Esta novela está dedicada a todos aquellos amores que no son bien vistos, que pocos aceptan.
Y todos mis lectores que con sus comentarios me ayudan a seguir mejorando.
Les mando un fuerte abrazo a todos y espero disfruten tanto está historia como yo.
Regrese a mi ciudad natal, es un pequeño pueblo, mi familia es muy numerosa, hace muchos años estuve ausente, pasaba por un momento difícil en mi vida, quería celebrar mi cumpleaños, invite a cada uno de mis primos y primas, algunos de ellos solteros y otros casados, la fiesta terminaba y fue ahí cuando entre copas surgió el tema, sobre la relación entre primos, la mayoría ha experimentado un sentimiento de primer amor hacia tu primo o prima, escuché una historia de parejas casadas que son primos, pero no a todos les agrado la idea que dos primos compartieran un compromiso, era algo mal visto.
Entre discusiones si se debe o no aceptar.
Un recuerdo me invadió, a la edad de 9 años, todos jugábamos a la orilla de la laguna cerca de la casa de mi tía, nos sentamos en las bancas que estaban a la orilla, cansados de correr, recuerdo que mi primo se recostó en mis piernas, yo me sentía nerviosa coloque mis manos en la madera de la banca por atrás de mi espalda.
El me sonrió, tenía una hermosa sonrisa, sentí que mi corazón latía más rápido y que mi estómago hormigueo, eres muy bonita desde este perfil, decía mientras miraba hacia arriba.
Mis manos acariciaron su cabello mojado, el cerraba los ojos y sonreía.
Sentí que todo a mi alrededor se detuvo, sentí por primera vez una felicidad en mi corazón que no era semejante al cariño o amor que sientes por tu padre.
Yo me enamoré a mi corta edad, el se levantó y me dio un beso en la mejilla, comenzó a correr como loco por todo el lugar, yo lo seguía, me sentía tan feliz.
La siguiente imagen que regresó a mi mente fue un poema que escribí para el.
Nuestros encuentros eran largos, nuestros padres vivían lejos.
Le entregué el poema en secreto, jamás pensé que mi tía lo encontraría.
A la siguiente reunión familiar, el se alejo de mi, yo lo seguía como Alicia seguía al conejo, pero algo ya había cambiado.
Mi tía frente a todos expreso algo.
- Sabían que está pequeña le escribió un poema de amor a su primo, lo saco de su bolsa y comenzó a leerlo.
Sentí que moría de vergüenza, miraba a mi madre enojada y mi padre furioso.
Mi tía se carcajeo.
- Vamos son niños.
Me prohibieron acercarme a él y él a mi.
Ellos se mudaron a otra ciudad, cada vez que nos reuniamos era recordado mi pequeño poema de dos primos que se quieren.
Todos se burlaban de mi, el me trataba de manera indiferente y yo a él.
Tome la copa que tenía frente a mi y bebí.
Hay tantas historias sobre el amor a un primo o una prima, quién no vive algo así, creo que es natural sentir este cariño por qué es la primera persona con la que ríes y hablas sobre aventuras infantiles, es el niño o niña con el que puedes hasta practicar tu primer beso, pero a mí alrededor fui testigo de amores entre primos que llegaron a separar familias y causar rabia entre padres.
Discusiones entre madre e hijos por respetar lo que no debes mirar, ni desear.
Pero también hay lugares donde el amor entre familia es bien visto, aún nuestra sociedad está dividida para aceptar a dos personas con parentesco viviendo como un matrimonio.
Jamás imaginé que un beso provocaría tantos problemas, el era mi familia y no solo eso, era mi mejor amigo. Les contaré un poco de mi familia.
Mi madre se llama Blanca y su única hermana se llama Luz.
Yo soy Bianca hija única, pues mis padres no tuvieron más hijos.
Mi tía Luz tiene dos hijos, mi primo Ramón y Tom .
Tom y su familia vivían en otro estado, su padre era un empresario.
Mis padres eran doctores, por lo que pasaba mucho tiempo sola, mi primo Tom y yo éramos inseparables cuando nos visitaba en verano y en navidad, nos la pasábamos mucho tiempo jugando y platicando sobre nuestros sueños cuando fuéramos grandes.
Éramos inseparables, cuando cumplió 12 años, sus padres se divorciaron, mi tía Luz y sus hijos regresaron a la casa de la abuela. Para mí tía fue muy difícil toda esa etapa. Para Tom y para mí fue la mejor etapa, estábamos muy unidos, entramos a estudiar al mismo colegio.
El chófer que contrataron mis padres, nos dejaba en el colegio y a Ramón en la preparatoria.
Mis padres ayudaron para qué mi tía tuviera trabajo en el hospital.
Jamás me di cuenta que el cariño que nos teníamos Tom y yo era diferente al que pueden tener dos primos.
Los días eran divertidos, el siempre me hacía reír.
Nos invitaron a un fiesta de una de sus amigas de Tom, ella cumplía 15 años, yo tenía 13 años, era mi primera fiesta a la que asistiría desde que entré a la secundaria.
Mis padres me habían dejado ir porque Tom me cuidaría.
Esa noche Tom me miró diferente, que yo me sonroje, el se me acercó y me besó en la mejilla.
- Te ves hermosa
Yo no dije nada, solo lo golpeaba.
La fiesta era en un gran salón, uno de sus amigos de Tom al mirarme tomo mi mano y me jalo a la mesa donde estaban varios compañeros del salón de Tom, ellos bebían y jugaban botella.
En realidad no estaban disfrutando de la fiesta, ellos tenían su propia fiesta.
Tom se sentó a mi lado, el tenía una cara de pocos amigos y yo no dejaba de reírme, su amigo Esteban me sirvió un trago.
- No ella, no toma.
- Vamos Tom.
- Dije que no, decía muy molesto.
Una de sus amigas me jalo del brazo
- Ven Bianca y siéntate conmigo, me quedé frente a Tom.
El comenzó a beber la copa que le dejaba uno de sus amigos.
- Muy bien que inicie el juego, decía una de sus amigas.
La botella comenzó a girar y de pronto, los chicos comenzaron a besarse.
Yo solo me reía, la verdad corría con suerte, no me había tocado con nadie. Ni a Tom le había tocado una chica.
El se acercó a mi.
- Dejemos de jugar, no quiero que nadie te toque, mis tíos se pueden molestar conmigo.
- No pasa nada Tom vamos a jugar no seas aburrido, dije sonriendo.
Todos los chicos se levantaron, caminaron a un jardín que estaba en frente del salón de fiestas, la noche estaba muy estrellada, entonces inventaron otro juego, en este los chicos estaban separados de las chicas, escogían a uno y las chicas hacían lo mismo, después las personas elegidas tenían que darse un beso.
A sus amigos se les hizo divertido elegir a Tom y elegirme a mi.
Todos gritaban y nos empujaron.
Tom me miró y me abrazo
- te dije que no jugaras, decía enojado.
- Solo será un beso tonto tampoco exageres.
- No, eres mi prima, decía el mientras todos gritaban.
- Ya no seas aguafiestas.
Entonces me acerque a sus labios y los bese, me separé rápido de el.
El me tomo del brazo
- Es hora de irnos, gritó enojado.
- Vamos Tom, es un juego.
- ¡Te dije que no quería jugar!, pero eres necia, gritaba.
El llamo al chófer por teléfono.
Yo miraba su rostro, el estaba furioso y sus amigos solo se reían de el, no pensé que fuera a enojarse tanto solo rozamos los labios.
El chófer estaba llegando, abrió la puerta y me subió al auto.
- Llévatela, le decía enojado al chófer.
- ¡Me lastimas tonto!, grite
Tom cerro la puerta en mi cara.
Mire mi brazo el jamás me había lastimado, no dije nada, pero no pude evitar llorar en silencio, me sentía tan mal de que el me lastimara por algo insignificante, no encontraba un motivo por el cual el se molestará conmigo, pero ocurrió el jamás me trató así, el siempre me cuidaba era muy atento, para mí el era el hermano que nunca tuve, jamás discutíamos, pero está noche lo noté extraño, no se si es por qué Esteban me seguía mucho, pero yo lo único que quería era encajar con sus amigos.
La verdad es que ninguno de ellos me gustaba, tampoco esperaba que mi primer beso fuera con mi primo.
Tapaba mi rostro y jalaba mi cabello.
- Por qué tenías que cagarla Bianca, susurraba.
Me sentía muy triste y también con mucha vergüenza que el me tratara así frente a sus amigos. Mis lágrimas salían lentamente de mi rostro.
Esa noche no deje de llorar me sentía muy triste, miraba sus dedos marcados, ¿por qué?, ¿qué hice mal?, solo fue un beso, un simple roce de nuestros labios, no fue con nadie más, fue con él, no entiendo, eso para mí no significa nada, pensaba.
En la mañana mi madre me apresuraba, todos los fines de semana visitamos a la abuela, me agradaban porque Tom y yo estábamos en su cuarto mirando videos o películas.
Pero hoy realmente no quiero mirarlo, tuve que colocarme una blusa de manga larga para que mis marcas estén ocultas
- Buen día abuela, ella me abrazo.
- Buen día mi princesa.
- ¿La fiesta terminó muy tarde?, ¿tu no te ves cansada?, decía mi tía.
- Por que regrese temprano, tía.
- Tom me dijo que estuviste con él hasta las tres de la mañana.
- Eso es mentira, Bianca llegó a las doce, dijo mi mamá.
- Ese niñito que se cree, decía mi tía Luz.
- Déjalo tal vez se quedó con alguna chica, decía mi abuelo.
- Papá no lo justifiques, necesito que el entienda que hay peligro en las calles.
Me quedé sentada en el gran sillón de la sala mientras miraba mi celular, la verdad no quería escuchar la charla de mis abuelos con sus hijas sobre cómo educar a sus hijos.
La hora de la comida llegó, de pronto Ramón bajó las escaleras.
- Hola primita, me abrazo .
- Hola
- ¿Qué tal la fiesta, se divirtieron?
- No, dije sería.
- Pues el tonto de Tom no podía ni caminar, llegó muy tomado.
- Pues que mal.
- ¿Así que te fuiste de la fiesta?
- Ya te contó.
- Solo me dijo que tenias que regresar a casa temprano.
- Si
- ¿Vamos a comer?, me dijo mientras colocaba sus manos sobre mis hombros.
Nos sentamos todos a la mesa, él aún no bajaba, mi tía le gritaba que bajara a comer.
Cuando bajo se miraba fatal, apestaba mucho alcohol.
- Buenos tardes, decía el abuelo.
Mi tía Luz bajaba con una mirada de pocos amigos, estaba furiosa.
Buenas tardes abuelo, contestó sentándose en la silla sin decir nada.
Al terminar de comer se levantó me ignoró de nuevo y fue a su habitación.
Quería reclamarle, decirle que se porto como un idiota y que me lastimó, pero no quería mirarlo, sabía que el no quería besarme y yo lo hice, entonces comencé a sentir culpa.
Me sentía avergonzada, como pude besarme con él, si es como mi hermano.
Así que pensé que lo mejor era disculparme.
Me levanté del sofá, subí las escaleras muy lento, entonces toque la puerta de su habitación, él no contestó, imaginé que estaba dormido. Justo cuando me gire para irme, la puerta se abrió.
- ¿Qué quieres?, dijo molesto
- Pedir perdón, dije mirando al suelo.
- Pasa, dijo molesto.
Al entrar en la habitación sentía mi cuerpo temblar, era como si mi padre me fuera a regañar. Cerró la puerta. Yo me quedé parada cerca de él.
- No voy a quitarte mucho tiempo Tom, lo único que quería decirte es que lamento mucho lo que pasó anoche, te prometo que la próxima vez te voy hacer caso cuando me digas no juegues, dije mientras miraba al suelo, no podía mirarlo a la cara.
El se acercó y con su mano levantó mi rostro.
Me miraba con rabia pero después sonrió.
- Fue el mejor beso que he dado, dijo con sus ojos rojos.
- ¿Estuviste llorando?, le pregunté
Sentí como sus brazos rodeaban mi cintura y me abrazó con fuerza.
- Bianca yo...
Nos miramos a los ojos por un segundo, sin palabras, sin nada que decir.
Nuestros labios volvieron a unirse.
Esta vez ambos movíamos los labios, abrimos nuestras bocas para permitir que nuestras lenguas se tocaran, sentí que mi cuerpo temblaba, mis brazos rodearon su cuello, comencé a sentir mariposas en mi estómago, no quería que me soltara, quería un beso más.
Terminamos de besarnos porqué nuestros cuerpos necesitaban aire. Nos miramos a los ojos de nuevo.
- ¿Me amas?, fue lo único que pude decir.
- No tienes idea cuánto, dijo él mientras sonreía. Pero esto está mal, dijo soltandome y alejándose de mí.
Yo también sabía que esto estaba mal, pero ese beso había despertado un deseo en mi.
- ¿Por qué teníamos que ser primos?, dijo él con rabia., ¿Por qué tenía que enamorarme de ti?, me miraba con molestia., ¿Por qué te ves hermosa?, ¿Por qué no puedo dejar de pensar en ti?, ¿Por qué Bianca?, decía alterado y con las manos en su rostro.
Se que él está sufriendo y yo también, porqué todo lo que él se preguntaba, yo también me lo preguntaba.
- No volverá a pasar, dije saliendo de su habitación.
Bajé las escaleras y salí de la casa caminando rápido por el jardín con lágrimas en mis ojos, entré a la casa del árbol que el abuelo había construido para nosotros.
Comencé a llorar con tanto dolor, no quería perderlo, quería abrazarlo y estar a su lado.
- Es hora de irnos Bianca, decía mi madre a lo lejos.
Trate de respirar, qué le diría a mis padres, cuando me vieran con los ojos hinchados de tanto llorar. Me limpie la cara y baje del árbol.
Mientras caminaba trataba de relajarme y sonreía.
- ¿Estás bien?, dijo papá cuando me miró.
- Sí papá, dije sonriendo.
- Pero estuviste llorando, dijo mi madre.
- Estoy bien mami, es que me duele un poco el estómago.
- Llegando a la casa te reviso, dijo mi padre
La ventaja de que mis padres son médicos es que siempre que digo, me duele algo, ellos pensaban en las peores patologías del mundo, hasta que no dejará de sentir dolor no paraban de estudiar mi cuerpo.
- Creo que es su periodo cariño, decía mamá en el auto.
Mi padre manejaba preocupado.
- Si papá tal vez es eso.
La verdad es que había tenido un retraso de dos días pero no le había comentado a mi madre, no quería que se asustara y me hicieran estudios.
- Ok, pero aún así tenemos que checar que no tengas fiebre, la frecuencia cardíaca, todo, quiero saber que tus signos vitales son normales.
- Ok papá, sonreí.
Apenas llegamos a casa, entré a su consultorio y me revisaban.
- Todo está bien, decía papá.
- Creo que solo fue un cólico.
- ¿Quiero ver el sangrado?, dijo mi madre.
- Mami por favor ya hablamos de eso, no me gusta que me mires.
- Si ya se pero debo estar segura que no tengas sangrado abundante y después …
- ¡Mamá basta!, grite. ¡Estoy bien, solo déjame respirar!, les grité mientras salía corriendo de ahí.
Me encerré en mi habitación, sentía mucho dolor pero en mi corazón. Mi mundo de pronto dejó de ser perfecto.
Al día siguiente ellos estarían en mi casa, les tocaba visitarnos era una especie de tradición familiar, mi padre preparaba la parrilla para el asado, era el día en que lo miraba feliz, le encantaba pasar tiempo con la familia, el fue hijo único y sus padres murieron cuando yo nací, por lo que no conocí a mis abuelos.
La familia de mi mamá es muy pequeña también, aunque tiene primos casi no los frecuenta.
Me levanté, mire mi rostro, mis ojos estaban muy hinchados, entre al baño a ducharme, quería sentir el agua caliente relajando mis párpados, no podía dejar de pensar en ese beso en su habitación, fue tan hermoso, me quemaré en el infierno, pensé.
Aunque mis padres no soy muy religiosos, ellos siempre me han enseñado que a la familia se debe de estimar porqué es importante apoyarse mutuamente y no voy a negar que ya tocamos alguna vez ese tema cuando cumplí siete años le dije a mi madre que si Tom podía ser mi novio, si inocentemente le dije esas palabras, ella me dijo que el era mi familia y que eso está mal visto, que cómo podría pensar en eso.
Le dije que mi corazón latía rápido cuando estaba con el, mi mamá sonrió. No Bianca lo que sientes es amor hacia tu primo porqué el es un hermano para ti.
Así que esté sentimiento no era más que hermandad.
Pero ahora las cosas cambiaron, nos besamos, su cuerpo me desea, lo se por que sus brazos me sujetaban con fuerza, mi cuerpo lo desea porqué en mi mente no dejo de pensar en sus labios y su cuerpo pegado al mío.
Perdoname Dios por amar algo prohibido, pero mi cuerpo pide ser tocada por el, lo amo.
Amo todo de Tom, me encanta su sonrisa, su voz, sus manos, sus ojos, sus labios, su cabello, sus hoyuelos, su perfume, si me encanta.
Salí del baño llorando de nuevo, olvídalo Bianca es algo malo desear a tu primo.
- ¡Soy una mala persona!, grite.
Me coloque un enorme suéter y unos pantalones deportivos, encendí mi computadora y comencé a mirar mi Facebook, me di cuenta que habían muchas fotos de la fiesta de 15 años a la que asistimos, ahí estába el, le tomaron una foto besando a una de las amigas de la festejada.
Mire la foto y comencé a llorar. Necesito un novio, necesito alejarme de él.
Esa tarde el no llego a la casa, le dijo a su madre que tenía tarea en casa de un amigo.
De pronto sentí un dolor en mi pecho, mi mente decía está con ella, el está tratando de alejarte, date cuenta Bianca solo te uso, el muy cabron se está burlando de ti.
Termine de comer y entre a mi habitación, al día siguiente el chófer me recogió, el estaba de copiloto y su hermano sentado a mi lado.
- Te ves linda hoy prima, ¿te pintaste los labios?.
- Si es que a mi novio le gusta, dije sonriendo.
- ¿Novio?, mis tíos lo saben.
- No tonto, no tengo novio, aún.
- Pues cuando tengas, quiero que me lo presentes, para que le diga que no se pase de cabron contigo.
- Si primo.
- Adiós linda, disfruten de la escuela.
La siguiente parada era para nosotros. Me baje del auto y camine rápido para no mirarlo.
El también camino lento para no mirarme, entonces vi a la chica del beso, ella corría hacía nosotros.
- Hola Bianca, me saludo y camino hacia el.
Yo camine rápido y entre a mi salón.
- ¿Que tal estuvo la fiesta?, me decía mi amiga Lucero.
- Genial, dije con una sonrisa falsa.
- ¿Tu primo está saliendo con Renata?
- Creo que si, dije mirando mi celular.
- ¿Estás celosa?.
- Por qué, es mi primo y que bueno que tenga novia ya le faltaba, así no me asusta a mis pretendientes.
Ella sonrió.
Lucas se acercó y me miró, comenzó a coquetear.
- Te ves muy linda con esos labios rojos.
- Deberías besarlos, le dije coqueteando.
Quiero aclarar que no soy así, pero necesito borrar los labios de Tom, quiero amar a alguien más, quiero sentir lo que siento con el con alguien más, quiero olvidar todo esto.
Lucas se sentó a mi lado.
- Bianca no estás bromeando, porqué siempre me ignoras.
- Bueno tal vez te de una oportunidad.
No voy a negar que Lucas es el chico más guapo de nuestro salón, desde primer año el siempre me tiro el rollo, pero yo lo ignoraba porqué Tom decía que era un idiota.
El se acercó y me beso la mejilla.
- No te vas arrepentir nena, dijo en mi oido.
Yo sonreía.
Mi amiga Lucero tenía la boca abierta, no podía creer que yo me comportará así, pero al diablo ya bese a mi primo y con eso gano puntos al infierno, pues que sea una loca da igual.
Las clases comenzaron, Lucas no dejaba de mirarme.
Apenas salió la profesora, Lucas se me acercó.
- ¿Se mi novia Bianca?
- Tan rápido, fue lo único que pude decir.
- Si me tienes loco, quiero presumir a todos que eres mi novia.
- Ok si aceptó.
- ¡Si genial!!, gritó, con sus manos tomo mi rostro y me dio un beso rápido en mis labios.
- ¿Quieres salir a tomar algo?
- Si claro.
El me tomo de la mano y caminamos por los pasillos del colegio, el no dejaba de sonreír. Yo me sentía nerviosa, sabía que solo estaba jugando con los sentimientos de Lucas, pero necesito olvidar todo, me repetia una y otra vez.
Llegamos a la cafetería y Lucas me compro un jugo, nos sentamos sólos en una mesa.
El comenzó a acomodar mi cabello atrás de la oreja.
- Basta, le dije sonriendo.
- Estoy muy feliz que por fin me aceptes, nos mirábamos a los ojos, pero no sentía nada, ni una pizca, nada.
Coloque mis brazos sobre su cuello y lo abrace con fuerza. Quería sentir mariposas, quería desearlo, quería amarlo. El beso mi cuello. Me separé de él.
Yo solo suspiré pero porque imaginé a Tom besando mi cuello.
El rumor de mi noviazgo se expandió en todo el colegio, a la hora de la salida, Lucas me abrazo
- hablamos por teléfono para ponernos de acuerdo para ver la película.
- Si
El auto se estacionó.
Nos dimos un pequeño beso en los labios, el abría la puerta para que yo me subiera.
Después Tom se sentó de copiloto y azotó la puerta. En todo el camino los dos no nos dirigimos la palabra.
Podía percibir el aroma de su novia en su uniforme, la chica usaba demasiado perfume para mí gusto. Pero creo que solo eran mis estúpidos celos.
Se bajo del auto sin decir nada, me dolía que nos separemos pero ambos sabemos que lo mejor es no decir nada.
Llegue a casa y ya tenía un mensaje de Lucas.
- Princesa que te parece si vemos esta película, era una de acción, no me gustaban esas películas, pero quiero hacer feliz a lucas ya que no puedo amarlo al menos hacerlo feliz.
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