Katherine es una joven alegre y divertida, le gusta el precioso clima de la ciudad donde se crió desde que tiene memoria, New York, tiene un grupo de amigas bastante amplio, aunque con su vida es muy reservada, a excepción de Amanda, su amiga de la infancia.
Por cosas del destino, antes de culminar su diplomado en gastronomía sale en busca de trabajo, digamos que sus padres nunca estuvieron de acuerdo que estudiara para chef, según ellos no es una profesión, pero para la hermosa Katherine la cocina es lo es todo, así que, sin mirar atrás comenzó a buscar el éxito sin saber que su destino era otro.
La vida tiene para ella muchas sorpresas inesperadas y dolorosas, se adentrará a mundo muy opuesto al que ella soñaba, conocerá la venganza y el odio, conocerá la mierda del mundo.
Veremos si logra salir ilesa.
La búsqueda de trabajo es un poco difícil para alguien sin experiencia, dejó millones de curriculum en empresas, restaurantes, tiendas de ropa, etc.
Hasta que es llamada de Bastille Enterprise Inc, es un estudio de arquitectura y el importante dueño Taylor Bastille necesita una asistente personal, este hombre frío e imponente es muy reconocido gracias a sus grandes proyectos.
A Katherine no le hizo mucha gracia, pero por algo se empieza, pero lo que ella no sabe es que Taylor, su mejor amiga, junto a su familia esconden un gran secreto que ella descubre, porque su curiosidad siempre puede más.
Taylor siendo un hombre controlador y con un carácter de los mil demonios está flechado por su preciosa asistente, quien jamás pensó llegaría así de fácil a su vida y su teoría de tener el corazón como un témpano de hielo queda en juego, porque el solo buscaba diversión de una noche, pero al tener por fin a la chica de ojos oscuros, cabello largo, con un cuerpo esbelto e irresistiblemente hermosa deja sus aventuras a un lado, porque deseaba tenerla, pero sin saber como amarla, como hacerle saber que la quiere, solo le hace daño, hasta que decide confesarselo todo, hasta que se cansa de ocultarlo.
Los dos poseen un carácter bastante fuerte, ella no tratara de cambiarlo, pero si de que sea mejor persona cada día.
En esta vida se vale todo y aquí se relata lo bueno y fuerte que puede ser un amor verdadero a pesar de los demonios interiores.
Los secretos y mentiras tratarán de separarlos, pero su amor será más fuerte que cualquier barrera y obstáculo.
Ella conseguirá en él el apoyo que tanto necesitaba, el amor y la paz después del huracán
Nunca se espero vivir engañada, pero más pronto que tarda logrará destapar la olla que está a punto de ebullición sacando a la luz demasiados secretos perversos.
Solo espera poder aferrarse a Taylor y enfrentar junto a él los problemas que no sabía que tenía encima, pero que sabrá tomar ciertas decisiones, para bien o para mal, necesita acabar con todos aquellos que quieren destruirla, con todo aquel que quiera verla fuera del juego y será ella quién ganará la partida al finalizar el juego perverso en dónde se ha sumergido, en el círculo vicioso que jamás espero vivir a tan corta edad.
Desde muy chica le he tenido amor a la comida y todo lo referente a ello, mi abuela Tania me enseñó muchas cosas de las cuales hoy preparo con tanta habilidad, siempre he soñado con poder tener mi propio restaurante y que sea reconocido y famoso, pero no todo lo que brilla es oro.
Cuando mis padres supieron lo que quería estudiar, no estuvieron de acuerdo, solo por la sencilla razón de que para ellos ser chef no es una profesión ¡y que equivocados están! Si ser chef no fuera una profesión nadie lo estudiaría, no existieran los restaurantes, no hubiesen programas de televisión, así que es muy ridículo considerar el arte de la comida de esa manera.
Mi abuelo es quien me ha apoyado todos estos años para que pudiera estudiar decentemente, aunque mis padres no me quitaron todo el apoyo, pero siempre es bueno tener a alguien más con quien contar, porque por mis progenitores hubiese estudiado diseño de modas obligada, según ellos quieren mantener el legado y la empresa familiar y sinceramente eso a mi me vale tres tiras.
En mi opinión, uno elije quien quiere ser y que quiere hacer.
Por mi cuenta he decidido buscar trabajo porque siento que he abusado bastante de la generosidad de mi querido abuelo, ya es hora de ser independiente estoy bien mayor para seguir dependiendo de mi abuelo y de mis padres.
—¿Amanda estás segura? soy chef no empresaria— le dije a mi amiga.
—Kate no seas aguafiestas, eres muy buena en todo lo que te propones, creo que sería bueno que también enviaras tu curriculum a empresas.
—No estoy muy segura, pero lo haré y ya veré de donde me llaman— dije frunciendo el ceño.
Envié los curriculum a los correos que aparecen en los anuncios del periódico digital, no estoy tan urgida por el trabajo, pero si deseo que me llamen, estoy cansada de escuchar a mis padres quejándose que mis estudios no me servirán para nada y es una perdida de tiempo total, yo sé que no son una perdida de tiempo, pero tengo que demostrarlo.
Lo único que tengo presente es que con mi trabajo y esfuerzo tendré mi propio restaurante y a mis padres no les quedará de otra que cerrar la boca, ellos son un poco difíciles cuando no se hace lo que ellos quieren.
No soy la única que le encanta llevarle la contraria a mis padres, Wicca, Patricia y Cristhofer, mis tres hermanos aman retar a mis padres a pesar de que ellos han estudiado lo que mis progenitores querían, Administración de empresas y Diseño de modas.
Puedo decir con sinceridad que somos un jodido dolor de cabeza cuando queremos, que es casi todo el tiempo y digo casi, porque todos tenemos obligaciones y salimos desde temprano, tenemos un horario para llevarles la contraria.
A veces ni veo a mis hermanos.
—Yo me tengo que ir, pero cualquier cosa me llamas— Amanda besó mis mejillas y salio de mi habitación.
—Adiós y por favor no tomes mucho, porque no quiero ser tía todavía — dije en voz alta.
—¡Ay cállate!
En muchas ocasiones cuando Amanda se pasa de tragos se le olvida quien es y hace desastre, créanme el alcohol y ella no se llevan muy bien que digamos.
Tome mis pertenencias y sali de mi habitación para ir al centro comercial con Wicca, no tenemos nada que hacer por los momentos.
Yo estoy en la última fase de mi carrera en gastronomía y tengo mucho tiempo libre.
No tengo relación amorosa con nadie y no es porque no quiera, sino que no ha llegado alguien que yo considere que sea el indicado, no soy una santa, porque he tenido mis aventuras, pero con 24 años ya es momento de sentar cabeza, como dicen por ahí.
Al llegar al centro comercial me arrepentí de haber venido, está muy lleno, en todos lados hay gente, es abrumador, pero ya estoy aquí y si intento regresar a casa cierta persona me va a asesinar con tan solo mirarme.
—Wicca ¿Qué hacemos en una tienda para hombres? ¿Tienes novio?— pregunte confundida.
—Katherine, nuestro hermano cumple en 2 semanas— respondió alterada.
—¡Oh vaya! Lo había olvidado— dije.
—No me extraña.
Soy muy olvidadiza, me acuerdo de mi cumpleaños y porque es el mío, suelo ser así con este tipo de cosas.
—Aprovecha de comprarle algo y es mejor comprar con anticipación que tarde— dijo y se perdió en los pasillos.
...
He recorrido media tienda y aun no sé qué diablos comprarle a mi hermano.
Continúe caminando hasta que tropecé con una gran y trabajada espalda de un hombre trajeado.
¡Joder!.
—Pero que mier...
—Lo siento— dije apenada.
—Camine con más cuidado— dijo el hombre con una voz de Dios.
—Seguro.
¡Qué hombre señor! Tenía mucho tiempo que no veía a un hombre tan imponente y varonil, si bien no tuve tiempo para detallarlo minuciosamente, pero unos segundos bastaron para que activará mi láser escaneador, si Wicca lo hubiese visto les juro que lo viola ahí mismo.
Para mi hermano conseguí una linda corbata azul marino y un par de gemelos bañados en oro, esto precisamente son los lujos de mi querido hermano mayor.
Mientras pagaba mi compra volví a ver al misterioso hombre que me observa esta vez, tiene unos hermosos ojos muy oscuros y profundos como la mismísima noche, se ve peligrosamente atractivo con ese traje negro, esta vez, si pude detallarlo como Dios manda.
Tiene un cuerpo bien trabajado, un cabello perfectamente peinado hacia un lado, barba de al menos unos tres o cuatro días y una piel morena, pero a diferencia de la mía él es un poco más claro, sin duda todo un Dios griego, de esos que simplemente existen en los libros.
—¿Lista?— preguntó Wicca sacándome de mi análisis.
Asentí y salimos de la tienda, caminamos sin rumbo por el centro comercial viendo las vitrinas a ver que es de nuestro agrado, ¿la verdad? las mujeres de nuestra familia se caracterizan por ser un poco exigentes con sus cosas y prioridades, así que ya se imaginarán lo difícil que es poder complacernos con algún regalo.
Mi madre cuenta que mi padre sufrió mucho para poder complacerla, pero con el tiempo aprendió sus gustos y disgustos, ahora con tan solo mirar sabe lo que es ideal para ella.
Entramos a una tienda donde venden todo tipo de ropa de marcas reconocidas y es aquí donde es la peor parte de salir de compras con mi hermana, se vuelve loca.
Elegí un par de gabardinas, pantalones, blusas y algunos gorros que llamaron mi atención y entré al probador.
—¿Qué tal?— le pregunté a mi hermana.
—Kate se te ve precioso ese pantalón en conjunto con esa camisa de seda blanca y ese gorro, una combinación perfecta— chilló Wicca de emoción.
—Gracias y debes aceptar que tengo mejor gusto por la ropa que otras mujeres a pesar de que no vivo en mundo de la moda como tú— dije sonriendo.
—Eso sí lo sé, amo tu sentido de la moda — dijo y entro al probador con un vestido en mano.
Después de una jornada exhaustiva de compras tomamos asiento en un pequeño local para tomar una refrescante bebida y descansar un poco, al menos yo lo necesito urgentemente.
—Hay un hombre que tiene un buen rato mirándote y está buenísimo — susurro Wicca observando a mis espaldas.
—¿Qué hombre?— pregunté curiosa.
—Un hombre Katherine—rodó los ojos— mira detrás de ti disimuladamente.
Mire cuidadosamente y me sorprendió que fuese el mismo hombre de la tienda, viéndolo desde aquí se ve tenebroso y peligroso, parece un animal salvaje listo para atacar a su presa.
—A ese hombre lo vi en la tienda donde compramos el regalo para Christopher— comenté restándole importancia.
—Creo que le llamas la atención por como te mira.
—Mejor vamos a casa—dije sacando de mi bolso el dinero suficiente para cancelar la cuenta.
Salimos del pequeño local junto con nuestras compras y nos dirigimos al estacionamiento subterráneo, subimos al coche y emprendimos camino a casa.
Sin duda, hoy ha sido un día muy agotador, como ya les había dicho, salir de compras con Wicca no es nada fácil, yo llevo 5 bolsas, ella lleva como 15, es una loca compulsiva por las compras.
Al llegar a casa, cada quien se fue a su habitación para prepararse para la cena, tenemos una tradición familiar de comer siempre juntos, somos mitad italianos y mitad americanos y esa fue la primera costumbre que nos inculcaron desde niños, incumplir sería una falta de respeto.
—Por favor, quiero que se comporten, hoy vienen unos amigos a cenar junto a nosotros— anuncio mi padre.
—Papá no somos unos críos— se quejó Patricia.
—A veces se les sale el infantilismo— chilló mi padre.
—Vale, vale, nos comportaremos— dijo Christopher.
—Me iré a cambiar de ropa— anuncié y subí de nuevo a la habitación.
Tome el primer vestido que vi en el armario, negro, corto, con abertura en en la espalda y sencillo, lo combine con unas sandalias de tacón grueso doradas, mi maquillaje y cabello están en perfectas condiciones, baje rápidamente antes de que lleguen los invitados de mi padre, para poder recibirlos junto a todos, se vería de muy mala educación no hacerlo.
—Ya llegaron — chilló mi madre.
Reí por lo bajo, ella se emociona de más con invitados en la casa, nunca me dejará de parecer gracioso su actitud en momentos como estos, yo parezco hija de mi abuela, porque son muy pocas las cosas que heredé de mis padres, la mayoría lo he heredado de mi abuela paterna, la tranquilidad en los momentos adecuados, paciencia y la mala maña de que todo salga perfecto, creo que eso es lo único que herede de mi madre.
—Taylor, Jorge, Patricio ésta es mi familia—nos presentó y casi se me salen los ojos al ver al hombre del centro comercial.
Joder.
Miré a Wicca y ella está tan sorprendida como yo.
—Bienvenidos, es un gusto recibirlos— hablo mi madre.
—Para nosotros es un honor estar aquí señora Grey— hablo uno de los hombres, creo que Patricio.
—Un gusto, soy Katherine— me presenté ya que nadie más se atrevía a hablar.
Después de presentarme, los demás hicieron lo mismo y pasamos al comedor, mi madre se esmero e hizo pasta a la carbonara, sin querer presumir mucho, yo la enseñe a elaborarla y me siento orgullosa que le haya quedado a la perfección.
—¡Esto está delicioso! — exclamó uno de los invitados.
—La hice yo, pero mi hija Katherine me la enseñó a preparar, está por terminar su carrera en gastronomía— dijo y en su voz pude escuchar orgullo, eso es sumamente nuevo para mí.
Creo que tendrán que venir más amigos de mi padre a cenar.
—¡Qué interesante, felicidades! — habló por fin Taylor que había permanecido callado.
—Gracias— sonreí.
Las horas se me han hecho eternas, después de la cena vino el postre y ahora el té.
He pensado que ha sido mucha coincidencia que el mismo tipo del centro comercial sea amigo de mi padre e incluso de mis hermanos Patricia y Cristhofer, pero se ve joven para ser un empresario exitoso, no sé, yo le calculo unos 30 años y aún así lo considero bastante joven, pero para alcanzar el éxito no importa la edad.
—Yo me retiro, estoy agotada, buenas noches— me despedí de todos.
—Buenas noches señorita— se despidieron y pude retirarme de la terraza.
Mierda, ese hombre.
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