Ranger y cáliz son dos reinos que han estado enemistados por años, guerra tras guerra. y muerte por muerte, gente inocente moría cada día, hasta que uno de los reinos se canso de tantos muertes y propuso un trato para que los países estuvieran en paz y era unirlos por un matrimonio el emperador de Ranger era un hombre joven de 26 años contando que este no subió hace mucho ya que heredo el trono tras la muerte de sus padres cuáles fueron asesinados por el reino cáliz, este tenía un profundo odios hacia el reino cáliz, y se prometió así mismo que tomaría venganza contra ellos aunque sea lo último que haga, tras esa propuesta por supuesto no aceptó, no quería involucrarse con el enemigo, ni menos quería un trato con ellos, lo que quería era masacrarlos en busca de venganza; sin embargo no solo tenía que pensar en él mismo, si no en su gente y todo su pueblo esto era el deber de un gobernante, proteger a su gente, eso lo sabía muy bien ya que sus padres lo habían repetido constantemente, varios de su gente terminaron muriendo debido a la guerra, así que no tuvo más opción que aceptar tal propuesta, eso no le quitaría su odio pero al menos con ese trato de paz podría proteger su gente y evitar más muerte, ya que en la guerra había visto como varios soldado morian y sabía que ellos al igual que todos tenían familia y eso no era justo para sus familias.
El reino cáliz tenía tres princesas, la primera cuál tenía los favores de los reyes sin contar que la del medio tenía más que el favor de los reyes además de ser una de las más bellas del reino, luego viene la última, está no era nada favorecida de sus padres, contando que el día que nació la última princesa, fue el día de que todo el mal comenzó, todos pensaban que está tenía una maldición y daba mala suerte a las personas a su alrededor incluso sus padres y hermanas creían eso por lo cuál la princesa Ingrid nunca tuvo el favor de nadie ella era como un sirviente más viviendo en un rincón del palacio, pero se llegó a enamorar del hijo del duque Elian, cuál fue la primera persona que la trató bien, no esperaba que fuera su perdición ya que su hermana del medio también se enamoro de aquel chico y su vida que ya era un infierno fue yendo peor, ya que su hermana se encarga de hacer su vida un infierno en busca de ella renuncie al chico, pero Ingrid se negaba a ello. Él había sido la única persona que por un instante había volteado a mirarla sin desprecio.
La noticia que una de las princesas tendría casarse con el Emperador del imperio Ranger, fue un caos ninguna quería casarse, ya que sabían que regresarían muerta a su país, no había nadie en Cáliz qué no supiera el odio que el emperador tenía hacia ellos y en enviar una de las princesas a su hermano, solo la estarían enviando a la muerte. Los Emperadores adoraban a sus dos hijas, por lo cual decidieron enviar a la que menos quería ver, por supuesto Ingrid la que no querían. Después de todo si ella muriera a manos del emperador eso no sería problema de ellos, ya que consideraban que después de todo, ella no había sido más que una molestia desde su nacimiento, así que esta era el momento perfecto en deshacerse de ella, de una manera rápida y eficaz
Ingrid suplico y lloro sin embargo nadie la escucho cuando pensó que su príncipe azúl podría ayudarlo este solo le dió la espalda.
Al final Ingrid no tuvo más opción, y se terminó casando con el Emperador un hombre lleno de crueldad, su vida no cambio después de todo solo vivió en el palacio como un fantasma como siempre ha estado viviendo aún cuando estaba en su propia país, ella era buena para ser que nadie la notará; sin embargo sabía que un día el Emperador la mataría, podía verlo en sus ojos, y por eso se enfocaba más en alejarlo a él en especial, mantenerse alejado de ese hombre había sido su prioridad desde que se casó, definitivamente ese hombre la odiaba más que a nada del mundo y el no se encargaba de ocultarlo.
Ingrid logro sobrevivir al palacio durante un año abuso tras abuso por parte de las doncellas, aunque tenía el título de emperatriz, no era más que un simple título y nadie la tomaba en serio, como le iban a tomar en serio si nisiquera su esposo le hacía, tampoco le interesaba ese puesto de emperatriz, después de todo su vida siempre había sido así, por lo cual no era algo que le preocupaba, porque podía sobrevivir; sin embargo tenía una única persona a su lado una doncella nueva que tuvo compasión de ella y se puso a su lado y desde entonces ha estado teniendo aquella doncella a su lado, que era su única amiga en el palacio y la única persona que no la despreciaba.
Desafortunadamente un día cómo cualquiera Ingrid caminaba al lado del lago tratando de despejar su mente sobre su vida miserable, miraba el cielo y se preguntaba que había hecho para merecer esto, o mejor aun que había hecho para que toda la gente a su alrededor la despreciara de esa manera.
Eso pensamiento se vieron interrumpidos, cuando fue empujada por alguien desde atrás hacia al lado, no sabía nadar, y por más que lo intento no pudo salir al agua y en cuestión de segundos veía su vida pasar enfrente de sus ojos, bpor lo cuál se quedó inconsciente tratando de luchar, lucha qué al final fue en vano.
Cuando despertó estaba en una cama completamente desconocida,
- Mi cabeza, ese maldito bastado. — Murmuro enojada mientras se levanta de la cama sosteniendo su cabeza, la puerta de la habitación fue abierta bruscamente
- Señorita está se encuentra bien. — Su doncella se acercó a ella preocupada.
- ¿señorita quien eres? — Miro a su alrededor confundida.
— Señorita Ingrid no me asuste.
— ¿Ingrid? ¿Quién es Ingrid? — Frunce sus cejas, mientras que la doncella no puede evitar caer en el suelo preocupado por el estado de su ama.
sin duda la chica no era la verdadera Ingrid.
Enith una diseñadora de moda, ha logrado grandes cosas, es una de las diseñadora más famosa en Francia casi todo Francia la conoce, debido a sus grandes diseños que incluso algunos famosos han llegado a elogiarla por su gran talento, hace unos minutos termino con su novio al descubrir su engaño, y peor aun cuando esté intento echarle la culpa a ella diciendo, que no le daba de su tiempo y que siempre se pasaba trabajando, aunque ella sabía era cierto, pero no. Por eso él tenía derecho de engañarla, en vez de eso pudo solo terminar las cosas y seguir con su vida; Sin embargo el desgraciado le puso los cuernos, después de una gran discusión, donde claramente ella lo remato a cachetadas, salió de ese lugar furiosa no sin antes de llevar la ropa del infiel y arrojarlo por la calle, para despejar su mente fue a pasear en el balcón donde contenía un río desde abajo. nunca pensó que su novio de más de cuatro años la engañaría con otra y lo peor con su enemiga. cuál han estado compitiendo por años, ya que ambas eran diseñadora y esa mujer siempre encontraba una manera de competir con ella.
- Que tiene ella no tengo yo? — se pregunta así misma mirando el lago desde lo alto, puso su codo en el barranco apoyando su rostro en su mano. — Bueno, el se lo pierde, soy mucho para un estúpido infiel. — Sonríe tratando de darse animo, no iba desperdiciar sus lágrimas por alguien que no vale la pena.
Enith es muy orgullosa, cómo para rebajarse y llorar por un infiel que no vale la pena, la vida continúa. después de todo nada es eterno llegará algún momento que termine, la vida es así si algo que inicia, llegará un momento donde terminara y hoy había llegado su momento de terminar aquella relación.
se dió vuelta para irse cuando siente como alguien la empuja por sorpresa, aunque intento agarrarse en cualquier lugar no fue posible y se ve arrastrada hacia abajo, cayendo en el agua, no sabía nadar por lo cuál por mucho que lo intento, se quedó inconsciente después de ahogarse, aunque había gritado pidiendo ayuda, para que alguien la ayudará, sin embargo nadie apareció hasta al final.
...~~~~~~...
«¿Entonces reencarne en el cuerpo de Ingrid?» Se pregunta sorprendida, aunque habia leído muchos libros sobre entrar en otro cuerpo tras morir, no creyó que fuera posible.
- Señorita se encuentra bien. — sale de sus pensamientos al ser llamada por la misma chica que vio del principio.
- Espera, ¿estás diciendo que mi nombre es Ingrid, y soy la emperatriz? — Pregunta sorprendida intentando procesar la información.
- así es Señorita, no me asuste realmente no me recuerda — Pregunta la chica asustada al ver el comportamiento de su ama, porque ella no era así, Ingrid era tranquila y tímida además tenía una elegancia al hablar qué nadie podría igualar, pero ahora todo era diferente para la pobre doncella, que no sabía que hacer.
- Tu nombre. — Pregunta mirando la chica.
«Se supone que las protagonistas cuando trasmigran a otro cuerpo tienen el recuerdo del dueño del cuerpo; Sin embargo no tengo ninguno de ese cuerpo» Piensa para si misma mirando la chica.
- Maga. — Respondió angustiada al ver que ella ni siquiera recordaba su nombre, algo que la entristecía.
- Bien ahora te conozco. — Comenta sonriente, pero maga no pudo quitar su rostro de preocupación, al ver como cada vez su ama se volvia más extraña
— Ingrid. — Tomó la mano de ella preocupada. — Se encuentra bien, le duele la cabeza.
- Hey...no me llames Ingrid llámeme por mi nombre. — Freno de seco, después de todo su nombre no era Ingrid, aunque estaba en ese cuerpo, ese nombre le pertenecía a la dueña del cuerpo y ella no era la dueña, no quería apropiarse de su nombre después de entrar en su cuerpo.
- Pero, su alteza si su nombre es Ingrid. — Expanta asustada al ver que ni siquiera recordaba su nombre.
«Es verdad ahora, mi nombre es Ingrid, pero no quiero apropiarme de su nombre también»
- Ash... no importa llámeme Enith. — Habla despreocupada.
- ¿Enith? — Cuestiona Maga confundida preguntandose si su Emperatriz de acaba de inventar ese nombre.
- así es, significa que amo las cosas bellas. — Dice sonriendo, para Maga era extraño verla sonreír ya que desde conoció a Ingrid nunca le había visto con una sonrisa en los labios, ella siempre tenía un ojos triste y nunca Sonreia.
Lo que no esperaba Maga, es que esa sonrisa brillante, fuera a convertirse en uno de malicia. Enith qué ahora se había convertido en Ingrid mira la chica de arriba abajo.
- Señorita me da miedo su mirada. — Susurra viendo como esta la observaba.
- fu~ fu~ no te preocupes no muerdo.
- Oh
- ven vamos quiero ver afuera
Ingrid sale afuera mientras que maga la sigue preocupada, su ama actuaba extraña y diferente hoy.
Al llegar afuera Ingrid se detiene al ver un gran árbol de cerezos
- Que bonito
- si es muy bonito usted siempre venía aquí cuando estaba triste
- Maga si mal no recuerdo dijiste que caí al lago verdad
- Así
«parece que yo y Ingrid caímos al lago al mismo tiempo, por lo cuál estoy en su cuerpo ahora, es la única explicación que tengo ahora» Piensa. «Pero si fuera el caso, ella también debería estar en mi cuerpo no?» Era lo más lógico que pudo pensar.
- Pero afortunadamente nuestro emperador la salvó a tiempo. — Agrega la doncella.
- ¿Emperador?
- Si, su esposo.
- Ah... Espera que! ¿Esposo tengo esposo?
pregunta alterada como ella no tiene las memorias de la verdadera Ingrid no sabe nada de este mundo.
- Así es señorita usted ya está casada hace un año con el emperador.
- deja de llamarme señorita, llámeme Enith cómo te he dicho, pero Maga existe el divorcio aquí.
Maga tose fuertemente sorprendida, definitivamente su ama estaba diferente hoy no parecía a ella misma.
- Enith si se divorcia no podrá casarse y llevará una mala reputación por el resto de su vida.
Ingrid hace un puchero, pero eso no lo iba impedir divorciarse, además ni siquiera era ella quién estaba casada después de todo era la verdadera Ingrid y esta ya no estaba o eso pensaba.
Por otra lado, en una oficina se encontraba un hombre de cabello negro y unos ojos azules, en su oficina.
Ha estado trabajando en varias pilas de Papeles desde la mañana, se soba la cabeza cansado, cuando tocan la puerta, era su secretario
- La Emperatriz Ingrid, ha despertado. — Aviso el secretaria entrando en la oficina.
- Ajá. — Asiente sin interés, después de todo no es como si le interesara que su esposa haya despertado, que le haya salvado no significa que lo hizo que le importaba.
- Majestad se ve que no le agrada la emperatriz ¿verdad? — Cuestiona el secretario, desde que el emperador se casó, no se había ni siquera dignado en mirar a su esposa, más bien esté la evitaba a toda costa.
Esté voltea mirar su secretario de manera serio, el pobre secretario quién traga sin embargo no se detiene ahí, porque tenía curiosidad por algo.
- Pero, porque no la dejo morir en el lago. — Era obvio que el emperador no le importaba su esposa ya que se encargaba de demostrarlo desde el día que se casaron y no entendía cuando ella estaba por salirse de su camino, este la termino salvando cuando pudo haber aprovechado esa oportunidad y dejar esa mujer morir, porque ni el confíaba en la emperatriz, después de todo era la princesa de una nación enemigo y que ellos la hayan enviado aquí con el enemigo sabiendo a que peligro podría hacecharse, eso solo podía significar una cosa, que el reino Cáliz estaba planeando algo y por eso habían accedido enviar a la princesa, después de todo quien en su sano juicio envía su hija en manos del enemigo sin ningún plan en mente.
- Cállate, si no quieres tomar mi lugar en esa silla. — Gruñe este interrumpien la curiosidad de su secretario, aunque se negaba a responder, ni el mismo no sabia porque se lanzó a salvar esa mujer, cuando pudo aprovechar esa oportunidad y deshacerse de ella, pero sabía que era lo que probablemente Caliz estaba esperando, esperando que la princesa muera y luego usar esto como escusa para decir que él seguía con sed de venganza y había rotó el trato de paz, algo que realmente no le importaba, si acepto ese trato de paz, fue por su gente. , aunque odiaba a esa mujer su gente era primero y no podía permitir que se pusieran en peligro nuevamente.
- Me callo, me callo... — Contesto el secretario dando un paso hacia atrás. Lo que menos quería el pobre secretario es estar revisando papeles, como si fuera algún tipo de máquina, el emperador piensa a decir verdad ni el sabía porque salvo a Ingrid si el también la quería muerta, tal vez realmente debió dejarla morir en ese lago.
...~~~~...
Al día siguiente Ingrid se despertó muy enérgica con ese pensamiento de conseguir el divorcio, definitivamente se iba asegurar de conseguiría ese divorcio cuesta lo que cuesta, no quería estar casada con una persona que ni conocía y además ella ya no era Ingrid, por lo cual no era obligación suyo ese matrimonio, por lo cual planeaba divorciarse de ese esposo que tiene, que nisiquera aparecio cuando ella estaba en ese estado, por lo cual sabía con seguridad qué ese hombre no la merecía.
- ¿Señorita está segura? — Maga no puede evitar preocuparse, esta consiente que esto era imposible, después de todo su ama había sido usada como objeto de paz y al ser la emperatriz era muy difícil poder divorciarse de su esposo.
- Si vamos a pedirle el divorcio a ese Emperador seguro debe ser feo por eso no se signo ni siquiera a visitarme. — Termina de vestirse. — Además ya amo a las cosas bellas, y aunque no conozco ese hombre debe ser maldito.
Ingrid sonríe mientras camina pero se detiene al recordar que no sabe el camino, mirando a maga con una sonrisa nerviosa.
- No se el camino ¿puedes guiarme? — Cuestiona. Maga estuvo de acuerdo sin embargo estaba muy preocupada si realmente debe dejar que la chica se encuentra con el emperador, después de todo sabía que esos dos no se querían ver ni en pintura ; Aun así no tuvo más opción guiando su ama, solo espera que su ama esté bien después de verse con el Emperador sabía que este era como una bestia sin corazón y no puede permitir que ella se ponga en peligro nuevamente.
Al final Ingrid sigue a maga hasta llegar en una oficina y se detiene
- Aquí es. — Maga señala la puerta, Ingrid no espera más y toque la puerta de una manera brusca.
- Pasé
Al escuchar aquella voz por alguna razón sintió un escalofríos recorrer todo su cuerpo sin embargo entro viendo a dos hombres uno que estaba sentado mientras que el otro estaba de pie
- Cuál es el emperador
Susurra hacia maga, antes de maga pueda responder el secretario habla
- Que hace la emperatriz aquí?
- Así que tú eres ese Emperador
- Eh?
Ingrid se acerca a al secretario, pensando que era el emperador y lo toma en el cuello de su ropa el pobre secretario estaba más que asustado
- Quiero el divorcio, usted no es mi tipo
El secretario estaba más que confundido, mirá el emperador en la silla
- Que!?
- Como escucho, quiero el divorcio
Maga rápidamente se acerca a su Señorita, y quita su mano en el cuello de la ropa del secretario, para luego señalar el emperador en la silla
- Señorita este es el emperador.
- Ah.
mira el hombre en la silla confundida quien no ha quitada sus ojos de frialdad, Ingrid mirá el secretario para darle unas palmaditas en el hombro
- Lo siento amigo me confundí...
El secretario solo asiente, mientras se arregla su ropa, Ingrid se acerca al emperador y sin una palabra levanta su pierna poniéndola arriba de la mesa
- Cómo escucho señor Emperador, quiero el divorcio
- Emperatriz cuidá sus modales
Mirá Ingrid fríamente.
- Ese rostro bonito de nada sirve si eres así de amargado
- ¿Que?
sin duda el emperador era guapo, su rostro parecía ser tallado Por los mismo dioses
"¿tan guapo?"
fue lo que piensa Ingrid embobada por la belleza del emperador, pero mueve su cabeza aún lado a otro quitando esos pensamientos, ella había venido por una cosa y lo iba conseguir. y este era obtener el divorcio para salir del palacio.
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