazones.
Mi hijo Andrés duró varios días sin dormir ni comer, solo lloraba por su madre. Ya no sabía que hacer, hasta que un día se levantó y pidió comida, pensé que también lo iba a perder.
Nunca pude superar por completo la muerte de mi esposa, la honré no volviéndome a casar, solo tuve vida para mis dos hijos, traté de darle una buena educación y como me lo pidió mi esposa, siempre les demostré lo mucho que los amaba, tampoco se me olvidó recordarles el grande amor que su madre sentía por ellos.
Aunque muchas mujeres han querido atraparme, un Jordán solo puede tener en la vida un único y gran amor. y cuando estos mueren una parte de nosotros muere con ellos o por lo menos esto decía mi abuelo y mi padre.
Narra Mabel
Ya han pasado 10 años desde esa noche fatal, mi padre nos ha enseñado a mi hermano y a mí todo lo que un niño del campo debe saber para sobrevivir, hemos aprendido a sembrar y a cosechar los productos que nos da nuestra tierra; aprendimos a pescar con casi todos los instrumentos de pesca que se utilizan en la región tales como: la atarraya, el anzuelo, el copón, el catango entre otros.
Aprendimos que nunca debíamos usar algunos métodos como taco o tronante, barbasco y salvia, ya que estos productos acaban con la fauna de nuestros ríos y quebradas, los cuales están entre los más hermosos del país.
Casi todo el tiempo estamos ocupados, aunque también tenemos tiempo para jugar con nuestros amigos sobre todo yo, ya que mi hermano ya es mayor, entre los juegos que más amo están: yeimi, arranca yuca, cacao, lazo, escondite y muchos otros juegos más.
Al principio caíamos tan rendidos a la cama que a las 7:00 pm ya todos estábamos dormidos y nos levantábamos cuando cantaba el gallo, aunque muchas veces le daba por cantar antes de tiempo y eso era una trasnochada segura.
Y más cuando mi hermano estaba en la capital del departamento del chocó- Quibdó, por cuestiones de estudio, la única que no tenía reloj en la casa, era yo.
Cuando yo nací mi hermano tenia aproximadamente 10 años, quizás por este motivo mi madre estuvo tan delicada en el parto, ya que no había podido volver a quedar embarazada.
Mi hermano ya tiene veinte años, pero yo soy la consentida de la casa, antes de ir a la escuela debo realizar todos mis deberes.
Como nuestro fogón es de caliche, debo bañarlo mínimo cada tres días con caliche o con cemento. Esto lo hago antes de cocinar para evitar que se agriete.
si mi padre raja la leña, yo la organizo en las horas de la tarde para que se asolee y prenda bien, en ocasiones no entiendo porque mi padre nos exige tanto si no nos va nada mal.
Cada uno de nosotros tiene una cuenta la cual usaremos solo para nuestros estudios, la mía todavía no la he tocado, y no la usaré hasta que no esté en la universidad, con ella podré estudiar y vivir cómodamente.
Mi padre tiene una pequeña finca la cual produce chontaduro, cacao y plátano y las ganancias de ésta van directamente a nuestras cuentas, al igual que las de algunas propiedades que hemos heredado de mis abuelos, pero no, mi padre dice que debemos vivir humildemente, que más adelante se lo vamos a agradecer.
Lo que más me molesta es cuando traen pescado a la casa, porque de inmediato me mandan a arreglarlos a mí, en esos momentos me dan unos dolores de cabeza, mi hermano dice que eso es pura pereza, porque me los como sin ningún problema.
Cuando mi hermano y mi padre me ayudan con eso el dolor desaparece, ese dolor aparece también en ocasiones que me toca moler el maíz, para el cachin, la panocha, el arroz de maíz, el Birimbí, entre otros. Mi hermano casi siempre termina ayudándome con eso.
Los días en la escuela son maravillosos, ya que me divierto mucho con mis amigos, en especial con mi amiga Viviana. Siempre decimos que no nos vamos a separar, tengo unas amigas indígenas en la escuela que me están enseñando su lengua nativa y yo les ayudo a perfeccionar su español, y esto porque mi padre ha trabajado en algunas comunidades indígenas, él también me ayuda y se toma todo muy en serio, el problema es que son varias lenguas que me ha tocado aprender.
A pesar de que las comunidades indígenas están cerca una de la otra no hablan la misma lengua, de hecho la mayoría de mis compañeras indígenas no se entienden al menos que sean de la misma comunidad
Una vez le dije a mi padre que yo quería estudiar medicina, que aprender nuevas lenguas no me iba a servir para nada en la vida y se enojó conmigo, como estudiamos en una escuela nueva experimental aprendemos a través de la observación y la exploración, esto nos facilitará la vida en el colegio y en la vida diaria o por lo menos así dicen los profesores.
Cuando hablamos de pesca nos toca salir a pescar, si hablamos de platos típicos nos toca aprender a realizarlos, y así todos los temas lo debemos llevar a la práctica, la verdad no es tan difícil.
Años después
Con mi amiga Viviana decidimos estudiar la misma carrera y en la misma universidad para no separarnos. estoy en el grado once en el colegio de la cabecera municipal en san jerónimo de Novita, antigua capital del chocó.
Solo veo a mi padre los fines de semana, gracias al apoyo de mi hermano del alma me graduaré con honores, por que me ha brindado todas las herramientas para sacar buenas calificaciones y de mi padre ni hablar, la verdad muchas veces cuando los profesores me piden algunas cosas ya las tengo y si es un libro ya lo he leído, para mi hermano soy su pequeña princesa.
Mi hermano Andrés es muy amoroso conmigo, pero también me dice que debo ser fuerte, está obsesionado con que yo aprenda defensa personal, como nuestra casa queda cerca del río en vacaciones me lleva a la playa a enseñarme.
No entiendo ¿Por qué? Si en nuestro pueblo nunca pasa nada malo, nada de nada, podríamos decir que vivo en un paraíso.
hasta donde tengo memoria ha sido un pueblo de paz y de tranquilidad, los únicos pleitos que se escuchan son de borrachos, nuestras comunidades ya sean afro o indígena vivimos en paz y armonía.
Estos entrenamientos de mi hermano me quitan mucha energía y no me gustan, pero mi papá y el cuento de que debemos aprender de todo en la vida y mi hermano como es tan disciplinado se toma esto muy en serio.
Al principio eran tan dolorosos que pasaba todo el día sin poder hacer nada, sentía que me dolía hasta el cabello, mi hermano me decía qué como podía con un canasto de plátano o de maíz y no iba a poder con algo tan sencillo.
No sé para él, que es algo sencillo, pero para mí esto es morir un poco, en ocasiones sentía que se me iba a salir el corazón por la boca, los entrenamientos eran muy difíciles la verdad, y más cuando le ponía algunos obstáculos, mientras mis compañeros dormían a mi me tocaba hacer ejercicio, que suerte la mía.
Las despedidas con mi padre eran muy dolorosas no me gustaba dejarlo solo, pero debía irme nuevamente al colegio, el día de mi graduación mi padre lloraba de felicidad y orgullo, cada cinco minutos me decía las mismas palabras estoy muy orgulloso de ti.
No se cambiaba por nadie.
Narra Mabel
Estas últimas vacaciones fueron terribles, mi hermano se tomó todo muy en serio, no entiendo porque le hago caso, pero siento que debo corresponder en algo a todo lo que él hace por mí.
Mi padre me dice que debo hacerle caso a mi hermano mayor, y que cuando el ya no esté mi hermano se hará cargo de mí, lo dice todo el tiempo.
Últimamente cuando viaja se demora mucho más tiempo en regresar, en los últimos años mi padre ha estado casi solo todo el tiempo. Debo entrenar todos los días ya que cuando dejo de hacerlo mi hermano se da cuenta y me va peor, me castiga poniendome a trabajar el doble.
Mi amiga Viviana en ocasiones nos acompaña y cuando él no está ella me ayuda, creo qué a Viviana le gusta mi hermano Andrés, aunque ella no me ha dicho nada, porque lo mira con una cara qué mejor dicho. Muchas veces aprovecho que Viviana está presente para descansar un poco, por ese motivo cuando mi querido hermano está en casa la invitó a los entrenamientos, es menos severo cuando ella está presente, al parecer mi amiga le mueve el piso a si él no diga nada, harían una bonita pareja.
Un día de estos hablaré con mi hermano y les haré el cuarto a los dos, bueno, eso si él no tiene alguna tiniebla por allí que le interese, porque si es así no intervendria, ya que respeto mucho sus decisiones.
Andrés es muy guapo, saco la belleza de mi madre cuando la veo en fotografías, miro a una mujer muy bella y encantadora, me hubiera gustado conocerla, mi hermano habla maravillas de ella, en ninguna fotografía se le ve triste, siempre está sonriendo.
Viviana y yo estamos un poco ansiosas por las inscripciones, no podemos estudiar en la universidad del chocó debido a que en nuestra alma mater no hay la facultad de medicina.
Cuando me dijeron me puse muy triste debido a que estaré demasiado lejos de mi padre y mi hermano, nos toca viajar a nuestro departamento vecino” el valle del Cauca.
Mi hermano Andrés me ha traído algunos libros para que estudie ya que me realizaran una entrevista y un examen, si paso los dos, me podré matricular, si no, me tocará estudiar otra cosa.
En las horas de la mañana mi amiga Viviana llega corriendo a mi casa, me informa que el lunes de la próxima semana debemos presentarnos a la entrevista y si nos va bien nos realizaran un examen.
Tanto en la entrevista como en el examen nos fue muy bien, cuando fuimos a mirar los resultados estábamos que nos moríamos de la dicha, Viviana ocupó el puesto número diez y yo el puesto número doce. Ella siempre sintió que íbamos a pasar, yo tenía más dudas, ya que habían muchas personas y pocos cupos.
Como falta un poco más de un mes para que inicien las clases, voy a regresar a mi casa. No contaba con que mi amiga Viviana se fuera a quedar no sé haciendo qué, aunque me molesté no le dije nada porque esa es su decisión y es respetable.
Pero yo si me regreso, porque solo veré a mi querido padre cada seis meses en las vacaciones y a mi hermano quien sabe cuándo.
Regresé a mi hogar y fueron días de mucha felicidad quien podría creer que en esos días viviría una de las experiencias más horribles y traumáticas de mi vida, y que ésta me marcaría para siempre.
en esos días mi padre estaba muy sentimental seguramente porque yo nunca había estado tanto tiempo tan lejos de él y en esta ocasión, ya no vendría los fines de semana.
Me había convertido en su única compañía, porque mi hermano nunca estaba en casa, su empleo le quitaba casi todo el tiempo y lo veía pocas veces en el año y cuando nos visitaba no se demoraba mucho tiempo.
ya faltaba solo una semana para el ingreso a la universidad y aunque en el día siempre estaba alegre en las noches siempre lloraba porque no quería dejar solo a mi padre, que duro era crecer.
Para mi hermano quizás era fácil, pero para mí no lo era, me imaginaba a mi papá enfermo, sin poder levantarse de la cama, y sin tener quien lo ayudará, como es tan terco no iba a buscar ayuda y para colmo mi hermano no aparecía, para que tratara de buscarle una solución al problema.
En todo esto pensaba cuando escuché a mi padre reír, sentí como saludó a alguien con un fuerte abrazo, también pude escuchar cuando dijo: hijo estas aquí, Sonreí y corrí hasta la puerta y si, era mi hermano que había llegado.
Ambos corrimos y nos abrazamos fuertemente, le dije: viniste, creí que no iba a poder despedirme de ti, él sonrió y me dijo que era él quien me llevaría al lugar donde iba a vivir de ahora en adelante... te dejaré muy bien instalada para que no digas que tu hermano no te consiente.
Me preguntó por mi amiga Viviana y le conté que ella se había quedado en la ciudad de Cali, la verdad no sé porque siento que estos dos me están viendo la cara de tonta, pero ya averiguaré que se traen entre ellos.
Me dio la sensación de que él ya sabía que ella se había quedado en la ciudad y solo preguntó por preguntar.
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